¿Qué revela cada parte de la armadura de Dios?
(Una palabra para aquellos involucrados en el liderazgo espiritual en la Iglesia)
Estoy escribiendo algo que creo que el Espíritu Santo me ha mostrado, sumado a hechos reales personales y lo que he observado en la vida de otros creyentes y ministros del Señor.
Hace unos años, durante un largo periodo, a pesar de intentar llevar siempre una vida saludable, comencé a notar que mi salud iba empeorando más y más.
Estaba haciendo lo naturalmente y espiritualmente posible para no dejar puertas abiertas, pero aun así mi situación física iba en decadencia. Los reportes de los médicos me demostraban que realmente tenía algo que me afectaba físicamente. Fue un tiempo donde no entendía realmente lo que estaba pasando. Una y otra vez pensaba: ¿Por qué me está sucediendo esto, a pesar de cuidar diligentemente mi salud y cerrar todas las puertas espirituales posibles?
Paralelo a este padecimiento en mi salud, ministerialmente fue un tiempo caracterizado por recibir muchos ataques contra mi ministerio de enseñanza. Por ser un vocero transmisor de las verdades reveladas en la Palabra de Dios, estaba recibiendo acusaciones mentirosas para desacreditarme. ¿Acaso existiría alguna relación entre los ataques espirituales desacreditando mi ministerio y mis dolencias físicas?
Hasta ese momento jamás hubiera imaginado que existiese alguna relación entre estas dos cosas, pues a simple vista parecían diferentes.
En medio de ese tiempo de confusión, dispuse buscar al Señor en busca de alguna respuesta, la cual para mi sorpresa no vino durante mi tiempo cotidiano de oración a solas con Dios, sino mientras estaba preparando una predicación para compartirla con el pueblo del Señor.
El Espíritu Santo guío mi atención al pasaje de Efesios 6:10-18, el cual lo había predicado y enseñado muchas veces, pero en esta oportunidad hizo que lo viera en una nueva dimensión espiritual. Fue como si Dios me hubiese permitido ver más allá de las palabras del texto, sin cambiar su esencia por cierto, pero permitiéndome comprender lo que él quería enseñarme.
Hasta ese día, había visto este pasaje en una forma tradicional, por así decirlo, pero a medida que iba escudriñando cada versículo comenzó a fluir de la Palabra de Dios hacia mí, un torrente de revelación divina, que quiero compartir con usted.
Lo que muchos olvidamos es que la Palabra de Dios es una palabra viva (Hebreos 4:12) donde lo escrito e infalible (logos) se transforma en una palabra viva, movible, aplicable a cada situación y floreciente en nuevos significados (rema). Con esto no estoy diciendo que la palabra “rema” cambia el significado de la palabra “logos”, sino que la palabra viva de Dios siempre es un caudal constante de revelación nueva. Es por eso que la Biblia es mucho más que un libro, ¡es la palabra viviente y diciente de Dios! Es por eso que usted pudo haber leído un determinado pasaje hace tres años y Dios en aquél momento le enfatizó una cosa pero hoy leyó el mismo pasaje y Dios le transmitió un concepto más profundo, nuevo para su vida.
Usted pudo haber estudiado la Biblia hace veinte años, con excelentes profesores en el seminario, y sabía una cosa sobre determinado tema pero ahora Dios le enseña sobre el mismo pasaje, algo más profundo, en un nuevo nivel. Así es como Dios se mueve para instruir y edificar a Su Pueblo.
En el pasaje de Efesios 6:10-18 se detalla cuál es la armadura que Dios le hado al cristiano para utilizarla en la vida cotidiana, pues como dice el v.12 “…no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
Esta armadura divina ha sido diseñada para protegernos, contrarrestar los ataques del enemigo, y atacarlo con la autoridad de Jesucristo. Lo que llama la atención del pasaje es el énfasis que el Espíritu Santo pone en (v.11) “vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”
Este pasaje no fue dado como una sugerencia, sino como un mandato urgente frente a un grave problema como son los ataques del enemigo. Luego en el v.13 dice nuevamente: “por tanto tomad toda la armadura de Dios…“
La idea de Dios es que no nos olvidemos de equiparnos continuamente y adecuadamente, a fin de estar firmes, estables, perseverantes y constantes para cumplir nuestra misión, a fin de llegar al cumplimiento total del destino que Él nos ha preparado de antemano.
El Apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, luego de dar esta introducción acerca de la clase de conflicto espiritual en la cual estamos involucrados, y la necesidad de utilizar siempre la armadura espiritual, comienza a detallar las partes de la vestimenta y su armamento.
A medida que iba leyendo comencé a sentir como el Espíritu Santo me abría el entendimiento para comprender un concepto nuevo para mí sobre la armadura de Dios, la cual la quiero compartir con usted.
Descubrí una verdad divida en tres partes:
A. Cada parte de la armadura divina ha sido dada por Dios para proteger una zona del cuerpo del creyente de ataques específicos enfermizos del enemigo.
B. Cada ataque del enemigo destinado a una parte específica del cuerpo del creyente viene a manera de venganza y represalia contra Dios, su Palabra y contra el transmisor de la Palabra de Dios (los siervos de Dios, creyentes).
C. Las enfermedades que pueden operar en los lugares específicos donde Dios ha dado las diversas partes de la armadura, pueden revelar también una tendencia pecaminosa que el creyente débil, perezoso espiritual o carnal puede tener, la cual origina una puerta abierta de acceso para que el enemigo cause dolencias y enfermedades.
Para poder comprender totalmente lo que Dios me enseñó, veremos estos tres puntos (A, B y C) explicados y aplicados a cada parte de la armadura de Dios para el creyente:
1. Efesios 6:14 “ceñidos vuestros lomos con la verdad”
Los lomos son la parte baja de la espalda e incluye también la parte delantera del cuerpo, es la zona media del cuerpo que va de la cintura hasta los órganos sexuales aproximadamente.
Alrededor de toda esta área existen diversas enfermedades y dolencias que padece la humanidad, como ser: Dolores de espalda, lumbalgia, ciática, enfermedades del colon, próstata, diarrea, estreñimiento, problemas digestivos, estomacales, intestinales, del hígado, etc. Además, diversos problemas en el área genital, como ser inflamaciones, quistes, cistitis, enfermedades del útero, impotencia masculina, disfunción sexual femenina, problemas menopáusicos-orgásmicos, vaginales, etc.
Esta parte de la armadura ha sido diseñada por Dios para proteger toda esta zona e impedir cualquier ataque del enemigo y/o posterior envío de enfermedades y dolencias.
El Espíritu Santo me ha mostrado que el enemigo lanza sus ataques contra esta área de la vida de aquellos fieles y santos hombres y mujeres, transmisores de la verdad de Dios (pueden ser ministros, predicadores, maestros bíblicos o creyentes en general) por ser fieles defensores y practicantes de la verdad de Dios. A pesar de llevar ellos una vida saludable, reciben severos, e impensados, ataques físicos alrededor de toda esa área por causa del maligno.
Al analizar esto bajo la óptica del Espíritu, nos damos cuenta que contrarrestar la mentira con la verdad de Dios enfurece al enemigo, por eso el reacciona contraatacando el físico del cristiano.
Si el Señor ha puesto la protección de los lomos con la verdad, no ha sido obra de la casualidad, pues Dios que todo lo conoce, no es ignorante de las maquinaciones del enemigo. El Señor sabe que el diablo intentará siempre atacar la verdad y es por eso que, en represalia, lanzará sus ataques específicos alrededor del área de los lomos, que es el área de la verdad. El enemigo, padre de mentiras, ataca la verdad depositada, en la vida del creyente fiel.
La verdad de Dios ataca y lastima al enemigo, la verdad de Dios con la Unción del Espíritu Santo confronta y desenmascara todo espíritu de mentira que existe detrás de las situaciones y/o personas, que pretenden con una apariencia religiosa pasar desapercibidos dentro de nuestras congregaciones.
Aquellos que son firmes defensores de la sana doctrina bíblica, y a la vez transmisores fieles de lo que Dios le está diciendo a la iglesia, deben estar siempre alertas para contrarrestar éste ataque del enemigo sobre esta área específica del cuerpo.
Por otro lado, también he notado en mi experiencia ministerial que muchas de las personas que asisten a nuestras congregaciones pero que no viven una vida cristiana cristalina y abundante, debido a que tienen pecados ocultos de los cuales no quieren arrepentirse, pueden ser personas muy afectadas en el área de los lomos.
El área de los lomos es el área de la verdad, según el diseño divino de la armadura, y en aquellos que viven por debajo de lo que Dios propone, las enfermedades y dolencias en esa área se les pegan como una evidencia de falta de verdad aplicada en sus vidas.
Por favor, espero que no malinterprete lo que estoy diciendo y no piense que cualquier persona que tiene alguna enfermedad o dolencia en el área de los lomos es un mentiroso o tiene algo pecaminoso oculto sin revelar. Debemos movernos con prudencia y sabiduría. Simplemente le estoy compartiendo que en nuestra experiencia ministerial el Espíritu Santo nos ha mostrado que para poder conocer espiritualmente a las personas que Dios pone en nuestro camino para ministrar, podemos obtener un anticipo, o revelación inicial, observando sus partes físicas afectadas.
Muchas veces lo natural es consecuencia de lo que sucede en el mundo espiritual. En este caso lo natural puede revelar lo que sucede en el área espiritual de una persona.
Para estas cosas, insisto, se hace muy necesario el discernimiento de espíritus para no juzgar incorrectamente y cometer errores.
Dios nos ha mostrado esto al trabajar en los últimos años con muchas personas, y hemos encontrado, por así decirlo, un “patrón” importante para tener en cuenta y poder ministrar efectivamente en nombre del Señor.
Una sugerencia para aquellos que sirven al Señor en algún nivel del ministerio de liberación: Una buena pregunta para formularse, al ministrar a alguna persona con una dolencia en esta área, podría ser: – ¿Está operando algún espíritu de mentira en esta persona y por eso el área de los lomos está siendo afectada? –
LA PREVENCIÓN ESPIRITUAL PARA CONTRARESTAR LAS ENFERMEDADES DE ÉSTA ÁREA ES: CAMINAR EN LA VERDAD DE DIOS.
2. Luego el mismo versículo (v.14) dice “vestidos con la coraza de justicia”.
La justicia de Dios está relacionada con la bendición de la justificación que recibimos cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador personal. El Señor es nuestra justicia y El que nos justifica para recibir la gracia perdonadora, salvadora y todas las demás bendiciones que vienen por añadidura.
La coraza de la armadura es la que cubre la parte delantera del torso. En la parte del delantera del torso encontramos los órganos internos incluido el corazón. Proverbios 4:23-27 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca. Y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus parpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal”
La coraza del Espíritu es la parte de la armadura sirve para guardar entre otras cosas, el corazón. Es una coraza de justicia y santidad. En el sentido espiritual el corazón es el lugar donde se instala y fluye la justicia de Dios y su santidad.
La santidad no consiste en “no hacer esto o si hacer lo otro”, o seguir reglas religiosas, sino en dar lugar a la presencia de Dios en nuestro interior para que produzca el carácter de Cristo. Una cosa es la religiosidad, otra muy diferente es la santidad.
Aquellos que aman a Dios y viven en santidad, son la luz de Dios caminando. La Biblia dice que siempre la luz pone en evidencia las tinieblas, porque la luz prevalece sobre las tinieblas. Aquellos que viven en santidad genuina, su sola presencia, desenmascara y pone en evidencia la religiosidad ambiental, sea dentro de la iglesia, en el hogar o lugar de trabajo… y eso nos puede causar ciertos problemas. La santidad no participa sino que siempre se aleja de lo pecaminoso.
Pareciera que hoy la iglesia moderna hubiera inventado una nueva manera de vivir la vida cristiana, siendo “mitad pecaminosos y mitad santos”. Estas personas van a la iglesia, leen la Biblia, cantan en el coro, etc., y parecen “muy espirituales”, pero en el hogar, trabajo, son otras personas donde su liviandad y pecaminosidad fluyen a flor de piel.
En cambio, aquellos que practican la santidad como un estilo de vida, trabajan en sus áreas débiles por cierto, pero emanan un olor fragante celestial dondequiera que estén, sea en público o en privado, pues ellos tienen un corazón que agrada a Dios.
El diablo detesta la santidad, pues él sabe bien que eso es lo que le da autoridad al creyente para derrotarlo. Muchos creen que para batallar contra el enemigo hay que gritarle y reprenderlo con ciertas frases especiales solamente, cuando en realidad el enemigo puede ser expulsado cuando el olfatea la santidad de aquél que lo enfrenta.
Es por eso que el enemigo intenta atacar físicamente el corazón del creyente fiel, con arritmias, infartos, causados por el colesterol malo, triglicéridos, sangre espesa, palpitaciones, y todo problema relacionado con el corazón y las arterias. Como resultado de esos ataques malignos mucho han quedado cuadripléjicos, lisiados y aún muerto repentinamente.
El enemigo prepara situaciones para ocasionar disgustos y hacer poner en un estado de extrema tensión al creyente, a fin de que su cuerpo no resista la presión y se deteriore. El enemigo quiere parar la santidad en la tierra y lo realiza intentando paralizar al creyente. Recuerde que la presencia de Dios en la tierra se moviliza a través de la vida de los creyentes. De esa manera la presencia de Dios influye dondequiera el cristiano se mueva, sea en el hogar, campo de deportes, la escuela, el trabajo y la iglesia.
La coraza de Justicia ha sido dada para guardar todo lo relacionado con el corazón, para conservar nuestra justicia y santidad divina. Así que usted ahora sabe cómo proteger diariamente esta parte del cuerpo vistiéndose con esta parte de la armadura divina.
Por otro, lado en aquellos que no caminan en la justicia ni en la santidad de Dios, esta zona afectada puede ser una indicación de un estado espiritual decadente.
Como dijimos anteriormente, no saquemos conclusiones apresuradas sino utilicemos el discernimiento espiritual que caracteriza a los maduros en la fe, para saber si la enfermedad física es una consecuencia de algo espiritual.
Una buena pregunta, cuando ministramos a alguien, sería: ¿La molestia física en esta área de la armadura, es una señal de que está operando un espíritu de pecaminosidad?
LA PREVENCIÓN ESPIRITUAL PARA CONTRARRESTAR TODA ENFERMEDAD DE ÉSTA ÁREA ES: CAMINAR EN SANTIDAD, ALEJADOS DE TODO PECADO CONOCIDO.
3. Luego el v. 15 dice: “calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”
La clase de calzado que utilizamos es muy importante. Si una joven decide caminar, por ejemplo, muchas millas, no le conviene utilizar zapatos con tacos altos o muy duros, sino algo más bien flexibles y cómodos que relajen al pie. Esto es lo mismo si uno va de compras al centro comercial o a hacer deportes. En el plano espiritual, Dios ha preparado un calzado especial para todos aquellos que son ganadores de almas. Es un calzado sobrenatural de protección espiritual contra el enemigo.
Esta parte de la armadura es para proteger los pies y las piernas. Este calzado del Espíritu tiene que ver con ganar almas para Cristo y ser participantes activos de la gran cosecha evangelística.
Para poder caminar y movilizarnos tenemos las piernas y los pies. Alrededor de toda esta área existen varias enfermedades que los seres humanos pueden padecer, como ser, parálisis, inmovilidad por lesiones, torceduras, debilidad o rotura muscular-fibrilar, quebraduras de huesos, gota, etc. Todas estas tienen un solo motivo: detener al creyente y dejarlo estancado, detenido, paralizado e inmovilizado.
Aquellos que tienen dones y sirven en ministerios evangelísticos deben cubrirse para que el enemigo no les golpee con alguna de estas enfermedades y los detenga. Si las piernas y los pies del creyente no están en condiciones, la Palabra de Dios no puede correr.
Aquellos que llevan las buenas nuevas de salvación, también son atacados por el enemigo con dardos que atacan la movilización y el avance ministerial. El enemigo envía espíritus de demoras, para frenar la cosecha espiritual. La idea del enemigo es detener o paralizar al cristiano en todo sentido, inclusive en lo físico para que no predique el evangelio. Esta parte de la armadura ha sido dada por Dios para cancelar y/o frenar todo intento paralizante o inmovilizador del enemigo.
Por otro lado, aquellos que no caminan haciendo lo que Dios quiere suelen padecer problemas físicos en sus piernas y pies. Estas dolencias pueden darnos un indicio, al ministrarles y aconsejarles, de su mal andar espiritual, de vivir una vida infructuosa espiritual, paralizada, estancada sin crecimiento ni madurez.
Una buena pregunta para formularse, al ministrar a la gente, sería: ¿La dolencia en esta área significa que podrían estar operando espíritus de demora, detenimiento prolongado, de falta de resultados, infertilidad o falta de frutos (que pueden afectar y detener el avance bendecido del ministerio, negocio, etc.)?
LA PREVENCIÓN ESPIRITUAL PARA EVITAR CONTRARRESTAR TODA ENFERMEDAD DE ÉSTA ÁREA ES: PREDICAR EL EVANGELIO A TODA CRIATURA Y APOYAR LA OBRA EVANGELISTICA.
4. El v.17 dice “y tomad el yelmo de la salvación”
El yelmo era la parte de la armadura creada para proteger la cabeza y el cuello. Está comprobado que los golpes en la cabeza pueden ser mortales. Una herida en la cabeza puede desencadenar en un desenlace fatal. Cuando Dios dictó sentencia contra la serpiente dijo que la simiente de la mujer (que representa a los hijos de Dios, la Iglesia) le daría un golpe mortal en la cabeza (Gén. 3:15).
El enemigo, sabiendo este destino de derrota que el pueblo de Dios le infringirá con la autoridad de Cristo, intenta contrarrestar esto atacando el área de la cabeza del creyente, porque es el área de la salvación de Dios para el creyente.
En el área interior de la cabeza tenemos el cerebro y por fuera los ojos, la nariz, la boca, los oídos. Así como en lo espiritual el enemigo ataca la mente del cristiano para sembrarle dudas, temores, etc., el también ataca la cabeza a nivel físico con dolores de cabeza o migrañas y aún con problemas mentales como ser: locura, alucinaciones, demencia, fantasía, pesadillas, amnesia, fracturas de cráneo, perdida de la audición, la vista, el olfato, el gusto, rotura y/o pérdida de la dentadura por infecciones, entre tantas otras enfermedades y dolencias por toda esa área.
El yelmo del Espíritu tiene que ver con la salvación, es decir, con nuestra posición espiritual de autoridad por haber sido trasladados del reino de tinieblas al Reino de Dios por la obra de Jesucristo en la cruz del calvario (Colosenses 1). Este paso trascendental nos transforma de ser dominados por el enemigo a tener dominio sobre las fuerzas del mal.
Por eso, aquellos que son herederos de la salvación, por tener una relación personal con El Salvador Jesucristo, y caminan en esa certeza de fe diariamente, pueden ser atacados sobre esta área de diversas maneras como las que he mencionado. El Señor nos puesto por cabeza y no por cola, para tener autoridad espiritual sobre el diablo (Dt. 28:13).
El enemigo con sus ataques pretende mover al creyente de la posición espiritual que tiene por ser un hijo de Dios y heredero de la salvación presente y futura que hay en Cristo. Cuando no sabemos quién somos y/o perdemos nuestra identidad espiritual, de autoridad en Cristo, somos fácilmente derrotados por el enemigo. Ya no somos cabeza (autoridad) sino cola.
La cabeza es una de las partes más predilectas del enemigo para atacar al creyente en Cristo. Se dice que la batalla de la mente es el principal ataque del enemigo sobre el creyente. El enemigo sabe que el que gane en el terreno de la mente será el vencedor. Es por eso que la Biblia nos anima a renovar la mente con la Palabra de Dios (Romanos 12:1-2).
Aquellos que no renuevan su mente ni están bien afirmados en su identidad como hijos de Dios, dudando de su salvación todo el tiempo, son inestables como las ondas del mar y por lo tanto derrotados fácilmente por el enemigo. De esta manera pueden dejar puertas abiertas para que el enemigo les dañe.
Como mencione anteriormente, esto que le estoy compartiendo puede darle luz del Espíritu para también discernir lo que se “mueve” espiritualmente detrás de la gente a la que usted ministra, como ministro o líder espiritual, y de esa manera ministrarles más eficazmente.
LA PREVENCIÓN ESPIRITUAL PARA EVITAR CONTRARRESTAR ENFERMEDADES DE ÉSTA ÁREA ES: CAMINAR EN NUESTRA POSICION DE AUTORIDAD ESPIRITUAL EN CRISTO.
5. El v.16 dice también: “Sobre todo tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”, y el v. 17 dice: “y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios”
Al escudo y la espada las he incluido en una sola sección, pues para utilizar cada una de estas armas se necesita utilizar la mano, y necesita por cierto de la ayuda principal del brazo y el hombro. El escudo es un arma básicamente defensiva y la espada es principalmente ofensiva.
Alrededor de toda esa área existen enfermedades como la artrosis, artritis, parálisis, infecciones, problemas musculares, fibrilares quebraduras, los cuales impiden a las manos, brazos y hombros moverse normalmente y eficientemente. Las amputaciones de los dedos, manos y brazos también son una de las calamidades que los seres humanos pueden experimentar.
El arma espiritual del escudo tiene que ver con la fe, pues la batalla es contra la duda y la incredulidad. Aquellos fieles de Dios, que están en la vanguardia espiritual, e involucrados en la lucha espiritual, pueden ser atacados principalmente en estas áreas.
Estos ataques están reservados para los valientes de Dios, aquellos que no le temen al enemigo y utilizan el armamento espiritual para neutralizarlo.
La valentía del Espíritu está relacionada con la fe, mientras que la cobardía espiritual está asociada a la duda y la incredulidad. Los espíritus o dardos de incredulidad y duda vienen sobre aquellos que quieren vivir en fe y desarrollar su fe a nuevos niveles. La duda y la incredulidad vienen sobre aquel que ha decidido caminar por el sendero de la fe que agrada a Dios (Hebreos 11:6).
A medida que usted intente crecer en fe, automáticamente los dardos de incredulidad y duda serán lanzados contra su mente y emociones para anularlo espiritualmente. Las batallas que tenemos en la vida cotidiana, se ganan con la fe. Es por eso que el enemigo quiere impedir nuestra conquista espiritual, sembrando duda en incredulidad.
La fe no es un sentimiento ni un pensamiento, sino algo sobrenatural proveniente de Dios, la cual está disponible para todos los hijos de Dios. Si bien existen diferentes niveles de fe, todos tenemos para comenzar un cierto grado de fe, para que la podamos desarrollar como si fuera un músculo del cuerpo que al entrenarlo crece gradualmente y se tonifica más y más. Con el escudo del Espíritu impedimos que los dardos de duda e incredulidad den en el blanco y anulen nuestra fe.
Por otro lado, el arma de la espada del Espíritu tiene que ver con todo lo relacionado con la Palabra de Dios. La Palabra de Dios se transforma en la espada del Espíritu cuando la utilizamos.
Un buen ejemplo de aquellos que utilizan la Palabra de Dios son los que estamos involucrados en el ministerio de la Palabra, donde preparamos predicaciones, sermones, estudios bíblicos, para transmitirlos en las reuniones de la iglesia, conferencias, en institutos o seminarios bíblicos, etc.
Para poder transmitir la Palabra, bien sabemos que previo a eso, tenemos que preparar notas, apuntes, los cuales generalmente los escribimos o los transcribimos en una computadora utilizando nuestras manos y brazos. De esa manera, con lo que hacemos, atacamos al enemigo en forma directa e indirecta.
También, aquellos que tienen la gracia de escribir en los medios gráficos para glorificar el nombre de Dios (periódicos, revistas, libros, páginas de Internet), con el solo hecho de tipografiar el texto, sus dedos y manos atacan al enemigo pues la Palabra de Dios es ministrada también por todos los medios gráficos que tenemos al alcance en la actualidad.
¿Puede entender ahora los ataques físicos que ha estado recibiendo últimamente sobre las articulaciones de sus dedos, manos y brazos? En realidad eran ataques físicos del enemigo contra su vida. También, cuando ministramos a otros, las dolencias en ésta área puede revelarnos en la gente la operación de espíritus de duda o incredulidad y menosprecio a la Palabra de Dios escrita, y la predicada por los siervos de Dios.
LA PREVENCIÓN ESPIRITUAL PARA EVITAR CONTRARRESTAR ENFERMEDADES EN ÉSTA ÁREA ES: CAMINAR EN UNA DIMENSIÓN DE FE CONTINUA, AJUSTADA A LA PALABRA DE DIOS.
Una cosa importante para resaltar, es que al analizar la armadura me di cuenta que para el área de la espalda no había protección alguna. He estudiado que el soldado sólo tenía protección para su parte delantera y que no podía retroceder. Si lo hacía podía ser herido por la espalda. A pesar de entender esto, le pregunté: – Señor, ¿Qué protección existe para la espalda de aquellos valientes del Espíritu que pelean y van siempre hacia el frente? – Una cosa es darle la espalda el enemigo y otra muy diferente es enfrentarlo sabiendo que no tenemos protección para nuestra espalda. La respuesta del Señor no tardó en venir. El me mencionó una sola palabra que tiene un significado muy amplio: Retaguardia.
Al comenzar a pensar en lo que significaría la palabra “retaguardia”, busqué en la Palabra de Dios y encontré que en Josué 6: 9 y 13 aparece esta palabra. La retaguardia era un grupo de soldados que protegían las espaldas de los soldados valientes.
Ellos eran la protección para la espalda. Lo interesante de esto es que la palabra “retaguardia” en hebreo significa: “Reunirse, juntarse a fin de destruir”. Asaf, cuyo nombre significa “retaguardia”, fue la persona profética que puso el rey David para que ministrase de continuo delante del Arca. Isaías 58:8b dice: “la gloria de Jehová será tu retaguardia”. La retaguardia espiritual, entonces, es el grupo de personas que con su alabanza y adoración hacen guerra espiritual contra el enemigo.
Basado en todo lo que hemos visto, la protección espiritual para la espalda es la alabanza y la adoración. Hacer guerra espiritual con nuestra alabanza y adoración, le impide al enemigo atacar nuestras espaldas.
Aquellos que están involucrados activamente en la alabanza y adoración a Dios, como cantantes o músicos, pueden sufrir severos ataques en su espalda, como ser, lumbalgia, problemas en la columna vertebral, en las vértebras, etc. La idea del enemigo con este ataque es silenciar la alabanza y adoración que va dirigida al Señor.
La alabanza y la adoración es un arma espiritual letal contra el enemigo, junto con la espada, por eso la represalia del enemigo contra aquellos adoradores en Espíritu y en verdad. ¡Es por eso que Dios nos ha dado la retaguardia, que es la alabanza y adoración para proteger nuestras espaldas de todo accionar maligno del enemigo!
Por otro lado, aquellos que no han entrado en una dimensión más profunda con la alabanza y adoración profética, criticando, menospreciando y aun hablando en contra de todo lo referido a la restauración del Tabernáculo de David, pueden originar orificios o aberturas espirituales (puertas abiertas) para que el enemigo les cause dolores en la espalda.
LA PREVENCIÓN ESPIRITUAL PARA EVITAR CONTRARRESTAR LAS ENFERMEDADES DE ÉSTA ÁREA ES: ALABAR Y ADORAR A DIOS EN ESPÍRITU Y EN VERDAD.
Estoy creyendo que usted al leer todo lo que he compartido en este capítulo, ha sido inspirado, motivado y alertado a dejar la pasividad y actuar en el Nombre del Señor.
Ha llegado la hora (y ésta es) de detectar y cancelar espiritualmente todo lo que el enemigo le ha estado lanzando por mucho tiempo. ¡Esta es la hora, no solo de defenderse contra todo espíritu de dolencia y enfermedad, sino de atacar, con la Unción del Espíritu Santo, para poder recuperar la salud divina en el Nombre de Jesús y vivir con una salud bendecida por Dios!