LAS MALDICIONES: CÓMO DETECTARLAS Y CANCELARLAS – Parte 1 –

Recopilado por Ritchie Pugliese

Trasfondo histórico para entender cómo operan las maldiciones

Según el calendario profético de Dios para su pueblo, mes de AV (fin de Julio y Agosto), era considerado como un tiempo de situaciones desesperadas y/o tiempos de apuros. Los judíos asociaban al mes de AV también con la maldición.

En la historia del pueblo hebreo vemos que en ese lapso de tiempo ellos hicieron algo que le dio lugar al enemigo para entrar y poner una maldición en el pueblo. Las maldiciones siempre comienzan a operar por alguna causa previa. Leemos en Proverbios 26:2 “Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.”

Si leemos la historia del pueblo hebreo veremos que en el día 9 del mes de AV sucedieron diversas tragedias, como ser:

En el 587 a. C  los ejércitos babilónicos destruyeron el templo de Salomón.

En el 70 d.C. el ejército romano destrozó el segundo templo.

En el 135 d.C. fue el día de la derrota final de los judíos en manos de Roma. Jerusalén fue destruida.

En el 1095 d.C. fue la primera Cruzada donde miles de personas (incluso judíos) fueron asesinadas.

En 1290 d. C los judíos fueron expulsados de Inglaterra.

En 1492 d. C. los judíos fueron expulsados de España.

En 1942 los judíos fueron deportados del gueto de Varsovia a los campos de la muerte.

En el 2005 Bajo la promesa de una “tierra pacífica” comenzó la expulsión de los judíos de la zona de Gaza.

¡Esto parece obra de la casualidad pero no fue así! Es en realidad un ciclo de destructivo de maldición sobre el pueblo hebreo que jamás fue cortado, quebrado o cancelado.

Para entender bien el ciclo de maldición del día 9 de AV debemos primero y por sobre todo saber que Dios no designó ese día ni ese tiempo para que fuera maldecido. Jamás su plan fue que su pueblo viviera bajo maldición.

El mes de AV jamás fue diseñado por Dios para ser un mes de desastre y angustia.  Dios había diseñado ese mes (como todos los demás) para que fuera un mes de bendición y celebración.

En este punto es probable que usted se esté preguntando: ¿Cómo, cuándo y dónde comenzó a “operar” la maldición del mes de AV en el pueblo hebreo?

Para saber todo esto, tenemos que remontarnos al tiempo del Éxodo, cuando Dios libertó a su pueblo de las garras de Egipto y Faraón.  La Biblia nos dice que Dios los llevó por el desierto con rumbo hacia la tierra prometida. En el camino el Señor les había revelado su Gloria en el Monte Sinaí hasta que en el mes de AV llegaron Cades Barnea, que estaba al borde de la tierra prometida. Canaán, la tierra prometida, estaba ahí nomás, a la puerta… pero algo sucedió…

En Números 13 leemos que Moisés envió doce espías para inspeccionar la tierra prometida y traer un informe para compartir con el pueblo. Al regresar, diez de ellos dijeron que la tierra era buena,  pero resaltaron principalmente un informe negativo, de que había gigantes y que no podrían poseerla (Números 13:25-33). Solo dos (Josué y Caleb) trajeron un reporte de fe confiando en la promesa de Dios.

El resultado del informe negativo de los diez espías originó que un espíritu de duda e incredulidad se derramara entre el pueblo (Números 14:1). La incredulidad hizo que ellos dudaran de la fidelidad de Dios de darles la tierra. En el mes de Av ellos, en vez de escuchar la voz de Dios con fe, decidieron escuchar la voz de la incredulidad. Dios les había abierto la puerta hacia la bendición pero ellos rehusaron atravesarla por su incredulidad y esa puerta se transformó en una puerta hacia la maldición.

La incredulidad fue el pecado de Israel en Cades Barnea, el cual abrió la puerta para la entrada de la maldición. Ese día, el cual Dios lo había creado para que fuera un día de bendición se transformó en un día de maldición, pues ellos cayeron en la incredulidad. Rehusaron mezclar la promesa de Dios con su fe en las palabras del Señor. Ahora el mes de AV se había transformado en un mes de destrucción y luto. Ellos creyeron que el enemigo era demasiado fuerte o más fuerte que el Señor. Rehusaron creer, cayeron en incredulidad y eso abrió la puerta para la entrada de la maldición.

El diablo  anda siempre dando  vueltas como león rugiente buscando a quien devorar y aquí aprovechó la oportunidad para poner su maldición, y desatar su efecto destructor.

En Cades Barnea el pueblo de Dios fue maldecido y el resultado de eso fue que estuvieron dando vueltas por el desierto por cuarenta años, y lo peor de todo fue que ellos nunca se arrepintieron. Así que por este triste episodio ese ciclo maldecido comenzó a operar y se repitió vez tras vez a través de la historia.

Lecciones que podemos aprender del pasado

Aquí hay algo que nosotros podemos aprender hoy: Si no nos arrepentimos, la puerta permanecerá abierta hacia la maldición. ¿Cómo sabemos que el pueblo hebreo no se arrepintió? Cuando llego el tiempo, Dios envió a Jesucristo el Mesías y ellos otra vez, a pesar de tener las promesas de Dios, no la fusionaron con su fe sino que con su incredulidad rechazaron al Mesías de Dios. Repitieron en esencia lo mismo que sucedió en Cades Barnea.

De lo sucedido con el pueblo de Dios de la antigüedad, nosotros los creyentes en Cristo  hoy podemos aprender algunas lecciones importantes sobre las maldiciones. Ya sea que estemos o no proféticamente hablando en el mes de AV, si nosotros estamos dispuestos a arrepentirnos podemos cerrar la puerta y cancelar toda maldición que quiera infectar nuestras vidas.

Dios tiene un precioso plan para redimirnos de la maldición y transformarlo en un tiempo de bendición y celebración

Existen muchos buenos creyentes que batallan contra las maldiciones. Pareciera que existiera una puerta abierta donde el enemigo hace de las suyas contra ellos. A pesar de las promesas de Dios pareciera que ellas no funcionaran para ellos y les hace ir de problema en problema. ¿Le suena familiar esta secuencia?

Evidencias de la existencia de una maldición

Veremos a continuación algunas evidencias de la operación de alguna maldición sobre una vida:

•             Enfermedades todo el tiempo y que no pueden ser curadas.

•             Escasez financiera prolongada.

•             Continuos problemas emocionales y mentales (confusión y depresión especialmente)

•             Esterilidad y problemas reproductivos

•             Destrucción del matrimonio

•             Problemas familiares, peleas de padres contra los hijos o hijos contra los padres

•             Tendencia  o “predisposición” a ser víctima de accidentes

•             Historia familiar de suicidio y muerte prematura

Todas estas son señales de que el diablo ha abierto alguna puerta en nuestras vidas y sembrado maldición.

Ahora bien,  ¿Cuáles son las causas por las que viene una maldición? ¿Qué es lo que trae una maldición?

Para comenzar, podemos decir con toda seguridad que el pecado no confesado y la incredulidad son puertas abiertas para la entrada de alguna maldición, pero además quiero mencionar que existen nueve situaciones específicas que también atraen a una maldición:

1. ANTISEMITISMO (Génesis 12:3) Cualquier forma de racismo pero específicamente el antisemitismo, el odio al pueblo hebreo.

2. ROBARLE A DIOS, no devolverle lo que a él le corresponde (el diezmo le pertenece a Dios y no es una ofrenda voluntaria) (Malaquías 3:8-9)

3. ROBAR O MENTIR A LOS HOMBRES PARA OBTENER BENEFICIO PROPIO (Zacarías 5:1-4) Mentir a la gente para hacer negocios en favor nuestro o acciones deshonestas para obtener beneficios personales.

4. DESHONRAR A LOS PADRES (madre y padre) (Deuteronomio 27:16) No honrar nuestro linaje familiar.

5. PALABRAS OCIOSAS/NEGATIVAS Y MALDECIRSE A UNO MISMO (Salmos 109:17-18) Decir cosas negativas contra uno mismo. Por ej: ¡Esto no funciona para mí! ¡No puedo hacer esto! ¡Siempre estoy enfermo! La confesión de Cades Barnea repetida: ¡El enemigo es demasiado fuerte para vencerlo y moriremos!

6. PALABRAS NEGATIVAS QUE OTROS NOS HAN DICHO (Isaías 54:17). Existen personas que nos calumnian, traicionan, hablan mal de nosotros, nos desacreditan y desean lo peor. Otros directamente nos insultan y degradan con palabras agresivas. Otros consultan a brujos u ocultistas para hacernos “un trabajo” para maldecirnos.

7. QUEBRANTADORES DE PACTOS (2 Samuel 21) Dios envió hambre debido a que Israel quebrantó un pacto contra Dios). Quebrar relaciones de pacto. El matrimonio es un pacto ante Dios y no debería ser quebrado.

8. RELACIONES QUEBRADAS ENTRE GENERACIONES (Malaquías 4:5-6) E: Padres peleados con los hijos (o viceversa) y peleas y divisiones con otros familiares.

9. IDOLATRÍA (Deuteronomio 27:15) Esto incluye la adoración de imágenes como si ellas fueran un dios e incluye el tener alguna cosa en lugar de Dios o a la misma altura que Dios.

¡La Biblia dice que si nos hemos involucrado en algunas de ellas, hemos dejado una puerta abierta al diablo, para el acceso de una maldición!

Cómo quebrar o romper el efecto de una maldición

Lo primero que debemos saber es que Dios tiene la salida. Leemos en Gálatas 3:13-14 “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”

¡Podemos hoy mismo arrepentirnos y cortar las maldiciones en el nombre de Jesucristo!

Una decisión personal

¿Anhelas romper esa maldición que te persigue para que no afecte más su vida?

Te sugerimos seguir los siguientes pasos prácticos:

1. Tienes que decidir cerrar la puerta. Para lograr eso, debemos confesar, arrepentirnos y limpiarnos de todo pecado de acuerdo a 1 Juan 1:9Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Si es un pecado generacional o familiar, humillarnos en nombre de la familia y hacer lo mismo.

2. Necesitamos recibir el perdón de Dios por fe, aunque no lo sintamos inicialmente. El Señor no vino a condenarnos sino a salvarnos (Juan 3:17)

3. Pedirle al Espíritu Santo que comience a actuar en nuestra vida para señalarnos o recordarnos el área que puede estar afectada con alguna maldición.

4. Haz una oración de liberación. Si no sabes cómo hacer la oración, puedes utilizar este modelo: – Padre celestial, te alabo porque gracias a la obra de tu hijo Jesucristo en la cruz del calvario mis maldiciones pueden ser canceladas para que yo pueda hoy gozar de tu plenitud y bendición. En este momento, y en el nombre poderoso de Jesucristo, tomo autoridad para CANCELAR Y QUEBRAR TODA MALDICIÓN que ha afectado mi vida (mencionar el área afectada, por ejemplo, Salud, finanzas). Le ordeno que se retire de mi vida ahora y para siempre en el poderoso nombre de Jesucristo. Me declaro libre gracias a la obra poderosa de Cristo en la cruz del calvario ¡Amén!

5. Alimente diariamente su fe con los principios de la Palabra de Dios, leyendo, meditando y estudiando las Sagradas Escrituras.

6. Camine por el sendero de autoridad espiritual, que es caminar en obediencia, santidad y fidelidad hacia Dios.

¡No te pierdas la segunda parte de este cautivante estudio bíblico. Entra en el enlace de abajo para leerlo:

(Si deseas profundizar más con este tema, te recomendamos el libro “De maldición a la bendición” escrito por Dereck Prince que ha sido de gran inspiración para el pueblo de Dios)

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