EL TIEMPO DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS HA LLEGADO

Por Ritchie Pugliese

Al nacer de nuevo espiritualmente hemos regresado, por así decirlo, al huerto del Edén, donde todo fue provisto inicialmente. Hemos vuelto a patrón original estipulado por Dios en la creación. Se ha restaurado en nosotros todo lo que el Señor nos había entregado. Se ha restaurado en el ser humano la posibilidad de ejercer dominio para bendecir.

El Salmo 115:16 dice: “Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.” El ser humano fue creado para habitar en la tierra y llevar a cabo el propósito de Dios: Ejercer dominio para bendecir.

Nuestro mundo es un mundo peligroso debido a la maldición que predomina en él. La gente pretende dar soluciones naturales a las situaciones que tienen un problema espiritual. El hombre tiene buenas intenciones pero no puede alcanzar solución.

La mujer con el flujo de sangre hizo todo lo natural para ser sanada hasta que escuchó de Jesucristo, y lo buscó para tocarlo. Ella necesitaba una solución espiritual a su problema natural. Cuando miramos la situación con ojos espirituales, como Dios ve las cosas, nos damos cuenta que los problemas naturales tienen causas espirituales y por consecuencia necesitan soluciones espirituales…. ¡es aquí donde comienza nuestra misión y propósito en la vida!

En Romanos 8:19 leemos: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.”

Este pasaje nos dice que la creación está esperando que los hijos de Dios hagan algo. Aguardar implica esperar con expectativa de que algo suceda pronto. El problema es que la Iglesia se ha entretenido en cosas secundarias y se ha desenfocado de su misión principal: Manifestar dominio para bendecir a la creación.

El día que la Iglesia despierte de su letargo, el Cristianismo ya no será considerado una religión más sino que será caracterizada por la contundencia del obrar sobrenatural de Dios. La iglesia debe administrar el mundo, porque Jesucristo es la respuesta.

En Isaías 60 se mencionan a los arboles de justicia, eso significa que donde la Iglesia está debe estar la bendición de Dios.

Es tiempo de posicionarse y salir del encierro de la intimidación, pasividad y letargo, Dios quiere utilizarnos para realizar cosas grandes; Dios está separando y cortando lo que nos ha afligido para que valientemente proclamemos al mundo: ¡“No me avergüenzo del Evangelio” (Romanos 1:16) así que recibe las Buenas Nuevas de Jesucristo!

Cuando caminamos por fe corremos el riesgo de ser ridiculizados o de hacer el ridículo al inicio ya que no se ve nada, pero al final seremos bendecidos. La fe de Abraham es la que necesitamos, esa clase de fe, una fe violenta espiritual, como lo dice Mateo 11:12 “el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”

Para que esto suceda necesitamos restaurar el concepto de dominio que Dios nos ha entregado en Cristo.

¿Qué significa tener la propiedad de algo? Tener derecho legal, el titulo completo o el derecho sobre algo.

El patrón original de Dios para la humanidad se refleja en Génesis 1:26-28 Dios hablo al ser humano de ejercer dominio: “Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”

Dios aquí le transfirió su poder al ser humano, le pasó su bendición de dominio. No es dominio para dominar y subyugar a otros, es un dominio con propósito: bendecir.

Impartir bendición es algo poderoso, no son simplemente palabras dichas al aire. Hoy alivianamos el concepto de bendecir a otros y no entendemos su significado original. En la Biblia “bendecir” es una palaba poderosa. “los bendijo y les dijo”. La bendición está asociada con una palabra posterior.

Por lo que leemos en Génesis capítulo uno, inicialmente las palabras eran más utilizadas para la creación que para la comunicación. Por eso Dios quiere que recuperemos esa bendición perdida: “llenad la tierra”. “Llenad” en el hebreo significa: “reabastecer perpetuamente para que nunca haya necesidad; amontonar con abundancia”. Es decir recuperar la plenitud original. La bendición que se imparte es el mismo poder para crear las cosas.

Esa era la tarea de Adán. El recibió las semillas del cielo porque la tierra debía ser como el cielo y el hombre debía ser como su Creador (Dios).

La idea de Dios es ir al peor lugar y crear un huerto divino. Cuando Adán pecó, el hombre trajo la maldición y a partir de ese momento fluye de él la maldición y todo está afectado por la maldición. El poder que Dios le dio a Adán estaba pervertido porque ahora del hombre fluía la maldición.

Ahora en Cristo, es posible transformar el lugar más maldecido en un huerto del Edén. Efesios 2:6 nos dice que estamos sentados en los lugares celestiales con Cristo. Al caer el hombre tiene solo el poder de maldecir.

Cuando Jesús se enfrentó con el endemoniado gadareno, este le dijo que dentro de él había una legión de demonios, es decir estaba lleno de maldición. Si un solo hombre puede soportar esto, cuanto más un cristiano puede llevar toda la presencia de Dios para traer y llevar la bendición de Dios.

El poder de Dios está en nosotros y hay que activar y soltar ese poder. Eso significa “la manifestación de los hijos de Dios”

Juan 14:12 dice “el que cree en mi…en las hará… mayores”. ¿A qué se refirió Jesús? ¿Qué es lo mayor que nosotros podemos hacer, comparado con todo lo que hizo Jesús?

Creo que la respuesta está en que aquí Jesús se refiere a que nosotros somos criaturas redimidas y podemos decir al mundo que estábamos muertes en nuestros delitos y pecados, enterrados bajo maldición y gracias a la obra de Cristo ahora somos nuevas criaturas que dondequiera que vayan pueden bendecir a los demás con el mismo mensaje con el que fuimos alcanzados.

Todos tenemos la misma medida de fe “acorde a tu fe sea hecho”. En 1 Juan 4:17 leemos “como él es, así somos nosotros” Para Dios somos más grandes por dentro de lo que somos por fuera.

Como creyentes en Cristo, vivimos en los dos ámbitos: espiritual y natural, por eso Dios nos ha dado la fe para tomar algo del mundo invisible y traerlo hacia el mundo natural. Por eso debemos saber lo que dicen las Sagradas Escrituras porque la fe viene por oír la Palabra de Dios.

Isaías 61 es un pasaje de jubileo, de redención de la humanidad. Dios redime al ser humano gracias a la obra de Cristo en la cruz del calvario.

En Éxodo 3:19 leemos que Faraón no quería dejar ir al pueblo de Dios por eso el Señor dijo: “Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte.” Y los vv. 20-21 continúan diciendo: “Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías;…”

El pueblo de Dios al vivir lejos de Dios vivía en esclavitud. Espiritualmente hablando, fuimos librados al momento de nacer de nuevo pero allí no termina la historia, el pasaje dice que salieron “con las manos llenas”

El Salmo 103:1-5 dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”

Con la salvación viene todo lo que el pasaje detalla: liberación, provisión, beneficios. El consejo es que no nos olvidemos de esos beneficios que vienen incluidos en lo que Cristo hizo en la cruz del calvario por pura gracia.

La misma fe para ser salvos es la que me bendice. Soy heredero de los beneficios de Dios. El enemigo no quiere que los reciba y va a trabar la cosa, por eso debemos caminar por fe y no por vista.

Hablemos para terminar de los conceptos de propiedad…

La mentalidad de ser propietarios es necesaria para gobernar correctamente la tierra y ejercer el dominio que Dios le ha dado a su Iglesia. Si no soy dueño de algo no me voy a preocupar ni enojar por lo que ocurra en esa tierra. El enemigo hoy hace de las suyas y el pueblo de Dios ni se irrita… ¿Por qué? Porque hemos perdido el significado de lo que significa “ser dueños”. Si alguien viene a robarle lo que es suyo usted seguramente se irritaría y haría algo para evitarlo. El Salmo 2:8 dice: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.”

La Biblia es nuestra tierra de promesas por eso necesitamos ejercer la fe de Hebreos 11:1 que es la que nos da certeza y convicción que lo invisible se hace visible.

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