EL LUGAR, MISIÓN Y DESTINO DE LA MUJER – Primera parte –

 

En los días que vivimos se oyen voces por todos lados tratando de crear conciencia para que la mujer sea respetada y ocupe el lugar que le corresponde en la sociedad.

Lamentablemente, junto con toda esa buena intención, se han entremezclado un sin fin de ideas y propuestas que no tienen nada que ver con lo que Dios, el Creador de la mujer ha diseñado para ellas.

Es por eso que aquellos que reconocemos a Dios como la fuente de todas las cosas, necesitamos saber realmente lo que el Creador ha dicho sobre la mujer. Esto es importante no solo para nosotros, sino para que podamos además compartirlo con otros que tienen una idea desfigurada del lugar, misión y destino de la mujer.

Veamos entonces lo que Dios dice en su Palabra paso a paso.

(Este estudio lo hemos subdividido en tres partes para facilitar su lectura)

PRIMERA PARTE

1. EL ORDEN DIVINO

El tema del ministerio de la mujer siempre ha sido a través de la historia de la Iglesia un asunto controversial.

Algunos dicen que tanto el hombre cómo la mujer tienen la misma igualdad en el ministerio. Otros no le permiten ministrar a las mujeres y algunos evitan los extremos con una tendencia más centralizada.

Por toda esta controversia se hace necesario que vayamos a las Sagradas Escrituras para saber cuál es el lugar de la mujer en la iglesia.

En estos días con el auge de la “igualdad de derechos” y el movimiento de liberación femenina, además de otros tantos movimientos feministas, la Iglesia de Jesucristo necesita volver a tratar éste tema.

La generación en que vivimos es aquella en la cual los roles del hombre y la mujer se han alterado.

Muchos se han rebelado y reaccionado contra madres dominantes y padres pasivos. Las guerras mundiales han llevado a las mujeres a posiciones que les pertenecían a los hombres, dejando un vacío en el hogar. La mujer llegó a ser independiente del salario del varón haciendo en muchos casos el trabajo del varón. La mujer dejó de estar satisfecha con sólo ser madre, esposa y ama de casa de una familia.

La filosofía humanística de la “liberación” trajo insatisfacción a la mujer. Las mujeres trataron de ser lo que nunca fueron creadas para ser. Trataron de ser cómo los hombres, frustrándose en el intento y a la vez dejando de cumplir su rol de mujer.

La profecía de Isaías 3:12 se puede aplicar hoy ante el levantamiento de movimientos feministas impíos cuando dijo: “Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él.” dando a entender que el hombre había fallado y cedido en su liderazgo.

Muchas culturas degradan a la mujer, donde es una esclava del hombre. Esto lo vemos en India, África, países musulmanes, etc. Únicamente donde los principios éticos judeo-cristianos se llevan a la práctica, la mujer es protegida y reconocida.

Con todo lo que hemos mencionado, vemos que la Iglesia está llamada a ser una voz profética en la sociedad y a la vez mostrar prácticamente los parámetros estipulados por Dios dentro y fuera de las paredes de una iglesia.

El principal principio de interpretación de las Escrituras es el principio del contexto. Así que vamos a ver la revelación total de la Palabra para ver lo que dice respecto a la mujer y su ministerio en la Iglesia del Señor.

A. EL ORDEN EN LA CREACIÓN (Génesis 1:26-28; I Corintios 11:8)

En estos pasajes tenemos el relato de la creación del hombre y la mujer. Existe un orden Divino creacional establecido en la creación, antes de la entrada del pecado.

Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, su orden Divino fue primero el hombre y luego la mujer (1 Timoteo 2:13).

El hombre y la mujer fueron creados iguales como personas, para reinar y gobernar sobre toda la creación, como un rey y una reina. Dios los bendijo y les dio dominio. Había entre ellos una sociedad. Por eso Dios los llamó “Adán” (Génesis 1:26-28; 5:1-2).

Este orden divino no significaba que el hombre fuera superior a la mujer, tampoco significaba inferioridad de la mujer ni desigualdad. Simplemente era el orden Divino para la familia.

Este orden era un orden demostrado en la Trinidad con Dios cómo Padre, el Hijo y el Espíritu Santo:

1.            Igualdad

2.            Pluralidad

3.            Unidad

4.            Orden

5.            Prioridad

6.            Sumisión

7.            Armonía

8.            Amor perfecto

La prioridad en la creación fue que el hombre fue creado primero y luego la mujer.

Eva no fue creada para dirigir o controlar a Adán. En el orden Divino creacional la mujer no tomaba autoridad sobre el hombre. El hombre era la cobertura, autoridad, cabeza y protección de la mujer. Ambos sí eran herederos de la gracia de la vida.

La mujer fue creada para ser ayuda idónea, eso significaba ser una ayuda positiva, la contraparte. Juntos debían reinar sobre la creación.

La mujer era el complemento, pero diferente al hombre. Es importante notar que la primera mujer fue llamada de las siguientes maneras:

a. Adán u hombre. El “hombre” (ser humano) fue hecho a la imagen de Dios (Hebreo “Ish” e ”Ishshah” (Génesis 1:27; 2:23; 5:2). Aquí encontramos la parte masculina y femenina de la imagen de Dios.

b. Mujer (Génesis 2:23). Literalmente significa “del hombre”. Es más que un nombre genérico. Está asociado con su relación a Adán, de quien fue creada. Esto es, su contraparte o “media naranja”, su esposa.

La mujer es “útero-hombre” o un hombre con útero (Génesis 2:7, 8; 18-25). Así que tenemos un hombre y una “útero-hombre”. En inglés la palabra “woman” (womb-man) tiene su significado de éste concepto.

c. Eva (Génesis 3:20). Eva significa “dadora de vida, madre de todos los vivientes, madre de los vivientes”. Este fue un nombre profético. Adán le dio ese nombre a ella luego de la caída. Antes se llamaban “Adán”, pero ahora serían Adán y Eva.

La mujer fue creada para ser la ayuda idónea del hombre. Esto significa, ser su ayuda y asistencia. La idea de Dios es que cada uno se completara en el otro. La mujer fue creada para ser la madre de sus hijos (Salmos 128:3).

Ella debía ser virtuosa, prudente y edificadora de la familia (Proverbios 12:4; 14:1; 19:14; 31:10-31). Cuando Adán se encontró con su mujer el encontró algo bueno otorgado por Dios (Proverbios 18:22).

En el Señor, la mujer es incompleta sin el hombre y el hombre sin la mujer. La mujer es la gloria del varón y el varón es la Gloria de Dios, pues la mujer fue creada del varón (1 Corintios 11:1-16).

El hombre y la mujer eran iguales cuando estaban sin pecado aunque cada uno tenía funciones diferentes. Para el varón: ser esposo y padre. Para la mujer: ser esposa y madre. Debían multiplicarse para tener una familia bendecida por Dios. (Génesis 1:26-31).

Entonces, antes de la caída tenemos en el Orden Divino creacional al hombre cómo cabeza de la mujer.

B. EL ORDEN EN LA CAÍDA (Génesis 3; I Timoteo 2:14; 2 Corintios 11:1-3)

En Génesis 3 tenemos el relato de la caída del hombre y la mujer y la entrada del pecado a la raza humana.

El Apóstol Pablo dice que el hombre no fue engañado sino la mujer. En la caída entonces, se invirtió el orden creacional, es decir, hubo un cambio de roles.

La mujer, aparentemente lejos de su esposo, de su cobertura y liderazgo, fue engañada para violar los mandamientos del Señor. La Biblia registra lo que ella dijo posteriormente: “Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.” (Génesis 2:13).

Esta es la propia confesión de cómo Eva fue engañada por el diablo.

Es evidente que Dios le había dado el mandamiento a Adán, así que la mujer era responsable para con su esposo en este asunto de obediencia hacia Dios.

Entonces, en la caída vemos a la mujer tomar el liderazgo sobre el varón, sobre su esposo y cabeza. Ella comió primero y luego le dio a su esposo. La mujer fue la primera en pecar.

Vemos que el hombre, quién en el orden creacional era primero, tomó de la mujer e invirtió el orden divino creacional. El hombre pecó por tomar del fruto de la mujer. Ambos habían violado su posición e invirtieron sus roles.

Eva fue engañada por la doctrina de demonios (I Timoteo 4:1-2). Ella necesitó tener una cobertura sobre su cabeza debido a los ángeles (en este caso ángeles caídos demoníacos). Es evidente que el enemigo aprovechó algún momento en el cual vio sola a Eva para seducirla y engañarla.

Aquí aprendemos que desde aquél momento, la mujer tiene la tendencia a ser engañada más fácilmente que el hombre. El pecado corrompió la cobertura amorosa del varón y la sumisión de la mujer. Ambos fueron culpables ante Dios (Romanos 5:12-21).

C. EL ORDEN EN EL JUICIO DIVINO (Génesis 3)

Este orden pertenece al orden redentor de Dios. El propósito de éste orden fue traer de vuelta al hombre y a la mujer hacia Dios, como era antes de la caída, volver al patrón original.

1. Juicio sobre la serpiente (Génesis 3:14; Isaías 65:25)

a.            Fue maldecida con una maldición irrevocable.

b.            La simiente de la mujer le aplastaría la cabeza en su debido tiempo y eso sería por un hijo nacido de una virgen (Jesucristo).

2. Juicio sobre la mujer (Génesis 3:16; 1 Corintios 11:2; Efesios 5:22)

a.            Se multiplicarían los dolores de la mujer.

b.            Se multiplicaría la concepción con dolor en el nacimiento y la maternidad (1 Timoteo 2:15).

c.             El hombre sería su cabeza. Ella debería estar sujeta a su marido y saber que el regiría sobre ella. Antes de la caída ellos reinaban juntamente, ahora el hombre reinaría sobre ella, y esto daría lugar a los abusos y la perversión de autoridad.

Es evidente que hubo más juicios sobre la mujer debido a que ella fue la que desobedeció primero. En vez de co-reinar, ahora ella debía subordinarse al varón.

A partir de allí la mujer intentaría siempre gobernar sobre el varón, por eso Efesios 5 le dice a las esposas que se sujeten a sus propios maridos en el Señor.

3. Juicio sobre el varón (Génesis 3:17-19; 2:17)

a.            Comería del fruto de la tierra con dolor todos los días de su vida.

b.            Trabajaría con esfuerzo y sudor.

c.             Al morir volvería al polvo, de dónde fue creado. (Eclesiastés 2:23; 3:20; Job 21:26).

d.            La muerte pasaría a toda la humanidad debido a su pecado (Romanos 5:12; 1 Corintios 15:22)

Entonces, el orden del juicio primero fue sobre la serpiente, luego la mujer y posteriormente el hombre y último la tierra.

D. EL ORDEN EN LA REDENCIÓN

En medio de estos juicios, Dios prometió que la redención vendría a través de la simiente de la mujer (Génesis 3:15).

Aunque el pecado y la muerte entraron por causa de una mujer, Dios traería redención a través de la simiente de una mujer.

Esta semilla o simiente sería un hombre nacido de una mujer para redimir tanto al hombre como a la mujer y restaurarlos a la imagen de Dios establecida antes de la caída.

En I Timoteo 3:15 de acuerdo a los estudiosos, la mujer (y el hombre también) experimentarían salvación por traer a este mundo al niño Jesús (Mateo 1:18-21; Lucas 3:30-33; Isaías 7:14; 9:6-9; Gálatas 4:4; I Timoteo 2:15).

Dios utilizaría a una mujer para dar a luz en la tierra a su Hijo unigénito, el Salvador del mundo. El no utilizaría la semilla/semen de un hombre, pues Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo, ¡aunque el Salvador sería un hombre!

Tenemos la simiente de la mujer que vendría a través de la simiente de Abraham, Isaac, Jacob, Judá, David y María, de la cual nació Jesús.

La bendición del nacimiento de Cristo estaría asegurada a través de una mujer.

Existe un odio satánico contra la mujer, el cual se ha manifestado a través de la historia. Esto indudablemente es porque Eva expuso el hecho de que la serpiente la había engañado y también porque Dios dijo que de la simiente de la mujer vendría el que le pisaría en la cabeza (Génesis 3:15).

En I Timoteo 2:13 está el orden creacional. Primero el hombre, luego la mujer y en el v.14 el orden mencionado es el de la caída, es decir, la mujer primero y después el varón, y en el v.15 se ve el orden  de la redención: La mujer da a luz al hombre-Cristo.

Jesucristo nos traería de vuelta al patrón original u orden creacional: El hombre (Jesucristo) primero, luego la mujer (Iglesia) (Efesios 5:22-23).

Aunque existe igualdad como personas, el varón es primero y luego la mujer, inclusive en el orden espiritual: Cristo el hombre primero y luego la Iglesia (mujer). Esto sería así hasta la eternidad. Cristo la cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo. ¡¡Esto es orden divino!! La redención devolvió el orden original en el hogar entre el marido y su esposa; trajo orden en la Iglesia entre el hombre y la mujer.

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