Por Ritchie Pugliese
Recientemente, escuché el susurro del Espíritu que decía: “Fuerza para concebir”. La misma frase se repitió una y otra vez en mi mente.
Al buscar en las Sagradas Escrituras, encontré que esa frase está registrada en Hebreos 11:11, en el famoso capítulo llamado “el museo de la fe”. Allí el pasaje dice lo siguiente: “Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido”. Allí leemos que el Señor le dio a Sara fuerza para concebir y dar a luz al hijo de la promesa cuando todo parecía imposible.
Considero que esta palabra no solo ha sido para mí, sino que también puede ser de gran aliento y revelación para todos aquellos que aman al Señor y anhelan experimentar lo que Él les ha prometido. Esta palabra es para aquellos que creyeron a Dios sobre algo específico que Él desea hacer en sus vidas. Esta palabra es para aquellos que hace tiempo recibieron una palabra de Dios, pero hasta el momento no se ha cumplido, por eso ahora se encuentran en una especie de “meseta de fe”. Si actualmente te encuentras en este estado, ¡esta palabra es para ti!
En este tiempo, el Señor quiere soltar sobre su pueblo fuerza para concebir y dar a luz. El término “fuerza” en el original griego es “dunamis”, el mismo que aparece en Hechos 1:8: “… pero recibiréis poder (dunamis), cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Es interesante destacar que esta clase de fuerza es impartida de lo Alto sobre el creyente. Dios es el dador de la fuerza para concebir y dar a luz sus propósitos a través de nosotros.
Muchos están atravesando una “meseta de fe” debido a que se han desgastado con el paso del tiempo sin ver el cumplimiento de sus promesas. Es como si les faltara “combustible” para continuar creyendo a fin de recibir lo que Dios les ha prometido.
Sara, el personaje bíblico del pasaje de Hebreos 11:11, experimentó lo mismo que muchos de nosotros. Tenía la promesa, pero el tiempo pasaba y nada sucedía. Por eso Sara atravesó una meseta de fe. La fe que hasta ese momento había tenido, ya no le servía para concebir y dar a luz el hijo que Dios le había prometido.
Cuando pasa el tiempo sin ver cristalizados nuestros sueños, una visión de Dios, aquello que tanto esperamos, el enemigo nos ataca con pensamientos negativos: “Perdí el tren de mi vida”, “ya ha pasado mi tiempo”, “estoy demasiado viejo”, “es demasiado tarde”. Precisamente, esto se describe en Hebreos 11:11 cuando dice: “fuera del tiempo de la edad”.
Si estás atravesando una “meseta de fe”, el Señor te dice que Él te da fuerza para concebir y dar a luz. Es una unción especial que trae lo invisible al ámbito de lo visible; es una unción que viene sobrenaturalmente sobre ti y te da la fuerza para dar a luz aquello que el Señor te ha prometido.
Aunque el tiempo ha pasado y nada ha sucedido, ¡recibe en este momento esa unción para concebir y dar a luz lo que el Señor te ha prometido y está demorado!
Levántate con fe en esta hora y dile al Señor confiadamente: “Dios mío, recibo la impartición de unción que me da fe para concebir y dar a luz. ¡La recibo en el Nombre de Jesús!”
¡Bendito sea el Señor porque el tiempo ha llegado de recibir sus fuerzas para dar a luz!