Por Ritchie Pugliese
En el evangelio de Juan capítulo once encontramos el relato de la resurrección de Lázaro. Este fue un hecho increíble, pero real, donde Jesucristo se manifestó entre la gente como Aquél que tiene todo poder para resucitar situaciones muertas. Él dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” (11:25).
Durante su ministerio terrenal, Jesús utilizo muchas veces la frase “Yo soy” para demostrar que no sólo era Dios encarnado, sino también para demostrar lo que podía hacer, por ej.:
• En Juan 8:58 “antes que Abraham fuese, yo soy“, para demostrar que es Dios eterno.
• En Juan 8:12 “Yo soy la luz del mundo”, para demostrar su poder vencedor sobre las tinieblas y oscuridad.
• En Juan 6:35 “Yo soy el pan de vida”, para demostrar que Él es que sacia las necesidades más profundas del alma y también las básicas de la vida.
• En Juan 8:23 “Yo soy de arriba”, para demostrar su autoridad y señorío y que su propuesta era a favor del Reino Celestial.
• En Juan 10:11 “Yo soy el buen pastor”, para demostrar su amor y paciencia con la gente.
• En Juan 10:9 “Yo soy la puerta”, para demostrar que Él es el que abre las puertas hacia las bendiciones de Dios y nadie puede cerrarlas.
• En Juan 14:6 “Yo soy el camino, la verdad y la vida” para demostrar que es el Único mediador o puente para llegar a Dios.
• En Juan 15:1 “Yo soy la vida verdadera”, para demostrar la manera de dar mucho fruto aferrados a Él.
En el pasaje de San Juan 11, en el cual se describe el proceso de cómo Lázaro fue resucitado, Jesús quiso mostrar que Él es el que da vida y tiene todo poder para resucitar para darle toda la gloria a Dios. El poder de vida y resurrección, Jesucristo lo demostró en otras personas, además de Lázaro:
• En Lucas 7:11-17 se detalla la resurrección del hijo de la viuda de Nain;
• En Lucas 8:40-56 se detalla la resurrección de la hija de Jairo
Ahora bien, Jesús demostró públicamente su poder, principalmente para que todos creyeran en El y tuvieran el regalo de la vida eterna (Juan 3:16), pero también manifestó su gran poder para enseñarnos que Dios no sólo está interesado en nuestro futuro eterno, sino también en nuestro PRESENTE COTIDIANO. Dios tiene tanto poder para lo eternal como para lo temporal, para las situaciones de la vida cotidiana.
Jesús es Señor y tiene todo poder, hoy y ahora mismo, para resucitar y dar vida a aquellas situaciones de nuestra vida que están completamente muertas, bien muertas o enterradas en el olvido del dolor y el fracaso.
Es probable que usted como creyente en Cristo, a pesar de haber caminado en fidelidad para con Dios y haber orado y clamado una y otra vez al Señor, se encuentre en este momento de su vida con situaciones personales, familiares, ministeriales, donde todo está literalmente como muerto. Quizás sea en su salud, economía, matrimonio, la relación con sus hijos está peor que nunca y en estado descendente; quizás tuvo propuestas de trabajo donde todo parecía acomodarse para empezar a trabajar en un buen lugar y con un buen salario y de golpe todo quedo detenido en “la nada”; quizás su empresa o negocio también este experimentando un proceso descendente hacia una quiebra segura.
Pareciera como que sus oraciones no fueran escuchadas, pues ningún cambio positivo se ve y todo fuera de mal en peor. El tiempo pasa y cuando más desesperadamente usted necesita de la intervención del Señor, ¡Nada sucede!
¿Se encuentra atravesando alguna situación como esta o similar?
¿Se siente identificado con este cuadro descriptivo de enfrentar una situación apremiante?
En este día, Dios quiere manifestarse sobre su vida y situación para dar vida y resucitar lo que usted ha pensado que ya está muerto y sin posibilidades vivir.
Ahora, bien, ante semejantes situaciones preocupantes y desesperadas, ¿Qué podemos hacer?
A continuación vamos a ver el relato de cómo Jesús resucito a Lázaro, pero desde una perspectiva diferente.
El relato nos enseñara lecciones importantes para poder experimentar el poder vivificador y resucitador de Jesucristo hoy.
Antes de que Dios intervenga con su Poder vivificador y resucitador, es necesario que entendamos el proceso, a fin de no desesperarnos ni desmayar. Por eso, ¡Preste mucha atención a lo que viene!
En el relato encontramos tres personajes además de Jesús: Lázaro y sus dos hermanas, María y Marta.
Lázaro representa la necesidad de Marta y María, y ellas representan al creyente en Cristo, como usted y como yo. Detallaremos la secuencia del relato de principio a fin y deje que el Señor le ministre con Su Poder:
A. En Juan 11:1-3 leemos que Marta y María tienen una necesidad. El relato dice:“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y Marta su hermana… enviaron, pues, las hermanas a decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.”
Marta y María, que representan al creyente fiel, hicieron lo que hace cualquier creyente en necesidad: Le pide ayuda al Señor para que intervenga y solucione el problema.
B. En Juan 11:4 sucede algo extraño, al menos para Marta y María:“Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.”¿Qué hizo Jesús? Note que no les respondió enviando la sanidad a Lázaro sino, que les dice otra cosa de lo que ellas estaban esperando.
Marta y María necesitaban la solución a su problema… en cambio Jesús sólo les dio una Palabra. ¿No le ha pasado algo similar, cuando en medio de su horrible necesidad usted espera desesperadamente la solución práctica y Dios sólo le da una Palabra pero no acciona? Decimos: – ¡Señor necesito tu accionar, no tus palabras! –
Es en medio de estas situaciones donde muchos de nosotros comenzamos a dudar de la fidelidad de Dios; pensamos que se olvidó de nosotros; que de nada valió ser fiel y servirle con dedicación… ¿Le está pasando esto actualmente por su cabeza todo el tiempo en este momento especial de su vida?
C. En el v. 5 dice: “Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro” Hay cosas que no entendemos acerca del obrar de Dios, y muchas veces en nuestra ignorancia natural no comprendemos la Sabiduría Celestial. El Señor amaba a estas dos hermanas, que representan al creyente, como nos ama a usted y a mí.
Dios nos ama, pero todo lo que está permitiendo en este tiempo que suceda no significa que Él se olvidó de nosotros ni que nos dejará abandonados y sin respuesta. ¿Puede creer esto en medio de este tiempo donde su mente está siendo sacudida con pensamientos que sólo quieren apagar su fe y encender la incredulidad? ¡Dios le ama y tiene para usted una salida real a su problema!
D. En el v. 6 todo parece complicarse. A esta altura todavía Lázaro (que representa la necesidad preocupante de Marta y María) estaba enfermo y EMPEORANDO SU SALUD CADA VEZ MÁS. ¿Qué hizo Jesús, sabiendo lo que estaba pasando? “Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.” ¡Jesús se demoró a propósito en el lugar donde estaba, en vez de ir corriendo a solucionar el problema de Marta y María! ¿Puede imaginarse como estarían Marta y María? ¡Como muchos de nosotros cuando nos sucede algo similar! Oramos y oramos, clamamos y clamamos… la situación en vez de mejorarse, empeora… y pareciera que el Señor no hace nada, pareciera que se demora más de la cuenta.
Humanamente no se puede entender, nos sentimos confundidos… por eso es bueno tratar esta problemática en éste artículo, para darnos cuenta que si en esos momentos no vemos las cosas por fe y nos dejamos llevar por lo que vemos, sentimos o pensamos, vamos a malinterpretar el obrar de Dios y nos perderemos su bendición final.
Marta y María estarían en este punto con sus sensaciones y sentimientos a flor de piel, que seguramente intentaban apagar la fe que tenían en el Señor.
E. En los vv. 11-14 leemos que Jesús espero a que Lázaro muriera, antes de emprender el viaje hacia el lugar de la necesidad. ¿Se imagina como estarían Marta y María al ver morir, antes sus propios ojos, a su hermano y sin que El Señor les diera la solución, a pesar de haber clamado? ¿Se imagina usted el estado de desesperación y frustración de estas dos mujeres fieles? ¿Se imagina usted el dolor y la impotencia que ellas estarían experimentando?
¿Se siente usted identificado con esta situación? Quizás hoy usted se encuentra así, como Marta y María, donde oró y oró con fe, y su situación no solo se empeoró, sino que literalmente se murió. Usted confiaba en que su negocio prosperaría y lo tuvo que cerrar o fue clausurado por no tener que pagar los impuestos; quizás usted declaraba salud sobre su cuerpo y le acaba de decir el informe médico que tiene una enfermedad incurable y terminal; quizás usted declaraba bendición matrimonial y su marido le acaba de pedir el divorcio o está viendo antes sus propios ojos como su familia se destroza; quizás usted estaba creyendo que su iglesia crecería numéricamente y está experimentando todo lo contrario…
F. El v. 17 dice que Jesús apareció en la escena cuando ya nadie esperaba que apareciera…”Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro”Lázaro, que representa la necesidad de Marta y María, ya no solo está muerto sino dentro de un sepulcro. En nuestro lenguaje popular diríamos que nuestro caso está “archivado o puesto en el cajón del olvido” Ya era una situación donde reinaba la incredulidad y la resignación frustrada, pues así se sentirían Marta y María. ¿Se imagina todo lo que el diablo les puedo haber susurrado a sus oídos en ese tiempo?: – Jesús te falló, le pediste una y otra vez y decidió no ayudarte. ¿Vale la pena que sigas sirviendo a alguien que te da espalda cuando más lo necesitabas? – Es probable que usted diga: – ¡Pastor, esto es lo que me está pasando en este momento! – Lo que le está sucediendo no es nada nuevo, porque el enemigo siempre querrá apartarnos del Señor a toda costa y utilizará circunstancias como estas, donde nuestra fe está más debilitada por el aparente fracaso. Nunca lo olvide: siempre el diablo espera a que el creyente esté en su momento más débil para atacarlo ferozmente, pero Gloria al Señor que Dioscancelará todointento perverso del maligno y nos protegerá… ¡porque El Señor va a manifestarse en nuestra situación imposible con Su Poder vivificador y resucitador!
G. En el v. 19 vemos que Marta y María estaban de luto, desconsoladas y de repente aparece Jesús. Marta salió a buscarle y ¿sabe lo que le dijo? Lo que tenía guardado en su corazón (v.21) “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” En nuestras palabras, lo que le dijo fue: – Señor, ¿Por qué no llegaste a tiempo? –
H. En los vv. 21-27 Jesús le va a enseñar una lección importante a Marta, que representa al creyente en Cristo, a usted y a mí. En el v. 23 Jesús le dice: “Tu hermano resucitará”. Ella a esta altura lo único que podía creer era en el futuro, no en el presente, pues le responde: “Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero”Marta creía en Jesús como el “Yo soy la resurrección y la vida” para la vida futura pero ella no tenía fe para su necesidad actual.
¡Ella es como muchos de nosotros! Nos hemos armado del pensamiento que cuando únicamente estemos en el cielo disfrutaremos las bendiciones de Dios pero que mientras tanto, aquí en la tierra, viviremos sin ellas. ¿Ya su fe ha quedado tan aplastada por las circunstancias, que se ha armado del pensamiento de que mientras viva en la tierra no verá actuar el poder vivificador y resucitador del Señor en sus necesidades más apremiantes?
I. En el v.28 Jesús ahora le va a enseñar una lección a María, que también representa al creyente en Cristo. María era la adoradora, la buscadora de Dios (Lea Lucas 10:39). El v. 32 dice que cuando lo vio ella se postró ante los pies de Jesús… pero ¿qué le dijo a Jesús? Lo mismo que su hermana Marta, la que siempre estaba haciendo y haciendo cosas (Lea el mismo relato de Lucas 10:38-42) Esto nos muestra que uno, aun siendo un buen adorador puede experimentar en algún momento difícil desaliento y falta de fe.
J. En los vv. 33-38 veremos la actitud de Jesús, el que amaba con el amor de Dios a estas dos hermanas El v. 33 dice que“al verla llorando…se estremeció en espíritu y se conmovió”y el v. 38 dice: Jesús, profundamente conmovido…” Aquí vemos reflejada la actitud de misericordia de Jesús. Una cosa es sentir lástima por alguien, otra diferente es experimentar misericordia. La misericordia del Señor lo llevó a obrar con Poder.
En el v. 39 vemos a Jesús moviéndose rápidamente para efectuar el milagro, pero en el proceso da la orden de quitar la piedra del sepulcro, cuando Marta le dice:“Señor, hiede ya, porque es de cuatro días”y Jesús le respondió:“¿No te he dicho que si crees, veras la gloria de Dios?”Note que Jesús no la reprendió por haber dudado y pensar que él había llegado tarde, ni le dijo que era una mujer de poca fe, sino que le dice simplemente que si cree verá el obrar de Dios.
Aquí aprendemos algo decisivo para recibir nuestro milagro de parte del Señor: No es la cantidad de fe, sino la calidad de fe lo que Dios espera de nosotros. A veces pensamos que Dios espera que tengamos mucha fe cuando en realidad lo que Dios espera es que simplemente creamos en El con la fe de Dios, no la nuestra. Nunca olvide esta frase: “Jesús siempre interviene por misericordia, pero actúa únicamente por fe”. Jesús antes de operar el milagro le animó a creer en El. Jesús vio con sus ojos escudriñadores el corazón de esta mujer fiel, que aunque estaba golpeada por las circunstancias todavía tenía puesta la fe en Jesús. Para Dios esa actitud es calidad de fe, la necesaria para recibir el poder vivificador y resucitador.
Jesús en este tiempo te está diciendo: – Hoy he llegado a tú situación de la cual pensaste que me había olvidado, pero no hija/o mía/o, siempre he estado supervisando lo sucedido y ahora estoy frente a ti. Si todavía te atreves a creer que soy capaz de dar vida y resucitar tu situación muerta, lo voy a hacer para que Dios sea glorificado. ¿Estás lista/o?
El relato continua en los vv. 43-44 que Lázaro (que representa la situación muerta de Marta y María) fue resucitado. ¡El Señor demostró su gran poder! ¡Lázaro experimentó el poder resucitador del Señor!
Estoy seguro que la travesía en este relato le ha llevado a usted a poder evaluarse como está su corazón hacia el Señor, y si a pesar de todo lo que ha pasado en sus circunstancias negativas, usted todavía le cree al Señor.
Quizás ahora tú veas todo oscuro y sin salida… Si es así, ¡entonces experimenta en esta hora el mismo poder vivificador y resucitador del Señor que resucitó a Lázaro! ¡No dudes y créelo con fe en esta hora!