LOS HOMBRES Y MUJERES DE NEGOCIOS DEL REINO DE DIOS

Recopilado por Ritchie Pugliese

Lecciones que podemos aprender de una de las tribus de Israel: Zabulón

Entre las tribus de Israel había una especialmente dedicada al mundo de los negocios. Era considerada la tribu de los hombres de negocios de Israel. ¿Cuál era esa tribu? La tribu de Zabulón.

Muchos no se sabe sobre la vida de Zabulón, pero lo que sí sabemos es acerca de su descendencia, la tribu de Zabulón.

Si observamos algunos detalles de esta tribu dedicada a los negocios, podemos hoy, como hombres y mujeres involucrados en el mundo de los negocios, obtener lecciones provechosas

Para comenzar podemos decir que Zabulón fue uno de los diez hijos de Jacob. Fue el sexto hijo de su esposa Lea (Gn. 30:20). Su nombre significaba “don o regalo” (cuando lea lo dio a luz le puso ese nombre como reconocimiento de que había sido un regalo de Dios) y también “honor” (Lea consideró un honor que su esposo le hubiera dado seis hijos).

Algunas profecías muy importantes le fueron dadas a la tribu de Zabulón para determinar su potencial y destino.

Jacob profetizó sobre Zabulón, de que habitaría en las orillas, la playa, con su límite más lejano estando cerca de Sidón, que era el centro más importante de comercio de la época para comerciar en el mar.

Moisés profetizó que Zabulón se regocijaría en salir (hacia el mar para comerciar). El llamaría a toda la gente para ofrecerle a Dios sacrificios justos. El celebraría la abundancia del mar y los tesoros escondidos de la arena. La tribu de Zabulón se caracterizaba por su habilidad para hacer negocios.

Además de eso, Zabulón era conocido por su valentía para ir a la guerra. Cuando las tribus marchaban por el desierto la tribu de Zabulón junto con la de Judá e Isacar eran las que estaban en una posición estratégica para confrontar al enemigo. Judá lideraba pero necesitaba de la ayuda de Isacar y Zabulón a su lado. Las tribus que estaban cuidando la entrada al tabernáculo era la de Judá, Isacar y Zabulón.

Zabulón, además era conocida por su fidelidad a Dios. Zabulón era una tribu fiel al Señor. En el tiempo de los jueces, Zabulón se unió a Débora y Gedeón para estar firmes contra el enemigo. Cincuenta mil hombres de Zabulón vinieron para ayudar a David en Hebrón y le sirvieron con un corazón íntegro. Zabulón también trajo la provisión para la fiesta de la coronación de David en Hebrón.

Zabulón era una gran tribu, ¡con muchas promesas y potencial!, pero… había un misterio ligado a Zabulón…

Cuando Israel entró a la tierra prometida, a Zabulón se le asignó un rico territorio alrededor de la zona central de Neftalí, Isacar y Manasés (Galilea). Era un gran territorio pero había algo que no coincidía con las palabras proféticas que se le había dado, de que estaría en la costa, la playa.

En Génesis 49:13, Jacob profetizó sobre Zabulón “Zabulón en puertos de mar habitará; Será para puerto de naves, Y su límite hasta Sidón.”

En Deuteronomio 33:18-19 Moises profetizó “A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; Llamarán a los pueblos a su monte; Allí sacrificarán sacrificios de justicia, Por lo cual chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros escondidos de la arena.”

El destino profético de Zabulón era involucrarse en el comercio y llegar a ser próspero a través del comercio en el mar. Por eso el símbolo de la tribu de Zabulón era un barco. El destino profético de Zabulón estaba ligado al mar… pero existía un problema…

Según los mapas, Zabulón no estaba ubicado en la costa o la playa, pues cuando miramos en el mapa Zabulón estaba en el medio de la tierra, totalmente rodeado de tierra, sin acceso hacia el mar.

Luego, en otros mapas uno encuentra a Zabulón extendiéndose hacia el este, hacia el Mar de Galilea, y en otro mapa se muestra a Zabulón extendiéndose hacia el oeste, hacia el Mar Mediterráneo, y luego en otro mapa se ve a Zabulón extendiéndose completamente de un lado al otro (este-oeste-este), como si fuera una carretera que une el Mar Mediterráneo al oeste con el Mar de Galilea al este.

En Josué capítulo 19 vemos cuando a las tribus se les asignó sus límites, y a Zabulón se le asignó una parcela de tierra que estaba rodeada de tierra sin salida al mar. Dios le había dado un destino profético hacia el mar, ¡pero no tenía ningún acceso hacia el mar!

¿Qué nos quiere decir el Señor a nosotros hoy con el ejemplo de Zabulón?

Lo que le sucedió a Zabulón ejemplifica algo de nuestras vidas: Muchos estamos así: hemos recibido palabra de Dios, profecías, pero nos encontramos alejados e imposibilitados de verlas cumplidas en nuestras vidas. Pareciera que estuviéramos sin salida.

La historia nos dice que posteriormente Zabulón obtuvo una maravillosa ruta de comercio hacia el mar. La ruta principal que iba de este a oeste conectaba a ambos mares (Mar de Galilea y Mar Mediterráneo).

Zabulón inicialmente no tenía un puerto marítimo, tenía solo una promesa de Dios, pero se mantuvo moviéndose en fe hacia su destino en el ámbito del comercio.

En la medida que Zabulón fue fiel para empujar en fe hacia adelante, es decir, proseguir adelante creyéndole a Dios respecto a su llamado… ¡algo sucedió! ¡Dios le cambió y extendió los límites!

A medida que Zabulón continuaba haciendo su trabajo, se le abrió primero la oportunidad para comerciar solamente con aquellos que estaban del lado este, en el Mar de Galilea, y como consecuencia, se establecio en Neftalí. Por eso ese lugar (Galilea) se lo conoce como la tierra de Zabulón y Neftalí.

Leemos en Mateo 4:13 “y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí,”.

Cuando Jesús caminó por la costa, la orilla del Mar de Galilea, llamando a Pedro, Santiago, Juan, ¡él estaba en la tierra de Zabulón! La mayor parte del ministerio de Jesús tuvo lugar en la región de Zabulón (Galilea) (16 a 18 meses se calcula). Casi todos sus discípulos eran de la tribu de Zabulón.

A medida que Zabulón continuó caminando en su llamado, en fidelidad a Dios, lo mismo sucedió hacia el oeste. ¡Dios nuevamente expandió los límites de Zabulón!

En el siglo primero después de Cristo, el historiador Josefo dijo que el territorio de Zabulón alcanzaba todo el camino desde el Mar Mediterraneo (oeste) hasta el Mar de Galilea (este).

Debido a que Zabulón fielmente siguió tras la promesa de Dios, obtuvo un puerto de salida al mar en ambos lados. Ese territorio incluía lo que hoy se conoce como el Puerto de Haifa, uno de los puertos más grandes en la costa mediterránea y en el otro lado el Mar de Galilea.

La lección que podemos aprender de Zabulón:

Algunas veces parece que todas las palabras que Dios te ha dado son imposibles, tú no tienes lo que necesitas para que se cumplan. ¡Tus límites son demasiado estrechos!

Algunas personas reciben palabras proféticas e inmediatamente empiezan a hacer una lista con todas las razones por la que esa palabra nunca se cumplirá. Decimos: – ¡Tengo temor de hacer eso! -; -¡No puedo hacer esto!-; -¡No tengo el correcto entrenamiento o capacitación! -; ¡No tengo suficientes recursos, dinero! -. Ellos se ven a sí mismos tan restringidos y limitados por sus límites actuales que no pueden aceptar el destino de Dios para sus vidas…. Pero, ¡Dios puede extender, alargar tus límites! ¡Si vas tras tu llamado y eres fiel, Dios incrementará tu territorio!

¿Qué podemos hacer para que nuestros límites se extiendan?

El requisito previo para experimentar nuevos límites es ser fieles a lo que Dios nos ha llamado hacer en el principio. Mateo 25:21 dice: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”

Zabulón era conocido por su fidelidad y debido a que era una tribu fiel, Dios pudo agrandar, extender sus límites.

Este es un tiempo para por fe “empujar” y continuar hacia adelante con en el llamado de Dios para nuestra vida y recibir por fe los nuevos límites que Dios ha establecido para nosotros. Permite que el Señor establezca tu identidad, de una manera nueva mientras él redefine tus límites.

Este es un tiempo para orar la oración de Jabez, detallada en 1 Crónicas 4:10 “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: !!Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.”

Pidámosle a Dios en este tiempo que alargue, extienda nuestros límites para que podamos llegar a cumplir totalmente nuestro destino señalado.

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