Por Ritchie Pugliese
¿Somos una Iglesia que manifiesta las señales del Reino de Dios?
Jesús les dijo a sus discípulos en Mateo 24:14 “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
El tema del reino de Dios es un tema central del mensaje Cristiano. En la oración de Jesús, les enseñó a sus discípulos a pedir: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10).
Si esto es lo que predicamos y oramos, ¿cómo sabemos si, y cuándo, nuestras oraciones están siendo respondidas? Lo sabemos al observar las señales tangibles del Reino de Dios.
Es bueno saber que el reino de Dios no tiene nada que ver con un reino político. Es fácil caer en este error, como les sucedió en su momento a los discípulos. Por eso Jesús les dijo en su momento: “Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”(Juan 18:36). A pesar de estas palabras, parecía que ellos no entendían la propuesta de Jesús, pues en Hechos 1:6 “le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”
El reino de Dios no tiene nada que ver con mecanismos sociopolíticos, y mucho menos religiosos, pues el reino que Jesús propone no es de este mundo.
El reino de Dios no tiene límites geográficos ni políticos. El reino de Dios está presente en el mundo a través de la comunidad de creyentes quienes han reconocido a Jesucristo como el Señor de sus vidas. Es a través de ellos (individualmente y corporativamente) que las señales del reino se manifiestan.
Cuando Jesús comenzó su ministerio publico el predicaba diciendo: “Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17).
Uno de los primeros lugares donde Jesús ministró fue Nazaret y el utilizó una sinagoga como plataforma para hacer su primer anuncio público de su agenda ministerial. En Lucas 4:16-19 se detalla la historia y Jesús no dice específicamente que parte de su agenda ministerial son “las señales del reino” pero sí se las menciona. Ellas fueron tomadas directamente del Antiguo Testamento en Isaías 61:
1. Predicar el evangelio a los pobres
2. Sanar a los quebrantados de corazón
3. Predicar libertad a los cautivos
4. Restaurar la vista a los ciegos
5. Liberar a los oprimidos
6. Declarar el año agradable del Señor
La idea no es hablar si se deben tomar a estas señales literalmente o no, sino simplemente decir que cuando estos ministerios se practican, el reino de Dios está presente.
Cuando Juan el Bautista estaba en la cárcel, a pesar de haber predicado “arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”, las dudas y el desánimo lo invadieron, y envió a preguntarle a Jesús si él era realmente el Mesías. Jesús simplemente le respondió mencionando las señales tangibles del reino de Dios, que habían sido demostradas en su ministerio (Lucas 7:20-23).
Sin mencionar las otras seis que mencionamos recién, aquí están otras adicionales:
7. Sanar a los enfermos
8. Echar fuera a los demonios
9. Hacer que los cojos caminen bien
10. Limpiar leprosos
11. Restaurar la audición a los sordos
12. Resucitar a los muertos
Cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar el evangelio por todo el mundo, él dijo que habría señales del reino que les seguirían cuando fuesen a predicar (Marcos 16:15-18). Agregamos a la lista las siguientes:
13. Hablar en nuevas lenguas
14. Tomar a las serpientes sin que nos hagan daño (la serpiente es una figura del diablo.
Esto significa tomar autoridad sobre las fuerzas del mal)
15. Inmunidad a los venenos (Esto representa la protección sobrenatural de Dios)
Estas quince señales quizás no sean las únicas, pero indudablemente nos dan un cuadro de las señales del Reino de Dios que deben operar en la Iglesia hoy. ¿Somos una Iglesia que manifiesta las señales del Reino de Dios para que él sea glorificado?