(Lee con atención lo que fue transmitido por radio en el prestigioso programa del Dr. James Dobson. Allí el Dr. Jack Graham, pastor bautista, dijo verdades que todos los creyentes en Cristo debemos saber)
Dr. JAMES DOBSON’S FAMILY TALK (Programa radial)
Programa: El Socialismo, el enemigo del Cristianismo
Invitado: Dr. Jack Graham (Jack Graham pastor of Prestonwood Baptist Church en la ciudad de Plano, Texas.
Publicado al aire: Junio 7, 2024
Habla el Dr. Jack Graham:
Hace apenas unas décadas, Francis Schaeffer dijo esto: “nosotros, como cristianos creyentes en la Biblia estamos involucrados en una batalla. No es una discusión amistosa entre caballeros. Es un conflicto de vida o muerte entre las huestes espirituales de maldad y aquellos que declaran el nombre de Cristo.” ¿Dónde está esa voz clara que habla de las cruciales cuestiones de actualidad, con respuestas bíblicas? En otras palabras, vencer al mal con el bien. Debemos ser la voz de la razón. Que no pequemos con nuestro silencio.
Lo que Schaeffer dijo hace años fue un llamado a la acción y ese llamado persiste hoy. Ahora en el discurso sobre el Estado de la Unión, el año pasado, la respuesta de nuestro presidente al crecimiento del socialismo en este país, dijo que Estados Unidos nunca será un país socialista. Un gran aplauso, una gran ovación, y oro para que sea cierto, que esta gran nación nunca ceda ante el socialismo, porque el socialismo es un movimiento político, es un movimiento económico, y obviamente, también es un movimiento filosófico.
En el socialismo el gobierno es muy importante y está involucrado en todos los aspectos de la vida de las personas. Si comparamos eso con el capitalismo (por cierto, mi mensaje no se centrará en contrastar el socialismo con el capitalismo), sino contrastar lo que es el socialismo con la Biblia. Comparemos esto con el socialismo, que es un sistema económico en el que no hay propiedad privada, y la Biblia sí enseña la propiedad privada, que los bienes y los medios de producción son propiedad privada.
En el capitalismo, el papel del gobierno es limitado. Ambos se contrastan, control estricto del gobierno versus libertad de la sociedad con un mínimo control gubernamental. Ahora estamos involucrados en medio de esto. La batalla entre el capitalismo y socialismo.
Un informe reciente de la revista USA Today dice que cuatro de cada 10 estadounidenses apoyan ahora alguna forma de socialismo, ¡cuatro de cada 10! Dicen las encuestas que el 43% de los estadounidenses (no sé cuándo creer en estas encuestas y cuándo no creerlo), afirma que el socialismo sería algo bueno para el país. El 51% cree que el socialismo sería algo malo para el país. Así que apenas estamos alcanzando un punto medio: algo bueno y algo malo para el país. Cada vez más estadounidenses se inclinan hacia la izquierda, las filosofías marxistas, especialmente entre los más jóvenes.
Una encuesta reciente entre los Milenials encontró que una mayoría, el 58%, preferiría vivir en una nación socialista que en una nación capitalista, aunque sólo el 33% de ellos podría definir al socialismo. Muchos de ellos ven el capitalismo como codicioso, consumista y perverso. Por cierto, la mayoría de los jóvenes de hoy no ha visto el impacto y la influencia devastadora del marxismo y el socialismo como el malvado hermano mayor del comunismo como sucedió en el régimen soviético. Ellos no vivieron en el tiempo de la Guerra Fría como algunos de nosotros la hemos vivido, la represión y la opresión de la gente bajo el yugo comunista.
Ellos están escuchando hoy a Bernie Sanders o a AOC o a quien sea que están escuchando. Y si queremos ver el socialismo tal como se está concibiendo en Estados Unidos hoy, todo lo que hay que hacer es mirar hacia Europa. Si han viajado por Europa, habrán visto el impacto del socialismo. Hace años encontré esta cita de Winston Churchill. El advirtió sobre el socialismo y dijo: “El socialismo es la filosofía del fracaso”. Y es una filosofía. Lo repito. Aquí no estamos hablando sólo de política o de un sistema económico, sino de una filosofía, un estilo de vida. Y Churchill dijo: “Es una filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y el evangelio de la envidia. Su virtud inherente es el reparto equitativo de la miseria.” Entonces, ya sea que estés hablando de socialismo, comunismo, estilo marxista, o si estás hablando de socialismo europeo o democracia socialista, es el socialismo el que está arrasando el país y, en última instancia, podría tomar los corazones de nuestro pueblo.
Los jóvenes son muy compasivos con nuestro país y eso es parte de la naturaleza de la juventud. Alguien dijo: “Si no eres socialista a los 20 años, no tienes corazón, pero si eres socialista a los 40 años, no tienes cabeza”. Lo que yo quiero decir es que el socialismo y su hermano mayor, el comunismo, están fundamentalmente en desacuerdo con la fe cristiana, con el cristianismo y, en última instancia, busca controlar y destruir la fe y a todas las personas de fe.
Un argumento a favor del cristianismo bíblico se opone al argumento del socialismo. Yo quiero mencionar tres razones por las que esto es cierto.
Número uno, el socialismo es totalmente secular y basado en el ateísmo, sin Dios. Nuestra fe en el Señor Jesucristo se basa en la autoridad de Dios. En el principio Dios (hay tanta teología en este primer gran versículo de Génesis 1:1) creó los cielos y la tierra. Dios existe y no solo es creer que Dios existe, sino que Él se ha revelado en la persona de Jesucristo, vivió y murió, resucitó, viene otra vez. Esa es nuestra fe.
Pero Karl Marx, que es el padre del socialismo, consideraba a la religión de todo tipo y en particular al cristianismo, el opio de las masas, una droga. Creía especialmente que las teorías de Charles Darwin sobre el origen del hombre y la evolución eran correctas, y por lo tanto, para el socialista, para el marxista no se necesita a Dios para explicar nada, no se necesita a Dios.
De hecho, la idea de Dios no es benigna a sus ojos, sino dañina y, en última instancia, debe ser enérgicamente alejada de la cultura y de la sociedad. Sería un error catastrófico pensar que la hostilidad del socialismo hacia las personas de fe, haya cambiado de alguna manera desde Karl Marx. No ha cambiado. El objetivo del secularismo y el socialismo sigue siendo eliminar a Dios de la cultura y del país. Los países socialistas de hoy están completamente seculares y están decididos a erradicar el cristianismo. Por eso las iglesias de hoy sufren atentados y los cristianos son perseguidos en China. Es por eso que las maletas se inspeccionan cuando entras a Corea del Norte. Si te descubren con una Biblia yendo a Corea del Norte, irás a una de sus prisiones.
Fue el Dr. Martin Luther King quien dijo: “Ningún cristiano puede ser comunista” porque el comunismo deja afuera a Dios. Considera la religión como un pensamiento melancólico y “producto del miedo y la ignorancia”. Ésta es la naturaleza del socialismo. No Dios. Pero, no sólo destruye toda la idea de Dios en una cultura, sino también la dignidad del hombre. Destruye la dignidad y la verdadera humanidad del ser humano como hemos sido creados. Nuestra autonomía, nuestra libertad. La libertad no es un regalo del gobierno, es un don de Dios, y esto lo dice muy bien nuestra constitución. Pero en el socialismo, el hombre es el medio para un fin de gobierno, poder y control. Nunca lo olviden, lo dijo nuestro presidente no hace mucho, no se trata de economía, se trata de poder y control. Poder y control. Y cuando el hombre es degradado lo que sigue es la muerte.
El siglo XX vio el crecimiento del socialismo y la expansión del comunismo alrededor del mundo. Fue el siglo más sangriento de la historia de la humanidad. Muchos soldados estadounidenses perdieron la vida luchando contra el comunismo y por la libertad y fe. En los países comunistas, socialistas dos millones, más bien tres millones, fueron masacrados bajo Lenin. Stalin masacró a más de 60 millones de personas. 45 millones de personas fueron masacradas en sólo cuatro años por Mao Zedong. Millones de personas pasan hambre y son masacrados en el estado carcelario que ahora es Corea del Norte. A eso agregue los millones que son asesinados en los campos de exterminio de Vietnam y Camboya, la actual hambruna del pueblo de Venezuela.
Venezuela ha sido un hermoso país con grandes reservas de petróleo y sin embargo ahora por efecto del socialismo, está sumido en el caos y la gente pasa hambre. Este es el resultado del socialismo. Nada le da mas lugar a la muerte que la vida sin Dios y cuando se menosprecia la dignidad de las personas. Como cristianos, sostenemos que la vida es sagrada desde el vientre hasta la tumba, que toda vida es promesa de Dios y lleva la imagen de Dios, ya sea nacido o no nacido, ya sea joven o viejo, ya sea hombre o mujer.
Creemos en Dios. Y porque creemos en Dios, creemos que hemos sido creados con un propósito, que Dios tiene un plan para nuestras vidas. Pero en el socialismo eres sólo una parte de la máquina. Eres simplemente prescindible a cualquier precio por el bien del Estado y en aras de sus objetivos, que en última instancia son el poder.
En tercer lugar, el socialismo conduce a la miseria, la pobreza, la enfermedad y, como he estado describiendo, a la muerte. Mientras que la Biblia enseña libertad, trabajo, creatividad e innovación, servicio, avance y vida plena.
Todos los presentes en este lugar, de alguna manera, han vivido la vida al máximo. Han establecido sus negocios, han trabajado duro, pero en el socialismo, se minimiza la creatividad y la innovación de la sociedad y se elimina la motivación para hacer cualquier cosa.
Margaret Thatcher dijo que el problema con el socialismo es que se quedan o acaban con el dinero de otras personas. Socialismo como sistema económico es un fracaso épico. Esto ha sucedido en la Unión Soviética, Europa del Este, China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Venezuela, Bolivia, Zimbabwe, un fracaso económico. Pero más que eso, es un fracaso espiritual.
Hace poco escuché a mi querido amigo y hermano el Dr. Adrian Rogers. Citó algo que nunca se atribuyó pero lo citó con mucha frecuencia. En realidad, lo que el dijo fue una declaración hecha por un caballero llamado Gerald Smith, que apareció en el registro del Congreso de Estados Unidos en 1958. Dice, “No se puede legislar para que los pobres tengan libertad, legislando para que los ricos estén sin libertad. Lo que uno recibe sin trabajar, otro debe trabajar sin recibirlo. Trabajar sin recibir. El gobierno no puede darle a nadie nada que el gobierno no le quite primero a nadie.”
Cuando la mitad de la gente tiene la idea de que no tienen que trabajar porque la otra mitad se va a encargar de ellos, y cuando la otra mitad tiene la idea que no sirve de nada trabajar porque alguien más va a hacer el trabajo por ellos, es el fin de cualquier nación.
No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola. Esto es socialismo. El socialismo es robar. La Biblia enseña el valor del trabajo duro desde los primeros capítulos del Biblia, cuando afirma que “el hombre tendrá dominio sobre toda la tierra” (Génesis 2:15).
El trabajo es un privilegio, no una maldición. No te hagas la idea de que la maldición vino como resultado del pecado, como resultado de una maldición sobre el trabajo. No, el trabajo es un privilegio. La maldición no es que tenemos que trabajar. El trabajo es un privilegio. Trabajamos y adoramos. Ambas son la misma cosa. No hay separación entre lo secular y lo espiritual en la vida del creyente. La Biblia dice que si un hombre no trabaja, tampoco coma. Es un pecado ignorar a los pobres. Se nos dice de muchas maneras y en muchas ocasiones que debemos ayudar a los pobres, y esa es responsabilidad de la iglesia y el ministerio de la iglesia. Y muchos no pueden trabajar. No me refiero a los que no pueden trabajar, pero la Biblia dice que si un hombre no trabaja, no comerá. La libertad de elegir tu carrera, de escuchar tu llamado de Dios, para ganarte la vida, eso se enseña en la Biblia, eso es enseñado en la Palabra de Dios así como en la propiedad privada.
Alguien dice: “Oh, oh, oh, oh. ¿Qué pasa con el capítulo cuatro de Hechos? Cuando habla de aquellos cristianos en la iglesia porque había viudas pobres y otros en la iglesia que necesitaba apoyo financiero, que todos los cristianos juntaron sus recursos en la iglesia, y todo está descrito allí en Hechos capítulo cuatro. Y porque juntaron sus recursos, pudieron ministrar a los pobres y ministrar a la gente de su comunidad.”
Bueno, primero de todo, ese no fue un programa del gobierno. Ese fue el trabajo interno de la Iglesia. En segundo lugar, fue algo temporal y no permanente. En todos los lugares donde Pablo viajó alrededor de la tierra en su misión misionera establecía iglesias y la gente trabajaba en todas partes, y eso nunca se condena en la Biblia ni tampoco la propiedad privada. Fue por un tiempo, por una temporada que la iglesia estableció esto para ministrar unos a otros en ese momento particular. Sin embargo, cuando lees el Nuevo Testamento, los creyentes de todo el mundo tenían propiedades y posesiones. Pablo animó a los cristianos a dar generosamente. ¿Qué se supone que deben dar si no tienen propiedad, si no poseen posesiones? Entonces no puedes tomar una pequeña porción de la vida de la iglesia primitiva y decir: “Ahí tienes. Eso es comunismo”.
Especialmente cuando miras los Diez Mandamientos, se refieren a asuntos privados. Cuando dice: “No robar”. Si te voy a robar, eso significa que debes poseerlo. Debes tenerlo. O: “No codiciarás las posesiones de otra persona.” Lo que la Biblia no respalda es un sistema político que toma de alguien para dárselo a otra persona sin su generosidad.
El socialismo reprime a los pobres y roba a los ricos, legisla el robo y eleva la envidia.
No es poca cosa lo que le está pasando en Estados Unidos América. Esto es un cáncer y es tóxico. Es destructivo, es dañino, y Dios está advirtiendo a su pueblo, y Dios está dando una oportunidad a nuestra generación para vivir libremente, vivir nuestra fe, hablar abiertamente, para compartir a Jesús. Piensa en Estados Unidos en el pasado hemos sido capaz de ser el mayor productor de evangelismo y misiones a nivel mundial, todo debido a la propiedad y a las personas que se ganan la vida duramente, ya sea grande o pequeños, pudiendo tener sus bienes y dar libremente para que el evangelio llegue recorrer el mundo para que ministerios como este puedan marcar la diferencia en la vida de la gente.
El socialismo aplasta la generosidad porque, en última instancia, nadie tiene nada que ofrecer ni dar. Aplasta el alma. Aplasta la innovación de un país y la creatividad de un individuo. Simplemente convierte a alguien en parte de la máquina, por lo que es una negación de la autoridad de Dios, la dignidad del hombre. Y como resultado, tenemos que luchar contra ello y tenemos que enfrentarnos a ello. Necesitamos decirles a nuestros hijos y enseñarles a nuestros niños bien porque si no lo hacemos nosotros, alguien más lo hará. Que Dios nos ayude.
Señor, te damos gracias por Tu palabra para nosotros, que es vida, salud y fortaleza. Rogamos, oh Dios, que las palabras de nuestra boca, las meditaciones de nuestro corazón, incluso sobre este tema sea agradable a tus ojos. Anímanos Señor y equípanos en la batalla. Ayúdanos a saber cuáles son los problemas y a luchar la buena batalla de fe hasta que vengas otra vez. En el nombre de Jesús, amén.
Para escuchar el programa radial en inglés:
https://familytalk.widen.net/view/pdf/6lhoh6tul0/06072024SOCIALISMTHEENEMYOFCHRISTIANITY.pdf?t.download=true&u=o5dst7