LO QUE NECESITAS SABER SOBRE LA MANIFESTACIÓN DE LA PRESENCIA DE DIOS

Recopilado por Ritchie Pugliese

El pasaje de 2 Samuel capítulo 6 relata un episodio increíble que nos quiere dejar una enseñanza para que nunca podamos olvidarla sobre la manifestación de la Presencia de Dios.

Allí se relata como David, junto a los escogidos de Israel, intentaron hacer entrar el Arca de Dios a Jerusalén: “David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil. Y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines” (6:1-2).

El Arca del pacto era un mueble del Tabernáculo que tenía un profundo significado espiritual. Representaba la presencia tangible de Dios.

Para nosotros hoy este acontecimiento del ayer tiene una aplicación concreta, pues aquí se detalla la manera correcta de hacer entrar la presencia de Dios a una ciudad, a una iglesia.

Para poder conquistar nuestra ciudad para Cristo, se hace necesario y vital primero comprender cómo es la dinámica de la presencia de Dios.

Examinemos entonces, algunas cosas importantes que podemos aprender de éste acontecimiento de la vida de David para poder aplicarlo nosotros en el presente.

En el v. 3 leemos: “Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo”

Imagine la situación: Todos estaban contentos, había fiesta y alegría (6:5). David había hecho lo mejor que pudo para traer la presencia de Dios… hasta que algo imprevisto aconteció.

Así dicen los vv.6-7 “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.”

La fiesta se transformó repentinamente en una situación de duelo, dolor y frustración para David y la gente, pues Uza había caído muerto ¡por tratar de ayudar para que el Arca de Dios no se cayera al piso!

Imagine usted todo lo que la gente estaría diciendo en ese momento, que había comenzado con alegría y orden y ahora era todo tristeza y confusión.

El v. 8 dice que David se entristeció “Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?” (v.9)

David estaba totalmente confundido y abrumado, pues por hacer algo que Dios quería, algo bueno en realidad, ¡había sucedido lo malo!

Seguramente David necesitó algún tiempo para examinarse y preguntarse una y otra vez: ¿Por qué todo salió tan mal? ¿Qué fue lo que hicimos mal? ¿Por qué no pudimos hacer que la presencia de Dios entrara a la ciudad?

En el v.10 vemos que luego de fracasar en el intento, el Arca del pacto fue llevado a otro lugar: “De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo.”

Es interesante destacar que durante ese tiempo nadie murió en la casa de Obed-edom, ¡en cambio la bendición de Dios estaba presente!;“Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.” (v.11).

Es probable que al enterarse David de lo que sucedía en la casa de Obed-edom se sintiera aún más confundido, pero seguramente en esos tres meses buscó al Señor para descubrir cómo hacer para que entrara la presencia de Dios sin ningún “tropiezo”.

Una vez que Dios le recordó la manera correcta para hacer entrar Su presencia en la ciudad, David se dispuso a hacer un segundo intento.

Así como David, nosotros también hoy necesitamos hacer un alto para saber cómo hacer entrar la presencia de Dios de la manera aprobada por Dios.

En los vv. 12-15 leemos: “Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado. Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.”

Aquí nos encontramos con un final feliz, pero de todo lo que hemos leído, ¿Qué lecciones podemos aprender para traer la presencia de Dios y no fracasar en el intento?

1. La presencia de Dios debe entrar como Dios dice, no como yo pienso Cuando fracasaron la primera vez, ellos intentaron hacer entrar la presencia de Dios en un carro nuevo.

El “carro nuevo” representa lo cómodo, fácil, moderno, espectacular, atractivo a los ojos de los hombres.

Los edificios grandes, la tecnología, los grandes coros y músicos  pueden impactar al público pero no pueden hacer entrar la presencia de Dios por sí solos. Es probable que en un lugar estén todas estas cosas, ¡pero aun así que la presencia de Dios esté ausente!

Los hombres nos enfocamos en lo agradable a los ojos, a lo que le agrada la mayoría, pero Dios se mueve diferente.

Como dice Zacarías 4:6, en las cosas del Reino de Dios no es con ejército (despliegue humano) ni con fuerza (habilidad y estrategia humana) sino con el Espíritu Santo de Dios.

2. La presencia de Dios no necesita la ayuda humana

Uza representa al creyente bien intencionado pero que no entiende nada del mundo espiritual y el mover de Dios. Las buenas intenciones a veces no son suficientes para agradar a Dios y traer Su presencia.

Cuando la carne interfiere, aún con buenas intenciones o ideas, la muerte espiritual opera y Dios no fluye. Nuestra tarea no consiste en pretender ayudar a Dios, sino en seguirlo en obediencia.

3. La presencia de Dios no viene fácil sino que hay que pagar un precio

Hoy vivimos saturados de lo rápido, veloz e instantáneo,  Vivimos inmersos en una sociedad saturada del “ahora mismo” pero esto en Reino de Dios no funciona si pretendemos hacer entrar la presencia de Dios.

El v. 13 dice: “Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.”

Por lo que leemos en el pasaje, era mucho más cómodo trasladar el Arca del pacto en un carro, pero ya David había aprendido la lección: ¡Las cosas hay que hacerlas como Dios lo pide!

Trasladar el Arca cómo dice el v. 13 de era una tarea difícil, complicada (pero no imposible), pues Dios había ordenado que el Arca debía ser llevada por hombres-sacerdotes, a pie y cargando el Arca sobre los hombros.

David inicialmente pensó que era mucho más fácil y rápido hacer entrar la presencia de Dios en un carro, pero Dios había dicho: “Mi presencia no entrará en un carro nuevo, sino a pie, paso a paso y llevándola en los hombros”

4. La presencia de Dios requiere mucho sacrificio y dependencia de Dios

Los sacerdotes llevaban el arca, que era un mueble pesado sobre los hombres. Eso significaba que experimentaban agotamiento y cansancio.

Tenían que caminar bajo el sol y el calor, y eso significaba que transpiraban más de la cuenta. Además de eso el polvo del camino se les impregnaba paso a paso. Es muy probable que a cada paso que daban dijeran: – ¡Ayúdanos Señor, porque nuestras fuerzas flaquean! –

Me imagino que en esos momentos más de uno habrá pensado: – ¿No era mejor trasladar el arca en el carro?, pero la idea de Dios era diferente, poco comprensible en lo natural pero trascendente para lo espiritual.

5. La presencia de Dios se mueve lentamente y progresivamente

El v.13 dice también: “Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.”

La presencia de Dios se mueve al “ritmo” de Dios. Aquí el “ritmo” de Dios era avanzar un paso a la vez. Es la única manera de avanzar en el Reino del Espíritu. La entrada de la presencia de Dios es un proceso lento y largo. ¿Estamos dispuestos a ser canales para que la presencia de Dios entre a nuestra ciudad?

6. Para hacer entrar la presencia de Dios hay que batallar contra las fuerzas del mal

En losvv.14-15leemos: “Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.”

La trompeta era un instrumento utilizado para la guerra o acontecimientos especiales; en cambio la bocina era un instrumento utilizado para alabar a Dios.

Quizás nos preguntemos: ¿Por qué tanta lucha espiritual? La respuesta la obtenemos en el v. 11 “Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”

Cuando entra la presencia de Dios el ambiente, los yugos diabólicos se rompen, el poder de Dios es liberado y todo es bendecido.

7. La presencia de Dios atrae la crítica y el menosprecio de la gente religiosa

Los vv.16-20dicen lo siguiente: “Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón. Metieron, pues, el arca de Jehová, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había levantado; y sacrificó David holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. Y cuando David había acabado de ofrecer los holocaustos y ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová de los ejércitos. Y repartió a todo el pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno un pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el pueblo, cada uno a su casa. Volvió luego David para bendecir su casa; y saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las criadas de sus siervos, como se descubre sin decoro un cualquiera!”

La crítica y el menosprecio no vinieron de los paganos, sino de alguien que conocía bien el tema. Las críticas y el menosprecio siempre vienen de aquellos que no entienden las profundidades de Dios y el mover del Espíritu Santo. Son parte del pueblo pero se la pasan criticando y menospreciando. Ese es su estilo de vida preferido. Son críticos espectadores en vez de ser apasionados participantes de lo que Dios está haciendo.

Es por eso que ésta clase de personas nunca pueden alcanzar madurez espiritual, sino que viven constantemente en esterilidad espiritual, sin dar frutos que glorifiquen a Dios.

La crítica y el menosprecio no debilitaron a David, sino que le dio más fuerza. Detenernos a analizar la crítica y el menosprecio nos hace perder un tiempo que podríamos utilizarlo para cosas más productivas. ¡Vivamos enfocados en lo que Dios quiere hacer!

La fuerza de Dios sin duda era la obra exclusiva del Espíritu Santo, la que le condujo hacia adelante en victoria y en reposo triunfador: “Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor…” (7:1)

Que el Señor nos ayude para que decidamos ser canales transportadores de la santa presencia de Dios, cualquiera sea el costo. ¡Que nuestro anhelo principal sea poder llegar a ser considerados por Dios como los transportadores fieles de la presencia del Espíritu Santo!

El Señor en éste tiempo está buscando esa clase especial de creyentes, para hacer Su poderosa obra en países, ciudades, congregaciones de todo el mundo… ¿Eres uno de ellos?

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