LA CONQUISTA IMPOSIBLE

Por Ritchie Pugliese

En el libro de Josué encontramos al pueblo de Dios, luego de ser poderosamente librado de las manos del Faraón y sacados de la tierra de esclavitud de Egipto, frente a una nueva situación: La toma de la tierra prometida. Jehová Dios había cumplido su palabra de liberación y ahora Él deseaba ver realizado en su pueblo su palabra de conquista y bendición.

De la misma manera el Señor a nosotros nos ha librado de las manos de Faraón, una figura del diablo, y de Egipto que representa la tierra de esclavitud y pecado. Dios no se conforma solamente que seamos libertados del enemigo y de su reinado, Él está muy interesado en que entremos en la tierra de bendición que nos ha preparado.

Así como ayer el pueblo de Dios tuvo que conquistar la tierra prometida, hoy nosotros como pueblo de Dios debemos conquistar la tierra de promesas que Él nos ha dado en Su Palabra.

La voluntad de Dios era que ellos poseyeran la tierra, pero eso iba a venir como resultado de poseer o conquistar la tierra. No hay bendición sin primero poseer o conquistar la bendición. Todos queremos la bendición, y eso es bueno porque somos herederos de Dios y coherederos con Cristo, pero… para alcanzar la bendición y poseer la tierra debemos conquistarla primero para luego disfrutar de sus beneficios.

Así como para conquistar un terreno natural es necesario trazar primero una estrategia, en las cosas de Dios es necesario hacer lo mismo, pero con una gran diferencia: Para conquistar algo natural debemos primero trazar una estrategia espiritual.

Los métodos de Dios son altamente eficaces y solo los valientes que los ejecutan se llevan la bendición. Para conquistar en Dios debemos trazar una estrategia espiritual sino fracasaremos en nuestro intento. Hebreos 11:3 dice que “lo que se ve fue hecho de lo que no se ve”. Es decir, para conquistar la ciudad que vemos necesitamos trazar una estrategia espiritual invisible, sobrenatural por el poder del Espíritu Santo.

Quiero detallar a continuación algunos pasos importantes para conquistar la ciudad. Para usted la ciudad puede ser un nuevo empleo, un aumento de sueldo, la evangelización de la ciudad, un nuevo ministerio, la conversión de un familiar etc. Tenemos muchas “ciudades” que conquistar para la gloria de Dios y para nuestra bendición y edificación personal.

Las bendiciones de Dios no son para el cielo, pues allí no tendremos necesidad. Es aquí, en nuestro peregrinaje en la tierra que necesitamos conquistar para obtener las bendiciones a fin de estar completos en el Señor. Es por eso que este tema es de mucha importancia para su vida.

Es tiempo de conquistar la tierra ¿Está dispuesto? Entonces, preste atención a los siguientes pasos que un conquistador debe seguir. Yo los he llamado “Los pasos “D”. Si, son los pasos “D” (decisivos) para obtener la victoria:

1. Define el lugar de conquista:

Para el pueblo de Dios fue Jericó como antes mencioné, para usted y para mí puede significar muchas cosas: Un empleo, nuevo ministerio, traer más almas para Cristo de su vecindario, una sanidad; etc. Defina específicamente cuál es su lugar para conquistar. Muchos le dicen al Señor: – Bendíceme -, y El los mira diciendo: –Mí bendición es muy amplia. ¿Cuál de ellas quieres específicamente? –

2. Define la situación:

Para el pueblo de Dios la ciudad a conquistar era imposible, pues dice Josué 6:1 que “Jericó estaba cerrada, bien cerrada”. Es probable que para usted, lo que pretende conquistar hoy, este bien cerrado y que sea humanamente hablando completamente imposible obtenerlo. Si esa es su situación, ¡Prepárese porque está en buen camino! Muchos se quedan llorando ante las puertas cerradas porque no han recibido la revelación que de su lado está el que “abre y nadie cierra” (Ap. 3:7): ¡Él Señor! ¡No hay muro que se le resista!

3. Detrás del muro hay bendición:

Josué 6:19 dice que detrás del muro, en la ciudad, había “plata y oro, y los utensilios de bronce y de hierro”. Debido a la gran bendición que hay en la ciudad existe el muro. El muro son las trabas del diablo que quiere poner sus muros para impedirnos que tomemos la ciudad (promesa) que Dios nos ha dado. Cuando más imposibilidades y trabas vea en la “ciudad’ que quiera dar, nunca se olvide: Allí hay propósito de Dios y enriquecimiento para toda su vida.

Luego de realizar los pasos “D: (decisivos) para obtener la victoria, se debe comenzar a desarrollar la estrategia espiritual.

El capítulo 6 de Josué nos provee rica información para llevarla a la práctica. Si al pueblo de Dios en aquel entonces le dio resultado, Dios es poderoso para que también funcione para nosotros, que somos su pueblo en el presente.

¿Cuáles son las cosas que debe tener en cuenta un conquistador de Dios?

A) Conocer quién es Dios (Josué 5:13-14)

¿Cómo conozco al Señor? Por estar donde él está. Para eso debo buscarlo con ahínco. Él habita en el lugar santo. Debemos estar donde Dios esta. Él habita en su casa y es por eso que no debemos dejar de congregarnos y ser parte de una iglesia local específica donde recibir el alimento balanceado espiritual. Otro lugar santo es cuando a solas hablo con Él en oración diaria. También, un lugar santo es cuando estoy leyendo y meditando su Palabra. Al tener una mayor intimidad con Dios, más sabré quien es Él ¡y que clase de Conquistador Él es!

B) Tener una palabra de Dios (Josué 6:2)

Dice el pasaje “Mas Jehová dijo” ¿Qué es lo que dice Dios? Dios nos ha hablado al darnos promesas específicas. Cuando Dios habla es porque quiere obrar. Él nos ha dado preciosas y grandísimas promesas para que seamos, al recibirlas, participantes de su naturaleza divina (2 Pedro 1:4). Todo lo que Dios promete en su palabra es para usted y para mí, para todo el pueblo de Dios. Los hombres prometemos y no cumplimos, pero el Señor cumple pues Él es la verdad (Juan 14:6).

C) Rodear el lugar (Josué 6:3)

Según el diccionario “rodear” es andar alrededor. Rodear es una estrategia de guerra para cercar al enemigo y hacer que este se rinda. Aún ciertos insectos (por ejemplo las arañas) van tejiendo lentamente alrededor de su presa una telaraña inmovilizadora para devorarla.

En 1 Pedro 5:8 aprendemos de algo negativo una lección positiva. Allí dice que el diablo anda como león rugiente alrededor buscando a quien devorar (conquistar). Definitivamente el diablo es un tramposo y siempre trata de falsificar lo genuino de Dios. El principio de rodear es de Dios, pero el diablo se lo ha robado para hacer de las suyas.

Nosotros debemos rodear el lugar a conquistar con oración, cubriéndolo con la sangre preciosa de Cristo, formar un vallado espiritual. La palabra rodear implica también caminar. En Josué 1:3 dice que “todo lugar que pisare la planta de vuestro pie”. Lucas 10:19 dice que Jesús dio a sus discípulos autoridad para hollar, que significa pisotear. Cuando uno camina, pisa el lugar donde va. Cuando uno rodea, va caminando. ¿Entiende la secuencia?

D) Perseverar (Josué 6:3)

Allí dice que debían hacer la estrategia espiritual por “seis días”. La estrategia no sería inmediata sino que había que ejercitar la paciencia y perseverancia. A veces queremos las cosas para “ahora mismo” cuando lo que nos dice Dios ¡es que ahora mismo tengamos paciencia! Alguien dijo con razón “la voluntad de Dios es despacio y más despacio”. Si entendemos esto ejercitaremos la perseverancia para entrar en el ritmo de bendición de Dios.

E) Alabanza perfeccionada (Josué 6:4)

La bocina era un instrumento utilizado para alabar a Dios. Las “siete bocinas” nos hablan de una alabanza perfecta, ya que el número siete en la Biblia significa perfección. Una cosa es cantar y otra muy diferente es entrar en la dimensión espiritual de la alabanza que toca el trono de Dios y sacude el poder de las tinieblas. Alabar implica exaltar al Dios verdadero sobre todo otro dios, reconocer que solamente él es Dios, Todopoderoso y Eterno. La alabanza sube a la presencia de Dios como olor fragante y a la vez es una bomba que explota en campo del enemigo.

F) Alabanza prolongada (Josué 6:5)

Debemos ser sensibles a la presencia del Espíritu Santo para alabar al Señor. Hay iglesias que cantan dos o tres coros y dicen: – y ahora hermanos, el momento más importante de la reunión -, haciendo mención de la predicación que viene a continuación. La alabanza no es un relleno para “lo mejor que viene luego” sino que es algo vital para la vida congregacional e individual. No solo es cuestión de cantar por cantar sino meterse en el rio de Dios para que fluyan de nuestro interior los ríos de agua viva en forma de alabanza. Cuando alabes a Dios no mires el reloj, somete tu tiempo al Señor y deja que él lo administre mejor para Su gloria.

G) Asegura la presencia de Dios (Josué 6:6)

El arca del pacto representaba para el pueblo de Dios la presencia viva de Dios, para nosotros hoy es la presencia viva de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo. Nunca se olvide para todo lo que haga o emprenda como hijo e hija de Dios preguntarse: “¿Esta el Señor? ¿Estoy cortando el fluir del Espíritu Santo? Muchas veces nuestras vidas no están en las condiciones básicas para que la presencia de Dios se mueva con poder en nuestras vidas, iglesia, ministerio y circunstancias. 1 Juan 3:8 dice que “el que practica el pecado es del diablo” y el v. 10En esto se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo: Todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios”. La práctica de cosas que el Señor no aprueba no hace automáticamente alejar de la presencia de Dios; si no tenemos cuentas claras con nuestros hermanos no podemos esperar la presencia de Dios, pues Dios se retira, pues su espíritu es contristado. ¿Tengo algo contra alguien? Evalúese ante el Señor para asegurar la presencia de Dios en la conquista.

H) Grita a gran voz (Josué 6:5)

Dios nos ha dado buenos pulmones y una lengua para que con la boca ejecutemos palabras que edifican y agraden a Dios. Tenemos por ejemplo el hablar en lenguas; cantar en el Espíritu; y también lo que dice aquí, que es gritar. -¿Por qué gritar si Dios es un Dios de orden? -, algunos dicen. Lo que estas personas no se dan cuenta que el orden de Dios no es el orden que los hombres establecemos.

A veces para Dios “orden” es que todos estén postrados en el piso tocados por el poder del Espíritu o que alguien reciba unción de gozo inefable. El grito puede parecer hasta fuera de lugar pero los guerreros de Dios lo hacen en determinados momentos porque es una necesidad. ¿Sabes para qué? Para hacer callar la voz del enemigo que viene para inundar nuestra mente de sus mentiras y falsedades y hacerme alejar de las poderosas y verdaderas promesas de Dios. ¡Grita en el Nombre de Jesús para poseer la tierra que Él te ha dado!

I) ¡El muro caerá! (Josué 6:5)

El muro es lo que separaba al pueblo de Dios de entrar en Jericó. Así es también para nosotros hoy. El muro nos separa de la bendición. ¿Has detectado cuales son los muros que te separan de la bendición de Dios? Los muros caen cuando gritamos y damos la palabra de autoridad. Ellos no podrán rebelarse contra la autoridad de nuestras palabras que vienen cargadas de unción Celestial.

La conquista imposible puede transformarse en posible si seguimos los puntos dados, si hacemos caso a los que nos precedieron y conquistaron la tierra. Dice Josué 6:20Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, grito con gran vocerío, y EL MURO SE DERRUMBÓ” ¡Así va a suceder en nuestras vidas cuando nos levantemos en fe y conquistemos lo que nos pertenece!

No te demores más. Este artículo se termina pero para tu vida puede comenzar un nuevo horizonte conquistador tomado de la mano del Señor y de los sabios consejos revelados en Su poderosa Palabra. ¡Conquista tu tierra! ¡Es tu tarea… y con la ayuda del Señor lo lograrás!

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