LOS FUNDAMENTOS APOSTÓLICOS DE LA IGLESIA

Por Ritchie Pugliese

Los días que vivimos son tiempos peligrosos y confusos. En el mundo ya sabemos todo lo malo que sucede, pero para ser sinceros, debemos decir que hoy en lo que se conoce como “Iglesia Cristiana” existe demasiada confusión, donde muchos creyentes lamentablemente no saben “dónde están parados” espiritualmente hablando.

Por todos lados hoy la gente habla de “Cristianismo”, “cristianos”, dicen: “soy cristiano” y aún afirman que van a la “iglesia Cristiana”, pero si les pediríamos algunos de ellos que nos digan cuáles son sus fundamentos, basados en la Biblia, se verían en serios aprietos para responder. ¡Todo parece ser muy confuso!

Piense en esto: Por un lado existe la Iglesia católica, por otro lado la Iglesia protestante o evangélica, que a su vez tiene un sinnúmero de denominaciones. A eso hay que sumarle las tendencias que esas denominaciones tienen, que las hace definir cómo conservadoras, carismáticas o no carismáticas, abiertas o no abiertas al Espíritu, apostólicas, las de la nueva unción, renovadas, proféticas, entre otras cosas. (¡No quiero mencionar en este estudio a las sectas que se consideran asimismas “cristianas”, como los Testigos de Jehová, Mormones, etc para no confundirle más!).

Lo cierto y real es que cuando uno no tiene bien en claro los fundamentos correctos de la Palabra de Dios y mira toda esta “mezcla religiosa” que existe a nuestra alrededor uno puede llegar a pensar: ¿Cuál es tu iglesia Señor? ¿Cuál es la verdadera iglesia? ¿Dónde está la Iglesia verdadera de Jesucristo?, y caer en una confusión que solo conduce a la muerte espiritual.

En estos tiempos de confusión que hoy vivimos, se hace necesario e imprescindible determinar con claridad cuáles son nuestros fundamentos como creyentes e Iglesia de Cristo.

La falta de claridad y conocimiento origina confusión, que es el terreno ideal donde el enemigo se mueve para hacer de las suyas. Por eso la Biblia dice en Salmos 11:3si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?”

Como cristianos nacidos de nuevo debemos saber cuál es el fundamento de la verdadera Iglesia de Jesucristo para no ser confundidos y mucho menos engañados. Por eso hoy más que nunca es necesario saber cuáles son los fundamentos apostólicos de la verdadera Iglesia.

Para poder entenderlo, le quiero pedir que por unos instantes se olvide de todo lo que le mencioné sobre la iglesia moderna y que vayamos a la Biblia, donde se registra la fundación de la Iglesia de Jesucristo y el fundamento de los creyentes en Cristo.

Para evitar confusiones y malas interpretaciones lo primero que necesitamos saber es que debemos ir al ORIGINAL, es decir leer y analizar lo que dice la Palabra de Dios que es nuestra regla infalible de fe y conducta para las cosas espirituales que agradan a Dios… ¿Se anima a hacer conmigo este recorrido?

La mayoría de los cristianos sabemos que en Hechos 2, el día de Pentecostés, el Espíritu Santo fue derramado sobre los ciento veinte, dando lugar al comienzo de lo que se conoce como “La era del Espíritu Santo o la Era de la Iglesia”

Cuando la Iglesia fue fundada, el Espíritu Santo, registró en la Palabra, la Biblia, cuáles son los fundamentos de la verdadera Iglesia. Estos fundamentos se los llama “El fundamento de los Apóstoles y Profetas”. En el aposento alto estaban unas ciento veinte personas, de los cuales doce eran los apóstoles que habían estado con Jesucristo. Los doce apóstoles en ese sentido fueron únicos pues fueron los que habían estado con Jesucristo durante su ministerio terrenal.

Jesucristo escogió a estos apóstoles para transmitirles la revelación de los fundamentos genuinos de Su Iglesia para que ellos lo recibieran y fueran escritos y transmitidos posteriormente. A partir de la revelación de Jesucristo hacia ellos, comenzaría lo que se conoce como el fundamento de Dios para Su Iglesia.

En Efesios 2:20 leemos: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,”

Conocer este fundamento es indispensable y necesario como cristianos para no ser confundidos.

¿Cuál era el fundamento de los Apóstoles y Profetas?

Consistía en cinco puntos básicos e inamovibles:

1. Jesucristo es la Piedra principal del ángulo (1 Pedro 2:6-8)

Aquí se utiliza un término de edificación dónde para comenzar la edificación de una casa, lo primero que se hacía era definir el fundamento o piedra principal, la cual se la colocaba en un ángulo de la casa. Todo lo que se seguiría construyendo dependería de la firmeza y solidez de esa piedra angular. Si la piedra estaba mal colocada o no se la colocaba, la casa estaba destinada a derrumbarse.

Llevado esto a términos espirituales, debemos decir que la iglesia verdadera es aquella que tiene COMO ÚNICO Y PRINCIPAL FUNDAMENTO A JESUCRISTO. Si algo se quiere agregar a esta premisa o aún se pretende disminuirla, debemos saber que ya no estamos en una genuina Iglesia bíblica sino en cualquier otra cosa, aunque tenga forma religiosa o “de iglesia”.

2. Para poder colocar esta Piedra Angular, era necesario predicar el Evangelio, las buenas nuevas de salvación de Dios a través de Jesucristo, el único Mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5)

La predicación del Evangelio (definida por la palabra griega “Kerigma”) es el mensaje que le muestra a la humanidad una puerta de salida del reino de tinieblas al reino de la luz a través de Jesucristo (Colosenses 1:12-14) para que todo aquél que crea en Cristo no se pierda sino que tenga vida eternal (Juan 3:16) y se transforme en un hijo/a de Dios de acuerdo a Juan 1:12.

La predicación evangelística tiene el propósito de llevar a la gente a un reconocimiento, a una convicción dada por el Espíritu Santo, de que así como están viviendo lejos de Dios, están hundidos en el fango del pecado, dominados por el diablo destructor e imposibilitados de alcanzar plenitud en la vida presente y futura.

3. El tercer fundamento de los Apóstoles y Profetas es que la puerta de entrada al Reino de Dios es el ARREPENTIMIENTO (Hechos 3:19)

Arrepentirse no solo es asentir mentalmente o darse cuenta que uno está viviendo mal. Es un compungimiento interior, dolor por vivir una vida miserable alejada de Dios y la firme decisión de realizar un cambio en la vida.

Arrepentirse significa dar un giro de ciento ochenta grados: Antes la persona iba para el Sur y ahora se da vuelta y camina hacia el Norte (Cristo). Sin arrepentimiento no existe nuevo nacimiento espiritual (Juan 3). Lamentablemente hoy debido a que estos parámetros no se cumplen en la iglesia es que tenemos muchos simpatizantes del Evangelio pero no creyentes nacido de nuevo por el Espíritu Santo, que los transforma en genuinos hijos e hijas de Dios.

4. El cuarto fundamento de los Apóstoles y Profetas es que la puerta de entrada al Reino de Dios es el BAUTISMO EN AGUA (Hechos 2:38)

Según la Biblia cuando una persona recibe el mensaje de Salvación Cristo, lo acepta en su corazón y se transforma en un hijo/a de Dios, la manifestación visible de su compromiso con Cristo se cristaliza en el acto del bautismo en agua por inmersión (Hechos 3:19).

El bautismo en agua no es un rito sino un paso de fe, luego del arrepentimiento. El bautismo en agua no tiene nada que ver con el bautismo de niños que se practica en el Catolicismo, el cual por cierto no tiene base bíblica, pues la Biblia enseña que lo hijos cuando nacen deben ser presentados al señor, no bautizados. El bautismo bíblico es de personas que ya tienen el entendimiento del paso que están dando, posterior a recibir a Cristo en su corazón y recibirlo como su Salvador.

5. El quinto fundamento de los Apóstoles y Profetas es que la puerta de entrada al Reino de Dios es el BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO (Hechos 1:5,8)

La vida Cristiana no consiste en el esfuerzo personal para alcanzar una vida moralista, de ética humana, sino de principios sobrenaturales del Reino de Dios, donde el carácter de Cristo debe formarse en el creyente a través de la acción directa y sobrenatural del Espíritu Santo. La Biblia llama a esto el fruto del Espíritu Santo. Para lograr esto, debemos descansar en la obra del Espíritu Santo y no de nuestra propia disciplina.

El bautismo en el Espíritu Santo nos permite incursionar en el reino de lo sobrenatural para recibir en nuestra vida la presencia de Dios y actuar en la vida con las llaves de autoridad que Jesucristo le ha dado a Su Iglesia, la cual bien sabemos está compuesta por todos aquellos que una vez y para siempre hemos reconocido a Jesucristo como nuestro Salvador.

Este era el fundamento de la Iglesia Primitiva, la Iglesia modelo que la Palabra de Dios presenta, para que nosotros hoy podamos seguir los mismos fundamentos establecidos por Dios por medio de sus apóstoles y profetas.

Ahora es el tiempo y el momento para que, en medio de toda la confusión religiosa que existe hoy, como creyentes en Cristo y solidificados en la Palabra de Dios, podamos tener bien en claro cuáles son nuestros fundamentos a nivel personal y como Iglesia de Cristo.

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