CUANDO PENSAMOS QUE DIOS SE HA OLVIDADO DE NOSOTROS

Por Ritchie Pugliese

¿Te encuentras en un momento especial, donde a pesar de haber orado, clamado, gemido delante de Dios para que él se manifieste, solo has recibido hasta la fecha un silencio?

¿Has atravesado situaciones difíciles y aún de pérdidas, donde el tiempo ha pasado y  todo ha quedado en la nada, como olvidado, sin que Dios hubiese hecho algo?

Si esta es tu situación, esta palabra es para ti. ¡Léela con atención y expectativa!

Para comenzar, en la Palabra de Dios hay varios pasajes donde dice que “Dios se acuerda”. Lee cada pasaje y en cada uno encontrarás un “Concepto para edificar nuestra fe” que inspirará tu vida:

  1. Genesis 8:1

Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

Concepto para edificar nuestra fe:

Cuando Dios se acordó de Noé, disminuyeron las aguas.

 

  1. Genesis 19:29

Así, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba.

Concepto para edificar nuestra fe:

Cuando Dios se acordó, evito que Lot fuera afectado por la destrucción reinante.

 

  1. Genesis 30:22

Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos.

Concepto para edificar nuestra fe:

Por lo que dice el pasaje, Raquel había orado por mucho tiempo sin resultados, pero en un momento determinado y específico Dios se acordó y le concedió la bendición de la fertilidad.

 

  1. Éxodo 2:23-25

y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.

Concepto para edificar nuestra fe:

Cuando Dios vio la necesidad de ellos, escuchó su gemir y clamor, se acordó de ellos para liberarlos de la esclavitud.

 

  1. Salmos 105:8

Se acordó para siempre de su pacto;

Concepto para edificar nuestra fe:

Dios no es como nosotros que se olvida de las cosas. Él se acuerda siempre, nunca olvida a pesar del paso del tiempo.

 

  1. Salmos 115:12

Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón.

Concepto para edificar nuestra fe:

El resultado de acordarse de nosotros, es recibir su bendición. ¡aleluya!

 

  1. Salmos 136:23

Él es el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, Porque para siempre es su misericordia; De la palabra que mandó para mil generaciones.

Concepto para edificar nuestra fe:

Dios nos ama incondicionalmente, en todo tiempo, cuando estamos bien o abatidos. El no nos dejará abatidos sino que intervendrá y nos levantará

 

Dos hechos en la Palabra que revelan al Dios que recuerda

A. El Rey David (es una figura profética de Dios) con Mefi-Boset (representa al creyente), hijo de Jonathan de la familia de Saul. Era una persona lisiada. En 2 Samuel 9 David recordó a esta persona y le llamo, la honró y le devolvió todo lo que no había recibido hasta la fecha. Mefi-Boset experimentó una reversión, una restauración.

2 Samuel 9:1-13 dice:

Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?  Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.  Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.  Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.  Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey. Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.

 

B. Los bienes de la sunamita devueltos

El Rey, es una figura del Señor, la sunamita es una figura del creyente olvidado y despojado.

2 Reyes 8:1-6

“Habló Eliseo a aquella mujer a cuyo hijo él había hecho vivir, diciendo: Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas; porque Jehová ha llamado el hambre, la cual vendrá sobre la tierra por siete años. Entonces la mujer se levantó, e hizo como el varón de Dios le dijo; y se fue ella con su familia, y vivió en tierra de los filisteos siete años. Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras.  Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.”

Reflexión final

Las palabras de Lucas 18:7-8 nos recuerda algo glorioso. Allí dice: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos (tú y yo), que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?:

¡Recibe esta palabra de Dios con la certeza (con fe indubitable) de saber que Dios nunca te ha olvidado y que traerá sobre tu vida una restitución, restauración y reversión de todo lo malo que has padecido!

 

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