El único sistema financiero que Dios ha ordenado, aprobado y bendecido
En los tiempos que vivimos en la Iglesia de hoy, por muchos lados se escuchan voces erróneas y exageradas sobre el tema financiero. Cada vez hay más gente decepcionada y a la vez desorientada, que ha recibido ninguna o poca formación bíblica sobre el tema económico.
Lamentablemente también debemos decir que muchos de los que están en el ministerio al frente de congregaciones, tampoco saben realmente lo que la Biblia dice sobre el tema, y aún lo que predican y enseñan lo hacen según su propia perspectiva y no la de Dios, revelada en su Palabra, la Biblia.
La Palabra de Dios es clara y precisa sobre el tema financiero. Dios tiene un único sistema financiero que ha ordenado, aprobado y bendecido, de tal manera que todo aquél que lo practique tendrá garantizado el favor y la aprobación del Señor.
Vayamos entonces a la parte 1 de este estudio:
Parte 1
El principio de la administración
En el Antiguo y el Nuevo Testamento se enseña claramente que Dios es el creador, poseedor, dueño y dador de todas las cosas.
Los seres humanos, especialmente los creyentes en Cristo, somos considerados por Dios como administradores de todo lo que tenemos, por lo cual somos responsables a Dios de todo (Lucas 16:1-13).
El propósito de la administración
La administración ha sido definida como “la práctica sistemática y proporcionada de tiempo, habilidades, y posesiones materiales, basada en la convicción de que estas cosas Dios nos las ha confiado para que las utilicemos para servirle a Él y el beneficio de Su Reino”.
Es una sociedad divina-humana, siendo Dios el principal socio. Es un estilo de vida que reconoce que Dios es dueño de todo y nosotros somos sus administradores.
Existen 5 áreas básicas de administración:
- La vida, es decir, lo que hemos recibido
- El tiempo, es decir, lo que se nos ha asignado
- Los talentos, es decir, lo que nos ha sido dado
- Las posesiones, es decir, lo que se nos ha confiado
- Las finanzas, es decir, lo que hemos producido
Todas estas cosas nos han sido dadas, no nos pertenecen.
Entonces, Dios es el dador, el poseedor y el galardonador; el hombre es el que recibe, administra y el que es responsable ante Dios. El hombre puede abusar, perder, lo que Dios le ha dado, por eso los fieles serán recompensados.
La parábola del administrador injusto (Lucas 16:1-13), dada por Jesucristo a sus discípulos es un desafío a ser administradores fieles, y esto tiene que ver en el área de las finanzas. Podemos obtener algunas lecciones importantes:
- La palabra “administrador” viene de la palabra griega “oikonomon” (“oikos” = casa; “nemo”= distribuir o dispensar). Significa: uno que está a cargo para administrar los asuntos del verdadero dueño.
Un administrador es un manager, un gerente. El creyente es un administrador, que administra o maneja lo que Dios le ha dado para cuidar.
- El administrador de la parábola fue acusado de malgastar y despilfarrar los bienes o posesiones de su dueño. Como jefe y pagador, el dueño había asignado diferentes tareas a los integrantes de la casa (v.1).
- El administrador fue llamado para rendir cuentas de lo que estuvo haciendo con los bienes de su dueño (v.2). Todos los creyentes seremos llamados a rendir cuentas ante Dios a su debido tiempo.
- Este administrador perdió su posición (v.3). Los creyentes pueden perder su posición ahora y en la Gloria eternal.
- El administrador desplazado fue a señor deudor y le redujo la deuda a sus deudores (vv.5, 6). El redujo el aceite y el trigo injustamente.
- El Señor, sin embargo, le ordenó hacer algo al administrador injusto (v.8). Esto no era debido a sus acciones, las cuales no eran buenas, sino por su sabiduría y habilidad sobre asuntos de dinero.
Por eso el Señor dijo que los hijos de este tiempo son más sabios que los hijos de la luz. Esto no debería ser así. El mayordomo fue sabio pero injusto en su posición. Por lo que hizo, ganó amigos que lo recibieron y ayudaron posteriormente.
El cristiano debería ser sabio de la misma manera con el asunto de las riquezas injustas. Si no puede hacer esto, ¿Cómo se le va a confiar las riquezas espirituales y eternas?
La clave aquí es la FIDELIDAD (vv. 9-13). El administrador debe ser fiel (1 Corintios 4:1, 2).
Entonces, un administrador es aquél que está a cargo de la administración de los asuntos del verdadero dueño. Es una comisión divina y una sociedad divina-humana. Somos administradores, no dueños.
Es importante reconocer la diferencia entre:
- Ser dueño. Dios es el dueño de todas las cosas (Génesis 14:19, 22; Salmos 24:1; 50:1-12; 68:19; 89:11; Hageo 2:8)
- Ser administrador. Somos sólo administradores, lo cual requiere responsabilidad y rendir cuentas a Dios de todo lo que nos ha dado y de lo que hemos hecho (Mateo 25:14-30; Lucas 19:11-26).
La Biblia habla de dinero más de lo que usted cree
El dinero es un área muy sensible. Lo que hay en el corazón de la gente acerca del dinero es cómo ellos reaccionan. La respuesta la tenemos en 1 Timoteo 6:7-10. El amor al dinero es la raíz de todos los males, pues pueden conducir al ser humano hacia la perdición y destrucción.
El dinero no es malo en sí mismo, pero el amor al dinero sí lo es. Judas Iscariote, el hijo de perdición, se fue detrás del dinero y pereció. Él no vivió para gastar lo que recibió cuando traicionó a Cristo.
Notemos lo siguiente:
- Los Evangelios contienen más advertencias contra el amor al dinero, y su mal uso, que cualquier otro tema.
- Uno de cada cuatro versículos en Mateo, Marcos y Lucas tratan sobre el dinero.
- Uno de cada seis versículos en el Nuevo Testamento trata o tiene referencias al dinero de una manera u otra.
- Casi la mitad de las parábolas de Jesús tienen referencia al dinero de una manera u otra, generalmente advirtiendo contra la codicia, avaricia.
- El primer pecado en Israel, lo cual trajo la derrota a todo el campamento, fue acerca de un manto babilónico, de plata y oro, que era el símbolo del mundo financiero (Josué 7:20-21).
- El primer apóstol que cayó debido a asuntos de dinero fue Judas (Juan 12:4-8; 13:27-29; Hechos 1:25; Mateo 26:14-16; 27:3-10).
- El primer pecado de la Iglesia Primitiva fue debido a un tema de dinero, el cual debía ser dado al Señor. Note como satanás había entrado en la escena dentro de la Iglesia, utilizando el tema del dinero (Hechos 5:1-10).
- El pecado de Simón fue sobre el tema “dinero” y por pretender comprar los dones de Dios (Hechos 8:14-24).
- Es interesante destacar que dos palabras del Nuevo Testamento cuyo valor numérico era igual a “666” representan riquezas y la tradición. Este es el número del sistema mundial. El poder de comprar y vender está conectado a él (Apocalipsis 13:16-18).
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