Por Ritchie Pugliese
La Palabra de Dios enseña que la vida cristiana normal es una vida victoriosa y vencedora en Cristo:
Romanos 8:37 dice:
“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó.”
1 Corintios 15:57 dice:
“Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
2 Corintios 2:14 dice:
“Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús.”
A simple vista en estos tres pasajes aparecen tres palabras que parecen iguales (vencedores, victoria y triunfo), pero en realidad existe una diferencia sustancial. Según el diccionario estas palabras pueden significar lo mismo pero no es así en el lenguaje espiritual de la Palabra de Dios. Estas tres palabras, más bien, nos enseñan una secuencia espiritual diseñada por Dios para todos sus hijos.
El pasaje de Romanos 8:37 menciona la palabra “vencedor” cuando en realidad la palabra correcta en el original es “conquistador”. O sea que lo que el pasaje dice es que somos más que conquistadores por medio de Cristo.
Un conquistador es aquél que se apodera de un territorio por medio de la lucha. No existe conquista sin lucha y en el mundo espiritual, nadie se transforma en conquistador sin enfrentar y triunfar sobre las batallas de la vida.
Para poder nosotros llegar al nivel de triunfo en Cristo, necesitamos primero darnos cuenta que debemos conquistar el terreno del enemigo y ganar la batalla. Recién allí podemos decir que somos triunfadores en Cristo.
Una cosa es ganar una batalla y otra ser un triunfador. Un boxeador puede estar ganando todos los rounds, pero si en el último segundo de la pelea el contrincante le da un golpe knock-out habrá perdido toda la pelea y no será el triunfador.
No se puede llegar a ser un triunfador en Cristo sin primero darnos cuenta que hemos sido llamados a ser conquistadores que enfrenten al enemigo y lo derroten en el nombre del Señor. Dios nos ha diseñado y capacitado para ser creyentes conquistadores, pero esto no es algo que se logra de un día para el otro, por eso necesitamos entender cómo llegar a ser conquistadores en Cristo Jesús.
Para poder entender lo que significa ser un conquistador triunfador, debemos mirar el relato del Pueblo de Dios de la antigüedad, cuando fueron liberados de Egipto y Faraón por el Señor y enviados a la tierra prometida.
En Éxodo 12:40-41 leemos que el pueblo de Dios estuvo esclavizado bajo las garras de los egipcios por 430 años. ¡Demasiado tiempo! Lo increíble del relato es que Dios, aun cuando estaban cautivos, les habló de llevarlos a la tierra prometida (Ex. 12:25). Luego de liberarlos, los llevó por el desierto y también les recordó la promesa de que iban rumbo a poseer la tierra prometida.
En Deuteronomio 7:1-2 les dijo: “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y hayas echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo, y al jebuseo, siete naciones mayores, y más poderosas que tú, y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado…”
El Señor le habló a Su pueblo y les dijo que los llevaría a la tierra prometida que Él les había dado para conquistarla, y además agregó, que deberían especialmente derrotar a éstas siete naciones.
Para que usted pueda entender lo que estamos hablando, acerca de conquistar, Dios quería que Su pueblo tomara posesión de la tierra, pero había algo en ellos que les impediría hacerlo: La mentalidad de esclavo.
Debido a tantos años en esclavitud, rodeados de un ambiente negativo, ellos habían desarrollado una imagen mental y pensamiento de todo lo relacionado con la esclavitud… y Dios sabía que ninguna persona con una mentalidad semejante puede ser un conquistador. Por eso es que los llevó al desierto para renovar su mentalidad.
¿Cómo es la mentalidad de esclavo?Ella tiene tres características principales:
1. Éxodo 15:24, 16:2,7, 8 Murmuración y queja
2. Éxodo 17:3 Mirar a Egipto o mirar hacia atrás
3. No poder mirar hacia el futuro creyendo que será mejor
Hágase una imagen mental por un instante del pueblo de Dios en la esclavitud: Trabajo pesado todo el día, agotamiento, cansancio sin poder reposar lo suficiente, calor abrasador, castigos físicos, etc. Seguramente mientras trabajaban bajo castigo y opresión aprendieron a murmurar o hablar entre dientes para que la guardia no los escuchara – Ay, si pudiera como mataría a este egipcio que me está pegando –; – nunca se va a terminar este castigo- etc. No tenían la libertad de expresión y se “educaron” a hablar de esa manera.
Lamentablemente muchos que se dicen creyentes en Cristo todavía tienen la mentalidad de esclavo que tenían cuando vivían en el “Egipto” espiritual. Son creyentes murmuradores, que se quejan de todo, que aún hasta desearían volver a atrás de los caminos de Dios. Ellos nunca pueden ver un futuro mejor.
Dios quería cambiar esa mentalidad derrotista de Su pueblo por una conquistadora y triunfante, Dios quería impartir en ellos la nueva realidad que tenían: La de ser hijos de la promesa y que llegarían al destino trazado por Dios
El caminar por el desierto fue el lapso de tiempo o proceso en el cual Dios los llevó para cambiar su imagen mental de esclavitud. Dios quiere hacer lo mismo con nuestras vidas. ¿Acaso todavía tenemos, a pesar de ser creyentes por años en Cristo, la mentalidad de esclavo? ¿O ya hemos renovado la mente para tener la mentalidad de hijos de la promesa, conquistadores y creer con fe que lo que viene será mejor?
A lo largo del desierto, el pueblo lentamente salió de esa mentalidad de esclavitud pero aprendió otra clase de mentalidad: La mentalidad de la asistencia social o el pensar que en la vida cristiana todo es gratis, fácil y sin esfuerzo. Cada vez que surgía un problema, ellos ponían el grito en el cielo para que se les diera lo que pedían.
En Éxodo 15:22-25 leemos que Dios les cambio las aguas amargas en agua potable para que bebieran; en Éxodo 16:12 cuando tuvieron hambre, les dio maná del cielo y codornices; en Éxodo 17:1-7 nuevamente les dio agua de la roca.
Si usted lee los relatos mencionados verá que ellos tenían esa mentalidad o actitud de que la vida tendría que ser fácil, sin problemas, y que tenían que tener todo lo que querían ni bien lo pidieran.
Para ser conquistadores, dijimos anteriormente que se hacía necesario enfrentar enemigos y que habría que luchar para vencerlos. Con la mentalidad de “asistencia social o que todo va a ser gratis, sin sacrificios” nunca podremos conquistar la tierra de bendiciones que Dios nos ha dado, sino que sucumbiremos ante los enemigos. ¿Somos todavía esa clase de creyentes que pensamos que la vida cristiana es todo gratis, sin esfuerzo y sacrificio?
Muchas veces confundimos la Gracia con “gratis”. El precio de la Gracia fue alto para Jesucristo, a fin de que recibamos su Salvación por Su misericordia, pero para poder conquistar nuestro terreno de bendiciones se hace necesario levantarnos en fe, renovar la mente y apropiarnos de la mentalidad de un conquistador.
Pretender entrar a “nuestra tierra prometida” sin pensar que tendremos que conquistar batallando nos impedirá recibir todo lo que Dios nos ha prometido.
En la tierra prometida, ya no estaría más el maná gratis, el agua gratis, etc, ahora ellos tendrían que pelear para obtener lo que les correspondía, paso a paso. En Josué 5:10-12 leemos que cuando entraron a la tierra prometida le “mana cesó”. Ellos entraron en otra etapa espiritual y debían estar preparados para semejante cambio.
Dios quería enseñarles a su pueblo ayer, lo mismo que a nosotros hoy: que las cosas buenas e importantes de la vida no son gratis, sino que hay un alto costo o precio que se debe pagar primero.
En la tierra prometida estaban cada una y todas las bendiciones que les correspondían por ser herederos de Dios, pero ellos iban a tener que tomarlas y protegerlas a cualquier precio. ¿Por qué? Porque en la tierra prometida, junto con las bendiciones están las batallas.
Dios les advirtió que para poder conquistar su territorio debían vencer principalmente a siete naciones (Deut. 7:1-2). En realidad había muchas más naciones pero el Señor les ordenó que vencieran especialmente a estas siete naciones.
Cada una de ellas tienen un significado espiritual para nosotros hoy, que nos ayudarán a darnos cuenta porque debemos vencerlas primero si deseamos tomar todo el botín de bendiciones que Dios nos ha preparado.
Veremos a continuación los 7 enemigos a vencer para conquistar la tierra de bendiciones que el Señor nos ha dado:
1. HETEOS
Significa: Espíritu de temor
Para poder conquistar tenemos que aprender a vencer al temor. Los temores nos hacen ver siempre a los problemas más grandes que a Dios. Romanos 8:15 nos anima diciendo:
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud, para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”
2 Timoteo 1:7 dice también:
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía; sino de poder…”
2. GERGESEO
Significa: El que retrocede
Dios es un Dios conquistador, que nunca se rinde ni vuelve atrás. Dios es un Dios que siempre apuesta al futuro, a lo que esta hacia delante, más que mirar atrás. En Lucas 9:62 leemos: “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”
Hebreos 10:38 dice también: “Mas el justo vivirá por fe, y si retrocediere, no agradará mi alma.”
3. AMORREO
Significa: Espíritu de Babel o mala comunicación
Todos conocemos lo que sucedió en la torre de Babel donde las lenguas se confundieron (Gen.11) y todos se esparcieron. Muchas veces nuestro lenguaje negativo, pesimista, destructor no sólo nos afecta a nosotros sino también en nuestras relaciones familiares, la iglesia, el trabajo, los vecinos, etc. Tenemos que aprender a utilizar las palabras a nuestro favor, no en contra nuestra. Alguien dijo con razón que el creyente puede tener lo que dice; el problema es que ellos siguen diciendo lo que tienen”. Si estamos todo el día hablando palabras negativas, quejosas que apagan la fe, o hablando descuidadamente cuando deberíamos permanecer callados, no podremos levantarnos como conquistadores.
Algunas citas bíblicas para recordar:
Proverbios 18:21 la vida y la muerte están en poder de lo que decimos.
Proverbios 17:28 Tenemos que saber cuándo hablar y cuando callar.
Proverbios 15:4 Nuestro lenguaje bendice o quebranta a otros.
Proverbios 18:8 Las palabras chismosas son como un puñal que penetra y lastima
Proverbios 17:20 Revolver con la lengua, hablar lo que no corresponde, fuera de tiempo.
4. CANANEO
Significa: Espíritu de orgullo/apariencia orgullosa
Proverbios 16:18 dice: “Antes de la caída, la altivez de espíritu…”
Proverbios 21:4 dice: “altivez, orgullo, son pecado…”
Isaías 2:17 dice también: “La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.”
En el mundo espiritual no podremos llegar muy lejos a menos que aprendamos que la senda aprobada por Dios la atraviesan los que caminan con un corazón y espíritu humilde (Isaías 57:15).
5. FEREZEO
Significa: Espíritu de indecisión o duda
Josué 24:15 “Yo y mi casa serviremos a Jehová”
La mentalidad del conquistador es aquella que es firme y decidida, que no se conforma con menos que triunfar para la Gloria de Cristo. Esto implica la firme decisión de pagar el precio que sea con tal de ser considerado un conquistador y glorificar el Nombre de Dios. Implica también el decidir caminar con fe viendo lo invisible cuando naturalmente nada positivo se ve.
6. HEVEO
Significa: Adorador de ídolos
Un ídolo es el intento del hombre por hacer una imagen de Dios. Implica reemplazar al Dios verdadero e invisible por algo al alcance de la mano y visible. Muchos de nosotros no tenemos ya ídolos de madera, cera, pero tenemos ídolos en nuestro corazón. Sería bueno preguntarnos; ¿Hacia dónde está enfocada mi vida, hacia Dios o hacia otras cosas? ¿Mi trabajo me quita la atención de Dios? ¿Soy un buscador de cosas materiales más que de las espirituales? ¿Cuántas horas paso mirando la computadora, TV, etc? Donde más invirtamos horas, es allí donde estaremos más prestando atención y adorando; a lo que le prestemos más atención influenciara nuestra vida (para bien o para mal).
7. JEBUSEO
Significa: Vocabulario contaminado
Este punto es similar al #3 (Amorreo). Esta repetición nos lleva a darnos cuenta que la mayoría de nuestros errores, pecados y fallas vienen más por lo que decimos que por lo que hacemos.
Brevemente hemos detallado los enemigos que tuvieron que vencer los integrantes del Pueblo de Dios en la antigüedad. De la misma manera hoy Dios está levantando una generación de hombres y mujeres, con el Espíritu (Santo) de Josué y Caleb, que no sólo se conformarán con una simple victoria, sino que se levantarán como verdaderos conquistadores de Dios en un nivel constante de victoria. ¿Quiere ser usted uno de ellos? Entonces, no dude más ¡Hoy es el día para empezar en el Nombre del Señor!