Hoy se está hablando mucho sobre si las noticias que se comparten por los medios son verdaderas o falsas, si son reales o ficticias, inventadas por “alguna mano negra” o provenientes de gente tenebrosa oculta en los lugares de poder, para dominar e influenciar a la población a hacer lo que ellos quieren.
Que eso suceda en nuestros días no debería extrañarnos. Vivimos en un mundo malo, falso y mentiroso, gobernado por el padre de las mentiras, el diablo, cuyo deseo es exterminar la creación de Dios.
Es por eso que la Palabra de Dios nos advierte a no poner nuestra confianza en los seres humanos. El Salmo 118: 8 dice: “Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre”; Jeremías 17:5 dice además: “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre”.
Lo interesante de todo esto es que, en medio del mundo mentiroso en que vivimos rodeados de noticias falsas que se propagan por todos lados tenemos a Dios, que es transmisor de buenas noticias, verdaderas y fidedignas, para que el ser humano las reciba y sea bendecido.
Unos setecientos años antes del nacimiento de Cristo, Dios dejo escrito una profecía diciendo que Jesucristo sería el transmisor de buenas noticias para la humanidad: Isaías 61:1-4 dice:
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”
Cuando Jesús comenzó su ministerio terrenal, dejo bien establecido que esa profecía se refería a su persona y, que esa nueva era de bendición que comenzaba, se estaba empezando a cumplir delante de los oyentes presentes en la sinagoga. Lucas 4:18-19 lo resume de esta manera: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor.”
Mucho más que dar buenas noticias
Dios a través de Jesucristo trajo a la humanidad mucho más que dar buenas noticias o las mejores noticias que una persona pudiera escuchar. Esas noticias tendrían un efecto directo y transformador en la vida de los receptores que las recibieran con fe. Si tuviéramos que resumir las buenas nuevas del Señor, podríamos decirlo de la siguiente frase: “Las cosas para ti puede cambiar para mejor” o “las cosas pueden mejorar en tu vida”.
No existe mejor noticia para alguien que está en graves problemas que le digan que hay Alguien con el poder suficiente para hacer que las cosas mejoren y que está dispuesto a ayudarle. ¡Esa sí son buenas noticias!
Las buenas noticias de Dios es lo que conocemos como el Evangelio de Jesucristo, el cual le da la oportunidad a cualquier persona de cambiar su vida para mejor.
Si miramos hacia atrás en nuestra experiencia personal, veremos cómo después de convertirnos a Cristo muchas cosas se fueron encaminado. Hubo cambios inmediatos y otros más paulatinos, que mejoraron la calidad de nuestra vida y restauraron nuestra dignidad como seres humanos.
Por eso es que en el pasaje referido a Jesucristo, de Isaías 61:4, se mencionan las siguientes palabras: “reedificar”, “levantar”, “restaurar”. Todas esas palabras quieren decir que las cosas pueden mejorar con el Señor.
Está absolutamente comprobado que donde el evangelio de Jesucristo es aceptado y adoptado, las personas comienzan una nueva vida, la cual mejora su calidad de vida. Esa nueva perspectiva impactará todo lo que la persona hace y en donde tenga influencia, como ser, la familia, el trabajo, los amigos, el barrio, la ciudad. Esa renovación espiritual impactará inclusive hasta su salud, finanzas, educación, etc. ¡Es glorioso lo que las buenas noticias del Evangelio de Jesucristo pueden hacer en una vida!
Es por eso que la Biblia dice en Salmos 33:12 “Bienaventurada (o bendecida) la nación cuyo Dios es Jehová”; Salmos 144:15 “Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado (o bendecido) el pueblo cuyo Dios es Jehová.” y Salmos 146:5 “Bienaventurado (o bendecido) aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios”. En el original hebreo la palabra “bienaventurado” es “esher”, que significa: felicidad, bendecido.
El resultado de creer las buenas noticias de Dios, que es el glorioso evangelio de Jesucristo, es ser bendecidos y vivir con un sentido de propósito en la vida sabiendo que siempre el Señor esta con nosotros. ¡Gloriosa verdad!