Recopilado por Ritchie Pugliese
Por mucho tiempo la Iglesia se ha movido bajo el patrón de pensamiento griego, el cual separaba lo espiritual de lo secular. Por cierto, este pensamiento no es bíblico.
El patrón de pensamiento griego, el cual es pagano y está inmerso en la mente de muchos cristianos, dice que a Dios no le importa lo que hacemos en nuestro trabajo y que la única manera de servir a Dios en el trabajo es dando testimonio o repartiendo folletos a nuestros compañeros y sirviendo en la Iglesia local.
El resultado de esa mentalidad fue que se ha levantado una generación de cristianos alérgicos al trabajo y ha permitido que los cristianos se ganaran una mala reputación. Se dice de ellos: -En vez de trabajar utilizan ese tiempo para hablan de religión -. El resultado de todo eso fue que los cristianos no prosperaron ni fueron promovidos a mejores posiciones laborales donde allí si se puede ejercer mayor influencia con los principios cristianos.
Para peor, muchos cristianos pensaron que no era bueno prosperar. Otros pensaron que “no era espiritual” prosperar. Si uno prosperaba, lo veían como que era algo malo para la vida espiritual, porque eso significaba que uno ya no iba a caminar más “por fe” y estaba atrapado por el mundo.
Se dice que hace muchos años en Escocia, cuando se ordenaba a un pastor, oraban de la siguiente manera: “Señor, mantén a tu siervo santo que nosotros lo mantendremos pobre”. Esta era la idea o pensamiento: Que la escasez o la pobreza nos acercaría más a Dios.
En la mentalidad griega cristiana religiosa la pobreza es una virtud, ¡pero por supuesto este no es el patrón de pensamiento bíblico que Dios tiene para los suyos!
La Biblia tiene mucho que decir acerca de la prosperidad y cómo ser exitosos en lo que hacemos. Muchos grandes hombres de la Biblia fueron hombres muy exitosos: Abraham, Isaac, Jacob fueron personas ricas. Job también, quien luego de ser probado, Dios le restituyó su riqueza al doble, José, fue el segundo gobernador de Egipto debajo de Faraón. David fue rey, Pablo plantó muchas Iglesias y todas ellas prosperaban.
¡La Biblia enseña que la prosperidad es una bendición que proviene de Dios! Deuteronomio 28 dice que Dios quiere prosperar la obra de nuestras manos. En 2 Crónicas 20:20 dice que escuchar a los profetas de Dios nos hará prosperar. El Salmo 1 nos dice que si meditamos en las palabras de Dios seremos exitosos y todo nos saldrá bien. El éxito es algo que Dios quiere para nuestras vidas aunque cueste creerlo.
En las enseñanzas del Nuevo Testamento vemos que Dios se preocupa y ocupa de nuestro trabajo. En Efesios 6:5-6 leemos: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios”.
Nuestro trabajo es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Es parte de nuestro llamado, destino. En el v.7 leemos también: “sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor”. Hacer nuestro trabajo es parte de cómo servimos al Señor. Si trabajamos para agradar al Señor, él nos recompensará.
Existe una unción de parte de Dios para prosperar en el lugar de trabajo. Miremos por un instante el ejemplo de Bezaleel. Leemos en Éxodo 31:2-6: “Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor. Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado;”
Bezaleel fue la primera persona en la Biblia que fue llena del Espíritu Santo. ¿Cómo se manifestó esa llenura del Espíritu Santo? ¿Hablando en lenguas? ¿Sanando a los enfermos? ¡No! El Espíritu Santo le dio a Bezaleel una unción sobrenatural para ser exitoso con su trabajo. El Espíritu Santo le dio a Bezaleel habilidades.
La palabra “habilidad” en el hebreo es “Hokhmah” y se la traduce como “sabiduría”. Dios le dio la habilidad de ser creativo y hacer diseños artísticos. “Hokhmah” es la habilidad de tomar un material en bruto y hacer algo hermoso. Cuando el Espíritu Santo llenó a Bezaleel, le impartió habilidad y creatividad para hacer su trabajo con excelencia. ¡Excelencia sobrenatural! ¡Dios lo ungió en su profesión! Le dio la unción para hacer el trabajo de una manera sobresaliente. Fue una habilidad sobrenatural para hacer lo que otro no podría hacer en esa especialidad o campo de trabajo.
Dios quiere darnos esa clase de unción, para lo que hagamos en nuestro trabajo. Al hacer esto Dios manifestará de su Gloria en nuestro lugar de trabajo y hará que podamos prosperar.
La unción de Dios no es solo para las cosas espirituales. Dios tiene un propósito para nuestra vida. Dios nos creó para hacer cosas, además de las que las que hacemos dentro de la iglesia. Una gran parte de ese propósito para nuestra vida está en nuestra carrera, nuestro trabajo.
Dios se complace cuando somos sobresalientes o excelentes en lo que fuimos creados para hacer. Él quiere darnos la habilidad para sobresalir y prosperar en todo lo que hagamos.
La unción de Dios no es solo para las cosas espirituales. La iglesia ha mantenido a Dios encerrado en una caja religiosa. Hemos pensado que Dios solo estaba interesado en lo que sucedía dentro de la iglesia.
Es bueno que Dios se manifieste el fin de semana en la iglesia pero que importante es que él también se manifieste en la semana en nuestro lugar de trabajo. Dios quiere manifestar su poder y habilidad de todas las maneras posibles en el lugar de trabajo.
Pedro fue un pescador y Dios obró allí con poder. ¡Jesús se le reveló en el lugar de trabajo! Pedro siguió a Jesús porque vio como él lo prosperó en su negocio. Nuestro negocio debería prosperar debido a nuestra relación con Dios, y nuestro jefe, empleados, compañeros de trabajo deberían experimentar las bendiciones de Dios debido a nuestra relación con el Señor.
Existen varios ejemplos de esto en la Biblia. Veamos algunos:
José, como sabemos, fue vendido como esclavo por sus hermanos. En Génesis 39 leemos que en su “travesía” de esclavitud Dios lo prosperaba una y otra vez. Aún cuando injustamente fue llevado a la cárcel, Dios le daba su favor. Los demás veían que tenía algo diferente y especial. Potifar vio que todo lo que José tocaba prosperaba, por eso seguramente llegó a la siguiente conclusión: ¡El Señor está con él!
Nehemías fue el copero del rey. Él tuvo gran sabiduría y favor, él llegó a ser el consejero del rey. El rey le dio todo lo que necesitaba para reedificar los muros de Jerusalén. El reino de Dios avanzaba porque Nehemías prosperaba.
Daniel vino a Babilonia como esclavo cautivo, pero Dios le dio gran sabiduría y revelación. Él fue promovido por Dios a un puesto en el gobierno e introdujo a un emperador pagano al camino del Señor. El reino de Dios avanzaba porque Daniel prosperaba.
Dios quiere que prosperemos, para que a medida que prosperemos el reino de Dios pueda avanzar donde trabajamos.
En el Antiguo Testamento Dios manifestó de su Gloria en el tabernáculo de Moisés. Hoy Dios quiere manifestar su Gloria donde trabajamos. ¿Cómo la Gloria de Dios viene a nuestro lugar de trabajo?
Pensemos, ¿Cómo vino el arca del pacto al templo? Los levitas lo transportaron. Los levitas eran los que llevaban la Gloria de Dios. Eso es lo que nosotros somos. ¡Somos los transportadores de su Gloria! Dios nos llama a transportar su presencia a nuestro lugar de trabajo para que todos puedan experimentar su bondad.
Cuando vamos a trabajar el lunes a la mañana, somos como los levitas que transportaban el arca que traían la Gloria de Dios con ellos. La Gloria de Dios es la manifestación de Su presencia, sabiduría, poder, carácter, naturaleza.
La Gloria de Dios no solo expresa su poder sanando, profetizando o haciendo milagros. Es la manifestación de su sabiduría y naturaleza. Dios quiere manifestar su carácter y naturaleza en nuestro lugar de trabajo a través nuestro.
Existen al menos cinco actitudes que Dios quiere manifestar a través nuestro para que su Gloria se derrame en el lugar de trabajo:
1) Tener un corazón de siervo
Eso significa ser como Jesús (Filipenses 2:5-11). José lo hizo. Él se humilló a sí mismo para ser un siervo. Su lema era “estoy aquí para servir”. Mateo 10:43-45 dice: “Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Jesús quiere que manifestemos su corazón de siervo. La clave en esto es tener la actitud de un siervo. La idea no es buscar las luces o los primeros lugares sino ¿Cuál es el lugar donde mejor puedo servir?
Para ser un siervo aprobado necesitamos:
a. Morir a nuestra propia visión
b. Someter nuestros dones y talentos donde Dios nos ha plantado.
c. Estar dispuestos a hacer los trabajos menos populares.
d. No tener temor de estar ocultos (sin ser promovidos) por algún tiempo.
e. Buscar, procurar ser siervos habilidosos que continúan desarrollando sus dones y talentos. La idea es tener hambre por seguir creciendo.
f. Recordar la necesidad de “esperar” su Gloria. No ser impacientes.
g. Saber que Dios busca por sobre todo fidelidad. Seamos fieles en todo lo que hagamos.
2) Buscar ser de bendición
Dios nos ha llamado a ser de bendición. José fue promovido porque el trajo la bendición de Dios a la casa de Potifar (Gen. 39). Cuando tengamos ésa actitud en el lugar donde trabajamos, seremos promovidos. Un empleador siempre está buscando personas que sean de bendición para él. ¡Dios nos ha puesto en nuestro lugar de trabajo para que se suelte Su bendición hacia otros!
Algunos empleados cristianos no son una bendición porque se la pasan maldiciendo a su jefe y al lugar de trabajo, critican y hablan negativamente todo el tiempo. Ellos murmuran y se quejan. Ellos no hacen bien su trabajo. Ellos hacen que el trabajo del jefe sea más complicado… por eso nunca les llega la promoción. El mandato de Dios es ser una bendición. ¿Cómo se suelta la bendición de Dios en el lugar de trabajo? Siendo diligentes, productivos, no esperando que nos digan lo que tenemos que hacer, prestando atención a los detalles, esforzándonos en hacer un buen trabajo en todo, buscando el éxito del empleador sobre nuestro propio deseo de triunfar en el trabajo. Cuando convenzamos a nuestro empleador que nosotros podemos ayudarle a alcanzar sus metas… seremos una gran bendición para él.
3) Ser fiel en todo
En 1 Corintios 4:2 leemos: “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”
Fidelidad significa que uno ha “guardado la fe” con el jefe. Esto significa que uno ha realizado todo lo que se nos había asignado o confiado hacer. Esto significa que uno le trae a su jefe un buen retorno a cambio de la inversión inicial que ha hecho en nosotros al contratarnos. Fidelidad significa que hemos hecho lo que el jefe dijo y todo lo que él nos había encargado. La recompensa de la fidelidad es la promoción. ¡Ser fieles en lo poco! Como lo dicen estos dos pasajes: Lucas 16:10 “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.” y Lucas 19:17 “Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades.”
Dios no está buscando cuánta habilidad tenemos sino qué fieles somos. Dios no nos ha llamado a ser espectaculares sino solamente fieles.
¿Cómo saber si somos fieles?
Fidelidad significa que nunca tendremos que decir: – ¡oh, cuánto lo siento! -. Parte del patrón o mentalidad de pobreza es tener siempre a flor de labios “el arte de dar una buena excusa”. Digo esto porque cuando fallamos generalmente decimos: – Lo siento, lo siento –. Cuando tenemos que utilizar esta expresión es porque en realidad no hemos sido fieles en algo. No hemos hecho lo que se nos encomendó o se esperaba de nosotros. Con solo decir “lo siento” no cambiamos las cosas. Por eso, la clave no es utilizar la frase “lo siento” sino que seamos fieles.
4) Caminar en la sabiduría del Reino de Dios
Sabiduría es conocimiento sobrenatural para hacer algo y resolver problemas. Es la habilidad de elegir lo mejor entre muchas opciones. Es la habilidad de ver opciones que a simple vista no se ven. ¿Qué significa la palabra sabiduría? Anteriormente dijimos que en el hebreo la palabra es “Hokmah” y se la traduce como sabiduría. Bezaleel tuvo “hokmah” o habilidad especial sobrenatural.
Dios quiere darnos esa clase de sabiduría a fin de que hagamos bien nuestro trabajo, de tal manera que nuestro negocio avance. Dios quiere darnos su habilidad para que la gente se asombre en lo que hacemos y vea el obrar de Dios.
Cómo viene la sabiduría:
– Temer a Dios (Proverbios 9:10)
– Como un don espiritual (1 Cor. 12)
– Con corrección y consejo
– A través de las autoridades
– A través de la Palabra de Dios
– Pidiéndosela a Dios, como Salomón (Santiago 1:5
5) Dar lugar y desplegar la creatividad de Dios
Dejemos que el Espíritu Santo nos de creatividad sobrenatural. ¡El resultado de la sabiduría hará que seamos bendecidos!
En esta hora Dios está levantando una clase de cristianos dispuestos a experimentar también su Gloria en el lugar de trabajo. Hagamos nuestra parte y permitamos que Dios haga la suya. En definitivas, Dios será exaltado y nosotros bendecidos.