¿POR QUÉ ES UN PROBLEMA HABLAR DE PROSPERIDAD EN LA IGLESIA?

Por Ritchie Pugliese

Hay un dicho que dice: “Generalmente lo que Dios enfatiza equilibradamente, la Iglesia lo interpreta y ejecuta desequilibradamente”. ¿Por qué digo esto? Porque si existe un tema donde pareciera haber más problemas y confusión es con el tema sobre prosperidad financiera. ¿Coincide conmigo?

He notado que cuando uno predica, enseña o simplemente menciona algo sobre este tema, muchos creyentes reaccionan negativamente pensando que los quieren engañar y quitarles el dinero, e inmediatamente los acusan ferozmente de ser ladrones y mercenarios de la fe.

Uno puede percibir en estos creyentes sinceros un dolor e indignación por situaciones que han visto, han vivido o les han contado.

Es evidente que algo está entorpeciendo al pueblo de Dios, para que no puedan comprender genuinamente lo que dicen las Sagradas Escrituras sobre el tema de la prosperidad bíblica.

Por eso, antes de intentar profundizar sobre los principios bíblicos financieros de la Palabra de Dios, es necesario detectar primero y principal cuál es la causa del problema que la Iglesia enfrenta por lo cual hay tanta resistencia y oposición (no en todos lados sino en ciertos sectores) para no creer, comprender y practicar con bendición y libertad todo lo relacionado a la prosperidad.

En medicina existe un proceso, el cual puede ser aplicado a cualquier situación, y consiste en:

1. Detectar cuál es el problema o causa de la enfermedad

2. Saber cuál es la enfermedad específica

3. Dar la receta o el medicamento adecuado para traer sanidad

4. Recuperación paulatina de la salud del paciente

La Iglesia en varios sectores, con el tema de la prosperidad, tiene una herida muy grande que sigue sangrando y no ha sido sanada todavía. Eso es muy peligroso porque el enemigo aprovecha esta situación para confundir y hacer que la Iglesia malinterprete y ejecute desequilibradamente los principios que Dios ha puesto en Su Palabra.

Cuando alguien tiene una herida física, la zona afectada debe ser cuidada, limpiada, desinfectada para evitar un mal peor. Cuando una herida todavía está abierta, el menor roce produce un gran dolor y tiene alto riesgo de infección.

Así está hoy, lamentablemente, mucho pueblo de Dios con el tema de la prosperidad: Tienen una herida abierta que necesita ser sanada lo antes posible.

Ahora bien, ¿Por qué vemos ésta reacción negativa en los creyentes sobre el tema prosperidad?

Todo tiene un “¿por qué?”. Existen razones por lo que muchos creyentes reaccionan airadamente con todo lo referido al tema prosperidad:

1. Hablemos primero del liderazgo de la Iglesia en términos generales:

a) El liderazgo en ciertos sectores no lo ha enseñado correctamente.

b) Ha caído en exageraciones, y en la utilización de técnicas con poco o nada de base escritural.

c) Se han traspasado ciertos límites éticos en algunos casos.

d) ¡Los siervos de Dios hemos administrado y enseñado incorrectamente, los principios de prosperidad bíblica sobrenatural, que el Señor nos había dado para enseñar y equipar a Su pueblo!

2. Hablemos ahora de los creyentes, en términos generales:

Debido a todo lo que hemos mencionado del liderazgo espiritual, los creyentes se han sentido manipulados y forzados a dar todo tipo de ofrendas, sin entender lo que hacían y sin el sentir y el espíritu sugerido en las Escrituras para dar.

Resultado: ¡el pueblo ha resultado lastimado y herido!…

… pero existen otras causas…

Nuestro trasfondo familiar, la herencia cultural, nuestras experiencias de vida, son las que forman un patrón de pensamiento o una cosmovisión para cada cosa de la vida, incluida la prosperidad.

Eso significa que muchos cristianos, a pesar de haber recibido a Cristo como su Salvador, todavía no han renovado sus mentes con los principios de la Palabra de Dios y tienen en su cabeza una mezcla de patrones humanos, sociales, equivocados a los patrones bíblicos sobre el tema de la prosperidad. ¡Imagine el resultado! Como alguien dijo: ¡La mezcla de lo bueno con lo malo es confusión!

Ya todos sabemos que nuestra naturaleza humana está viciada de todo tipo de pecado de egoísmo, avaricia, que si lo sumamos a experiencias de vida asociados con la pobreza, miseria, escasez, creará en nosotros una mentalidad de carencia, lo cual conduce a una forma de avaricia para no perder lo poco que uno tiene.

Ese patrón mental lleva a la persona a pensar que siempre vivirá inmerso en ese mundo de escasez y que la única manera de subsistir es robar o que le regalen algo. Su mente esta adiestrada solo a recibir y/o a quitar porque no tiene recursos, y a menos que en Cristo esa mente sea renovada, la persona tendrá serios problemas con el tema de honrar a Dios y darle lo que le corresponde en la Casa de Dios. ¿Me va entendiendo?

Además de todo esto, sumemos la herencia religiosa latina, donde la creencia del catolicismo romano, ha fomentado la idea de que la pobreza es una “virtud espiritual”, y que hay que ser pobre para agradar a Dios.

Si usted lee la historia de la Iglesia en la época medieval, descubrirá que para que los candidatos a ser sacerdotes o monjas pudieran entrar a “servir a Dios” en conventos o monasterios tenían que hacer votos de pobreza, de celibato entre otras cosas. En ese entonces, la sociedad veía a esas personas que tomaban dichos votos como “elegidas” y como algo digno de imitar.

Con todo lo que he mencionado llegamos a la triste conclusión de diagnóstico y es que la Iglesia está enferma, por lo cual necesita una urgente sanidad. A menos que la Iglesia sea sanada, no podrá encausarse en lo que Dios quiere hacer a través de ella ni entender la estrategia financiera que el Señor tiene para los suyos en este tiempo.

Si la Iglesia necesita sanidad, significa que usted y yo necesitamos SER SANADOS ANTES DE PROSEGUIR HACIA ADELANTE. No ser sanados significará ir con la enfermedad e infección a cuestas.

¿Cuál es el remedio para esta enfermedad?

El remedio viene con la presencia del Espíritu Santo, el cual como aceite sanador quiere derramarse sobre nuestras vidas.

Para que la sanidad venga, es necesario hacer lo que dice Jeremías 1:9-10 “y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.”

Si leemos detenidamente, vamos a ver que antes de las palabrasedificar y plantar” se encuentran “arrancar, destruir, arruinar y derribar” ¿Qué nos quiere decir el Señor?

Para ser sanados debemos primero remover todo lo que produce la infección, porque no se puede edificar ni plantar en el Espíritu sin primero arrancar, derribar, arruinar, derribar conceptos equivocados sobre el tema de la prosperidad.

Es necesario ser sanados con el aceite fresco del Espíritu Santo para que nuestro ser interior vuelva a quedar limpio, y seamos un terreno virgen de todo lo equivocado y podamos plantar semillas de lo genuino del Señor.

Jeremías 30:17 le dice a Su Iglesia en esta hora: “Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová;”

Pasos para recibir sanidad

2 Crónicas 7:14 dice lo siguiente:”si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

Los pasos para alcanzar sanidad son los siguientes:

1. Humillarse ante su presencia

2. Orar, hablar con Dios para entregarle todo nuestro ser. Reconocer nuestra necesidad de ser sanados, pues hemos sido lastimados.

3. Buscar su rostro para que su Espíritu haga su obra, pues sin su sanidad no podemos ser tierra fértil del Espíritu.

4. Convertirse, es decir dar un giro de 180 grados para alinearse con Dios a fin de interpretar lo que él quiere hacer financieramente en Su Iglesia.

5. Recibir la sanidad para transformarnos en buena tierra a fin de que seamos tierra fértil donde la palabra pueda ser sembrada y de fruto abundante a treinta, sesenta, ciento por uno.

Ahora es el tiempo de ser sanados y transformarnos en tierra fértil donde las semillas de la Palabra puedan ser sembradas a fin de que podamos creer y entender todo lo que Dios está haciendo en Su Iglesia, inclusive con los principios de prosperidad bíblica sobrenatural, que es la prosperidad de Dios con un santo propósito: ¡Financiar la gran cosecha de almas que viene!

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