Recopilado por Ritchie Pugliese
Mateo 11:12-23 dice:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan”
Este impactante pasaje de las Sagradas Escrituras tiene un mensaje profundo para nosotros hoy. Es un desafío individual y como iglesia para, en este tiempo tan especial de la historia, irrumpir con el poder del Espíritu Santo, arrebatar las preciosas bendiciones del Señor y alcanzar Su propósito en nuestras ciudades y naciones.
Para poder interpretar proféticamente este pasaje, debemos comenzar explicando la frase “hasta Juan”. El pasaje pareciera indicar el término de una época y el comienzo de otra.
Si hubo, por así decirlo, una época “hasta Juan” significa entonces que existe una época posterior “a partir de Juan” y luego una tercera “luego de Juan”. Estas tres expresiones son mucho más que un simple juego de palabras, más bien son una revelación profética de lo que Dios quiere hacer con su iglesia hoy.
Comenzaremos a analizar cada una de estas etapas a la luz de la Palabra de Dios y su implicancia para nuestras vidas:
1. HASTA JUAN
Si analizamos la historia bíblica antes que apareciera Juan el bautista, comenzando desde los comienzos de la humanidad en el Génesis, Dios a través del tiempo dio a conocer Su Palabra (le Ley) para que el pueblo las obedeciera y además fueron dadas decenas de palabras de carácter profético para cumplirse en el tiempo de Dios. El período “hasta Juan” fue un tiempo caracterizado por la Ley de Dios y lo profético. Cada una de ellas, de manera simbólica y en forma oculta para aquel entonces, y sin la revelación del Nuevo Testamento, apuntaban a la manifestación del Mesías, Jesucristo.
Siempre el Señor antes de irrumpir con poder nos hablará:
a) A través de la palabra profética más segura (La Biblia) recordándonos sus promesas y
b) Por medio de los dones del Espíritu (Palabra sabiduría, profecía).
Quizás usted recibió hace ya bastante tiempo palabras proféticas, pasajes bíblicos que le confirmaron que el Señor irrumpirá con poder en su vida, familia o ministerio pero a la fecha nada ha pasado. Usted quizás está en una etapa de dudas preguntándose ¿Fueron realmente palabras de Dios? No se desaliente ni dude pensando que esas palabras que usted recibió no vinieron del Señor. Sólo manténgase creyendo, esperando con fe, pues recién usted está en la primera etapa hacia el irrumpimiento con poder del Señor.
2. A PARTIR DE JUAN
Cuando Juan el Bautista aparece en la escena, vemos que su ministerio fue caracterizado por dos palabras: Arrepentimiento y Preparación. Mateo 3:1-3 dice: “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues este es aquel de quien hablo el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas”
La etapa “a partir de Juan” fue caracterizada como un tiempo de preparación para el posterior irrumpimiento, en la escena terrenal, del Señor Jesús. Fue un tiempo donde, con la Unción de fuego del profeta Elías, proclamó arrepentimiento y la necesidad de enderezar las veredas torcidas. Así debe suceder también en nuestras vidas.
Usted ya tiene promesas de la Palabra de Dios y aún palabras proféticas de que Dios va a hacer algo sobre su vida, familia y ministerio, pero ahora el Señor lo llevó a una nueva etapa donde el Espíritu Santo ha comenzado a trabajar y le está señalando áreas de su vida que estuvieron iguales por mucho tiempo pero que ahora necesitan un cambio con el toque de Dios para activar el irrumpimiento del Señor. Para usted es un tiempo de continuo arrepentimiento y cambios de actitudes. Ya no puede seguir viviendo como hasta ahora. Necesita un cambio espiritual y mayor consagración. Ahora es el tiempo de preparación.
No existe irrumpimiento sin primero un verdadero arrepentimiento. Esto puede llevarle un buen tiempo pero será necesario y fundamental para lo que viene: Se desatará sobre su vida una unción de fuego (como la de Elías) para capacitarlo para irrumpir con violencia espiritual y arrebatar todo lo que el enemigo le ha robado por tanto tiempo.
3. LUEGO DE JUAN
Únicamente cuando la segunda etapa fue cumplida en el ministerio de Juan el Bautista, donde éste desaparece de la escena al ser encarcelado, vino el irrumpimiento de Jesús. Al suceder ese poderoso irrumpimiento con “violencia” espiritual (es decir, con poder espiritual) se originó en el mundo natural y espiritual una crisis, debido al impacto. El Mesías apareció en escena físicamente para cumplir el glorioso y profético plan de Dios.
El irrumpimiento de Jesucristo tuvo diversos propósitos:
1) Quebrar y cancelar el aparente gobierno y dominio de Satanás (Mt. 12:28; Jn. 18:36). Hasta este momento el enemigo pensaba que tenía todo bajo su control, pero a partir del irrumpimiento de Cristo, el diablo quedaría derrotado a los pies del Señor y a la vez quedaría establecido quien realmente y genuinamente tiene todo poder y la autoridad sobre el cielo y la tierra.
2) Producir la destrucción progresiva del enemigo (Jn. 12:31; 16:11). Durante el ministerio terrenal el enemigo sufrió varias derrotas en manos de Jesús, antes de recibir el golpe final en la cabeza, conforme a la profecía de Génesis 3:15. Leemos en Lucas 4 las victorias contundentes del Señor:
a) En el desierto
b) En el Pináculo del Templo
c) En un monte muy alto
Sumado a eso vendría el golpe letal, y principal, en la Cruz del Calvario y posteriormente todas las derrotas que le ocasionaría a Iglesia, el cuerpo de Cristo, a través de los siglos en el Nombre del Señor.
3) Otorgar liberación a la gente de todo espíritu demoníaco (Mr. 1:32-34 y 39; Mr. 3:14-15)
Con el irrumpimiento de Cristo, vendría un poderoso tiempo de liberación de todas las cadenas del enemigo. Ya la gente podría experimentar la verdadera libertad espiritual.
4) Hacer milagros y sanar a los enfermos (Mt. 9:35; Hch. 4:29-31; 8:7)
5) Anunciar el Evangelio para que la gente se salve (Jn. 16:8-11; Hch. 26:18)
6) Dar la posibilidad de que la gente experimente la atmósfera del Reino de Dios (Ro. 14:17)
¡Todo esto es lo mismo que Dios hoy está esperando de Su Iglesia, individualmente y corporativamente!
Existe un paralelo directo entre las tres etapas sucedidas en aquellos tiempos con lo que Dios quiere hacer en este tiempo con su Iglesia. Es por eso que Dios le ha dado a usted o congregación, ministerio, varias palabras proféticas, pasajes específicos con promesas de las Sagradas Escrituras prometiéndole algo glorioso por venir, que a la fecha no lo ha visto cumplido. Sólo tiene la Palabra de Dios y necesita fe para creerlo y no perderlo. Es por eso que Dios ahora lo ha llevado a un tiempo de preparación, profundo arrepentimiento y santificación personal y ministerial. Dios está trabajando sobre su vida porque una vez que el proceso limpiador termine, usted comenzará a levantarse con la unción de Fuego, la unción de Elías. Únicamente con esta clase de unción podrá, como Jesús, irrumpir y arrebatar con poder todo lo que el enemigo ha desbaratado.
Quizás usted este diciendo: – Bueno, todo esto sucedió para cumplir las profecías sobre Jesús pero no tiene nada que ver conmigo – Jesucristo dijo por un lado que las obras que El hizo nosotros las haríamos y aún mayores porque el ascendió a la Diestra del Padre con poder y derramo Su Espíritu Santo (Juan 14:10) y además 1 Juan 4:17 dice: “pues como él es, así somos nosotros en este mundo”. Eso significa que si Jesús irrumpió con poder luego de las etapas previas del “antes de Juan” y “a partir de Juan”, lo mismo sucederá en nuestras vidas y ministerios: En Su nombre nos levantaremos e irrumpiremos con poder para arrebatar lo que el enemigo ha quitado y poner las cosas en su debido lugar.
Romanos 8:17 en adelante nos da unas pautas para alentarnos a salir de nuestra apatía e indiferencia espiritual y levantarnos con el Poder de lo Alto. En el v.17 se nos dice que somos herederos legítimos de Dios y coherederos con Cristo; el v.18 nos dice que las aflicciones que estamos atravesando en este tiempo (sin todavía ver el irrumpimiento del Señor) no se compara con lo que vamos a experimentar cuando se manifieste el Señor; el v.19 nos dice que aun lo que nos rodea pide desesperadamente: ¿Cuándo te levantaras y te manifestaras como lo hizo Jesús, en el poder del Espíritu Santo?; y el v.22 nos dice que el resultado de tal irrumpimiento nos dará libertad de la esclavitud que había traído el maligno para gozarnos de la gloriosa libertad que solo Cristo puede dar.
Es tiempo de irrumpir en el Nombre del Señor. Eso sí: Asegurémonos primero que hemos atravesado las etapas previas, pues el Señor solo respalda lo que viene avalado por Su Palabra. ¡Levántate en Nombre de Cristo y arrebata e irrumpe con el Poder de Dios!