Por Ritchie Pugliese
La Biblia en 1 Pedro 5:8 nos da una palabra de alerta y atención: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
¡La Palabra de Dios dice que si nos descuidamos, a pesar de ser creyentes en Cristo, podemos ser devorados! ¿Lo sabía?
Este devorador siempre anda dando vueltas alrededor de los creyentes en Cristo. Es el enemigo destructor de nuestras almas y su nombre es el diablo.
¿Qué es lo que pretende devorar de nosotros el diablo?
1. Nuestra salud
Todos sabemos que sin salud y en enfermedad estamos debilitados, impedidos y detenidos de hacer una vida activa normal.
2. Nuestra economía
Los problemas económicos sin aparente solución son una de las causas principales de las discusiones y divisiones en el matrimonio y familia.
3. Nuestro matrimonio y familia
Las presiones y la velocidad de la vida diaria cada vez nos alejan más de nuestros seres queridos para tener tiempo de calidad, planificar una salida con ellos.
4. Nuestros proyectos-emprendimientos
La concreción de planes, proyectos, nuevos emprendimientos nos dan nueva motivación para enfrentar el futuro, la no concreción o cancelación de ellos produce frustración.
5. Nuestro ministerio/servicio a Dios
El devorador utiliza la mentira, la calumnia, el desprestigio y la acusación falsa para neutralizar y eliminar la buena reputación de los siervos santos de Dios, sumado a las peleas y divisiones religiosas. Todo eso lo hace para que no podamos servir a Dios con el poder del Espíritu Santo.
¡El enemigo puede devorar todo esto de nuestras vidas si nos quedamos pasivos! ¿Qué hacer?
Es necesario actuar. Efesios 6:10 nos dice que estemos firmes ante el devorador. ¿Cómo hacerlo? Con estos cuatro pasos importantes:
A. Protección: Vístete de la armadura espiritual que tenemos en Cristo (Efesios 6:10).
B. Oración: No te canses ni dejes de orar en favor de tu salud, economía, los tuyos, los proyectos y el ministerio para que la bendición de Dios te alcance diariamente (Lucas 18:1).
C. Adoración: Desarrolla intimidad a solas con el Señor para recibir aliento, guía, dirección (Salmo 91:1).
D. Unción: Utiliza la autoridad espiritual que tienes en Cristo. Toma autoridad sobre toda fuerza del mal para que se mantenga alejada de tu salud, economía, matrimonio-familia, nuevos proyectos y ministerio. La unción del Espíritu puede quebrar todo yugo destructor del enemigo. (Isaías 10:27).
No importa que el devorador esté dando vueltas a nuestro alrededor. ¡Si estamos en Cristo alertas, y precticamos estos cuatro pasos, viviremos confiados y nada tendremos que temer!