Por Ritchie Pugliese
LOS CUATRO ENEMIGOS DEL TRABAJO EN EQUIPO
Trabajar en equipo parece una empresa fácil, pero existen varios enemigos que pueden complicarla. Por eso debemos estar alertas a estos cuatro enemigos:
1. El egoísmo
Recientemente, leí un cartel que decía: “el egoísmo es un arma de autodestrucción masiva de la especie humana”. No hace falta tener mucho conocimiento de nuestra humanidad para reconocer el egoísmo que todos tenemos dentro.
El egoísmo es como la levadura que va aumentando y se puede desbordar si no se lo controla. El egoísta solo mira hacia sí mismo, porque todo comienza y termina en él. Lo demás no cuenta. El egoísmo no reconoce las virtudes del otro y por supuesto jamás admite sus propias fallas y errores. El egoísmo ciega a la persona y no le permite ver la realidad de la vida. Para el egoísta todo gira alrededor de su vida.
2. El individualismo
El resultado del egoísmo nos hace ser presa del individualismo. El individualista, como alguien dijo,” es el que con mayor frecuencia se aparta del rebaño”. El individualista pretende siempre hacer las cosas solo y a su manera, porque piensa que así las cosas saldrán mejor. Si tiene que trabajar con otros, siempre quiere estar adelante del resto. En el pensamiento individualista, no existe el concepto de ser iguales a los demás pero con características y capacidades diferentes.
3. El “promocionismo”
Esta palabra, por cierto, no aparece en el diccionario; pero refleja la actitud de aquellos que, por todos los medios, buscan sobresalir como si fueran los mejores, los únicos o especiales. Su énfasis en todo lo que hacen es recibir el aplauso y el elogio de los demás. Su mayor anhelo es estar en los primeros lugares para ser exaltado como el más popular. Todo lo que hace es para promocionar su imagen y demostrar que sus talentos y habilidades son los mejores. Para esta clase de individuos la fama es su máxima meta de la vida. Es verdad que todos necesitamos palabras de aceptación y reconocimiento, pero aquí me refiero a algo enfermizo. Si somos sinceros, debemos admitir que todos caemos en este error en mayor o menor grado.
4. El perfeccionismo
Una cosa es la búsqueda de la excelencia y otra muy diferente es la perspectiva perfeccionista. Los psicólogos Hogdson y Burque desarrollaron lo que se conoce como “el circulo vicioso del perfeccionismo”, quienes afirman que opera de la siguiente manera: El perfeccionismo conduce a una secuencia negativa hacia al miedo, al fracaso o error. Todo eso hace posponer las metas o se dejan de hacer. Produce culpabilidad y crítica excesiva. La persona se llena de ansiedad y desánimo. Eso conduce a la disminución de la autoestima, aumento del miedo al error y más culpabilidad.
El perfeccionista juzga constantemente a los demás con la idea de mostrarse siempre como el mejor o más perfecto. El perfeccionista, por lo general, vive frustrado precisamente por la búsqueda de un falso ideal. El perfeccionista nunca tiene en cuenta que el único perfecto es Dios y que todos los seres humanos somos falibles por más excelencia que manifestemos.
El trabajo en equipo es posible. Pero para ello es indispensable que cada uno de los integrantes de ese equipo realice un sincero autoexamen para detectar si alguno de estos cuatro enemigos lo ha invadido y contaminado. Sin realizar este autoexamen es probable que se pueda trabajar con otros individuos pero no se cristalizará entre ellos el concepto del trabajo en equipo, el cual requiere un nivel de unidad y entendimiento para que haya producción, efectividad y excelencia.