Por Ritchie Pugliese
Desde hace varios años el Señor por su gracia me ha mostrado su plan para este tiempo . Lo he estado propagando a través de nuestro ministerio en línea y en cada lugar donde he tenido la oportunidad de ministrar personalmente. Sin embargo, en los últimos tiempos donde vienen arreciando diferentes crisis en el área de la salud y economía a nivel mundial, esta palabra viene con la fuerza del cielo para alertarnos, alentarnos y dirigirnos.
Lee con atención y reflexión esta palabra:
En Apocalipsis 2:7 y 17 leemos: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Más allá de lo revelado y registrado en los 66 libros de la Biblia —“la Palabra profética más segura” (2 Pedro 1:9) o el Logos de la Palabra infalible de Dios—, en cada etapa de la vida de la Iglesia, el Espíritu Santo siempre ha hablado de manera profética a su pueblo para darle palabras específicas (“una palabra rema”) para que la Iglesia se alinee bajo sus propósitos. Esta “palabra rema” no viene en forma aislada, sino que siempre es un subproducto de la Palabra Logos de Dios que es infalible.
Cuando oímos a Dios hablar lo que el Espíritu dice hoy y ahora, recibimos una “palabra rema”, una palabra específica, para personas específicas en un tiempo específico. No es lo que dijo hace cien años o tres años atrás, sino lo que el Espíritu está diciendo hoy.
Aclaración muy importante:
Los énfasis de Dios para su Iglesia que quiero dar a conocer, están directamente relacionados con la predicación del evangelio y la gran cosecha de almas. Sin este enfoque, carecen de significado.
Dios está interesado en “vaciar el infierno y poblar el cielo”; ayudar a la humanidad a que cada uno experimente en esta vida las primicias de la vida eterna al recibir a Cristo como su Salvador personal según está escrito en Juan 3:16.
Ahora bien, ¿Cuáles son los dos énfasis del Espíritu Santo para este tiempo?
Estos dos énfasis son el resultado de un proceso previo pero necesario de renovación y restauración en la Iglesia, para que ella pueda estar bien alineada con lo que Dios quiere hacer y se mueva totalmente dirigida por el glorioso Espíritu Santo.
Por eso, en este tiempo de crisis a nivel mundial sobre la salud y la económia es necesario enfatizar como Iglesia:
1) Los principios de prosperidad bíblica sobrenatural;
2) Los principios de salud y sanidad divina.
¿Por qué? Pues porque el mundo está dando pruebas que no tiene la solución para la humanidad. Hoy más que nunca necesitamos la obra sobrenatural de Dios.
El problema que la Iglesia enfrenta hoy
Es lamentable ver que, muchas veces, “lo que Dios quiere enfatizar de manera equilibrada, la iglesia lo enseña y practica de manera totalmente desequilibrada”. ¿Por qué digo esto? Porque si hay un tema sobre el que pareciera haber más malinterpretación y confusión es sobre la prosperidad bíblica (la sanidad divina pareciera no causar mucha controversia).
He notado que cuando se menciona el tema “prosperidad”, muchos creyentes basados en los malos ejemplos, reaccionan de manera negativa y piensan que todos los pastores los quieren engañar para quitarles el dinero. Los acusan ferozmente de herejes, ladrones, estafadores y mercenarios de la fe.
Sin embargo, así como existe lo falso también existe lo genuino con respecto a este tema. Nuestro interés es hablar de la prosperidad bíblica con un énfasis sobrenatural como lo enseña la Palabra de Dios, porque creemos que en estos tiempos de crisis financiera mundial que estamos viviendo, El Señor quiere hacer milagros financieros, no solo en nuestra vida personal, sino principalmente para la extensión el Reino de Dios y la predicación del glorioso evangelio de Jesucristo.
Ahora bien, ¿Por qué el Espíritu Santo está enfatizando la necesidad de volver a estudiar temas como la prosperidad y la sanidad divina?
A. En lo que respecta a la prosperidad, el Señor quiere:
1. Demostrar al mundo, que está hundido en una crisis financiera cada vez peor, que Dios es el que da el verdadero poder para prosperar.
2. Erradicar el espíritu de pobreza, escasez y miseria en los suyos.
3. Demostrar al mundo que la Iglesia no les quita el dinero a las personas, sino que las instruye con sus principios para que experimenten el favor de Dios y prosperen en su lugar de trabajo o en sus negocios.
4. Prosperar a su pueblo con un propósito definido: Financiar la gran cosecha de almas para la extensión del Reino de Dios.
B. En lo que respecta a la salud y sanidad divina, el Señor quiere:
1. Demostrar al mundo, afectado por virus, epidemias, pandemias, y todo tipo de enfermedades, que Dios es el único que ofrece verdadera salud y sanidad.
2. Erradicar todo espíritu de enfermedad y dolencias, toda plaga o virus que pretenda flagelar a la humanidad.
3. Demostrar al mundo que la solución a los problemas de las enfermedades no solo la tiene la ciencia, sino también la Iglesia de Cristo con los dones de sanidades dados por el Espíritu Santo.
4. Manifestar su poder sanador sobre los suyos para que ellos no solo gocen de buena salud, sino que además se transformen en agentes sanadores en medio de un mundo enfermo.
A pesar de todas las malinterpretaciones que causan estos temas, Dios está levantando siervos conforme a su corazón, vaciados de toda avaricia, egoísmo y vanagloria para que comiencen a sanar al pueblo de errores y exageraciones doctrinales, y así posteriormente instruirlos sobre los principios bíblicos de prosperidad y sanidad divina. Dios quiere hacer esto para que la Iglesia esté correctamente alineada para recibir la gran cosecha de almas que viene.
Creo firmemente en mi espíritu que, en los próximos tiempos, en el mundo veremos más pobreza, escasez, miseria, enfermedades, plagas, etc.; pero dentro de la Iglesia habrá salud, sanidad y prosperidad sobrenatural para que la obra de Dios se lleve a cabo, el Reino del Señor se expanda y el Evangelio de Jesucristo se predique.
El Espíritu Santo nos está hablando. ¡Es tiempo de reflexionar en oración y actuar!
¿Estamos abiertos y deseosos de hacer los ajustes espirituales necesarios para ser parte de lo que Dios quiere hacer en los próximos tiempos?
¿Estamos deseosos de ser entrenados y capacitados sobre estos dos temas?
¿Estamos dispuestos a alinearnos y ajustar o cambiar, si fuera necesario, la programación de nuestras actividades y/o nuestro ministerio a la luz de lo que el Espíritu Santo está diciendo?
¿Deseas prepararte y equiparte espiritualmente para los tiempos gloriosos que vienen y ser un instrumento poderoso en las manos de Dios?
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