La Palabra de Dios enseña claramente cómo la gloriosa presencia y poder del Espíritu quiere operar en nuestras vidas. Son pasos consecutivos y uno sigue al otro. Veamos cuáles son:
1) Las arras del Espíritu, es el sello que recibimos de Dios al recibir a Cristo en nuestro corazón como nuestro salvador personal. Esto es una primicia o adelanto del obrar del Espíritu en nuestras vidas. Las arras certifican que somos hijos de Dios.
2) La llenura del Espíritu como dice Efesios 5:18 es un paso posterior. Cuando estamos llenos, nuestra parte interior tiene la presencia del Espíritu. Es la presencia de Dios residiendo en nosotros pero esto no es la máximo que podemos recibir de Dios.
3) Para que la presencia fluya hacia el exterior necesitaremos del desbordamiento del Espíritu como Jesús lo prometió en Hechos 1:8 y sucedió en el día de Pentecostés (Hechos 2). Esto fue lo que Jesús prometió en Hechos 1: 5 cuando dijo: “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo”. Cuando eso sucede, la presencia de Dios desborda y “salpica” a otros. Son los Ríos de Agua Viva que fluyen de nuestro interior hacia afuera, para ministrar a los demás, para servir a Dios con poder, para hacer todo lo que Dios nos ha encomendado y cumplir su propósito.
¡Gracias Señor por la presencia y el poder de tu Espíritu Santo!
Restoration to the Nations, INC. LA PÁGINA IDEAL PARA LOS QUE ANHELAN LA PRESENCIA DE DIOS Y EL MOVER DEL ESPÍRITU SANTO