Hoy quiero que realicemos un viaje imaginario para ver dos cosas y entender un principio espiritual. Vamos a leer el pasaje de Isaías 60:1-2, el cual nos llevará a ver por un lado el panorama terrenal, y por otro el ámbito espiritual.
Entender esta doble perspectiva nos ayudará a comprender lo que el Señor nos hablará hoy, porque quiero compartir con ustedes el alcance de lo que significa la autoridad espiritual que tenemos en Cristo.
Isaías 60:1-2 dice lo siguiente:
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.”
Este es un pasaje profético escrito hace cientos de años pero como la Palabra de Dios es viva y poderosa, tiene información más que cualquier medio periodístico actual y revela los tiempos que estamos viviendo.
Este pasaje nos habla de dos realidades paralelas:
1. Por un lado, detalla la realidad natural, terrenal:
“Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones”
La Palabra detalla que llegará el tiempo donde esto sucederá… y si vemos como están las cosas en este mundo ya pareciera estar cubierto de tinieblas y oscuridad. La palabra “tinieblas” en el hebreo significa una “nube pesada” que cubre el mundo, y “oscuridad” se refiere a una oscuridad total.
Es bueno aclarar, que la Biblia al mencionar las palabras “tinieblas y oscuridad” no se refiere a un día o temporada de días nublados. Con esas palabras define el estado caótico y problemático de nuestro mundo, donde abunda la maldad y se intenta establecer una sociedad atea, sin Dios. No hace falta entrar en muchos detalles para darnos cuenta que vivimos en un mundo complicado donde pareciera que se hiciera cada vez más difícil vivir.
Lo bueno de todo es que, en medio de semejante caos, Dios siempre tiene una palabra de bendición para los suyos, y nos presenta un panorama alentador al mostrarnos.
2. La realidad espiritual:
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti… más sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.””
Aquí resalta una verdad maravillosa:
Si bien el pasaje dice que las densas tinieblas y oscuridad vendrán sobre la tierra, eso no lo toma por sorpresa ni desprevenido al Señor. El por ser Todopoderoso, y adelantándose a los hechos, nos dice que nos dará en esos tiempos difíciles lo que necesitamos para prevalecer sobre las tinieblas y oscuridad.
Lo que la Palabra de Dios nos está diciendo es que en medio de las tinieblas y oscuridad no estaremos solos. Por eso el Señor en esta hora nos está invitando a entender el alcance de la autoridad espiritual que tenemos en Cristo, ¡porque la necesitaremos!
La idea de Dios es que prevalezcamos y avancemos en medio de los tiempos difíciles, no importa la oscuridad y tinieblas que haya. El Señor desea que actuemos con fe y podamos prevalecer. Dios quiere que dondequiera que vayamos con la autoridad de Cristo seamos “transformadores de atmósfera” y “cambiadores de circunstancias”.
El pasaje de Efesios 1:19-20 nos conducirá al ámbito espiritual, el cual es más real que el ámbito terrenal, para entender lo que significa la autoridad espiritual que tenemos en Cristo:
“y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,20la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales”
Por un lado, tenemos a Dios reinando en su trono, y a su diestra hay otro trono donde está sentado Jesucristo. ¡Que gloriosa imagen! Vemos al Señor reinando con poder y autoridad.
Pero si seguimos leyendo ahora en Efesios 2:6 veremos algo glorioso:
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”
¡Lo glorioso es que Dios por su gracia nos dio el privilegio de estar sentado en los lugares celestiales al lado del Señor, en una posición de poder y autoridad!
¿Para qué nos permitió el Señor estar a su lado? La respuesta la tenemos en el v. 7. Allí dice “mostrar”. ¿Qué significa eso? Que Dios nos permite espiritualmente estar a su diestra y nos da de su poder para que demostremos en nuestras vidas y circunstancias la autoridad espiritual que tenemos en Cristo.
Cuando caminamos en la autoridad espiritual que tenemos en Cristo vemos las cosas desde la óptica celestial. Dios nos ha llamado a que seamos cabeza y no la cola. Dios quiere que estemos arriba y no debajo.
Dios nos llama en este tiempo a utilizar la autoridad espiritual que tenemos en Cristo para que dejemos de vivir pisoteados por las luchas y problemas que estamos enfrentando o puedan surgir. Dios nos ha llamado para prevalecer.
Ver las cosas desde la perspectiva divina, sentados a su diestra es similar a un viaje en avión. Cuando estamos yendo al aeropuerto, recorremos las calles y vemos altos edificios. Ellos son mucho más altos que nosotros… pero, ¿qué sucede cuando subimos al avión y este despega y cobra altura? Veremos a esos mismos edificios debajo de nosotros. Nosotros estaremos mucho más alto que ellos.
Cuando nos movamos en la posición espiritual que tenemos en Cristo, así veremos a nuestros problemas y desafíos diarios: De arriba hacia abajo, desde una posición de autoridad, en lo alto sobre los problemas de la vida. Ellos no nos manejarán a nosotros, sino que nosotros los controlaremos a ellos.
Un ejemplo práctico de autoridad espiritual
La historia de Pablo y Silas en la cárcel en Hechos 16:22-26 en un claro ejemplo de lo que significa ejercer la autoridad espiritual que tenemos en Cristo.
Estos hombres de Dios fueron encarcelados por hacer lo bueno, no lo malo. Dice el pasaje: “22Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. 23Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
Pablo y Silas estaban realmente en problemas. Los azotaron mucho y los echaron a la cárcel. Había un carcelero especialmente dedicado a vigilarlos día y noche para que no se escaparan. Fueron metidos en el calabozo de más adentro, el peor lugar de la cárcel de esos tiempos y sus pies estaban atrapados con un cepo.
Bajo la óptica natural ellos no tenían salida… pero algo sucedió en un momento, cuando la noche se puso más oscura… seguramente el Espíritu Santo les habrá recordado la autoridad espiritual que ellos tenían en Cristo, y que ellos estaban destinados a vivir sobre las circunstancias y no debajo de ellas.
Es probable que en un instante se hayan mirado el uno al otro y se dijeron: – Dios nos puso por cabeza y no por cola, no estamos debajo de las circunstancias sino sobre las circunstancias -… entonces… ¿qué hicieron? Se pusieron a clamar a Dios y a alabarle. Utilizaron en este caso la herramienta espiritual de la oración y la alabanza para ejercer la autoridad espiritual que Dios les había dado.
v.25 “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.”
¿Qué sucedió?
v. 26 “Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.”
Algo poderoso y sobrenatural sucedió, ¡vino un terremoto y la cárcel se sacudió, las puertas se abrieron al instante y las cadenas de rompieron!¡Todos fueron liberados! Lo imposible fue posible al utilizar la autoridad espiritual que ellos tenían en Cristo.
Este es el tiempo de actuar con la autoridad espiritual que tenemos en Cristo. Es tiempo de comenzar a ver las cosas desde arriba, desde la óptica divina, y utilizar los recursos espirituales que Dios nos ha dado para que esas situaciones que quieren dominarnos, doblegarnos y vencernos caigan vencidas ante el poder de nuestro Dios y nosotros podamos darle toda la gloria a Él y continuar nuestro camino bendecidos.