Por Ritchie Pugliese
No hay nada más complejo que trabajar en equipo en cualquier ámbito de la vida. Para lograrlo, mucho depende de la elección de aquellos que llevarán adelante tan magna tarea en un mundo donde predomina el egoísmo y el individualismo. Además de la elección de los integrantes es indispensable tener en cuenta algunos puntos que detallo a continuación:
1. En un equipo exitoso la fortaleza de uno suple la debilidad del otro
Para trabajar en equipo cada integrante debe conocer primero sus propias fortalezas y debilidades y luego las de sus compañeros. Si te conoces a ti mismo, sabrás comprender a los demás. Los equipos que funcionan de manera óptima se apoyan entre sí en sus fortalezas y debilidades.
2. En un equipo exitoso existe variedad de talentos o capacidades
Para evitar una superposición de talentos o capacidades es necesario contar con una gran diversidad de habilidades que complementen al equipo. En la diversidad hay garantía y, a la vez, efectividad. No todos somos expertos en lo mismo. Lo que yo no puedo hacer, mi compañero lo hace excelentemente bien y viceversa.
3. En un equipo exitoso existe la valoración del compañero
Para un buen trabajo en equipo debe haber una valoración mutua. Saber que junto a mí trabajan personas expertas y talentosas en un campo determinado, debe despertar en mí admiración y reconocimiento. Valorar el talento o la capacidad de otro no me hace inferior, sino sabio.
4. En un equipo exitoso no puede faltar el respeto muto
En cualquier ámbito de la vida el ingrediente básico es el respeto por el otro. Esto incluye el respeto por su vida, por lo que piensa y aún por su manera de hacer las cosas. No existe justificación alguna para perder el respeto por los demás. El respeto es uno de los pilares de la sociedad en general y de cualquier empresa que se quiera lograr. “Ser brillante no es una gran hazaña si no respetas a nadie”. —Johann Wolfgang von Goethe.
5. Un equipo exitoso expresa unidad en la diversidad
Cada ser humano es único en esencia y sus huellas dactilares confirman que no hay dos personas iguales en este mundo. Hemos sido creados como seres únicos para convivir en la diversidad. La unidad en el trabajo no significa ser parecidos, hacer lo mismo y pensar igual; sino que a pesar de ser distintos aportamos nuestras particularidades para lograr el mismo fin. La diversidad solidifica la unidad, no la disgrega.
Creo firmemente que si cada integrante pone en práctica estos puntos, la maquinaria del trabajo en equipo alcanzará su máxima expresión en rendimiento y efectividad.