Recopilado por Ritchie Pugliese
La mayoría de los que estamos en el camino del Señor sabemos o hemos escuchado, en mayor o menor grado, acerca de la palabra “Pentecostés”.
En el Antiguo Testamento leemos acerca de la fiesta de Pentecostés y en el Nuevo Testamento leemos que en el día de celebración de la fiesta de Pentecostés, Dios derramó de Su Espíritu Santo (Hechos 2) dando lugar a lo que se conoce como “La era del Espíritu Santo” o la “fundación espiritual de la Iglesia de Cristo”.
Estos eventos, cuando los miramos en forma global y a la luz del Nuevo Testamento, nos revelan algo unitario, que es espiritual, profético, y a la vez actual de lo que Dios quiere hacer en este tiempo dónde como Iglesia celebramos el día de Pentecostés.
Como mencioné recién, Pentecostés no comenzó en Hechos 2. Esta fiesta o celebración se detalla en Levítico 23:15-16; Números 28:26-31 y Deuteronomio 16:9-12. La Palabra “Pentecostés” es una palabra griega que significa “cincuenta días”, porque se celebraba cincuenta días después de la Pascua. En Hebreo esta palabra es “Shavuot” y significa “la fiesta de las semanas”
Para entender lo que Dios nos quiere decir en este tiempo se hace necesario saber que existen tres bendiciones en la celebración de Pentecostés. Cada una de ellas representa una expresión de la total bendición de Dios. Cada bendición le abre la puerta a la siguiente para experimentar lo que Dios quiere darnos en este tiempo.
LAS TRES BENDICIONES DE PENTECOSTÉS
PRIMERA BENDICIÓN: Pentecostés celebra la liberación de la provisión de Dios
Los agricultores trabajaban mucho semana tras semana para preparar el suelo y plantar las semillas con la esperanza de recibir una abundante cosecha… pero el solo hacer eso de haber trabajado no les garantizaba que la semilla diera fruto. Si el Señor no abría los cielos y derramaba Su Favor, la cosecha de trigo no se produciría.
Por eso ellos, en un acto de fe, tomaban la primera gavilla o los primeros granos y lo traían al Señor como una ofrenda de agradecimiento por su provisión. Era un acto de ofrendar con alabanza. Esto lo hacían antes de obtener la cosecha, cuando apenas había salido el primer fruto creyendo que si Dios fue fiel para darle las primicias, sería fiel también para darles una gran y buena cosecha.
Entonces, la primera bendición de Pentecostés es venir ante el Señor con un corazón agradecido, y con fe, por la provisión abundante que viene. Ese acto de fe, se demuestra trayéndole al Señor una ofrenda figurativa y acciones de alabanza.
¡Pentecostés es un tiempo de provisión sobrenatural de Dios!
Hacer esto garantizaba avanzar hacia la segunda bendición de Pentecostés…
SEGUNDA BENDICIÓN: Pentecostés celebra también la revelación sobrenatural de Dios
Quizás no todos sepan que cuando Dios se reveló a Su pueblo en el Monte Sinaí para darles los mandamientos (Éxodo 20), fue en el tiempo de Pentecostés.
Allí Dios le dio a Moisés lo que nosotros conocemos como “la Ley” pero en hebreo en realidad la palabra “Torá” significa: “Las enseñanzas de Dios”. Estas enseñanzas revelaban el amor y la voluntad de Dios y su carácter más que decirles “hagan esto o no hagan lo otro” como un juez malo y castigador. A través de la Torá ellos le conocerían como un buen Dios que les amaba y cuidaba. En Pentecostés Dios les reveló su corazón.
La segunda bendición de Pentecostés es venir ante el Señor con un nuevo deseo de conocer más de Su Palabra (por medio del estudio, lectura y meditación diaria) para obtener revelación de Quién es el Señor al que servimos. Cuanto más conozcamos de Su Palabra, más nuestra fe crecerá en él.
¡Pentecostés es un tiempo de revelación sobrenatural de Dios!
Hacer esto nos abrirá la puerta a la tercera bendición de Pentecostés…
TERCERA BENDICIÓN: Pentecostés celebra el derramamiento del Poder del Espíritu Santo (Hechos 2) y nos abre la puerta a vivir en una dimensión de autoridad espiritual como lo hizo la Iglesia Primitiva
La tercera bendición de Pentecostés es recibir más de la presencia del Espíritu Santo para vivir una vida sobrenatural en Cristo y de autoridad espiritual en Dios. Es la oportunidad para experimentar los ríos de Agua Viva que vienen de la presencia de Dios. Es un tiempo de renovación, refrescamiento y equipamiento espiritual para hacer todo lo que él nos ha encomendado.
¡Pentecostés es un tiempo de unción sobrenatural de Dios!
¿Puede ver la secuencia de estas tres bendiciones? ¡Dios las ha designado para nosotros, su pueblo!
En este tiempo que como Iglesia celebramos el día de Pentecostés, tengamos en cuenta todo lo que significa, abarca e implica la celebración de Pentecostés. ¡Dios quiere regalarnos estas tres bendiciones y no quiere que las perdamos! ¡Recibe estas tres bendiciones hoy!