Recopilado y ampliado por Ritchie Pugliese
Las Sagradas Escrituras afirman que Dios es el que reina sobre las naciones. Apocalipsis 17:14 dice que Jesucristo es Señor de señores y Rey de reyes. Su autoridad está por sobre todo el universo. 1 Crónicas 16:31 dice: “alégrense los cielos y gócese la tierra, y digan en las naciones: Jehová reina.”
Hablando de las naciones, me llamó la atención lo que dice Apocalipsis 21:24: “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.”.
Quizás nos es fácil pensar en la salvación individual, personal, pero la Palabra afirma que habrá naciones salvas. La Palabra “naciones” en el griego es “édnos” y se refiere a los países gentiles, no judíos.
Lo maravilloso e increíble, y a la vez real, es que la misma autoridad que el Señor tiene ha sido delegada a Su Iglesia, que no es una organización religiosa sino un Cuerpo vivo compuesto por aquellos que han recibido a Cristo como su Salvador personal y se han transformado en hijos de Dios.
Parte de nuestra responsabilidad y legado espiritual que hemos recibido de Dios, y tenemos en Cristo para que las naciones sean salvas, es orar específicamente por el gobierno de nuestra nación.
Esto, por cierto, no significa necesariamente involucrarse en la política, ni estar a favor de algún partido político. Es una misión suprema, celestial que los creyentes no debieran olvidar porque es indispensable para el avance del Reino de los cielos. Es una oración con propósito y definitoria para el avance del Reino de Dios.
La voluntad de Dios es que haya un buen gobierno
En la primera carta a Timoteo, el apóstol Pablo lo instruye en todo lo referido a la administración y orden de la iglesia local, la casa de Dios (Ver 1 Timoteo 3:14-15). Además, Pablo le dio directivas para el ministerio de oración de la iglesia en 1 Timoteo 2:1-4 diciendo: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
El apóstol comienza diciendo “ante todo”, es decir, había que hacer algo como “cosa principal, primordial, lo primero de todo”: rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias. Todo esto podemos resumirlo en una sola palabra: Orar.
La primera tarea cuando los creyentes se reúnen localmente debería ser orar al Señor. Esta exhortación de orar implica mucho más que orar por nuestras necesidades personales, de otros o de la iglesia local como hacemos generalmente. Existe una oración principal que no se puede omitir. Esta exhortación coincide con lo que dice Isaías 56:7: “… mi casa será llamada casa de oración para todos”.
Luego dice en el versículo 2 que el alcance de nuestras oraciones debe extenderse hacia “todos los hombres, inclusive “los reyes y… todos los que están en eminencia”
Luego de mencionar la importancia de orar por todos los seres humanos, menciona a los reyes y todos los que están en eminencia o autoridad. Esto podría resumirse con una sola palabra: Orar por los gobernantes.
Entonces, cuando la iglesia local se reúne la tarea principal tendría que ser orar por el gobierno. Si somos sinceros debemos decir que si lo hemos hecho en forma esporádica… pero si somos más sinceros debemos decir que no lo hacemos regularmente, o directamente ni nos acordamos…
Ahora bien, ¿Para qué debemos orar por los gobernantes? ¿Qué clase de oración debemos hacer cuando oramos por el gobierno? ¿Cómo deberíamos orar? La respuesta la tenemos resumida en el v.2 donde nos muestra la finalidad de nuestras oraciones: “para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”
La clase de gobierno que haya en nuestras naciones afectará la manera como vivimos en todo sentido. Si deseamos vivir bien como país debemos orar por nuestro gobierno.
El v. 3 luego dice: “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador” Si reemplazamos la palabra “esto” por “orar por el gobierno”, lo que el pasaje dice es “orar por el gobierno es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador”. La voluntad de Dios es que haya un buen gobierno en nuestros países.
Porque Dios desea que haya buenos gobiernos
Avanzando hacia el v.4 leemos que Pablo declara la razón porque es la voluntad de Dios que haya un buen gobierno: “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” Aca aparece en la mente de Dios la necesidad de que exista libertad para la predicación del Evangelio y conversión de la ciudadanía. Un buen gobierno es aquél que le da a sus ciudadanos la posibilidad de vivir en libertad.
Dios desea que nuestros países no sean ateos, ni pregonen una doctrina anti-Dios, sino todo lo contrario. Dios desea que nuestros países tengan al menos la conciencia de su existencia y presencia para que haya libertad y el Evangelio sea transmitido a todos para que la salvación alcance a todo ciudadano.
Aquí surge otra pregunta: ¿Qué clase de gobierno debería haber para que sea fácil y posible la predicación del Evangelio? Al revisar la historia sabemos de gobiernos con ideas anti-Dios que han intentado frenar el evangelio prohibiendo su difusión y aun encarcelando a los que predican la palabra. La historia nos muestra que el Evangelio ha avanzado aun en medio de la persecución, pero debemos reconocer que si tenemos un buen gobierno, eso facilitará la paz y libertad para la predicación del evangelio sin restricciones.
Necesitamos orar para tener un gobierno que no solo dé libertad para predicar el evangelio, sino también que tenga una real conciencia de la existencia e influencia de Dios. Esto garantizará la aprobación y ejecución de leyes que no contradigan la esencia de Dios ni todo lo que el Señor ha creado.
Orar conociendo la voluntad de Dios
Orar conociendo la voluntad de Dios nos provee fe para reclamarla, en cambio si no estamos seguros de la voluntad de Dios, nuestras oraciones oscilarán por la duda y no serán respondidas. Esto es lo que dice Santiago 1:6-7 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”
Por otro lado, Juan describe la confianza que viene cuando sabemos con seguridad la voluntad de Dios. En 1 Juan 5:14-15 leemos: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
La necesidad de orar por nuestro gobierno
Si la Iglesia entendiera la responsabilidad ciudadana celestial que tiene y el alcance del poder y autoridad que le ha sido conferido, muchas cosas serian diferentes en nuestros países. Orar por el gobierno es mucho más que hacerlo por tradición u obligación religiosa. Al orar por el gobierno puede suceder lo siguiente:
a) Puede ser atado, cancelado, maniatado todo lo malo, corrupto, deshonesto, destructivo, todo lo contrario que pudiera ser fomentado o promovido. La oración de la Iglesia es tan poderosa que podría originar un cambio favorable en los actuales gobernantes o directamente que ese mal gobierno sea reemplazado por otro más piadoso.
Nuestra meta no debe ser estar “a favor ni en contra” de ningún gobierno, pero nunca apoyar a a aquellos que tienen una plataforma anti-Dios. La oración siempre debe enfocarse en el deseo del Señor de que haya un ambiente de paz y libertad, donde el evangelio sea predicado.
b) Cuando oramos para que un gobierno sea bendecido, eso puede implicar que los gobernantes sean removidos repentinamente o les sea impedio por Dios acceder a los puestos de gobierno, puede implicar que una ley anti-Dios sea cancelada o anulada, puede implicar que la agenda oculta detrás de la política sea desenmascarada y cancelada.
Para terminar
Cuando la Iglesia Primitiva oraba, las cosas sucedían, se originaba un tembladeral que desataba el poder de Dios. La Iglesia Primitiva era respetada debido a la manifestación del poder de Dios. Hechos 2:43 dice: “Y sobrevino temor a toda persona” por las maravillas y señales que la Iglesia hacía.
Dios quiere sanar nuestras naciones y eso sucederá cuando oremos por el gobierno de nuestro país, para que haya libertad y podamos vivir bien, quieta y reposadamente.
Para reflexionar
¿Por qué al ver la situación crítica de nuestro país no hemos orado más diligentemente por el gobierno, en forma persistente y continua?
¿Por qué no le hemos dado prioridad a esta clase de oración, a pesar de saber que Dios espera que la practiquemos como dice en su Palabra y los cambios que se pudieran producir?
¿Acaso nos quedaremos pasivos viendo como la maldad crece y avanza con su paso destructor?
¡Como Iglesia tenemos la respuesta: No olvidarnos de hacer la oración primordial de orar por nuestro gobierno!