Recopilado por Ritchie Pugliese
Para que podamos predicar el Evangelio efectivamente, y desarrollar un ministerio evangelístico, considero que es indispensable primero entender lo que queremos hacer bajo la óptica de Dios.
Los siguientes ocho puntos nos darán la perspectiva correcta para cumplir la misión poderosa de la Iglesia para con la humanidad:
1. Debemos entender la condición de los perdidos
Debemos creer que la gente sin Cristo está perdida, muerta en vida, destinada al fuego eterno. Debemos creer que sólo en Cristo hay salvación, vida y esperanza.
Romanos 3:10-12 dice:
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
(Leer también Romanos 1 y Apocalipsis 21:8)
Cuando la vida de alguien está en peligro, un bombero se mete en el fuego para rescatarlo; un guardavidas se lanza al mar embravecido para salvarlo; una madre se pone delante de un auto para proteger a su hijo… y nosotros como Iglesia de Cristo, ¿salimos a rescatar a los perdidos?
2. Debemos creer que sólo Jesucristo es el único acceso a Dios
Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
(Leer también 1 Juan 5:11-12, 19-21).
3. Debemos creer que los campos están listos para la cosecha
Mateo 9:37 dice: “Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos.”
Juan 4:35-38 dice: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.”
Amós 9:13 dice: “He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.”
4. Debemos creer que la Gran Comisión no es una sugerencia sino un mandato de Dios
Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
¿Por dónde podemos empezar a evangelizar?
Hechos 1:8 dice: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”
“Jerusalén” representa nuestro lugar más cercano, nuestro lugar de influencia cercano. Es el primer punto de comienzo.
5. Todo cristiano nacido de nuevo es llamado a testificar de Cristo
2 Corintios 5:18-20 dice: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
1 Pedro 2:9 dice: “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”
6. Debemos creer que el Espíritu Santo nos utilizará con poder
Ya hemos leído Hechos1:8 que dice; “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”
(También leer Efesios 5:18)
7. Debemos creer que Dios es el que trae o da los resultados
La obra de la conversión y el arrepentimiento no es nuestra, sino de Dios.
Hechos 2:47 dice: “alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”
1 Corintios 3:6 dice: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.”
8. Debemos creer que no sólo debemos hablar, sino vivir como Cristo para que el glorioso mensaje de salvación no sea menospreciado
Una vida santa, es una vida de autoridad espiritual. De nada vale hablar de lo que no vivimos primero.
Mateo 10:1 dice: “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.”
Mateo 10:5 dice: “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo:…”
Con lo que hemos visto, solo nos queda encomendarnos en las manos poderosas del Señor y salir a predicar el evangelio. 2 Timoteo 2:6 dice: “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.” ¡A predicar el evangelio de Jesucristo!