Por Ritchie Pugliese
Para la mayoría de la gente empleada, ir cada día a trabajar es una obligación pesada. Pero llegar a ser más efectivo en el lugar de trabajo es una decisión.
No todos los trabajadores pretenden superarse en su lugar de trabajo, sino que optan por hacer básicamente lo que se les pide para mantener su posición. El resultado de esta decisión es un débil rendimiento y una baja productividad además de terminar sumidos en un aburrimiento laboral.
Si usted es de aquellos que desean crecer y ser más efectivos en su lugar de trabajo, para beneficio propio y de la empresa, los siguientes puntos pueden ayudarle a tener una mejor producción y efectividad diaria laboral:
1. El horario
Esto podría parecer una exageración, pero los trabajadores que desean ser más efectivos en el trabajo, tienen que fijarse el objetivo inicial de llegar antes de la hora de entrada a su lugar de trabajo. Llegar unos minutos antes puede marcar una gran diferencia. Para cumplir con este punto el empleado diligente debe estar alerta de la distancia y los problemas de tránsito que existen en las horas pico. Sin dudas esta es una buena disciplina a implementar.
2. Relájese
El resultado positivo de llegar unos minutos antes de la hora señalada le permite al empleado empezar el día más relajado, sin las tensiones típicas de aquel que llega tarde y empieza a trabajar nervioso y acelerado.
3. Deje los problemas personales afuera
Un principio laboral básico es dejar los problemas personales afuera. En mayor o menor grado, todos tenemos problemas, asuntos que escapan a nuestro control y que no podemos hacer mucho para resolver. Si no podemos resolverlos afuera, mucho menos vamos a poder resolverlos en nuestro lugar de trabajo. Entonces, mejor olvidarnos de ellos durante la jornada laboral y concentrarnos en las tareas que debemos realizar. Los empleados más efectivos tienen esta premisa: Dejar los problemas personales afuera y ocupar la mente en las tareas a cumplir en las horas de trabajo.
4. Enfóquese en su tarea
Antes de abocarse de lleno a las responsabilidades diarias del trabajo, es aconsejable tomarse tan solo un minuto para pensar en el trabajo como un lugar de desarrollo profesional: “Bien, ahora estoy aquí, este es mi lugar para mostrar mis cualidades y producir”. A continuación es el momento indicado para hacer un breve repaso de las metas a cumplir, tareas a realizar, proyectos a presentar, etc., para luego empezar a trabajar y mantenerse enfocado durante todo el día.
5. Supere los obstáculos
Hay un proverbio bíblico que dice: “Basta a cada día su propio mal”. Cada día de trabajo tiene sus propios desafíos y obstáculos a superar. Puede ser el mal genio de un compañero de trabajo, o la falta de respeto de un subalterno o un problema con el departamento de envíos, entre otras cosas. No permita que la negatividad de un momento debilite o arruine su productividad.
6. Cargue “las baterías”
Muestran las investigaciones que cada dos horas es conveniente hacer un alto de un par de minutos para descansar para tomar un café o un poco de aire fresco. Sin embargo, hay que tener cuidado de que ese “par de minutos” no se transforme en minutos interminables, que puedan hacernos perder un valioso tiempo de efectividad y productividad. Si nos cuidamos de no caer en ese exceso, es saludable hacer un alto y cargar las baterías varias veces durante la jornada laboral.
7. Maximice su tiempo
Todos tenemos 24 horas al día y muchos pueden decir que no les alcanza. Pero hay maneras de maximizar el tiempo que disponemos e incluso multiplicarlo. Una manera de maximizar el tiempo en el trabajo es no perder minutos valiosos en hablar del mal clima (interior y exterior), en criticar al nuevo compañero de trabajo o en quejarse de las órdenes de un superior. Esas conversaciones afectan nuestra productividad, que podría multiplicarse si se redujeran las distracciones.
]8. Avance hacia la meta estipulada
Hay un sentimiento de felicidad y satisfacción indiscutible que se experimenta cuando alcanzamos una meta, cualquier sea, y las metas laborales no son la excepción. Pero también podemos sentirnos satisfechos de haber hecho nuestro mejor esfuerzo y haber entregado nuestra mayor dedicación para llegar a la meta, aunque no la hayamos alcanzado. “Lo que obtienes al alcanzar tus metas no es tan importante como la persona que llegas a ser cuando alcanzas tus metas”. —Henry David Thoreau.
Como he mencionado al principio, ser efectivo en el lugar de trabajo es una decisión, que depende del grado de voluntad y compromiso que cada empleado tenga para su propio beneficio y el de la compañía que representa. La decisión depende de cada uno. Pero en los tiempos competitivos en los cuales vivimos “ser más efectivos en nuestro trabajo nos harás más indispensables”.