LOS ATAQUES DEL ENEMIGO SOBRE LA VIDA DE NUESTROS HIJOS – CÓMO RECHAZARLOS

Por Ritchie Pugliese

El Salmo 127:3 refleja una poderosa verdad que demuestra lo que Dios piensa sobre nuestros hijos: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”. Nuestros hijos, bajo la óptica divina, son, ante todo, herencia del Señor.

Este sentir del Señor está vigente aún antes de la concepción misma de nuestros hijos y permanece inalterable durante toda su vida.

A este amoroso sentir de Dios se enfrenta “otro sentir” totalmente opuesto: las maquinaciones de nuestro adversario, el diablo. Su propuesta para nuestros hijos es lo que dice Juan 10:10: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir”.

Por todo lo que vemos a nuestro alrededor y en el mundo no hace falta ahondar mucho para notar el odio que el diablo siente contra la niñez en cada proceso de la vida.

Como padres que amamos a Dios y que le hemos consagrado la vida de nuestros hijos, en muchos casos aún antes de ser concebidos, no debemos ser ignorantes de las maquinaciones destructivas del enemigo, sino estar alertas y actuar.

A continuación quiero mostrarte los diferentes procesos de ataques del enemigo contra nuestros hijos y la niñez en general, a fin de que nos pongamos en la brecha para orar e interceder y cubrir con la sangre de Cristo a nuestros hijos y a la vez cortar y cancelar todo intento destructor contra ellos en el nombre de Jesús:

A. ATAQUE PARA IMPEDIR LA CONCEPCIÓN O GESTACIÓN

Forma de ataque: Esterilidad

1 Samuel 1: Ana y Elcana no podían engendrar hijos, hasta que Dios respondió la oración de Ana. ¿Quién iba a ser el hijo de ellos? Samuel un profeta de Dios.

Lucas 1: Zacarías y Elizabet, tuvieron un problema similar. ¿Quién sería el hijo de ellos? Juan el bautista, un profeta y el precursor de Jesucristo.

B. ATAQUE PARA ATENTAR CONTRA EL RECIÉN NACIDO

Forma de ataque: Violencia o maltrato físico

Mateo 2:13: Jesús no tuvo impedimentos para nacer, pero el rey Herodes (figura del enemigo) quiso asesinarlo a través de una matanza general. Hoy día los índices de niños que sufren violencia de todo tipo es alarmante. Muchos son golpeados, maltratados, manipulados, sometidos, abusados, violados y un sinnúmero de otros hechos aberrantes.

C.  ATAQUE CONTRA EL CRECIMIENTO Y LA SALUD

Forma de ataque: Enfermedad y muerte repentina

1 Reyes 17:17: Vemos que Dios usa al profeta Elías para sanar a un muchacho.

2 Reyes 4:16-37: Vemos que Dios usa al profeta Eliseo para resucitar a un muchacho.

Mateo 15:22: Vemos a una niña atormentada por un demonio y liberada por Cristo.

Marcos 9:17-28: Vemos que un muchacho estaba endemoniado. Esto le sucedía desde niño (21).

D. ATAQUE EN LA ADOLESCENCIA Y JUVENTUD

Forma de ataque: Malas compañías y amistades

Jueces 13:3-5: Sansón fue consagrado como nazareo, para vivir toda su vida en santidad. En 14:1 y 16:1, 4 vemos cómo se fue enredando sexualmente y emocionalmente con mujeres que no eran del pueblo de Dios.

E.  ATAQUE EN LA ADULTEZ —CASAMIENTO MIXTO O CON LA PERSONA EQUIVOCADA—

Forma de ataque: Sentimientos equivocados

2 Corintios 6:14-16 muestra el final para un creyente que se casa con otro que no tiene a Cristo. Eso da lugar a una dualidad, dos creencias, dos formas de vivir, en la que es imposible que haya armonía en la crianza y educación de los hijos cuando vengan. De esa manera el enemigo habrá ganado la batalla. Un matrimonio mixto engendrará hijos mixtos, que levantarán una generación mixta.

Como padres necesitamos creer firmemente que la gracia de Dios se impondrá a pesar de todo lo que el enemigo intente hacer para desviar a nuestros hijos del camino de la verdad.

Ahora bien….

¿QUE PODEMOS HACER COMO PADRES PARA PPROTEGER A NUESTROS HIJOS DE TODOS ESTOS, Y OTROS TANTOS, ATAQUES DEL ENEMIGO?

Ya hemos visto la importancia de nuestra influencia como padres sobre nuestros hijos; pero existe otra clase de influencia, que sumada a la primera puede darnos grandes resultados: La intercesión de los padres por sus hijos.

Existe una diferencia entre orar e interceder. Interceder implica ponerme en la brecha espiritual y pagar el precio del clamor para contrarrestar el obrar del enemigo y soltar el favor de Dios.

En la Biblia encontramos a padres que intercedían por sus hijos:

a) En Job 1:5 leemos que “Job santificaba a sus hijos”.

b) En 1 Samuel 1:11 leemos que Ana dedicó a su hijo “a Jehová todos los días de su vida”.

Para poder interceder eficazmente por nuestros hijos debemos, entonces, santificarlos y dedicarlos continuamente.

¿Qué significa prácticamente esto?

A continuación veremos algunos puntos prácticos de la intercesión eficaz:

1. Ora específicamente por tus hijos. Las oraciones que no apuntan a un blanco definido pierden efectividad. La oración debe ser específica. Por ejemplo: “Señor, bendice a mi hijo en su carácter, en sus reacciones, en la escuela, etc.”.

2. Al orar confiesa las promesas de la Palabra de Dios sobre la vida de tus hijos. Por ejemplo: “Señor, de acuerdo a lo que dice tu Palabra en el Salmo 23:1, yo confieso y declaro que mis hijos viven bajo tu favor y que no les faltará tu protección y tu cuidado en este día”.

3. Al orar no intercedas solo por el presente sino también por su futuro. Si tu hijo aún no ha nacido (aún está en el vientre) bendice su nacimiento y su crecimiento. Si es un bebé, intercede por su niñez y su adolescencia. Si es un hijo mayor intercede por el esposo/a que Dios tiene preparado para su vida. Si está de novio/a, intercede por su futuro matrimonio y los hijos que vendrán, etc.

4. Al orar consagra tus hijos a Dios. Cúbrelos con la preciosa sangre de Jesucristo y declara que sus vidas arderán con el poder del Espíritu Santo, que vivirán vidas santas y piadosas tomadas de la mano del Señor, que serán parte activa del gran mover de Dios.

5. Al orar perdónalos si te hicieron algo que te causa dolor o angustia. Decide perdonarlos por el disgusto que te ha producido durante años ver a tus hijos alejados de los caminos del Señor.

6. Ámalos incondicionalmente y mira sus vidas con fe (especialmente si en este momento están atravesando tiempos de rebeldía, tentaciones, frialdad espiritual o lejanía de Dios), creyendo que Dios les tocará en su momento y volverán al Señor.

7. Intercede por sus amistades. Alguien dijo que debemos orar más por las amistades que por nuestros hijos. Ora por los compañeros de la escuela, los deportes, la universidad, la iglesia, etc.  Habla con tus hijos sobre sus amigos y pregúntales cómo son, si vienen de familias de padres separados, etc. Debemos hacer todo lo posible para conocer al máximo la compañía de nuestros hijos.

8. Intercede por sus autoridades, como ser, los maestros de la escuela, profesores del secundario o de la universidad. ¿Sabes que le enseñan a tu/s hijo/s en la escuela? Recuerda que una persona no solo enseña lo que sabe, sino que ejerce una gran influencia de su forma de vida y sus creencias. Un maestro promiscuo influenciará a tus hijos en forma directa o indirecta a la perversión sexual; un maestro ateo influenciará a tus hijos a creer en el humanismo, etc. ¿Eres consciente de esto?

Quizás a estas alturas estés pensando: ¿Cómo hago para proteger a mis hijos de tantos ataques?  Es verdad, son demasiados ataques, pero tenemos promesas bíblicas que nos dan esperanza y certeza de que vamos a triunfar y que ellos serán personas que amarán a Dios y serán una sana influencia en la sociedad.

PROMESAS BIBLICAS EN FAVOR DE NUESTROS HIJOS

1. Proverbios 22:6

“Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.

PRIMERA PROMESA:

Si nosotros hemos hecho nuestra parte (instruir a nuestros hijos desde niños en el camino del Señor), Dios hará la suya (aun de viejo seguirá en los caminos del Señor).

2. Hechos 2:17

“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones…”

SEGUNDA PROMESA:

En una atmósfera de avivamiento espiritual nuestros hijos serán renovados en su amor por Dios y vivirán en santidad. Solo el Espíritu Santo puede vencer a la carne y el mundo.

3. Marcos 10:14-16

“Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venid a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios… y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.”

TERCERA PROMESA:

Nuestros hijos están en los brazos de Jesús. Son su herencia. Él les pone las manos encima para bendecirlos… no será el diablo quien ponga sus manos inmundas sobre ellos para que se pierdan. Jesús tiene la palabra final sobre nuestros hijos… y así como bendecía a los niños que iban a Él, la palabra final sobre nuestros hijos es de bendición.

Señor, ayúdanos a influenciar para bien a nuestros hijos. Ayúdanos a ponernos en la brecha para orar e interceder por ellos a fin de impedir, cancelar, cortar y anular todo decreto inmundo del enemigo sobre sus vidas. ¡Declaramos en fe que nuestros hijos son tuyos! ¡Amén!

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