Por Ritchie Pugliese
El Salmo 5:12 dice lo siguiente:
“Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor.”
Proverbios 8:35 dice también:
“Porque el que me halle, hallara la vida, y alcanzará el favor de Jehová.”
La Palabra de Dios nos enseña que como cristianos podemos vivir bajo el favor y la bendición de Dios. Es la voluntad del Señor que usted y yo vivamos cada día de nuestra vida disfrutando del favor de Dios.
Para entender lo que estamos hablando, debemos primero definir lo que significa la palabra “favor”: Es la atmósfera espiritual, que rodea y cubre al justo, que le asegura la bendición de Dios y el cumplimiento de Su precioso plan para su vida, sin importar las circunstancias adversas que tenga que atravesar en el trayecto.
¿Qué es una persona justa según la Biblia?: “Es aquella persona que ha decidido caminar con Dios, en fiel obediencia a Su Palabra, a fin de glorificarle con su vida.”. La persona justa no es justa en sí misma ni por lo que haga, sino por lo que Cristo ha hecho por ella en la cruz del Calvario (Romanos 5:1).
La Palabra de Dios nos asegura que las bendiciones están reservadas únicamente para aquellos que caminan con el deseo y la disposición de ser fieles y obedecer al Señor. Deuteronomio 28:1-2 dice: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”
Por otro lado, el desobedecer a Dios trae sus consecuencias. Deuteronomio 28:16 dice: “Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán.”
La Biblia enseña en muchos pasajes que los justos o los justificados por Cristo, son favorecidos por Dios.
1. SALMOS 34:17 El Señor oye las oraciones de los justos.
2. SALMOS 58:11 Hay galardón, recompensa para los justos.
3. SALMOS 37:29 Los justos heredan la tierra, las bendiciones.
4. SALMOS 37:16 El Señor bendice aún lo poco que tenga el justo.
5. PROVERBIOS 3:33 Dios bendice el hogar del justo.
6. PROVERBIOS 10:3 Dios no deja padecer hambre al justo.
7. PROVERBIOS 12:21 Ninguna adversidad le acontecerá al justo.
8. PROVERBIOS 13:21 Son premiados por Dios con bienestar.
9. ISAIAS 3:10 Al justo le irá bien en la vida.
José y el favor de Dios
La vida de José, reflejada en Génesis capítulos 37 al 50 es el reflejo viviente de alguien que vivió bajo el favor y la bendición de Dios.
José era un joven apartado del mal (37:2) que no participaba de la maldad de sus hermanos. Su padre le había regalado una túnica (37:3) que representaba el favor y la bendición de Dios sobre su vida.
Un día, José tiene dos sueños donde Dios le revela cuál será su destino y futuro (37:5-9). Dios tenía planes de bendición para su vida. José era un joven especial, obediente a su Padre Celestial (37:13)
Todo marchaba bien, hasta que José comenzó a compartirles todo lo que Dios le había mostrado para su vida. A partir de ese momento sus hermanos empezaron a aborrecerlo por saber lo que Dios iba a hacer con su hermano (37:5). También se llenaron de envidia (37:11) y conspiraron para sacarlo “del medio” a cualquier precio, inclusive, matándole si fuera necesario (37:18).
Luego de planear hacerle mal a José, sus hermanos lo lanzaron a un pozo, pero como estaba vacío no pudieron matarlo (37:24). Entonces, cambiaron la estrategia: Lo iban a vender como un esclavo por dinero (37:26 y 36).
Todo esto era injusto para alguien fiel a Dios, que contaba con el favor de Dios. ¿No es cierto?, pero aquí aprendemos la primera gran verdad:
“Cuando vivimos bajo el favor y la bendición de Dios, no importa lo que otros nos hagan. Podemos estar tranquilos y seguros que Dios aún utilizara las circunstancias negativas para transformarlas para nuestro bien.”
En el capítulo 39:2-4 José, ya en Egipto, trabajaba como esclavo y sirviente. A pesar de eso, “Jehová estaba con José… fue varón prospero”. José era a los ojos de la gente un esclavo y sirviente pero a los ojos de Dios era un varón prospero, bendecido que vivía bajo Su favor.
Aquí aprendemos la segunda gran verdad:
“No importa en la situación en la cual estemos ahora. Cuando caminamos en obediencia, viviendo bajo el favor de Dios, todo, aun lo negativo, operará para bien posteriormente.”
Quizás usted este diciendo: – Pastor Ritchie, José vivía con el favor de Dios y a la vez lleno de problemas. ¿Así opera el favor de Dios en la vida del creyente? – Siga leyendo y obtendrá la respuesta.
En el capítulo 39:7 vemos que a José a causa de ser fiel a Dios, obediente y vivir bajo el favor de Dios, se le venían todos los problemas encima. Era como que “una mano negra” (no tenga dudas que era la mano del enemigo, el diablo) lo quería eliminar de vivir bajo el favor de Dios. Ahora padece de acoso sexual, al ser molestado todo el tiempo por la mujer de su amo.
Piense un instante lo que estaba sucediendo: Humanamente hablando, José iba a morir como un esclavo. No tenía ningún porvenir. Esta era la oportunidad de transformarse en el amante oculto y aprovechar esa situación para pedirle favores a la mujer de su amo. Era la oportunidad para dejar todo lo malo que estaba viviendo como esclavo y transformarse en el amante favorecido de una dama famosa y adinerada. ¿Qué hizo José? El decidió ser fiel a Dios a cualquier precio (39:9). El eligió el camino más lento del favor de Dios ante que el atajo del pecado.
Aquí aprendemos una tercera gran verdad:
“Cuando decidimos caminar en obediencia para no perder el favor de Dios, estaremos dispuestos a desechar toda forma de pecado, iniquidad y mentira que traicione al Señor.”
Para José todo era fácil, solo debía decirle que sí a la esposa de su amo, pero no, el decidió negarse completamente y alejarse lo antes posible de tal tentación. El resultado de todo esto es que el joven fiel y santo, viviendo bajo el favor de Dios, terminó en la cárcel (39:20) ¡Humanamente hablando, ahora sí que perdió toda posibilidad de dejar de ser un esclavo!.. pero bajo la óptica divina, dice el v. 21 “Jehová estaba con José y le extendió su misericordia y le dio gracia…”
Aquí aprendemos la cuarta gran verdad:
“Cuando caminemos en obediencia bajo el favor de Dios, y todo salga al revés de lo imaginado y todo parezca perdido, no se rinda, ¡Todavía falta el obrar de Dios!”
José estuvo en la cárcel por dos años y prontamente allí ganó el favor del principal y lo pusieron a servir (40:3-4). José no se encerró enfadado y peleado con sus circunstancias sino que decidió servir a otros (40:8).
Aquí aprendemos la quinta gran verdad:
“Cuando caminamos en obediencia bajo el favor de Dios, las dificultades no nos detendrán, sino que nos impulsarán a seguir adelante sirviendo a otros.”
Más adelante, Dios comenzó a mover los hilos de la historia, para favorecer al fiel José. El Faraón tuvo dos sueños que ninguno pudo interpretarlos, hasta que alguien que conocía a José (pues le había interpretado un sueño años atrás en la cárcel) le dice que José podía interpretar los sueños. En el capítulo 41 leemos que Dios le dio la sabiduría para poder interpretar fielmente los sueños a Faraón y como resultado de eso, fue promovido por Dios a una alta posición.
Aquí aprendemos la sexta gran verdad:
“El que vive en obediencia bajo el favor de Dios, tarde o temprano es exaltado y premiado por el Señor.”
¿Puede comprender la importancia, para nosotros hoy, de decidir vivir fielmente a Dios y con su favor? ¡No hay circunstancia adversa que pueda detener e impedir que seamos bendecidos y promovidos por el Señor!
Luego, ya en una posición de autoridad, Dios le hizo dar fruto a José (40:51-52). Se casó, y como fruto del amor le nacieron dos hijos. Sus nombres tendrían para él un significado especial:
a) Manases, que significa “Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre”. Dios le ministró sanidad interior al alma de José para vencer todo resentimiento y poder perdonar a sus hermanos malvados.
Esto nos enseña la séptima gran verdad:
“El que camina en obediencia y fidelidad bajo el favor de Dios, cuando sea bendecido y promovido por el Señor, recibirá sanidad interior de parte del Espíritu Santo para olvidar todo lo triste del pasado y poder gozarse en el presente”
El segundo hijo, b) Efraín, significa, “Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción”.
Aquí nosotros hoy aprendemos la octava gran verdad:
“El que camina en obediencia y fidelidad bajo el favor de Dios, se realizará en la vida y llegará a ver cumplido todo lo que Dios le había prometido tiempo atrás.”
¿Se da cuenta lo que significa vivir bajo el favor de Dios? El Señor no es Dios de frustración sino de realización. Todo lo dificultoso que usted ha estado atravesando, a pesar de haber recibido palabras proféticas de Dios, un sueño, una visión, etc, Dios lo utilizó como escalones hacia el total cumplimiento. Vivir bajo el favor de Dios nos asegura llegar a buen destino, ¡El destino de bendición de Dios!