Por Ritchie Pugliese
Una de las preguntas que surge referido al mover y accionar del Espíritu Santo en nuestro medio es si todo lo que Dios hace siempre debe ser espectacular.
Por muchos lados pareciera existir una desmedido énfasis por el despliegue espectacular de la presencia de Dios, generalmente con el propósito de atraer a más personas, crear la idea de que en esos lugares “Dios se mueve más” que en otros lados, o directamente para exaltar y promocionar el nombre o ministerio de una persona. ¿Acaso este es el propósito por el cual Dios anhela demostrar su sobrenaturalidad?
Para ser sinceros, a todos en mayor o menor grado nos llama la atención y atrae lo sobrenatural y espectacular, pero… ¿Qué dice la Biblia? ¿La sobrenaturalidad de Dios es siempre espectacular?
Para comenzar y poner buenos fundamentos debemos decir ante todo que el obrar de Dios siempre tiene un propósito que va mucho más allá de lo espectacular. ¡Dios es por sobre todo sobrenatural porque es Dios! La “normalidad” de Dios es su sobrenaturalidad.
La sobrenaturalidad la vemos manifestada en la vida de Jesús donde cada despliegue de su gracia y poder tenían un propósito especial que iba mucho más allá de demostrar “algo” sobrenatural. Su propósito central era glorificar y exaltar al Padre Celestial. En Juan 5:36 leemos: “las obras que el padre me dio para que cumpliese…” Jesús hacía lo que el Padre Celestial le decía. Jesús no era la fuente sino un canal del despliegue glorioso de Dios.
En Jesús no existía ninguna ambición o motivación personal, ni anhelos escondidos para aprovecharse del mover de Dios y promocionarse a sí mismo como “el más ungido”. Las obras de Jesús, sus milagros, eran sobrenaturales y a la vez espectaculares pero él nunca se aprovechó de eso. Él estaba bien enfocado en lo que Dios lo había llamado.
Jesús hacía la obra del Padre sin el “espíritu marketinero” en el cual muchos ministerios se mueven dentro de la iglesia hoy. El señor pudo haber sacado provecho para promocionarse y exaltarse a sí mismo pero no lo hizo pues él sabía que la fuente de todo obrar era Dios y no él. La gloria siempre sería para otro (Dios) y nunca para él.
Esta santa actitud de Jesús difiere mucho de lo que se ve a nuestro alrededor donde muchas veces se percibe una carrera desmedida en busca de fama y reconocimiento, y en muchos casos utilizando aún el mismo obrar espectacular de Dios como uno de los medios para lograr tal fin.
Si nos descuidamos y perdemos la perspectiva de lo que es servir al Señor podemos caer en cualquier otra cosa menos en glorificar y honrar a Dios. Es evidente que podemos utilizar lo espectacular para buscar lo de uno propio y no lo que es de Cristo Jesús como dice Filipenses 2:11. ¡Cuidado con esto!
Volviendo a nuestro tema central sobre si todo obrar de Dios es espectacular, debemos saber que el Espíritu Santo obra cómo quiere, dónde quiere y de la manera que él prefiere (Juan 3:8). En el Reino del Espíritu no se puede “decirle” a Dios como debería manifestarse. Él es soberano.
Una buena pregunta para hacernos sería: ¿Estamos dispuestos a dejar que Dios se mueva con su absoluta libertad aunque lo que se vea sea no sea espectacular?
¿Dios se mueve siempre de una manera espectacular?
Antes que saquemos nuestras propias conclusiones por los ejemplos que veremos de la Palabra de Dios sobre el mover de Dios sobrenatural y espectacular, necesitamos definir algo central: ¿Realmente queremos que Dios se mueva en nuestro medio cómo él quiere y de la manera que a él más le agrade, sea o no sea espectacular?
Menciono esto porque en la Iglesia encontramos dos vertientes: Una es de aquellos que anhelan que Dios se mueva como él quiera y otros esperan que Dios se mueva como ellos quieren. ¿De cuál lado estamos?
Nuestra motivación y anhelo principal siempre debería ser que Dios se mueva con libertad y que lo haga como él quiera, sea en forma espectacular o de otra manera “menos ruidosa” y aún silenciosa. La pregunta es: ¿Estamos dispuestos y disponibles para que esto suceda en nuestro medio?
Creo que hoy lamentablemente nos hemos conformado más con el ruido que con el accionar del Espíritu Santo en nuestro medio, por eso es bueno ponerle fundamentos firmes y estables a nuestro anhelo de que Dios se mueva en nuestro medio, y creo que ese fundamento firme y estable es que por cierto Dios se mueva con absoluta libertad y sin reservas pero a la vez que lo haga como él quiera, sea en forma espectacular o de otra manera.
Cuando pretendemos que Dios se mueva siempre espectacularmente, estamos limitando a Dios; y cuando pretendemos que Dios se mueva tranquilamente también estamos limitándolo, porque el Espíritu sopla cómo quiere.
Veamos algunos casos de la Palabra de Dios para entender cómo Dios se mueve entre nosotros:
1. El caso de Ananías y Safira (Hechos 5:1-11)
Aquí nos encontramos en una reunión pública donde el Espíritu Santo pone en evidencia la falsedad y la máscara religiosa de dos de sus miembros. ¿Se imagina ser parte de una reunión donde por resultado del obrar de Dios, dos personas salen muertas?
Por lo que leemos aquí el obrar de Dios fue no solo sobrenatural sino espectacular para toda la gente.
2. El caso del cojo sanado a la puerta del templo (Hechos 3:1-10)
Nos encontramos aquí en el frente del templo, en la calle a un hombre cojo pidiendo limosna como era su costumbre. Ya conocemos el relato de cómo el poder de Dios intervino utilizando a Pedro de tal manera que este hombre se levantó sano y empezó a correr gozoso y feliz dando gloria a Dios por lo sucedido.
Por lo que leemos, aquí el obrar de Dios fue no solo sobrenatural sino también ruidoso y espectacular.
3. El caso de la sanidad de Eneas (Hechos 9:32-35)
Esta sanidad, si leemos bien el pasaje dio lugar a que se convirtieran dos ciudades enteras (v.35). La ministración de la sanidad fue privada en la casa, pero el testimonio de Eneas caminando fue de impacto público. Aquí la espectacularidad del milagro dio lugar a conversiones masivas. ¿Se hubieran convertido dos ciudades enteras sin el impacto espectacular de una sanidad sobrenatural?
4. El derramamiento del Espíritu Santo en Hechos 2
Este evento histórico es considerado como el comienzo de la Era del Espíritu para la Iglesia. ¿Cómo fue este suceso? Primero vino un viento recio sobre los ciento veinte, luego la evidencia de llamas de fuego y luego el griterío del hablar en lenguas que la gente de alrededor escuchó. ¿Cómo fue este suceso? Por cierto sobrenatural pero también espectacular.
5. La sanidad del paralítico de Betesda (Juan 5:1-18)
El relato dice que Jesús se encontraba en medio de una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos (v.3) y allí en medio de ese campo de enfermedad Jesús manifestó el poder de Dios para sanar. Esta sanidad no solo fue sobrenatural y espectacular sino que armó un alboroto en la ciudad.
6. El hombre que se congregaba en la sinagoga y tenía un espíritu inmundo (Lucas 4:31-37)
Este suceso puede romper nuestra “teología” pues la sinagoga era un lugar donde iba la gente que deseaba conocer más a Dios y en ese lugar había un endemoniado, el cual fue liberado por el poder de Jesucristo. Lo sucedido causó un gran revuelo pues fue un suceso sobrenatural y espectacular a la vez.
7. La resurrección de Lázaro (Juan 11)
Aquí nos encontramos con el relato de la resurrección de Lázaro, luego de estar varios días muerto y puesto en el sepulcro. Ante la palabra de autoridad de Jesús el poder de su resurrección impactó la vida del fallecido Lázaro y ante la mirada atónita de la gente apareció vivo. Aquí el obrar de Dios fue sobrenatural y espectacular también.
Existen algunos eventos donde el despliegue espectacular del poder de Dios se hizo en forma privada, pero igualmente el impacto social posterior fue grande.
El caso del profeta Eliseo en 2 Reyes 4:18-37, que cuando le informan que el niño de la mujer sunamita había muerto (v.20), va a la casa de la mujer y luego de estar con su criado y la madre del niño, el profeta decide cerrar la puerta para quedarse solo con el niño y resucitarlo con la autoridad de Dios (vv.33-35).
Otro evento fue durante el ministerio del Señor, en Marcos 5:21 al 43 cuando un principal vino a buscar a Jesús debido a que su hija estaba muerta. Cuando Jesús llegó al lugar el ambiente era de funeral y lamento. Fue allí donde el v. 40 dice que la gente fue echada fuera del lugar para posteriormente el Señor resucitar a la niña. Una vez más el suceso fue espectacular realizado en lo privado pero seguramente de gran impacto social.
Podríamos seguir mencionando más sucesos en la Biblia donde el despliegue de Dios se manifestó en forma espectacular, como ser la pesca milagrosa de Lucas 5; la alimentación de los cinco mil en Lucas 9:1-17 así como cuando Elías hizo caer fuego del cielo para demostrar públicamente el poder de Dios en 1 Reyes 18:1-40, entre tantos otros.
Por lo que vemos en cada suceso siempre el despliegue sobrenatural y espectacular de Dios fue con el propósito de demostrar su poder y autoridad, mostrar al mundo que no hay otro Dios como nuestro Señor.
Conclusiones finales
En el mundo incrédulo que vivimos, la demostración del poder sobrenatural y espectacular de Dios puede colaborar para que muchos crean y se convenzan de que nuestro Dios es el único capaz de hacer maravillas. La sobrenaturalidad espectacular puede ser utilizada por el Señor para que muchos puedan arrepentirse y venir a sus pies; la sobrenaturalidad espectacular del Señor manifestada a través de canales santos y limpios puede resultar en un gran revuelo social y de impacto evangelístico sin precedentes.
Decidamos ser canales donde Dios pueda fluir con libertad, a Su manera. Dejemos que él decida si va a ser espectacular o de otra manera. En definitivas lo más importante es que la presencia viva y activa de Dios se mueva entre nosotros y haga lo que él quiera, cómo quiera y dónde quiera. ¿No le parece?