DUNAMIS: EL PODER DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Recopilado por Ritchie Pugliese

En Hechos 1:8 leemos: “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…”

Definición:

•             Fuerza, poder, habilidad

•             Poder inherente, poder que reside en algo por virtud de su naturaleza, en la cual una persona o cosa lo ejerce o lleva a la práctica

•             Poder para hacer milagros

•             Poder moral y excelencia de alma

•             El poder e influencia que pertenecen a las riquezas y abundancia

•             Poder consistente o que opera en ejércitos, fuerzas,

En el Nuevo Testamento, la palabra griega traducida “poder” es “dunamis”, que es la raíz de las palabras “dinámica y dinamita”, las cuales están asociadas con “poder”. Además, “dunamis” puede ser traducida como “obras poderosas” y “obras maravillosas”.  La implicación es que no es solo la capacidad para realizar una actividad o cumplir algo, sino acciones actuales y logros de tal magnitud que hacen maravillar a los demás.  De modo semejante, “dunamis” también algunas veces es traducida como “milagros”.

Estas poderosas realizaciones,  que van más allá de la capacidad humana, se refiere tanto a las cosas que Jesucristo hizo (Marcos 5:30; Hechos 10:38) como las obras realizadas por Dios a través de otros, como los apóstoles (Marcos 9:39; Hechos 6:8; 19:11; 2 Corintios 12:12).

La palabra “dunamis” no tiene en sí misma una cualidad moral, sino que es neutral. Por un lado, el ángel le dijo a Zacarías que Juan el Bautista vendría “en el espíritu y poder (dunamis) de Elías” (Lucas 1:17), dando a entender la efectividad y habilidad del profeta. Por el otro lado, los samaritanos dijeron equivocadamente de Simón el Mago que “el gran poder (dunamis) de Dios” (Hechos 8:9-10). De manera similar, en Apocalipsis 13:2, la bestia del tiempo final recibe “dunamis” de satanás, y los diez reyes le dan su “dunamis” a la bestia (Apocalipsis 17:13).

Dunamis, esa capacidad por lograr, realizar y controlar las cosas, es moralmente neutral. Puede ser utilizado para la Gloria de Dios o para el servicio satánico. Sin embargo, mayormente es utilizada de una manera positiva, describiendo la autoridad, habilidad y obrar por medio del Espíritu Santo (Por ejemplo: Mateo 6:13; 24:30; Romanos 1:20; 9:17; 1 Corintios 6:14; Efesios 3:7; Hebreos 1:3; 2 Pedro 1:3, etc).

En Hechos 1:8, antes que Jesús ascendiera a los cielos, él le dio a sus discípulos órdenes para “ponerse en marcha”: “Recibiréis poder (dunamis) cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…” Jesús conectó al Espíritu Santo con poder (dunamis) (Ver Lucas 24:49). De modo semejante, Pablo le dice a Timoteo que a los cristianos no nos ha sido dado un espíritu de temor sino de poder (dunamis) (2 Timoteo 1:7). Cuando los combinamos, estos pasajes muestran que el Espíritu Santo le da a la persona la efectividad para realizar la voluntad y la obra de Dios a través de Su vida.

Aún cuando Cristo hizo milagros, el Padre en realidad hizo la obra (Juan 14:10). Jesús era su vaso escogido a través del cual las obras fueran realizadas para hacer la voluntad del Padre. Es bien claro que “dunamis” es más que capacidad o habilidad, es un poder que activamente utiliza la capacidad o habilidad. No es estático. Una vez que su poder está en acción, sigue en movimiento, acción y realización.

También en Hechos 1:8 Cristo le dice a los discípulos que, con el Espíritu Santo, ellos recibirían la habilidad para dar testimonio efectivo de él. Pero más que recibir solo la capacidad para un testimonio efectivo, el Espíritu Santo, el poder de Dios, estaría activamente comenzando a obrar en sus vidas sin que los discípulos pudieran gobernarlo. Jesús les dijo: “Recibirán poder y serán testigos de Mí”.

Dios da el poder a la humanidad depositándolo en el espíritu del hombre. La mente, intelecto, es la base del poder del hombre. A sus hijos nacidos de nuevo, además, les otorga una capacidad extra para hacer su voluntad, así como él le da de su “dunamis” a sus ejércitos celestiales para llevar a cabo sus responsabilidades (2 Tesalonicenses 1:7). El Espíritu Santo nos equipa de lo que necesitamos para realizar lo que Dios quiere que hagamos.

Si algo necesita ser hecho para el designio de Dios, podemos estar seguros que Dios ha derramado el poder –la capacidad, aptitud, autoridad y efectiva activa, para que sea realizado. Algunas veces esto significa obrar solo a través de la naturaleza habilidosa de la persona. Otras veces, significa impartir poder adicional para que los milagros sean realizados. Por ejemplo, el poder que Dios nos da a cada uno de nosotros para entender la Biblia. Ninguna cantidad de aptitud natural o erudición puede impartir esta habilidad. Dios provee la habilidad sobrenatural para entender Su Palabra.

Poca fuerza

El conocido pasaje de la carta a la iglesia de Filadelfia (Apocalipsis 3:7-8) toma un significado diferente, y le agrega un gran ánimo: “Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia:… Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza (dunamis)”

Jesucristo le dice a la iglesia de Filadelfia que tenía poca fuerza. Ellos tenían poco poder. ¿Era una iglesia con “poca unción”?  No es lo que se les estaba diciendo, sino que ellos como congregación tenían una pequeña capacidad efectiva para realizar obras maravillosas o poderosos hechos, una habilidad limitada para que las cosas fuesen hechas. Si esta iglesia era dinámica, lo era en pequeña escala. Esto tiene algunas implicaciones importantes para considerar.

Existen al menos cuatro teorías acerca de las cartas a las siete Iglesias:  que fue un mensaje dado a: 1) A las siete Iglesias de esa época, en Asia Menor; 2) A las Iglesias del tiempo final; 3) Que representa las diferentes etapas de la historia de la iglesia; 4) Que fue dirigida a individuos cristianos.

En cada carta, Cristo da una exhortación: “el que tiene oídos que oiga lo que el Espíritu le dice a las Iglesias” (Apocalipsis 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22). Las siete cartas pueden representar actitudes o condiciones así como unidades y períodos organizacionales. 

La declaración de Cristo de que la iglesia de Filadelfia tenía poca fuerza, no es necesariamente una crítica condenatoria. El tenor de la carta es positivo en realidad. Sin embargo, él les dio una declaración de lo que allí sucedía y era que tenían solamente una pequeña pero efectiva capacidad para hacer obras milagrosas, poca aptitud física o espiritual, una pequeña medida de efectividad. El poder “dunamis” no faltaba totalmente, sino que estaba en una pequeña cantidad.

Es probable que en esa iglesia la gente no se sanaba con la sombra de los creyentes, ni su fe movía montañas, ni profetizaban o hablaban en otras lenguas. Quizás no tendrían entre ellos a personalidades dinámicas con habilidad para hablar. Todo esto no significa que el poder y la efectividad estaban ausentes, pero quizás no tendrían el mismo impacto que se veía en otros personajes bíblicos.

¿Por qué había una falta de poder dunamis? Por lo que se lee en la carta, no aparece que la falta de más dunamis sea debido a fallar o ser negligentes en las tareas de Dios. Por el contrario, la carta es un elogio debido a su fidelidad.  Tal vez, viendo las parábolas de Jesús, es que no había mucha habilidad natural allí para que Dios la acentuara con su poder. Tal vez también, las poderosas obras faltaban debido a que no habría necesidad de que tales obras fueran hechas. Recuerde, si Dios ha ordenado que algo necesita ser realizado, el dará el poder para realizarlo. Si él no ha dado el poder puede ser que su voluntad sea que no se realice alguna cosa.

La parábola de los talentos agrega algo interesante sobre el poder “dunamis”

 “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.” (Mateo 25:14-15).

La palabra “capacidad” en el v.15 es también “dunamis”. Estos versículos afirman que: 1) Los talentos son dados por Dios y 2) Aparentemente el otorgamiento de los talentos depende un tanto de la capacidad efectiva que la persona posee.  En este mismo sentido, es interesante notar que Cristo mismo estuvo limitado en su obrar- dunamis debido a la incredulidad de la gente (Mateo 13:58; Marcos 6:5-6).

Los dos siervos fieles duplicaron lo que se les había dado. Las cantidades no son tan importantes como el crecimiento. Ambos le dieron a Cristo un cien por ciento de incremento de lo que se les había otorgado inicialmente. El siervo infiel no produjo nada.

En este ejemplo, podemos ver a la Iglesia de Filadelfia como el siervo que recibió solo dos talentos y no cinco. Él no tenía la misma habilidad natural. Sin embargo, aunque pudiera haber tenido menores responsabilidades, o el alcance de lo que el controlaba era mucho menor, él fue fiel como el siervo que recibió más. La Iglesia de Filadelfia no tendría muchas habilidades, pero con la habilidad que tenían pudieron guardar la Palabra de Dios y no negar Su nombre (Apocalipsis 3:8). Su poder lo capacitó para guardar y perseverar en los mandamientos de Dios (v. 10).

Una puerta abierta

Generalmente interpretamos a la “puerta abierta” en la carta a la Iglesia de Filadelfia como una referencia a predicar el evangelio.  Esto parece posible, al Pablo utilizar la imagen de una puerta abierta en tres lugares para significar la oportunidad de predicar (1 Corintios 16:9; 2 Corintios 2:12; Colosenses 4:3). Sin embargo, una “puerta abierta para predicar el evangelio” no calza en el contexto de los siete mensajes. ¿La Iglesia de Filadelfia tenía una puerta abierta para predicar el evangelio? Todas las cartas incluyen fortalezas y debilidades morales, espirituales y de actitudes. Ellas enfatizaban el ser vencedor más que realizar algo específico o una tarea externa.

En Apocalipsis 3:8 la frase “puerta abierta” está siendo utilizada, no tanto como una oportunidad, sino como una recompensa.  Cristo puso delante de ellos una puerta abierta a pesar de que tenían una capacidad pequeña para realizar obras poderosas. Ellos igualmente guardaron la Palabra de Dios y no negaron el nombre de Dios por la manera en que ellos Vivian. Ellos aún podían llegar a ser vencedores.

La puerta que Cristo abrió a la Iglesia de Filadelfia, la puerta que ningún hombre puede cerrar, bien puede ser la puerta para el reino mismo. En la parábola de las diez vírgenes, la puerta estaba abierta para algunas de las vírgenes y cerradas para otras (Mateo 25:10-12) En la descripción de la nueva Jerusalén, la puerta está abierta solo para aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (Apocalipsis 21:27; 22:14). Cristo abrió la puerta del Reino debido a la fidelidad de la Iglesia de Filadelfia, así como prometió guardarles de la hora de prueba debido a su perseverancia (Apocalipsis 3:10).

Dios puede haberles dado solo dos talentos,  pero si la persona es fiel con una pequeña cantidad de poder, en el reino será un administrador fiel de toda la responsabilidad y efectividad que Dios puso sobre él. Individualmente, podemos tener poco “poder” pero si somos fieles con lo que nos ha sido dado, y Dios es complacido, seremos fieles con gran poder. Como Cristo dijo en Lucas 16:10 “el que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”.

A todos se nos ha dado una medida de dunamis. Si tenemos el Espíritu de Dios, tenemos habilidad, talento, efectividad y fuerza en alguna medida, en algún área. No importa cuánto nos ha sido dado, o en cuál área nuestra fuerza reside, sino en si hemos sido fieles en lo que Dios nos ha dado lo que nos hará utilizar el poder que tenemos para un propósito mayor de Dios más adelante.

Tener solo un poco de poder no debe ser un impedimento para lograr algo, aún si ese logro fuera en pequeña escala. Dios está interesado en lo que hacemos con lo que nos ha sido dado.

Referencias del Nuevo Testamento acerca de la palabra “Dunamis” y sus diferentes significados:

Mateo 

7:22 (milagros); 11:20-21 (milagros); 11:23 (milagros); 13:54 (milagros); 13:58 (milagros);  14:2 (poderes); 22:29 (poder); 24:29-30 (potencias, poder); 25:15 (capacidad); 26:64 (poder)

Marcos

5:30 (poder); 6:2 (milagros) ; 6:5 (milagro) ; 6:14 (poderes); 9:1 (poder);  9:39 (milagro); 12:24 (poder) ; 13:25-26 (potencias, poder); 14:62 (poder)

Lucas

1:17 (poder); 1:35 (poder); 4:14 (poder); 4:36 (poder); 5:17 (poder); 6:19 (poder); 8:46 (poder); 9:1 (poder); 10:13 (Milagros); 10:19 (fuerza) ; 19:37 (maravillas); 21:26-27 (poder); 22:69 (poder);  24:49 (poder)

Hechos

1:8 (poder); 2:22 (maravillas, prodigios); 3:12 (poder); 4:7 (Potestad); 4:33 (poder); 6:8 (poder);  8:10 (poder); 8:13 (Milagros); 10:38 (poder); 19:11 (Milagros)

Romanos            

1:4 (poder); 1:16 (poder); 1:20 (poder);  8:38 (potestades); 9:17 (poder); 15:13 (poder); 15:19 (poder)

1 Corintios         

1:18 (poder); 1:24 (poder); 2:4-5 (poder); 4:19-20 (poder); 5:4 (poder);  6:14 (poder); 12:10 (Milagros);  12:28-29 (Milagros); 14:11 (valor); 15:24 (potencia); 15:43 (poder); 15:56 (poder)

2 Corintios         

1:8 (fuerzas); 4:7 (poder); 6:7 (poder); 8:3 (fuerzas); 12:9 (poder); 12:12 (Milagros); 13:4 (poder)

Gálatas               

3:5 (maravillas)

Efesios

1:19 (poder); 1:21(poder); 3:7 (poder); 3:16 (poder); 3:20 (poder)         

Filipenses           

3:10 (poder)

Colosenses        

1:11 (poder); 1:29 (poderosamente)

1 Tesalonicenses             

1:5 (poder)        

2 Tesalonicenses

1:7 (poder); 1:11 (poder); 2:9

2 Timoteo

1:7-8 (poder); 3:5 (piedad)

Hebreos

1:3 (poder); 2:4 (Milagros); 6:5 (poderes); 7:16 (poder); 11:11 (fuerza); 11:34 (fuerzas)   

1 Pedro                                                        

1:5 (poder); 3:22

2 Pedro

1:3 (poder); 1:16 (poder); 2:11 (fuerza)

Apocalipsis

1:16 (fuerza); 3:8 (fuerza); 4:11 (poder); 5:12 (poder); 7:12 (poder); 11:17; 12:10; 13:2; 15:8; 17:13; 18:3; 19:1

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