LAS AUTORIDADES DELEGADAS DE DIOS Y EL ABUSO DE AUTORIDAD

Por Ritchie Pugliese

Generalmente cuando se habla sobre el tema “autoridad”, uno de los primeros comentarios que surge es la problemática del “abuso de autoridad”, perdiendo de vista la esencia o lo genuino de ser una buena autoridad.

La Palabra de Dios nos ofrece el marco de referencia para saber lo que realmente es la verdadera autoridad. Hebreos 13:17 dice: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque eso no os es provechoso.”

En mis años de ministerio he encontrado que la opresión demoníaca está muy frecuentemente conectada a los problemas con la autoridad. Aquellos que tienen una dificultad continua con la autoridad siempre tienen dificultad de caminar en libertad. Si quiere escapar de la opresión de Satanás, es vital que entienda los principios de autoridad reflejados en la Palabra de Dios.

Perspectiva de Dios sobre la autoridad

Mucha gente hoy ve la autoridad como algo negativo. Tienen la tendencia a desconfiar de la autoridad. En nuestros medios populares de comunicación, en películas y en televisión, las autoridades son a menudo pintadas como “malas personas”. Sus descripciones son de personas con arrogancia, ambición, egocentrismo, y que son indiferentes a aquellos que están bajo su cuidado. Usted puede ver también muchas películas en las cuales la figura de autoridad es un héroe. Lamentablemente, y generalmente, las autoridades de la iglesia también son miradas con suspicacia y criticadas.

Desafortunadamente, esta visión negativa de la autoridad que tenemos tiene su razón. Nuestra cultura no nos ha dado muchos buenos modelos de autoridad. Muchas de estas personas no son piadosas y no han entendido su llamado y su propósito.

Siempre que enseño sobre los problemas de sumisión y autoridad, he escuchado historias horrorosas de aquellos que han sido heridos por una figura de autoridad en el pasado. En efecto, es probable que muchos de nosotros hayamos sido heridos por alguna figura de autoridad en el pasado. El resultado es que esas experiencias negativas que muchos cristianos tienen les ha dado una visión negativa de la autoridad. Pero esta, por cierto, no es la visión bíblica sobre lo que significa ser una buena autoridad.

La Biblia nos enseña que las autoridades en nuestra vida son un regalo de Dios. Romanos 13:1 nos dice, “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”

Dios puso autoridades en su vida porque Él le ama. Dios no quiere que tenga que defenderse “a usted mismo” en la vida. Para que usted entrara de lleno al llamado de Dios, Él sabía que usted iba a necesitar la asistencia de estas personas con mayores conocimientos y experiencia, que ven su vida con altas perspectivas. Por eso Dios le dio autoridades. Dios puso figuras de autoridad en su vida para equiparlo, guiarlo y protegerlo, para que entonces pudiera estar más preparado para entrar a su destino en la vida.

La Biblia nos enseña que aún las malas autoridades pueden ser una bendición. ¿Por qué? Porque siempre las malas autoridades son mejores que NO tener ninguna autoridad.

El punto más bajo en la historia de Israel ocurrió en la última parte del libro de los Jueces. A lo largo del libro de Jueces la nación de Israel se fue abajo, a un pantano demoníaco de maldad, violencia, y perversión.

Desde el capítulo 19 hasta el 21 vemos la descripción de uno de los más horrendos eventos en la historia de la humanidad. El resumen de Dios de este tiempo oscuro fue dado en el último versículo de Jueces: “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacia lo que bien le parecía.” (Jueces 21:25).

Dios dice que el problema que ellos tuvieron es que no reconocían a ninguna autoridad. Donde no hay autoridad los demonios pueden operar sin restricción.

He encontrado en un alto porcentaje que aquellos que sufren de opresión demoníaca han sido abusados por alguien en autoridad en los tempranos tiempos de su vida. Como resultado, temen y desconfían de cualquier autoridad en sus vidas. Como consecuencia, Satanás tiene una gran libertad de atormentarlos.

Un muro de protección

Algo que a veces no sabemos o pasamos por alto es que cada autoridad que Dios puso en su vida provee una capa adicional de protección en contra del enemigo.

El gobierno humano es (o tendría que ser) una protección en contra del enemigo. Cuando Dios ordenó el gobierno humano en Génesis capítulo 9, Él lo dio como un método para restringir el mal. Si usted creció en los Estados Unidos, donde generalmente hemos tenido buenos gobiernos, ha experimentado la medida de protección en contra de la opresión de Satanás.

Si usted creció en naciones, por ejemplo, como Afganistán, donde los gobiernos fueron menos efectivos en restringir el mal, usted habría sufrido opresión en mayor magnitud de lo que los americanos jamás han conocido.

La Iglesia es una protección en contra del enemigo. En la medida en que una iglesia opere en una autoridad piadosa, sus miembros están protegidos de muchos ataques de Satanás.

Su familia es una protección en contra del enemigo. Cuando sus padres lo nutren, lo disciplinan, y le instruyen, lo están salvando a usted de la opresión demoníaca.

La bendición de la autoridad

Dios no puso a las autoridades en su vida para aprovecharse de usted y solamente darle órdenes. Dios ha puesto a la autoridad para crear un ambiente dónde uno pueda crecer, prosperar y cumplir su destino.

Una autoridad buena logrará varias cosas:

Instrucción de autoridad

Una persona en autoridad es alguien que tiene un gran entendimiento y experiencia más que usted. Parte de la función de la autoridad es comunicar este conocimiento para permitirle prosperar y además ser de cobertura protectora. Para hacer esto, las autoridades establecerán los límites claros para su vida.

Es por eso que las leyes gubernamentales nacionales crean un ambiente seguro para usted. Su iglesia le instruye a vivir un estilo de vida piadoso para que pueda entrar a la bendición de Dios. Los padres ponen las normas para su casa y modelan un estilo de vida que llevan a la salud y éxito. Escuchando las instrucciones de sus autoridades, se puede ganar sabiduría y discernimiento.

Autoridad directa

Una autoridad es aquella que ve la vida desde una perspectiva alta. Probablemente ha visto alguna imagen de los laberintos hechos de ligustrinos ingleses. Son ligustrinos altos arreglados para formar un laberinto intrincado. Cuando una persona entra al laberinto no tiene manera de ver donde esta y no sabe adónde ir para encontrar la salida. Fácilmente empezará a sentirse desorientado e irá de un lado al otro por horas antes de encontrar su salida. Si esa persona pudiera subir a un árbol y mirar desde arriba el laberinto, podría ver el laberinto entero. Desde esa perspectiva alta podría rápidamente guiar exitosamente a alguien a través del laberinto.

Esta es una buena descripción de lo que significa una autoridad. La autoridad busca ayudarlo a encontrar su camino en la vida. Una buena autoridad le ayudará a conocer quién es usted y cuál es el llamado de Dios para su vida. Le ofrecerá ayuda para descubrir su llamado y lo mostrará el curso del éxito.

Autoridad correcta

Una buena autoridad verá cuando alguien se sale de la senda y está en una dirección equivocada. Le alertará de los posibles peligros de mentiras que encontrara hacia delante.

En el lejano oeste, cuando un puente del ferrocarril no funcionaba, alguien tenía que telegrafiar a la estación más cercana y para decirle al dueño de la estación que detenga los trenes. Cuando el tren iba llegando hacia la estación, el guardavía ondeaba su linterna roja para ordenarle que se detenga. El conductor de la locomotora no tenía ninguna manera de saber del peligro que había hacia delante, pero si obedecía al guardavía, se salvaba de un desastre. Ésa es la función de autoridad.

La Biblia nos enseña que Dios elige trabajar a través de las autoridades. El Señor le provee a la buena autoridad sabiduría y discernimiento sobrenatural para reconocer los engaños del enemigo y advertirnos. Poniendo atención a la autoridad, usted se puede evitar muchos sufrimientos.

La autoridad en su vida es una parte vital de su armadura espiritual. Si usted la rechaza, rechaza las grandes bendiciones de Dios. Parte del proceso de liberación del enemigo es obtener una nueva perspectiva de lo que significa la autoridad.

¿Una buena actitud hacia una mala autoridad?

Dios quiere que usted esté agradecido por sus autoridades, dándoles honor y respeto, perdonando sus fallas, y sometiéndose a ellos en el Señor. De esta manera, usted gana un nuevo nivel de protección en contra del enemigo.

Si ha sido mal utilizada la autoridad o ha sido herido a través de malas autoridades, ¿cómo se puede tener una actitud buena hacia la autoridad? Aquí hay algunas instrucciones bíblicas:

1. Respete y dé honor a sus autoridades, aunque ellas sean malas autoridades. Uno debe respetar a la investidura, más que la persona que lleva la investidura de autoridad.

Saúl fue una mala autoridad. Él era celoso, controlador, endemoniado, y buscando matar a David. Entonces David decía, “Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él, porque es el ungido de Jehová.” (1 Samuel 24:6). David mostró respeto hacia Saúl por su posición de autoridad que Dios le había dado.

En los días de Pablo el loco Nerón reinaba sobre el Imperio Romano. Nerón fue uno de los perores regidores de la historia del mundo. El torturaba y ejecutaba miles de cristianos, mientras Pablo reconocía que la autoridad de Nerón venia de Dios. Pablo escribió, “de modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten acarrean condenación para sí mismos. (Romanos 13:2).

Pablo nos instruye para dar lo que es debido a cada autoridad: “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.” (Romanos 13:7)

Dar honor a la autoridad incluye orar por ellas regularmente. Fue durante el reinado de Nerón que Pablo fue instruido, “exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracia, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” (1Timoteo 2:1-2) ¡Las malas autoridades pueden arrepentirse y tornarse a Dios si oramos por ellos!

2. Los mandamientos de Dios nos mandan a someternos a las autoridades siempre que sea posible (Romanos 13:1)

Someterse significa conocer la posición de alguien en autoridad y seguir las instrucciones dadas. ¿Qué debe hacer cuando no le gustan las instrucciones que la autoridad le ha dado? Sométase por fe. 1 Pedro 5:7 nos dice que debemos someternos a la autoridad. “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”. Sométase a su autoridad, confíe que Dios lo cuidara.

Hay una importante excepción a esta regla de sumisión. Si está obedeciendo una autoridad humana que nos exige violar la voluntad de Dios, entonces debemos elegir seguir a Dios. Cuando el concilio judío envió a Pedro a no predicar en el Nombre de Jesús Pedro replicó, “Es necesario obedecer a Dios, antes que a los hombres” (Hechos 5:29)

Muchas mujeres han asumido que la sumisión a la autoridad significa que deben soportar abusos de sus esposos. Yo no creo que esto sea bíblico. No es la voluntad de Dios poner en riesgo la vida de la mujer y la vida de sus hijos. Cuando nos sometemos a una autoridad humana debemos tener claro no violar la ley de Dios, debemos elegir la voluntad de Dios.

3. Cuando, por hacer la voluntad de Dios, decidamos no obedecer a una autoridad, aun así hay que respetar la investidura de esa autoridad

En Daniel Capitulo uno, el Rey de Babilonia Nabucodonosor firmo un decreto que Daniel no podría obedecer. La respuesta de Daniel no fue una rebelde oposición sino una apelación respetuosa. Porque el escogió respetar la autoridad, Dios engrandeció a Daniel con un gran favor. Su petición fue engrandecida y una excepción fue hecha. (Daniel 1:8-17).

Cuando no se recibe una apelación respetuosa, debemos estar firmes en obedecer los mandamientos de Dios. Esto también significa, de cualquier manera, que debemos estar dispuestos a sufrir las consecuencias de nuestra oposición.

4. Si ha sido abusado por una mala autoridad es importante que la perdone

Cuando usted desarrolle una buena relación con sus autoridades, experimentará las bendiciones de autoridad. Ganará un nuevo nivel de protección en contra del enemigo.

Restaurando su relación con la autoridad

Dios ha puesto autoridades en su vida para bendecirle. Conforme a la medida que nos relacionamos correctamente con nuestras autoridades, ganaremos una medida extra de protección contra el enemigo. Aquí hay algunos de los pasos le ayudarán a recobrar una relación buena con su autoridad.

1- Lista de autoridades que Dios le ha dado en cada área de vida.

Gobierno:

Escuela:

Trabajo:

Iglesia:

Familia:

Otro:

2- De gracias a Dios por cada autoridad que haya puesto en la lista.

3- Pídale a Dios como Él quiere que usted muestre honor, respeto y apreciación por cada autoridad que usted ha puesto en la lista. Escriba abajo cualquier acción específica que Dios le haya mostrado.

4- Si usted no ha tenido una buena relación con algunas de estas autoridades, pídale a Dios sanidad y restauración en su relación.

5- Si una de estas autoridades le ha dado una palabra de corrección y usted no la recibió, pídale a Dios como puede usted someterse.

6- Si alguna de estas autoridades, o alguna autoridad en el pasado le ha herido en alguna manera, este seguro que les ha perdonado.

7- Si usted ha sentido tristeza o frustración por alguna de estas autoridades por sus palabras o acciones, este dispuesto a perdonar o haga arreglos como Dios le dirija.

8- Pídale a Dios que le muestre, como puede orar por cada una de estas autoridades. Escriba abajo cosas que Dios le muestre para orar.

9- Ore por la bendición de Dios sobre cada autoridad en su vida.

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