Por Ritchie Pugliese
La poderosa Palabra de Dios dice en Mateo 7:24-27
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
En este pasaje, Jesús está hablando de la importancia de oir sus palabras y obedecerlas. Al que oye y obedece, el Señor lo compara con una casa edificada sobre la roca firme, a la cual ningún viento ni lluvia la pueden hacer caer.
En la obediencia a los principios de la Palabra de Dios hay solvencia, firmeza, seguridad para todo tiempo, y especialmente cuando lo vientos y lluvias de la vida arrecian ferozmente.
Es importante notar que la casa del relato bíblico no se cayó por dos motivos:
- Por su fuerte fundamento
- Por lo que había en la casa
1 Corintios 3:11-14 dice: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.”
En estos dos pasajes aparecen las palabras “viento”, “lluvia” y “fuego”. Estas palabras representan las diferentes crisis que los cristianos podemos atravesar durante la vida, y la pregunta que surge es: Qué vamos a hacer cuando ellas lleguen? Cuál será nuestra reacción? ¿Cómo podremos soportarlas y superarlas?
Para poder responder esas preguntas, primero debemos entender lo que Dios dice acerca de las crisis de la vida:
- Él no las envía, pero las utiliza para enseñarnos alguna nueva lección;
- Él las utiliza para que sepamos nuestro nivel de fe;
- Él las utiliza para afirmar y solidificar nuestra fe.
Es conveniente a esta altura decir que SIN CONFIAR DIOS Y CREER EN SU PALABRA, todas estas cosas que vamos a detallar a continuación no las podremos comprender ni entender.
Naturalmente hablando, a ninguno le interesa atravesar tiempos de problemas y dificultades, pero la vida tiene en ciertos momentos situaciones complicadas y difíciles que debemos atravesar y soportar.
Únicamente bajo la cobertura del Señor y creyendo lo que él dice en su palabra, es posible cree que veremos transformadas todas las cosas para bien como lo dice Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
1 Corintios 2:11 dice que: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.”
Una cosa es recibir información, otra muy diferente es obtener revelación. La revelación viene como resultado de la comunión intima con Dios y por la dependencia y guía del Espíritu Santo. 1 Corintios 2:9-10 dice: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.”
Veamos las diferentes situaciones que Dios utiliza para nuestro bien:
- Tiempos de crisis
Los tiempos de crisis sirven generalmente para conocernos a nosotros mismos, empujarnos a salir de nuestra zona de comodidad y llevarnos a una zona de crecimiento, y a un nuevo nivel espiritual para revelarnos cosas que de otra manera no podríamos ver.
Durante el proceso de liberación del pueblo de Dios de Egipto y Faraón, Dios envió a Moises (Éxodo 4) y al enfrentar este a Faraón (5:1), todo se sacudió y originó una crisis entre el pueblo de Israel. Éxodo 5:9 dice que se agravó la servidumbre. ¿Cómo reaccionó el pueblo? En 5:21-23 dice que se quejaron. ¿Qué hizo Dios? En 6:1-8 vemos que les revela su plan libertador. ¿Que hizo el pueblo? “Ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu y de la dura servidumbre”.
Ese tiempo de crisis sirvió para que el pueblo conociera su duro corazón, su espíritu quejoso, su falta de confianza en Dios y en las autoridades delegadas de Dios.
- Ataques espirituales
En Éxodo 7:3-5 leemos: “Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas. Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.”
Aquí notamos que el Señor dice: “sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios”. Eso significaba que:
- Dios quería ejecutar su juicio contra el diablo utilizando a Su pueblo.
- Para destruir a Egipto, que representaba el sistema anti-Dios, el Señor utilizaría a su pueblo.
- Dios ejecutaría su juicio para mostrar su señorío (Éxodo 19:16; 10:1).
- Dios ejecutaría su juicio para despojar al enemigo de lo que le había robado por anos a Su pueblo. Primera secuencia: Éxodo 11:1-3; segunda secuencia: Éxodo 12:35-36.
Existen tiempos donde pareciera que estamos debajo de una nube negra de oposición diabólica, para oprimirnos, desalentarnos y desviarnos de lo que Dios quiere para nosotros. En 1 Corintios 16:9 leemos: “se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.” 1 Pedro 5:8-9 dice además: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”
- Desiertos espirituales
Atravesar el desierto fue el paso previo para entrar en la tierra prometida. En Éxodo 13:17 leemos: “Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los Filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Que quizá no se arrepienta el pueblo cuando vieren la guerra, y se vuelvan a Egipto”.
Dios no los llevó por el camino más corto. El no tuvo alternativa, pues un niño armado es incapaz de batallar. Para ser sinceros el pueblo prefería Egipto, aún el desierto, pero no la “bendición” de la tierra prometida obtenida a través de la lucha y el esfuerzo valiente.
En Éxodo 14:1-3 leemos: “Y HABLÓ Jehová á Moisés, diciendo: Habla á los hijos de Israel que den la vuelta, y asienten su campo delante de Pihahiroth, entre Migdol y la mar hacia Baalzephón: delante de él asentaréis el campo, junto a la mar. Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.”
Alguien dijo que “cuando nos encontramos encerrados y sin salida, Dios generalmente quiere eliminar nuestras ideas preconcebidas para hacer algo sorprendente posteriormente.”
Dios quería enseñarle al Pueblo de Dios tres cosas:
- a) Una salida sobrenatural milagrosa;
- b) Mostrarles Quién es El y lo que El es capaz de hacer,
- c) A no depender de sus propios esfuerzos limitados.
Dios hizo todo esto con su pueblo para que pudieran crecer y madurar espiritualmente, pues solamente un pueblo maduro puede arrebatar las bendiciones de Dios de las manos del enemigo.
Que el Señor nos ayude a entender con una mente renovada la importancia de entender los tiempos cuando las cosas no salen como esperamos. ¡Dios es un Dios de propósito!
Para leer la Parte 2, favor de entrar en el enlace de abajo:
https://restorationnations.com/fundamentos-firmes-para-avanzar-en-tiempos-inestables-parte-2/