UN RÍO SOBRENATURAL DE SANIDAD

Para poder comprender todo lo que Dios está haciendo hoy y ahora en su Iglesia, debemos hacer un viaje imaginario al día de Pentecostés cuando la iglesia fue creada por Dios mismo. La iglesia no es una organización ni una institución ideada por hombres religiosos, sino algo de carácter sobrenatural, creada por idea de Dios y gestada por el Espíritu Santo, para una función específica en esta tierra.

En Hechos, capitulo 2, leemos lo siguiente:

“y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego asentándose sobre cada uno de ellos (vv. 2-3)… están llenos de mosto (v. 13)… estos no están ebrios…”

En aquel día el obrar sobrenatural divino vino acompañado de tres señales, las cuales marcan una secuencia para tener en cuenta y entender lo que Dios está haciendo hoy en Su iglesia y lo que vendrá en los próximos días. Dios nos llama a ser entendidos en los tiempos y las sazones para entrar y permanecer en su cauce espiritual.

La secuencia es la siguiente:

  1. Dios manifestó su presencia como viento
  2. Luego Dios manifestó su presencia como fuego
  3. La gente percibió la tercera manifestación de Dios como mosto o vino

Una buena pregunta para formularse es, ¿Por qué Dios eligió estas tres manifestaciones y no otras? Dios es sabio, es Dios de propósitos y nada lo realiza al azar o por casualidad.  Es por eso que en los tiempos que vivimos, el Espíritu Santo nos está abriendo el entendimiento para que nos demos cuenta que detrás de un hecho histórico, no ficticio, hay una revelación fresca para la Iglesia de hoy, para usted y para mí.

La Iglesia se inició fundamentada con la secuencia de estos tres símbolos, los cuales cada uno representa algo muy importante. Esta secuencia, a su vez, revela el obrar diferente de Dios. En lo natural, así como en lo espiritual, existen claras diferencias entre lo que es el viento, el fuego y el vino (mosto).

Existe hoy un fuerte sentir proveniente del Espíritu que así como comenzó la iglesia, así va a terminar. Dios al dar los detalles del comienzo de su iglesia en Hechos capítulo 2, nos reveló también como será su final (aclaración importante: Cuando me refiero al “final” de la iglesia, me estoy refiriendo al momento en que la Iglesia experimentará el arrebatamiento con Cristo en las nubes, cerrando de esta manera el ciclo de la Iglesia comenzado el día de Pentecostés, para dar lugar a los sucesos proféticos finales de la historia).

Si la iglesia comenzó con las manifestaciones del 1) viento, 2) fuego y 3) vino, ella finalizará con las mismas manifestaciones pero el Espíritu está enfatizando que será con una secuencia diferente: Primero el vino, luego el fuego, y tercero el viento.

A la luz de todo esto, entonces, Dios en este tiempo está soltando el vino o mosto del Espíritu Santo.

Antes de avanzar, es conveniente saber que el vino antiguamente era utilizado no sólo como una bebida. El vino era utilizado también para varios fines medicinales, y la Biblia se refiere a algunas de estas prácticas:

  1. Era utilizado como un anestésico para calmar el dolor y muchos teólogos sugieren que por ese motivo, le fue ofrecido a Jesús en su crucifixión.
  2. En la parábola del buen samaritano, Jesús relata la historia de un hombre de Samaria que asistió al hombre lastimado y entre otras cosas, le pusieron vino y aceite en sus heridas. El aceite mezclado con vino era un remedio común de la época para limpiar las heridas y suavizar el dolor.
  3. El Apóstol Pablo animó a Timoteo a utilizar un poco de vino en lugar de agua, a causa de su frecuente enfermedad en su estómago. Algunos han sugerido que este aviso de Pablo se refería debido a la contaminación de las aguas, mientras otros creen que era para ayudarle en su digestión y problema físico. Aquí está bien claro que el vino en cuestión le serviría a Timoteo como una medicina.

Con esta breve síntesis acerca de la utilización del vino, podemos entender que así como en aquel entonces servía para sanar en lo natural, hoy Dios nos quiere revelar que el vino de su Espíritu Santo es un vino sanador sobrenatural.

El vino del Espíritu Santo está directamente asociado con la sanidad. Esa sanidad no solo es para lo físico, sino que abarca también todo lo que nos podamos imaginar.

Dios está soltando el vino del Espíritu sobre su iglesia, pues sus integrantes en los últimos años han sido severamente atacados por el diablo, originando diversas secuencias y situaciones que han causado enfermedades y heridas espirituales de todo tipo a muchos creyentes y líderes.

Si usted ha hablado con creyentes en estos últimos tiempos, podrá notar que muchos, de una manera u otra, se han visto afectados y están necesitados de sanidad para diferentes áreas de sus vidas.

Piense ahora mismo también en su vida, como el enemigo de diversas formas ha intentado, por ejemplo: a) enfermar su cuerpo de una manera extraña, b) herirlo emocionalmente a través de ciertos eventos o situaciones, c) perjudicarlo financieramente con escasez, endeudamiento, d) destruir las buenas relaciones en el hogar, la familia, el trabajo y la iglesia.

Todas estas cosas, y muchas más, han dejado un tendal de creyentes, santos y fieles, heridos, lastimados y enfermos, por lo cual el Señor Sanador ha comenzado a irrumpir para derramar Su sanidad sobrenatural como un río torrentoso.

Dios está irrumpiendo con poder para sanar a Su Iglesia, pues ella no podrá alcanzar la dimensión total de la manifestación del fuego y del viento del Espíritu, hasta que primero haya sido alcanzada por el vino del Espíritu.

El Espíritu Santo está enfatizando que este derramamiento de vino del Espíritu Santo abarcará las siguientes áreas y quiere fluir como un río caudaloso sobre nuestras vidas.

Para poder entender lo que Dios quiere hacer, debemos ir a Génesis 2:10-14 donde se menciona que en el Jardín del Edén había un río que a su vez se diversificaba en cuatro brazos (v. 9), los cuales cada uno tenía un nombre.

Más allá del significado que tenga cada río en el hebreo, lo más importante es que al interpretar espiritualmente cada brazo del río entenderemos lo que Dios quiere hacer al derramar su vino sanador sobre aquellas áreas de nuestras vidas que necesitan una urgente sanidad.                    

  1. Área necesitada: Financiera                                               

Brazo del río sanador: Río 1 PISON (Gn. 2:11) (hebreo) = Incremento, circular, que fluye

Este río irrumpe contra la escasez, pobreza, endeudamiento y derrama crecimiento y aumento financiero paulatino. 2 Corintios 3:18 “de gloria en gloria”; Salmos 115:14  “aumenta” = más y más.

  1. Área necesitada: Física, corporal

Brazo del río sanador: Río 2, GIHON (Gn. 2:13) (hebreo) = Novedad, creatividad, un estallido, algo que irrumpe violentamente.

Este río irrumpe contra toda forma de dolor o enfermedad y regenera, sana y recrea miembros nuevos. Da la idea de dar a luz algo, y de no envejecer. Lamentaciones 3:23  “nuevas son cada mañana”;  Isaías 43:19 “he aquí yo hago cosa nueva”

  1. Área necesitada: Interior, del alma

Brazo del río sanador: Río 3 HIDEKEL O TIGRIS (hebreo) = Poderoso

Este río irrumpe contra todas las heridas interiores o del alma, sean pensamientos de derrota, destructivos, negativos, como también heridas causadas por los fracasos, desilusiones, abandonos, traiciones, calumnias, engaños y provee fe, esperanza, gozo y alegría. Da la idea de aguas rápidas. Da la idea de mover y remover cosas trabadas. Isaías 28:2 Fuerte como turbión, torbellino. Jeremías 20:11 El Poderoso gigante está conmigo.

  1. Área necesitada:  Relaciones interpersonales 

Brazo del río sanador: Río 4 EUFRATES (hebreo) = Fructífero

Este río irrumpe contra todo espíritu de división, peleas, desencuentros, desunión, deslealtad, incompatibilidad de caracteres y cicatriza con perdón y olvido. Crea también  nuevas relaciones para muchos años, santas, caracterizadas por el respeto y la integridad. etc. Juan 15:16 dice “fruto que permanezca”; Salmo 1:3 “será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará”.

Dejemos que el Espíritu Santo comience a hacer su obra soberana de sanidad, ¡pues lo necesitamos en varias áreas de nuestras vidas! Esta sanidad sobrenatural nos posicionará en el cauce correcto del mover del Espíritu, que está comenzando a ser derramado sobre las naciones. ¡Sumérgete en el río de las aguas salutíferas y recibe la sanidad divina que te equipará para no quedarse afuera del gran mover de Dios!

 

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