Recopilado por Ritchie Pugliese
La clave principal para todo avivamiento es la presencia de Jesucristo en la Iglesia. A no todos les agrada un avivamiento, pero nadie puede dudar cuando llega porque cosas extrañas suceden.
Cuando Jesús estuvo en la tierra, los judíos tenían dos lugares para reunirse: en el hogar y en la sinagoga. En Hechos capítulo dos vemos a los creyentes reunidos y adorando en una casa.
La sinagoga era el lugar de enseñanza, instrucción, entrenamiento, equipamiento, mientras que el hogar era un lugar más para adorar y estar juntos como familia. ¿Qué sucedió cuándo Jesús visitó una sinagoga?
Un endemoniado en medio de la reunión
En Marcos 1:21-28 leemos lo siguiente: “Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba. Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: !!Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios. Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él. Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.”
Jesús entró a la sinagoga y como era un Maestro o Rabí se le permitió enseñar. Dice el pasaje que la gente se admiraba de lo que enseñaba. Jesús enseñaba con unción (v.22). ¿Qué sucedió? ¡Un demonio se manifestó en medio de la reunión! y le dijo a Jesús: “¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (v.24). Jesús lo silenció y luego reprendió al demonio y la persona oprimida fue liberada.
El pasaje dice que esta persona, que pertenecía a la congregación, estaba bajo la opresión de un demonio. La persona no estaba poseída, sino hundida en sus problemas, luchas y Jesús le dio libertad total. ¡Jesús lo hizo libre! ¡Cuando Jesús visita un lugar, hay poder para ser libres!
Otra persona endemoniada en la sinagoga
En Lucas 13:10-12 nos encontramos con otro episodio: “Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad.”
Aquí otra vez nos encontramos con Jesús enseñando en una sinagoga, y en la congregación había una mujer que por 18 años había estado oprimida por un espíritu de enfermedad y estaba encorvada sin poder caminar derecha. Es interesante destacar que no dice cuántos años esa mujer se estuvo congregando en esa sinagoga. Si era una hebrea típica, se congregaba fielmente desde hacía años. Eso significa que nadie pudo ayudarla, hasta que apareció Jesús. Cuando Jesús le ministró a esta mujer, ella se enderezó luego de 18 años de estar encorvada. Una vez más, ¡Cuando Jesús llega o visita un lugar la gente experimenta sanidad y liberación!
Muchos de nosotros del mundo occidental no entendemos la profundidad de significado que tiene la palabra hebrea “paz”: “Shalom”. Esta palabra significa bienestar para todo el ser y para cada área de la vida, es decir, paz, salud, prosperidad, felicidad, cumplimiento, etc.
Jesucristo es Rey o el Señor del Shalom, pero tenemos un enemigo que anda dando vueltas como león rugiente que viene para acusarnos y hacernos daño.
El plan de enemigo es:
1. Impedir que los perdidos se salven;
2. Debilitar y adormecer a la Iglesia;
3. Impedir la adoración a Dios;
4. Atormentar y oprimir a la gente.
Por todo esto 1 Juan 3:8 dice: “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” Satanás es el enemigo de todo lo que Dios ama y bendice.
2 Corintios 4:4 dice: “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
Juan 12:31 dice: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.”
1 Juan 5:19 dice: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.”
Según la Biblia vivimos en terreno del enemigo, en realidad territorio que ha robado y que lepertenece a Dios, por eso debemos protegernos de sus ataques.
Para lograr esto Dios nos dio lo que se llama “el muro protector de seguridad” Job 1:9-10 habla de esto: “Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.”
El mismo diablo reconoce que alrededor de Job había un cerco impenetrable que no podía entrar a menos que se le diera alguna posibilidad.
Romanos 13:12 dice: “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
Efesios 6:16 dice: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
El enemigo nos ataca con sus dardos con la intención de crear una grieta, fisura o hueco en nuestro muro de protección. Por eso ataca con tentaciones, depresión, confusión, temor, duda, incredulidad, odio, rencor, nos roba la palabra, nos ataca con dolencias y enfermedades, etc.
¡Debemos cuidarnos de no darle lugar de acceso al enemigo! Si por una u otra razón hemos permitido que nuestro muro tenga una grieta o agujero, tenemos la solución: Arrepentirnos, ser cubiertos con la sangre preciosa de Jesucristo, aferrarnos a Dios, ¡y el muro se restaurará inmediatamente (1 Juan 1:9)!
Si aprendemos a vivir llenos de la presencia del Señor sabemos lo que sucederá: ¡Nuestro muro estará seguro, sin grieta ni huecos, y toda opresión del enemigo será detectada y cancelada!