EL LUGAR, MISIÓN Y DESTINO DE LA MUJER – Segunda parte –

 

2. EL ORDEN DE DIOS

EN EL HOGAR CRISTIANO (Efesios 5:23-33; I Corintios 7:11; 1 Timoteo 2:13-15)

La obra de la redención restauró el orden del hombre y la mujer. El hogar cristiano es un lugar de orden. La relación entre el marido y su mujer deberían ejemplificar y tipificar la relación de Cristo con su novia, la Iglesia.

Las Epístolas de Pablo son bien claras sobre el orden en el hogar. El marido es la cabeza, la cobertura, el amante protector y el proveedor. La esposa es la que por amor se somete, honra y reverencia a su esposo como cabeza. Ella vive bajo su amor y cobertura, aunque son iguales como personas, existe un orden divino para respetar.

El marido debe amar a su esposa como Cristo amo a su Iglesia. La mujer debe someterse voluntariamente a su esposo y respetarlo (I Pedro 3:18).

Aclaración: Someterse no tiene nada que ver con degradar ni rebajar a la mujer como persona. Hoy día la palabra tiene una connotación de abuso y mal trato. De eso no habla la Biblia, sino todo lo contrario.

El llamado básico de Dios para la mujer es llegar a ser hija, esposa, madre y edificadora del hogar. El llamado básico para el hombre es ser hijo, esposo, padre, proveedor y edificador del hogar. ¡Juntos forman un equipo!

La filosofía humanista llevó a la mujer lejos del hogar y hacerla sentir que era una esclava por ser ama de casa, y buscó destrozar la unidad básica creada por Dios: La familia.

Bendecido es el varón que tiene una mujer prudente, guía del hogar, amante de su esposo, de sus hijos, que sea la Gloria de su marido (Proverbios 19:14; 18:22).

EN LA IGLESIA

Vamos a examinar tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento para ver el orden de Dios en la Iglesia, sea que hablemos de la “Iglesia” del Antiguo Testamento, también llamada  “la Iglesia en el desierto” (Hechos 7:38) o en el Nuevo Testamento.

Miremos primero el orden en el Antiguo Testamento y luego en el Nuevo Testamento.

1. El Ministerio de la mujer en el Antiguo Testamento

Existen varias mujeres mencionadas en las Escrituras, piadosas e impías.

Hubo mujeres piadosas como Eva, Rahab, Noemi, Ester, Sara, Rebeca, etc. Estas eran mujeres de fe y carácter santo.

Existieron mujeres impías como Jezabel, y la esposa de Lot, mujeres que destrozaron las vidas de los hombres y las suyas.

Examinemos el listado de mujeres que fueron dotadas por el Señor con dones y ministerios espirituales.

a. La mujer cómo profeta

Existieron mujeres con un claro llamado de Dios para ser voceras con palabras proféticas a través de sus labios:

• María fue una profetiza (Hebreo “Nebiah”= una mujer predicadora, una profetiza o una mujer inspirada). Ella profetizó delante de los ejércitos de Israel (Éxodo 15:20). Ella cantó una canción del Señor y condujo a las mujeres a danzar delante todo Israel.

(Salmo 68:25; Números 12:1-10). Fue elegida junto con Moisés y  Aarón, como lo declaró el profeta Miqueas (Miqueas 6:4): “Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí; y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a María”

Débora fue una juez, una profetiza y madre en Israel por un período de 40 años (Jueces 4:4; 5:7-15). Ella tuvo la autoridad de una profetiza, una reveladora de la voluntad de Dios para Israel y ella reconocía y estaba bajo la autoridad de los jueces que la sucedieron. Ella fue también la jefa de diez mil hombres porque Barak rehusó ir a la batalla sin ella. Estaba casada, era la esposa de Lapidot.

En ese tiempo vino una maldición sobre los habitantes debido a que ellos fallaron en venir a buscar ayuda del Señor bajo su liderazgo. La bendición vino a través de otra mujer, Jael, quien fue utilizada por Dios para cortarle la cabeza a Sisara, el enemigo del pueblo de Dios. Débora también cantaba las canciones del Señor, la segunda registrada en las Escrituras. Ningún otro juez fue llamado profeta hasta que vino Samuel, quien fue el último de los jueces y el primero de los profetas.

• Hulda fue una profeta. En  2 Reyes 22:12-20  y 2 Crónicas 34:22 tenemos el relato del rey enviando al sumo sacerdote, el escriba y otros a ver a Hulda. Ella era la esposa de Shallum, que vivía en Jerusalén, en la Universidad de aquella época para inquirir a través de su boca la voluntad de Dios referida al libro de la Ley encontrado en el tempo de Dios.

• La esposa de Isaías era profeta también, compartiendo el ministerio con su esposo (Isaías 8:1-3).

• Noadiah fue una falsa profeta en el tiempo de Nehemías (Nehemías 6:14). Había verdaderos profetas en ese tiempo como Zacarías y Hageo.

También hubo falsas profetizas y profetas en Ezequiel 13.

• Ana, fue profetiza. Era una viuda de 84 años que servía en el templo con sus oraciones y ayunos las 24 horas del día (Lucas 2:37, 38). Simeón había profetizado delante del niño-Mesías. Ahora Ana, le siguió. Los judíos la aceptaban cómo profeta. Ella fue la primera mujer que públicamente proclamó a Jesús en el templo.

b. Las mujeres fueron utilizadas también en la construcción del Tabernáculo del Señor (Éxodo 38:8; 1 Samuel 2:22)

c. La ley del nazareato era tanto para mujeres como para hombres (Números 6:1-27).

d. Una sabia mujer salvó a una ciudad de ser destruida (2 Samuel 20:16-22).

e. Una pequeña niña testificó ante el Capitán Naamán acerca del verdadero Dios de Israel, quien podía sanarlo de lepra (2 Reyes 5).

f. Abigail le dio a David una palabra de sabiduría. David era lo suficientemente humilde como para recibirla (1 Samuel 25).

g. Las cinco hijas de Zelopehad vinieron delante de Moisés. Eliezer el sumo sacerdote y los principales de la congregación para recibir la herencia de la Ley del Señor. Las hijas estaban inscriptas para recibir la herencia si no había hombres (Números 27:1-7; Josué 15:6-19; 17:3, 4; Job 42:14)

h. Ester, la reina, salvó a su nación de la muerte bajo el consejo de Mardoqueo y el pedido a su esposo (Ester 1-11).

i. Rut, la moabita, adoptó la fe de Israel y su nombre se encuentra en la genealogía del Mesías (Rut 1-4; Mateo 1).

j. Atalia fue una reina malvada que usurpó el trono (2 Reyes 8:26; 2 Crónicas 22:1-12).

k. Rahab, una ramera, fue salvada por fe.  Su nombre también se encuentra en la genealogía del Mesías (Josué 2; Hebreos 11:31; Mateo 1).

l. Las mujeres tuvieron fe de la resurrección de sus hijos (Hebreos 11:35; 2 Reyes 4:18-37).

m. Las mujeres se involucraron en la restauración de los muros de Jerusalén luego de la cautividad babilónica (Nehemías 3:12).

n. Heman, el cantante, tuvo hijas como hijos quienes cantaban las canciones del Señor (1 Crónicas 25:5, 6)

o. En la restauración de Babilonia había “hombres y mujeres que cantaban” (Nehemías 7:67; Ezequiel 40:44).

p. Dios utilizó a las viudas para demostrar hospitalidad a los profetas Elías y Eliseo (1 Reyes 17; 2 Reyes 4). Las viudas eran honradas por Dios (Éxodo 22:22; Deuteronomio 14:28; 16:11; 24:17; Jeremías 49:11).

q. Ana era una mujer piadosa, casada con Elcana. Ella era una mujer de oración y cuando Samuel nació, le dio una canción profética. Fue la primera persona que habló del ungido o el Mesías en tiempos del Antiguo Testamento (1 Samuel 1-2).

r. Dios hablo de su nación, Israel, utilizando a una mujer cómo figura (Jeremías 3:1-20).

Por lo que hemos visto, el principal llamado que Dios les daba a las mujeres en el Antiguo Testamento, era para fluir proféticamente, para ser vocera del Señor.

2. Profecías del Antiguo Testamento

A pesar de haber más profetas hombres que mujeres, los profetas del Antiguo Testamento profetizaron que el día llegaría cuando el Espíritu Santo sería derramado sobre TODA CARNE y el espíritu profético estaría disponible para todos.

a.            En los últimos días el Señor derramaría de Su Espíritu sobre toda carne (Joel 2, su cumplimiento en Hechos 2) y tanto hombres como mujeres profetizarían y hablarían las maravillas de Dios.

b.            En el Salmo 68:11 tenemos una palabra profética en la cual el Apóstol Pablo la utilizó en Efesios 4 para hablar acerca de los dones. Allí mencionan los dones que Dios le dio a los hombres. El pasaje en el hebreo dice: “grande era la compañía de las mujeres publicadoras, mujeres evangelistas” La versión Reina Valera Antigua dice: “El Señor daba palabra: De las evangelizantes había grande ejército”

Con esto que mencionamos vemos que la intención siempre de Dios fue incluir a la mujer y no relegarla o dejarla a un lado.

Israel, como nación de Dios, tenía muchas leyes protectoras para la mujer. Esto contrastaba mucho con el resto de las naciones paganas. Esas leyes iban dirigidas a proteger la debilidad de la mujer, guardar sus derechos,  y preservar su libertad. Bajo la Ley divina sus libertades eran grandes en lo social, diametralmente opuesto a las naciones paganas.

Las mujeres piadosas eran una gran influencia en la nación. Las mujeres impías parecían conducir a la inmoralidad y la idolatría (Jeremías 7:8; Ezequiel 8:14; Éxodo 22:18).

Sin embargo, es cuando llegamos al Nuevo Testamento que vemos al Señor Jesús, y posteriormente al Cristianismo bíblico, promoviendo el respeto por la mujer para llevarla al correcto lugar del que había caído.

Bajo el Antiguo Pacto las mujeres fueron utilizadas de una manera limitada por el Espíritu Santo. Ahora bajo el Nuevo Pacto el Espíritu está disponible para todos. El Nuevo Testamento no es inferior al Antiguo Testamento. Decir que Dios sólo utilizó a la mujer en el Antiguo Testamento es menospreciar la obra de Jesucristo en la cruz del Calvario.

Veamos a continuación como el Espíritu Santo equipó a las mujeres de una manera más grande y en cantidades más grandes. Esto sería en cumplimiento a lo dicho por Dios en Joel 2:28-32)

EL CRISTIANISMO Y LA MUJER

Bajo la nueva dispensación, la mujer ahora encuentra su posición “en Cristo”, la cual es superior al Antiguo Pacto.

El Cristianismo trajo respeto y honor hacia la mujer sobre todas las demás naciones y culturas.

Por ejemplo:

• El mundo musulmán degrada a la mujer. Un musulmán puede divorciarse verbalmente de su esposa. Ella es dejada abandonada a la prostitución o a morirse de hambre.

• La religión hindú degrada a la mujer también. Ellos enseñan adorar al miembro masculino, lo cual es una perversión total, y satánica.

• En África la mujer sólo sirve para tener hijos y ser esclavas del hombre.

• Inclusive en los tiempos de Jesús, los judíos habían degradado a la mujer. Esto, por cierto, era contrario a las leyes divinas. Ellos decían, por ejemplo: “el testimonio de cien mujeres no es igual a la de un sólo varón”; “Una mujer no debe leer la Torah para no deshonrar a la sinagoga”.  Para formar una congregación, no se contaban a las mujeres, sólo a los varones. Otros oraban así: “Le agradezco a Dios que no nací mujer, perro o gentil”.

• En la cultura occidental, la influencia judeo-cristiana le dio a la mujer honor en la sociedad. Sin embargo, con el levantamiento de la filosofía humanística, movimientos feministas y la liberación de la mujer, todo quedo desfigurado o degenerado de su condición inicial. Ellos hablan de “libertad” pero en realidad son tendencias que hacen que la mujer pierda su real significado a nivel personal y social.

Por eso, ¡promovamos los valores creacionales de Dios sobre el ser humano (el hombre y la mujer), formemos las vidas con los patrones creacionales que están en la Palabra de nuestro Dios, el Creador de todas las cosas!

Entra en el siguiente enlace para leer la TERCERA y última parte:

 

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