Por Ritchie Pugliese
La Palabra de Dios dice lo siguiente en Eclesiastés 3:1:
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”
La Biblia enseña que Dios es eterno desde la eternidad y hasta la eternidad, El existe desde antes de todas las cosas y vive por siempre y para siempre, pero debajo del cielo Dios ha creado el concepto del tiempo donde cada cosa tiene un tiempo específico y oportuno. Él ha creado las estaciones, las etapas de la vida, para que todos podamos transitarlas. Para nosotros el tiempo en la tierra es limitado pues Dios así lo ha decidido.
En Daniel 2:20-21 leemos también:
“…sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda (cambia) los tiempos y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. El revela lo profundo y escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con el mora la luz.”
En 1 Crónicas 12:32 leemos también que los hijos de Isacar, de las tribus de Israel, eran “entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer…”. Dios quiere que nosotros también aprendamos a distinguir los tiempos de la vida.
En la Palabra de Dios existen tres clases de tiempos:
1. Tiempo general o tiempo calendario. En griego es “kronos” (Hechos 1:7 “tiempos”)
2. Tiempo oportuno o determinado. En griego es “kairos” (Hechos 1:7 “sazones”)
3. Tiempo del cumplimiento En griego es “pleroó” (Gal. 4:4)
Para poder entender y saber diferenciar estos tiempos debemos tomar un ejemplo natural para entender una verdad espiritual: El tiempo del embarazo.
Como todos sabemos el tiempo de gestación es de aproximadamente nueve meses (este sería el tiempo kronos). Cuando se va acercando la fecha, en un momento comienzan los dolores de parto (este sería el tiempo (kairos), pero allí no termina la cosa, ¡En realidad recién comienza! Pues falta el momento exacto del alumbramiento del bebé (este es el tiempo pleroó).
Con este ejemplo sencillo podemos entender cómo opera el tiempo de Dios en nuestras vidas.
Ahora bien, existen tiempos en nuestras vidas donde las cosas no salen bien, se originan conflictos, problemas, se atraviesan tiempos de sequía espiritual, infertilidad y falta de resultados, ataques severos del enemigo, pruebas, etc. Como diríamos, no son los buenos tiempos que todos esperamos, pero gloria a Dios porque hay un momento especifico y determinado para recibir sus bendiciones.
La Biblia enseña, además, que existe un tiempo específico y determinado por Dios, en el cual El obra de repente e instantáneamente. Dios pareciera estar ausente y callado por largo tiempo… ¡pero de repente manifiesta Su glorioso poder para bendecir a su pueblo!
Este artículo no sólo quiere demostrarte las diversas clases de tiempos que existen bajo el sol sino principalmente darte una inyección de fe, a fin de que puedas creer en este día que Dios tiene preparado para tí un tiempo de obrar repentino, donde Dios derramará de sus bendiciones sobre tu necesidad. ¡El obrar “de repente” del Señor puede estar muy cerca de llegar a tu vida!
Existen dos pasajes que quiero compartir en este artículo, que hablan del obrar “de repente” o repentino de Dios:
I. Hechos 2:1-2 dice:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual lleno la casa donde estaban sentados.”
II. Hechos 16:25-26 (Pablo y Silas en la cárcel)
“entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos se sacudían…”
Estos dos pasajes tienen mucha enseñanza para instruir y edificar nuestras vidas, para llenarnos de fe y ayudarnos a creer que el mismo Dios que operó en la Iglesia Primitiva, es el mismo Señor vigente en pleno siglo XXI para derramar sobre nuestras vidas su obrar “de repente” o repentino.
El obrar “de repente” de Dios siempre viene precedido por un tiempo prolongado de silencio de Dios. En nuestro lenguaje popular decimos que son tiempos “donde no pasa nada”. Quizás tú has estado orando y orando y nada sucede, nada ha cambiado hasta ahora. ¡Aún es posible que tu situación se haya puesto peor que antes de empezar a orar!… y estés confundido diciendo: – ¡Señor tú ves mi necesidad, estoy orando y rogando cada día pero nada sucede! -.
Existen muchos cristianos confundidos que en este punto se resignan a vivir sin la bendición de Dios y caminan como cristianos frustrados. Son fieles, pero viven frustrados…porque a decir verdad, no hay nada más frustrante que vivir sin las bendiciones de Dios.
El Espíritu Santo en este tiempo te está invitando a a creer que el “de repente” de Dios está a las puertas de tu vida, pues eres es un hijo, una hija de Dios y la exclusividad del obrar “de repente” de Dios es patrimonio del pueblo de Dios. ¡Bendito y alabado sea el Nombre de nuestro Dios!
Ahora bien, ¿Quiénes son los que califican para la bendición repentina o el obrar “de repente” de Dios? Miremos por un instante los pasajes de Hechos 2:1-2 y Hechos 16:25-26 y aprenderemos lo que tenemos que hacer antes que venga el “de repente” de Dios. Recuerde que Dios nunca opera “al azar” sino siempre cuando se han cumplido previamente ciertas pautas establecidas por El en su Palabra. Siempre el obrar “de repente” genuino de Dios viene precedido de lo siguiente:
1. La bendición “de repente” de Dios es para los que esperan en el Señor (Hechos 1:4)
Jesús les ordenó a sus discípulos a que esperasen la promesa del Padre y que no se movieran de Jerusalén. Tenían que esperar algo que no habían visto, y solo tenían la promesa de parte del Señor. En 1 Corintios 15:6 leemos que Jesús se apareció a más de quinientas personas a la vez.
En Hechos 1:15 leemos que los que estaban esperando eran alrededor de ciento veinte. Si hacemos una resta matemática de 500-120 = 380 personas. La pregunta es ¿Dónde estaban las 380 personas el día de Pentecostés? La respuesta es sencilla: ¡Se cansaron de esperar y se fueron! Con esto aprendemos que los que perseveran esperando confiados en el Señor hasta el final, resultarán bendecidos. En todos estos años donde todo le salió al revés de lo esperado, ¿Te mantuviste esperando en el Señor? Si lo has hecho, ¡Prepárate para el de repente de Dios!
2. La bendición “de repente” de Dios es para los que perseveran en oración y ruego (Hechos 1:14)
Todo lo que anhelamos de Dios viene como fruto o resultado de la oración. Orar no solo es pedir sino también tener intimidad con el Señor. Alguien dijo con razón que cuando se produce una santa intimidad se origina la procreación. En la oración íntima con Dios gestamos las bendiciones futuras de Dios. En todos estos años donde “no ha pasado nada”, ¿Te mantuviste orando, rogando con fe o dejaste de orar pensando que Dios se olvidó de tí?
3. La bendición “de repente” de Dios es para los que están unánimes juntos (Hechos 2:1)
Existen bendiciones a nivel personal y grupal, a nivel ministerial, congregacional. Una cosa es estar juntos y otra diferente es estar “unánimes juntos”. Yo puedo estar bajo el mismo techo con varias personas pero eso no significa estar en un mismo sentir, en un mismo espíritu. En todo este tiempo donde las cosas no salieron bien y la bendición no llegaba, ¿Has dejado de congregarte regularmente o continuaste asistiendo y sirviendo a Dios con la misma intensidad?
4. La bendición “de repente” de Dios es para los que suben al aposento alto, los que buscan a Dios (Hechos 1:13).
Durante los valles de la vida, es decir en tiempos de pruebas, luchas espirituales, desiertos, la única manera de sobrevivir es subiendo espiritualmente en los lugares altos en Cristo Jesús.
El estilo de vida del creyente debe ser la continua habitación en el lugar alto, buscando a Dios. Muchas veces pensamos que las luchas y problemas intentan frenar nuestra subida y crecimiento espiritual, cuando en realidad son los escalones de Dios para crecer e ir de fe en fe y de gloria en gloria. Durante todo este tiempo donde no he visto resultados, donde todo ha sido desértico y estéril, ¿Nos hemos mantenido y ascendido a las alturas del Espíritu de Dios o hemos tenido un descenso gradual?
5. La bendición “de repente” de Dios es para los que están rodeados de imposibilidades (Hechos 16:23-24).
Pablo y Silas, dice la Palabra, fueron azotados, colocados en una cárcel de más adentro con una guardia especial y les pusieron cepos en los pies. Su situación era imposible e insostenible, era realmente una situación imposible, humanamente hablando. ¿Estamos actualmente en una situación similar a la de Pablo y Silas donde todas las puertas están cerradas, estamos como imposibilitados de movernos para cambiar nuestra situación actual? Si es así, no desesperemos, pues siempre la bendición del “de repente” de Dios vendrá precedida por un tiempo imposible.
6. La bendición “de repente” de Dios es para aquellos que piensan que “se les vino la noche encima” (Hechos 16:25)
¿Es tu situación es tan difícil que piensas que se te ha pasado la hora para ser bendecido? ¿Vives con la ingrata sensación de que nunca vas a salir de esa situación imposible? ¿Has estado pensando en esto en las últimas semanas al ver que nada cambia y que todo sigue igual o peor a pesar de haber estado orando y orando?
7. La bendición “de repente” de Dios es para aquellos que durante el periodo de tiempo en “el que no pasa nada” y todo sale al revés de lo imaginado o prometido por Dios, continúan alabando y siendo fieles al Señor.
Muchos creyentes cuando ven naufragar sus sueños e ilusiones tiran todo por la borda del desánimo, comienzan a ver todo oscuro, incierto, la incredulidad les domina y solo pueden ver un trágico final. Que diferente es la actitud y perspectiva de los que creen en “el de repente” de Dios.
Ellos aún bajo la presión de las luchas, pruebas, ataques del enemigo, alaban a Dios y le dicen: – Señor, el tiempo ha pasado. Pareciera que nada sucede pero igualmente voy a alabarte y adorarte porque tú eres mi Dios, tú eres mi ayudador y sé que no me dejarás en esta condición. Tu ayuda vendrá a mi vida tarde o temprano. Tú tienes suficiente poder para librarme en un instante. – ¿Has mantenido tu alabanza y adoración sacrificial en medio de sus tiempos difíciles? ¿Te has mantenido fiel a pesar de todo lo malo que estás atravesando y a pesar de no ver todavía el obrar de Dios?
¡Vale la pena esperar confiadamente en el Señor, pues Él es el Señor del “de repente”! ¡Tiene todo poder para cambiar nuestra situación en un solo instante porque Él es Dios!
Para terminar, quiero regalarte tres Salmos que te ayudaran a mantenerte firme y fiel, confiando y creyendo que si has guardado los pasos antes mencionados, eres el candidato seguro para el próximo “de repente” del Señor:
El Salmo 25:3 dice:
“Ciertamente ninguno de cuantos confían en ti será confundido.”
El Salmo 31:24 dice:
“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón.”
El Salmo 33:22 dice:
“Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, según esperamos en ti.”
Es mi oración, que tu clamor en este día sea: – Señor, voy a seguir siendo fiel a ti en medio de mi situación imposible. Te alabo y te bendigo porque Tú eres mi Dios, Tú eres el Dios que obra “de repente”. ¡Ayúdame a serte fiel! ¡Quiero ser el próximo candidato a experimentar tú “de repente” u obrar repentino! ¡Amén!-