LA VICTORIA TOTAL DE JESUCRISTO SOBRE SATANÁS

Recopilado por Ritchie Pugliese

Cuando Jesucristo conquistó y venció a satanás y a todas sus huestes malignas hizo también que esa victoria estuviera disponible para cada uno de los creyentes.

Jesucristo es Señor sobre todos los principados y poderes del infierno. Jesucristo es el hombre más Fuerte que ha vencido.

Satanás en la cruz del calvario perdió su autoridad y ahora Cristo comparte esa victoria con su Iglesia (Lucas 11:20-22; Salmos 19:5; Isaías 53:12) para que ella continúe demostrando la victoria de Jesucristo.

La victoria de Jesucristo consta de tres partes: Durante su vida perfecta, durante su muerte sustituta o en lugar nuestro y durante su resurrección y ascensión a la diestra de Dios el Padre:

a. Durante su vida perfecta

Una de las mayores doctrinas de la fe Cristiana es el hecho de que Jesucristo venció y conquistó a satanás y sus demonios, en dos ámbitos: Por un lado él conquistó a satanás personalmente en las tres tentaciones en el desierto, y a la vez representándonos a nosotros en la cruz del calvario a través de su muerte, resurrección y ascensión a la diestra de Dios el Padre.

Jesucristo fue tentado en el desierto en las tres áreas del ser humano: El espíritu, alma y cuerpo y en tres áreas de pecado: Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y en la vanidad u orgullo de la vida (Mateo 4:1-11; Lucas 4:1-13; 1 Tesalonicenses 5:23; 1 Juan 2:15-16). Como el último Adán y segundo hombre, él fue sometido al ataque de las tentaciones del diablo pero demostró su control y dominio absoluto sobre el enemigo.

El diablo había tentado a Adán en esas mismas áreas (Génesis 3:1-6). El primer Adán, cayó y trajo a toda la humanidad bajo el control satánico y el reino del pecado, la enfermedad y la muerte.

En las tentaciones del desierto el diablo intentó tomar dominio sobre el último Adán, Jesucristo, tentándolo con los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanidad de la vida, pero no pudo.

Jesucristo fue tentado en todo pero no pecó de ninguna manera (Hebreos 2:18; 4:15). Aunque el primer Adán fue derrotado, el Segundo Adán (Jesucristo) fue victorioso. Jesucristo venció por la Palabra de Dios.

Era necesario que Jesucristo triunfara sobre satanás con una victoria que además sería representativa de todos los cristianos. Cristo durante su ministerio terrenal venció al pecado, la enfermedad la muerte y a los demonios.

b. Durante su muerte sustituta o en nuestro lugar

La victoria de Cristo en el desierto fue en representación de sí mismo pero la victoria en la cruz del calvario fue en representación nuestra. Esta victoria comenzó en Getsemaní (Lucas 22:53) y se consumó en la cruz (Colosenses 2:14-15; Juan 12:31; 16:11). En la cruz el destruyó a los principados y poderes del mal, triunfando sobre ellos.

Jesucristo triunfó sobre todos ellos y los exhibió públicamente como enemigos derrotados en la cruz.

Jesucristo derrotó a satanás en cinco ámbitos:

1. Derrotó al diablo, autor del pecado (1 Juan 3:8; 2 Corintios 5:19-21)

2. Derrotó al diablo, autor de la enfermedad (Isaías 53:4; Mateo 8:16-17; 1 Corintios 6:19-20; Hechos 10:38).

3. Derrotó al diablo, autor de la muerte (Hebreos 2:13-14; Apocalipsis 1:18)

4. Derrotó al diablo, gobernador de los reinos de este mundo (Mateo 4:8-10; Apocalipsis 11:15)

5. Derrotó al diablo en el ámbito celestial, sobre los principados y poderes en el cielo y la tierra (Efesios 4:8-10; Filipenses 2:9-11; Efesios 1:19-23)

La victoria del Señor Jesucristo en la cruz lo hizo Señor sobre todo (1 Pedro 3:22). Todas las cosas ahora están bajo sus pies (Efesios 1:22-23).

c. Durante su resurrección y ascensión a la Diestra de Dios el Padre

No solo Jesucristo venció al diablo en el desierto, en la cruz del calvario, sino que esta victoria incluye la manifestación de su victoria en los lugares celestiales (Lucas 10:18; Job 1:6-12; 2:1-7; Apocalipsis 12:9-12; Colosenses 2:10; Efesios 1:19-23; 2:2; Hebreos 4:12-14).

El pecado trajo discordia no solo en la tierra sino también en el cielo. Desde los lugares celestiales el diablo envía sus acusaciones a los creyentes, pero en la resurrección, ascensión y exaltación del Señor Jesucristo a la diestra de Dios el Padre (Hebreos 8:1-2), tenemos al hombre perfecto, al conquistador de satanás y sus fuerzas demoníacas, que nos representa en los cielos y nos defiende.

Las Escrituras declaran que todos los principados y potestades son autoridades sujetas al control del Señor (1 Pedro 3:22; Efesios 1:21-23; 3:9-10; Mateo 28:19-20). Jesucristo ahora tiene todo poder en el cielo y en la tierra.

El creyente puede regocijarse en la completa y total victoria de Cristo sobre satanás y su reino entero de tinieblas. Todos ellos han sido conquistados y derrotados. Todos están derrotados bajo sus pies y ahora Dios le ha dado a la Iglesia ser cabeza en Cristo sobre todas las cosas (Efesios 1:21-23). Jesucristo debe reinar hasta que todos sus enemigos sean puestos bajo sus pies (Salmos 110:1-2; 1 Corintios 15:25-26), así como Su Iglesia necesita reinar victoriosamente hasta que llegue ese día. ¡Alabemos y glorifiquemos a Dios por la victoria total que tenemos en Cristo!

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