¿QUÉ SIGNIFICA HABLAR Y ORAR “EN OTRAS LENGUAS”?

Por Ritchie Pugliese

El lenguaje sobrenatural que el creyente puede utilizar

Para comenzar a tratar el tema de las lenguas, debemos decir que cuando recibimos el bautismo en el Espíritu Santo según Hechos 1:5; 2:4, somos llenos del Espíritu Santo y su Presencia derramada en nuestro ser se desborda por nuestra boca en forma de alabanzas y adoración al Señor. Es un lenguaje desconocido para nosotros, pero entendible para Dios. A partir de allí comienza a fluir en nuestra vida un lenguaje natural y otro lenguaje sobrenatural. Por ejemplo: Mi lengua nativa es el español, y cuando recibí el bautismo en el Espíritu Santo y hablé en lenguas, lo hice con un lenguaje sobrenatural dado por Dios.

Este lenguaje sobrenatural que recibimos en la experiencia inicial, posteriormente puede utilizarse tanto en la faz privada como la pública.

Para la faz privada, el hablar en lenguas sirve para edificación personal. Así lo dice 1 Corintios 14:4El que habla en lengua extraña, a si mismo se edifica“, y también para adorar como dice Hechos 2:11 “les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios” y además para traer un mensaje del Señor con su correspondiente interpretación (1 Corintios 14:27-28).

Cuando hablamos de la faz pública podemos por un lado adorar en nuevas lenguas en el momento de la alabanza y adoración sin necesidad de interpretación, pero si vamos a hacerlo en un momento determinado de la reunión, se nos anima a pedir su interpretación en oración (1 Corintios 14:13) o el Señor levantará otra persona que traiga la interpretación del mensaje en lenguas que hemos dado.

Las lenguas del Espíritu en la oración

Podemos experimentar crecimiento espiritual al hablar y tambien al orar en lenguas en nuestra vida de oración a Dios. Es una comunicación directa y sin interferencia hacia Dios (1 Corintios 14:28).

El sentir de las Escrituras es que lo que hagamos grupal o públicamente debe estar enfocado no solo en exaltar a Dios, sino también en edificar a los demás.

Es importante aclarar en este punto que toda oración que hagamos es en el Espíritu. Orar en lenguas desconocidas no es “más espiritual” que orar en nuestro idioma natural. En la Palabra de Dios leemos en Judas versículo 20: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”.

Cuando oramos en nuestra lengua natural (por ejemplo en español) estamos orando en el Espíritu, y cuando oramos en el lenguaje celestial también estamos orando en el Espíritu. Son dos canales diferentes, pero un mismo Espíritu: el Espíritu Santo. Por eso toda oración es en el Espíritu, pero la oración en lenguas es con el Espíritu.

Cuando en la Palabra leemos “con el espíritu” se refiere a las lenguas. En 1 Corintios 14:15 leemos también: “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. Aquí el texto bíblico hace una diferencia entre orar con el entendimiento (en nuestro lenguaje natural que entendemos) y con el Espíritu (en lenguas desconocidas).

En Romanos 8:26 leemos: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.

El orar en lenguas es un recurso del Espíritu, que nos ayuda a orar “en nuestra debilidad”; porque muchas veces no sabemos “pedir como conviene”; muchas veces estamos atravesando situaciones tan confusas y desesperantes, que solo el Espíritu sabe qué nos conviene.

En esos momentos puede suceder que comencemos a orar con nuestro entendimiento por la necesidad que nos aflige, y en un momento dado pasamos de nuestro lenguaje natural al lenguaje sobrenatural del Espíritu. No entendemos lo que decimos, pero sabemos que estamos diciendo algo que es del Espíritu de Dios (1 Corintios 14:14-15)

Cuando no sabemos cómo orar “cómo conviene”, el Espíritu Santo interviene como nuestro Ayudador y nos impulsa a orar en lenguas desconocidas. En tales momentos no estamos orando con nuestro entendimiento, pero tenemos la certeza interior de que estamos intercediendo conforme al cien por ciento de la voluntad de Dios y que nuestra oración está dando en el blanco. Es una oración que va de espíritu a Espíritu (Dios).

No hace falta sentir escalofríos o ver un ángel para orar en lenguas. Es como hablar en otro lenguaje. Por ejemplo: Yo vivo en un país de habla inglesa, y en mi casa hablamos en español; pero si alguien me llama por teléfono y me habla en inglés yo le respondo automáticamente en inglés y al finalizar la llamada, puedo hablar en español con mi esposa.

No dejemos de usar las herramientas espirituales que Dios nos ha dado como el orar en lenguas. Cuando lo hagamos experimentaremos no solo un crecimiento espiritual, sino también una mayor comunión íntima con el Espíritu Santo (2 Corintios 13:14). ¡Aleluya!

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