Recopilado por Ritchie Pugliese
En el Nuevo Testamento Jesús a menudo utilizó a la viña como una analogía del Reino de Dios (Mateo 20:-16). Aquellos que anhelan entrar al Reino deben ser como el hijo que al principio rehusó trabajar en la viña de su padre, pero luego se arrepintió (Mateo 21:28-32).
Finalmente Jesús mismo se describe como la “vid verdadera” y Sus discípulos como las ramas (Juan 15:1-11). Uno de las mejores descripciones para entrar a lo nuevo lo vemos en Mateo 9:17: “Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.”
El Señor les dio esta palabra a los discípulos de Juan que estaban cuestionando los métodos que estaba utilizando para entrenar a sus discípulos. En ese contexto fue que Jesús hace la analogía de poner un remiendo nuevo a un viejo vestido o poner vino nuevo en un odre viejo.
Vemos en esto también la gracia de Dios, pues él quiere preservar lo viejo mientras desarrolla lo nuevo. Él también le está diciendo a los discípulos: – No me limiten a lo que Juan hizo, sino tengan expectativa de que me mueva de una manera nueva.-
Entonces, a través de esta analogía, Jesús revela que el desarrollará o derramará vino nuevo y el preparará una nueva estructura para contener ese vino del Espíritu.
El vino es una bebida hecha de uvas fermentadas. Las uvas crecían en la antigua Palestina, aún en áreas de poca lluvia, donde caía el suficiente rocío para que los viñedos florecieran. Al prensar el jugo de las uvas se producía el vino. Esto era hecho en grandes tinajas de piedra con un tubo o canilla de desagüe al final.
El jugo era recogido en recipientes y derramado en jarras y se lo dejaba fermentar, estacionado en un lugar fresco en cisternas o aljibes de roca. En los tiempos del Nuevo Testamento el vino era guardado en redomas de piel y era a menudo diluido con agua. Era utilizado como medicina y desinfectante.
Las Escrituras condenan la borrachera y los excesos, pero la figura del vino era una parte de la mesa en la vida cotidiana. No se podía tener vino sin tener una vid. En la Biblia, el vino era parte de las comidas más sencillas. El vino y el grano eran artículos de primera necesidad, básicos, y representaba las bendiciones muy abundantes de Dios.
Perder una cosecha o cultivo era una indicación de destrucción, calamidad o esterilidad. No había problema con la moderación bíblica de alegrar el corazón con el vino. El legalismo judío también estaba asociado con el concepto de odres viejos o estructuras viejas. Por eso el Señor necesita odres nuevos para Su vino nuevo.
La vid es importante
Cualquier planta que tenía un tallo sostenido por un palo para sostener su crecimiento vertical era conocida como una vid. La palabra “vino” en la Biblia casi siempre se refiere a la vid/parra o viñedo. El clima de Palestina era justo para los viñedos. Junto con el olivo y los higos, la vid era utilizada a través de todo el Antiguo Testamento para simbolizar la fertilidad de la tierra (Deuteronomio 6:11; Josué 24:13; 1 Samuel 8:14; 2 Reyes 5:26; Jeremías 5:17; 40:10; Oseas 2:12). El origen de la viticultura viene de la antigüedad y de pasado desconocido. La Biblia menciona sobre el cuidado de las viñas desde los tiempos de Noé (Génesis 9:20-21).
Plantar y cuidar una viña requería un cuidado intenso. En Isaías 5:1-6 se encuentra bien detallado el trabajo que conllevaba.
La poda es un proceso importante
Después que las uvas eran recogidas de las ramas, las vides eran podadas (Levítico 25:4; Isaías 18:5; Juan 15:1-2). Este proceso producía ramas más fuertes y un mejor fruto. Las ramas podadas no tenían mucho uso, excepto para ser usadas como combustible (Ezequiel 15:2-8). Las vides en su mayor parte se expandían sobre la tierra y ocasionalmente se podían “subir” a otros árboles cercanos (Salmos 80:8-10; Ezequiel 15:2; 19:11). Tal vez esto era lo que dice el pasaje de 1 Reyes 4:25 donde menciona que un hombre estaba sentado bajo su vid. Durante el período romano el enrejado artificial fue introducido.
La Biblia frecuentemente utiliza la vida o la viña como un símbolo. La vid a menudo se la comparaba con Israel. De esa manera, se dice que Israel fue liberado de Egipto y plantado como una vid en la tierra, pero fue olvidado (Salmos 80:13, comparar con Isaías 5:1-7). Israel fue plantado como “vid elegida” pero llegó a ser “vid silvestre” (Jeremías 2:21, comparar con Oseas 10:1).
Así como las ramas muertas cortadas de la vida servían solo como combustible, así fueron consumidos los habitantes de Jerusalén (Ezequiel 15:1-8; 19:10-14).
El fruto de la vid alegraba el corazón de la humanidad (Salmos 104:15; Eclesiastés 10:19) y quitaba el dolor y la miseria (Proverbios 31:6-7). Israel era “como uvas en el desierto” cuando Dios los encontró (Oseas 9:10), y el remanente que sobrevivió al Exilio es comparado a un racimo de uvas (Isaías 65:8). Finalmente, la abundancia de la vid simbolizaba la era gloriosa que vendría donde el que pisaba las uvas en el lagar, sobrepasaba a aquél que sembraba la semilla (Amós 9:13-15, comparar con Génesis 49:10-12).
Dejemos que el proceso de la poda nos procese para que mayor gozo venga a nuestra vida. El gozo produce fuerza. Dejemos que las ramas sean cortadas de nuestra vida. Permitamos que la angustia y los errores del pasado sean removidos para que lleguemos a ser un dulce, nueva bebida en las manos del Señor.
¿Qué es el vino nuevo?
En aquellos tiempos varias clases de vino eran consumidos por la gente. Estaba el vino nuevo o dulce era probablemente la primera gota de jugo de vino antes que las uvas fueran pisadas en el lagar. Algunos intérpretes argumentaban diciendo que el vino nuevo era sin fermentar. Otros textos hablaban de sus efectos tóxicos (Oseas 4:11; Hechos 2:13).
En un clima caliente, antes de la invención de la refrigeración, no era posible mantener el vino muchos meses después de la cosecha, antes de que comenzara a fermentarse. El vinagre, tal vez mezclado con aceite, era una bebida común de los jornaleros (Rut 2:14; Lucas 23:36). El vino era considerado un artículo de lujo el cual podría alegrar el corazón (Salmos 104:150) o nublar la mente (Isaías 28:7; Oseas 4:11).
Definición del vino nuevo del Espíritu
El Vino Nuevo es la unción de Dios para liberar la vida, el gozo y la bendición de Dios en la vida de Su pueblo.
Un buen cuadro de lo que es la unción del “Vino Nuevo” lo encontramos en Hechos capítulo dos. Cuando el Espíritu descendió sobre los apóstoles, soltó/liberó sobre ellos la vida. Ellos estaban avasallados por el desbordante gozo de Su presencia, por eso la gente decía que estaban borrachos. La muchedumbre pensó que estaban llenos con un vino nuevo, pero ellos estaban realmente llenos del Vino Nuevo del Espíritu.
¡Dios quiere que todos seamos llenos con su Vino Nuevo para caminar en plenitud de gozo, con un espíritu vigoroso y lleno de vida!
Cuando Dios suelta, derrama o libera su Vino Nuevo, el primer paso puede sorprendernos. ¡Dios anhela bendecir!
La abundancia de vides y viñedos eran vistos como una expresión del favor de Dios. En la Biblia, la plenitud de las bendiciones de Dios se describía como “grano, vino nuevo y aceite” (Jeremías 31:12). El Salmo 104:15 nos habla que el vino alegra el corazón, el aceite hace brillar el rostro (Gloria) y el pan (grano) nos da la fuerza. Esto es lo que Dios desea para cada uno de nosotros. Dios quiere que tengamos fuerza para permanecer contra el enemigo. Él quiere que brillemos con su Gloria y cumplamos nuestro destino aquí en la tierra. Él también quiere que caminemos en una vida muy abundante aquí en la tierra. Dios quiere que tengamos la plenitud de sus bendiciones en cada etapa de la vida, pero hay etapas cuando él se enfoca en un aspecto particular de su bendición.
Estamos en una etapa en que el Espíritu de Dios quiere derramar una provisión fresca de vino nuevo en su Iglesia.
Los lagares para lo nuevo
Los lagares eran los lugares donde se pisaban las uvas para obtener el jugo. Este era el primer paso para hacer el vino. El vino nuevo no puede ser soltado hasta que las uvas sean fuertemente pisoteadas. La levadura que produce la fermentación crece por fuera de la piel de la uva. El jugo está por dentro. Si la piel de la uva no se rompe, el proceso de fermentación no puede comenzar y la uva se marchitará y se transformará en una pasa de uva, pero cuando las uvas eran pisoteadas, la piel de la uva se rompe. La levadura se mezcla con el jugo y el vino nuevo se forma.
Este es el cuadro de cómo Dios trata con nuestra carne. Cuando Dios nos da una visión, nuestra carne se agarra y trata de hacer con su energía carnal, pero la carne no puede agradar a Dios. Así que Dios tiene que quitar nuestros deseos y ambiciones en el lagar y pisotearnos, hasta que la carne se vaya.
Empuja hacia la nueva visión
Este proceso es llamado “la muerte de una visión”. La muerte de una visión es un proceso de nuestro carácter, que nos lleva al lugar de bendición de Dios. Dios le prometió a Abraham un hijo, pero tuvo que esperar 25 años hasta que Abraham reconociera su propia incapacidad para hacerlo posible. Dios ungió a David para ser rey, pero entonces él permitió ser perseguido por Saúl hasta que David le confió su futuro a Dios. Dios levantó a Moisés para liberar a Israel, pero lo envió primero al desierto hasta que él muriera a sus propias habilidades. Dios permitirá que nuestra visión sea pisoteada. El esperará hasta que muera y entonces él la resucitará con poder sobrenatural. Dios siempre obra a través de la vida, muerte y resurrección.
Si tú estás en una etapa donde pareciera que todas tus esperanzas y sueños estuvieran pisoteados, tengo buenas noticias. ¡La resurrección está llegando! ¡Dios está preparando soltar de Su vino nuevo en tí!
Permite que la paciencia haga su obra perfecta
Si te encuentras en un lagar, es importante que permitas ser pisoteado para cumplir todo el proceso. Si resistimos el pisoteo, el vino nuevo no puede fluir. Si rehusamos morir a nuestros propios deseos y ambiciones, lo que venga no será el vino nuevo, sino el vino viejo.
Cuando vemos nuestra esperanza y ambiciones frustradas, empezamos a murmurar y quejarnos: – No sé porque esto está pasando, Dios, ¿no es esto lo que tú me habías prometido? – El vino viejo está lleno de frustración, amargura y enojo. Ellos nunca pueden traer los resultados que Dios quiere.
Si Dios te ha puesto en el lagar para ser pisoteado, es porque él espera hacer un cambio en ti. ¡Él te quiere cambiar… de la ambición a la sumisión; de intentar a confiar; de nuestros viejos planes, patrones de pensamiento e ideas a caminar por fe; de nuestra actitud “yo puedo hacerlo” a Dios, tú lo harás!
De este proceso de cambio fluye el vino nuevo del Espíritu. Si te encuentras en el lagar, es importante que no vuelvas a lo viejo y lo familiar. Muere a tu habilidad de que “tú puedes”. Declara por fe la palabra de Dios. Confía completamente en Dios para hacer todo lo que él ha prometido.
Vigila tu viña
Las paredes de piedra y los cercos protectores eran generalmente edificados alrededor de la viña para proteger las uvas de los animales sedientos y de los ladrones (Cantar de los cantares 2:15; Jeremías 49:9). Los atalayas o torres de vigilancia eran edificados para proveer protección. El talado de un lagar o tanque/tina completaban la instalación (Isaías 5:2) Durante el tiempo de cosecha, el dueño de la viña vivía en una casilla, para estar cerca del valioso cultivo (Isaías 1:8). La cosecha de las uvas se hacía en Agosto o Setiembre. Vigila ahora tu viña, para que veas el fruto completo de lo nuevo que viene en este tiempo.