LA MUJER EN LA BIBLIA
1. LA MUJER EN LOS EVANGELIOS
La venida de Jesucristo al mundo trajo un nuevo entendimiento del lugar de la mujer en la comunidad. Como ya dijimos, los judíos estaban “atados” a las leyes orales del Talmud en su actitud hacia la mujer. Jesús cortó radicalmente esas cosas y exaltó a la mujer.
• El Arcángel Gabriel se le apareció a dos mujeres, Elizabeth y María para anunciar sus concepciones milagrosas, las de Juan y Jesús (Lucas 1-2). Ellas cantaron canciones proféticas. El Espíritu de profecía vino para anunciar gloriosamente el nacimiento de Juan, precursor del Mesías, y del nacimiento del Mesías de una virgen.
• Jesús nació de la virgen María en cumplimiento a la palabra profética acerca de la simiente de la mujer (Génesis 3:15). Aquí vemos a Dios exaltando a la mujer al hacer que el Hijo de Dios naciese de una mujer.
• Cuatro mujeres son nombradas junto con sus maridos en la genealogía del Mesías en Mateo 1. Esto era un gran honor, especialmente porque algunas eran mujeres gentiles.
• Jesús le permitió a las mujeres que lo tocasen (Marcos 5:34), y el las limpió.
• Jesús comió con prostitutas y pecadores y les perdonó sus pecados, mientras los Fariseos nunca se asociaban con ellos (Lucas 7:36-50).
• Jesús le enseñó a las mujeres la palabra de Dios, así como a los hombres. Los Rabíes se negaban a enseñar a las mujeres pues las consideraban incapaces de entender las verdades divinas. María y Marta oyeron su palabra (Lucas 11:38-42).
• Jesús tocó a las mujeres y las sanó. Los judíos de la época no lo hacían (Mateo 9:20-22).
• María ungió a Jesús con aceites para su entierro (Juan 12:1-8).
• Jesús hizo un comentario sobre una viuda en la Corte de las Mujeres por lo que ella había dado voluntariamente (Lucas 8:1-3).
• Jesús ministró salvación a la mujer Samaritana en la fuente. Ella les testificó abiertamente a los hombres en la ciudad acerca del camino de Cristo (Juan 4). Los discípulos estaban sorprendidos porque hablarle a una mujer era un pecado grave.
• Jesús ministró a hombres y mujeres. Aunque en el templo ellos estaban separados y los judíos sólo contaban a una congregación compuesta por diez hombres, aunque una mujer estuviese presente, Jesús les ministró a ellos conjuntamente.
• Ana, la profetiza, habló de la redención de aquellos en Jerusalén en el templo. Los sacerdotes del templo reconocían sus palabras proféticas sobre el niño-Mesías (Lucas 2:36-38).
• El evangelio de Lucas tiene un énfasis especial sobre el ministerio de Cristo a las mujeres. Hay más referencias allí que en cualquier otro evangelio.
• Jesús honró el matrimonio. El confirmó que el matrimonio era indisoluble y que el matrimonio entre un hombre y una mujer era el patrón original de Dios (Mateo 19:3-11). Jesús no apoyó la poligamia a pesar de que en aquella época era permitida bajo la ley de Moisés. Jesús condenó el divorcio “por cualquier motivo” excepto uno.
• Jesús condenó la fornicación y el adulterio, como decía la ley, para proteger la santidad del matrimonio y de la mujer (Juan 8:1-10; Mateo 5:27-32).
• La esposa de Pilato intentó que Jesús fuese liberado luego de tener un sueño dado por Dios. Las hijas de Jerusalén lloraron por Cristo. Las mujeres fueron las últimas en dejar la cruz y las primeras en la tumba. Si Pilato hubiera oído a su mujer, el pudiera haber salvado de la injusticia eternal de crucificar al Hijo de Dios (Mateo 27:19; Lucas 23:27-29; Juan 19)
• En la mañana de resurrección, el primer anuncio de la resurrección de Cristo fue dado a dos mujeres. Ellas fueron y se lo contaron a los hermanos (Mateo 28:9, 10). Los apóstoles fallaron y no les creyeron (Lucas 24:10, 11, 24).
Quizás porque una mujer pecó en el Jardín de Edén, Cristo les dio la palabra de resurrección a dos mujeres en el jardín de la tumba. ¡¡Una nueva era comenzaba, la era de la redención!!
No existe registro alguno de una mujer hablando mal de Jesucristo. El vino a emancipar a la mujer de las tradiciones y ataduras de la ley talmúdica y darles la libertad del Evangelio.
El Judaísmo era predominantemente una religión para hombres. Jesús abrió el camino hacia Dios y les permitió el acceso a hombres y mujeres. ¡En Cristo cada creyente es un sacerdote para Dios!
En el Antiguo Testamento no había sacerdotisas pero ahora en Cristo todos los creyentes, hombres y mujeres podían ser miembros del cuerpo sacerdotal, la Iglesia, siendo Cristo mismo el gran Sumo Sacerdote.
2. LA MUJER EN EL LIBRO DE HECHOS
• Había hombres y mujeres en el aposento alto antes de Pentecostés (Hechos 1:13-15). Estas mujeres habían sido tocadas por el Señor y esperaban por el derramamiento del Espíritu Santo.
En aquellos días había en el Templo un lugar para las mujeres y otro para los hombres. Los hombres y las mujeres no podían orar juntos. Ahora en Cristo, eso se ha cancelado y pueden orar juntos para que Dios se manifieste (Hechos 2).
• En el día de Pentecostés, el Espíritu Santo vino sobre las mujeres y sobre los hombres. Todos fueron llenos del Espíritu Santo. Fue por eso que Pedro dijo las palabras de Joel, que “…los hijos y las hijas y los siervos y las siervas….”.
• Dorcas una mujer que hacia buenas obras, experimentó una resurrección bajo el ministerio apostólico de Pedro (Hechos 9:36-43).
• Lidia fue una mujer cuyo corazón Dios abrió. Ella fue la primera conversión en Europa y ella abrió su casa para la predicación del Evangelio (Hechos 16:14,15).
• Mujeres griegas influyentes en Tesalónica oyeron y recibieron el Evangelio a través del Apóstol Pablo (Hechos 17:4).
• Mujeres prominentes en Berea también creyeron al Evangelio (Hechos 17:12).
• En Atenas, una mujer llamada Damaris creyó (Hechos 8:1-4).
• Priscila con su esposo Aquila formaban un equipo que enseñaba la Palabra del Señor como maestros (Hechos 18:24-26).
• Hombres y mujeres fueron llevados a la cárcel por ser Cristianos (Hechos 8:1-4).
• Felipe, el evangelista, tenía cuatro hijas que profetizaban (Hechos 21:9).
No vemos ningún conflicto con las mujeres sirviendo a Dios. Ellas eran utilizadas por Dios con los dones que él les había dado.
3. LA MUJER EN LAS EPÍSTOLAS
Aquí también se confirma que la mujer estaba involucrada en el Evangelio de varias maneras:
• Febe era una sierva de la Iglesia de Cencrea y Pablo le pidió a la Iglesia de Roma asistirla en su necesidad (Romanos 16:1,2).
La palabra “sierva” es la palabra griega “Diakonas”, traducida “diácono” tres veces, “ministro” veinte veces, y siervo siete veces. Esto significa que ella era una ministro, una sierva y diaconiza de la Iglesia.
• En Romanos 16 Pablo menciona los nombres de diez mujeres que era sus seguidoras en el Evangelio de alguna manera. En los vv. 3, 7, 12 son mencionadas cómo “ayudas” o compañeras de labores en Cristo. También el declaró que él y Bernabé tenían el derecho como los otros apóstoles en llevar con ellos a una hermana o a una esposa como ayuda (1 Corintios 9:5).
• Pablo dijo que los hombres y las mujeres podían orar y profetizar públicamente en la Iglesia (1 Corintios 11:5; 1 Timoteo 2:12).
• Pablo dijo que “en Cristo no hay hombre o mujer” (Gálatas 3:28). Esto es una declaración doctrinal en el Nuevo Testamento relacionada con la posición del hombre y la mujer, referido a su igualdad redentora (Ya hemos hablado de esto).
• Pablo hablo de Evodia y Sintique como ayudantes cercanas en el Evangelio (Filipenses 4:2, 3).
• Pablo exhorta que las mujeres ancianas les enseñen a las más jóvenes (Tito 2:4-5; 1 Timoteo 5:2).
• Juan, el amado apóstol, escribió a la elegida en su carta (2 Juan).
• Cristo reprobó a la Iglesia de Tiatira por permitir el ministerio de Jezabel, una falsa maestra y profetiza, que enseñaba idolatría e inmoralidad dentro de la iglesia (Apocalipsis 2:18-29).
• Existía un ministerio aprobado para las viudas en la Iglesia Primitiva (1 Timoteo 5:1-16; Santiago 1:27).
• Timoteo tuvo una abuela y madre piadosas que le enseñaron la Palabra de Dios de pequeño (2 Timoteo 1:5).
• En Hebreos 11 el escritor menciona a mujeres y hombres de fe. Sara, Rahab, las viudas de Zarepheth y la Sunamita quienes recibieron resucitados a sus muertos (Hebreos 11:35; con 2 Reyes 4:18-27; Hebreos 11:1-40).
• Los Ancianos y Diáconos no tenían que ser polígamos sino ser esposos de una sola mujer para poder servir a Dios (1 Timoteo 3; Tito 1).
• A la mujer se le dio la promesa de la salvación por dar a luz hijos, viviendo en fe y santidad (1 Timoteo 2:13-15; Gálatas 3:13; Génesis 3:14-16).
• Los hijos debían honrar a sus padres y obedecer al padre y a la madre (Éxodo 20:12; Efesios 6:1-3; Salmos 127:4, 5).
4. EL MINISTERIO DE LA MUJER EN LOS TIEMPOS DEL NUEVO PACTO
1. El lugar y ministerio de la mujer en Cristo:
a. Puede nacer de Nuevo del Espíritu Santo y llegar a ser una nueva criatura en Cristo (Juan 3:1-5)
b. Puede recibir el bautismo en el Espíritu Santo y la unción como cumplimiento a las profecías del Antiguo Testamento de Joel 2:28-32 con Hechos 2:14-21).
c. Puede hablar en lenguas según el Espíritu guíe (Hechos 2:1-4). Ambos fueron bautizados en el cuerpo de Cristo, la iglesia en Pentecostés (1 Corintios 12:13).
d. Junto con el varón, son sacerdotes en la Iglesia del Nuevo Pacto. Ya no opera más el sacerdocio levítico, disponible sólo para una tribu elegida y para hombres solamente (1 Pedro 2:5-9; Apocalipsis 1:5,6; 5:9-10).
e. Puede profetizar cómo los hombres (Hechos 2:17-21). Esto incluye predicar y exhortar (tanto en el AT como en el NT la profecía incluía esto); el don de profecía (1 Corintios 12:1-8; 11:5; Hechos 21:9); el ministerio de profeta como en María (Éxodo 15:20; Deborah (Jueces 4:4); Hulda (2 Reyes 22:14; 2 Crónicas 34:22), la esposa de Isaías (Isaías 8:3); Ana (Lucas 2:36-38). La profecía incluye edificar, exhortar, consolar (1 Corintios 14:3).
f. Pueden tener fe para Milagros (Hebreos 11:35; 2 Timoteo 1:5).
g. Pueden testificar de la resurrección de Cristo, aún a los hombres (Mateo 28:8-10).
h. Puede evangelizar y traer aun hombres para Cristo (Juan 4; Salmo 68:11 “grande era la compañía de las mujeres que publicaban las buenas nuevas”’.
i. Puede tener un ministerio de oración e intercesión Esto incluye:
Orar con sus esposos (1 Pedro 3:1-8)
Orar por los enfermos (Marcos 16:15-20)
Orar en una reunión pública en la iglesia (1 Corintios 11:5; 1 Timoteo 2:8-10; Hechos 16:13; 1 Samuel 1:27).
Orar con otras mujeres (Hechos 16:130
Oración de lamento, duelo, luto (Jeremías 9:17-21; Isaías 32:9-15).
Orar junto con otros hombres en la Iglesia (Hechos 1:13-15).
j. Puede enseñar. Esto incluye:
Enseñar con su esposo, cómo Priscila y Aquila (Hechos 18:18, 24-28; Romanos 16:3; 2 Timoteo 4:19).
Enseñar a las mujeres más jóvenes (Tito 2:4-5)
Enseñar a los niños y jóvenes (2 Timoteo 1:5)
Enseñar bajo la autoridad del hombre, no usurpando la autoridad (1 Timoteo 2:9-15)
Enseñar Educación Cristiana en grupos, de acuerdo a su capacidad.
k. Las mujeres trabajaron con Pablo en la proclamación del Evangelio (Filipenses 4:3; Romanos 16:3, 6, 12; hechos 18:26). Esto es mucho más que cocinar y cocer la ropa.
l. Juan le escribió a la elegida, la cual parecía cuidar de los niños del Señor (2 Juan 1:1).
m. Pueden operar los dones del Espíritu como quiera el Señor (1 Corintios 12).
n. Ministrar a viudas, hospitalidad, hacer obras, ayudar al enfermo (1 Timoteo 5:1-16; Santiago 1:27).
o. Puede ser diaconisa (Romanos 16:1-2).
p. Puede dirigir, leer, canciones con danzas al Señor (Éxodo 15; Jueces 4-5; Lucas 1-2; 1 Samuel 1-2).
q. Puede aconsejar a las mujeres (Tito 2:4-5).
r. Pueden asistir a los niños, jóvenes, bebés.
s. Puede mostrar hospitalidad a los santos (Proverbios 31:20).
t. Puede testificar de Cristo (Hechos 1:5-8).
u. Puede involucrarse en el ministerio de ayuda (Romanos 12:6-8).
2. La mujer y el hombre como cabeza espiritual
A través de éste estudio hemos visto claramente que el orden divino del hombre y la mujer, sea en el hogar como en la iglesia de Cristo, es el mismo.
La mujer puede funcionar siempre bajo la cobertura de un varón. Éste principio debe ser entendido y aplicado.
Ser cabeza o autoridad spiritual no es tener superioridad o actuar con una actitud dictatorial. Para la mujer es más seguro tener ésta clase de cobertura.
La Biblia dice que el hombre es la cabeza de la mujer y que el esposo es la cabeza de la esposa en el hogar (1 Corintios 11:1-3).
Tanto el hombre cómo la mujer están bajo la Cabeza, que es Cristo. El es el hombre, el esposo, y la cabeza de la Iglesia. La iglesia es la mujer, la esposa y madre (Efesios 5:23-32; Colosenses 1:18; 2:9).
Ser cabeza espiritual implica brindar cobertura, seguridad, amor, cuidado, protección, provisión, responsabilidad. Esto debe fluir no sólo en el hogar sino también en la Iglesia de Cristo.
Así como en lo natural la mujer no tiene que tomar autoridad sobre el varón, en la iglesia debe suceder lo mismo. La mujer puede ministrar dondequiera excepto cuando implique tomar autoridad sobre el varón. Ella puede operar con sus dones espirituales siempre que se encuentre bajo la supervisión de un hombre, la cabeza espiritual.
A la luz de lo que hablamos, deducimos que la mujer puede ministrar y ejercer su autoridad mientras ella actúe bajo la autoridad de un hombre, la cabeza espiritual ordenada por Dios.
Quizás podamos estar pensando ¿En cuál lugar de la Biblia esto se encuentra?
Observemos algunos ejemplos bíblicos;
• El esposo es la cabeza del hogar, la cabeza de su esposa. La mujer necesita sujetarse a su cabeza spiritual. La esposa está bajo el gobierno del esposo. Ella voluntariamente lo hace para agradar a Dios (Génesis 3:16; 1 Pedro 3:1). Esto tipifica la Iglesia, la esposa del Cordero, quien se sujeta a su amado, Cristo, el esposo (Efesios 5:23-32).
• María la profetiza, actuaba bajo la autoridad de Moisés y Aarón y fue juzgada por Dios cuando los criticó (Éxodo 15:20; Números 12)
• Débora, la juez, profeta y madre de Israel, era casada. Su esposo era Lapidot. Ella se movía con autoridad con Barak. Ella se reunía con los Gobernadores de Israel (jueces 4-5)
• La reina Ester, casada con el Rey Asuero, actuó siempre bajo la cobertura de su tío Mardoqueo (Ester).
• Hulda, la profeta, era casada y su esposo se llamaba Shallum. El rey piadoso Josías, el Sumo sacerdote y los principales de Israel eran sus consejeros. (2 Reyes 22; 2 Crónicas 34).
• La esposa de Isaías era profeta como su esposo, pero él estaba sobre ella en el Señor (Isaías 8:3).
• Las cuatro mujeres mencionadas en Mateo 1 eran mujeres casadas.
• Las cuatro hijas de Felipe estaban bajo la autoridad de su padre cuando profetizaron (Hechos 21:9)
• Cualquier mujer que hacía un voto debía hacerlo bajo la autoridad de su padre o esposo, o podía ser anulado por ellos (Números 30).
• Priscila enseñó bajo la cobertura de su esposo, Aquila, aunque ella era mencionada primero.
• Febe, la diaconisa de la Iglesia de Cencrea actuaba bajo la autoridad de Pablo en su servicio en la Iglesia de Roma (Romanos 16:1, 2).
• Ana la profetiza estaba bajo las autoridades del templo y ella vivía en las cámaras del templo donde los sacerdotes del Señor vivían (Lucas 2:36-38).
Para terminar, entonces, podemos decir que para que una mujer funcione correctamente en la Iglesia con sus capacidades, dones y talentos, debería:
1. Tener un hogar en orden Divino.
2. Estar bíblicamente calificada como una mujer no solo dotada con dones sino también con el carácter de Cristo.
3. Esta bíblicamente equipada con los dones del Espíritu Santo.
4. Estar bajo el liderazgo y cobertura del varón, sea su esposo en la casa o los pastores en la iglesia, para que ella opera bajo autoridad y no la usurpe.
5. Reconocer y aceptar el orden de Dios, que es, primero el hombre luego la mujer, como lo demuestra la Palabra en el orden divino creacional, el juicio divino y el orden de redención.
6. Estar alerta para no contaminarse ni participar de forma alguna con el espíritu filosófico humanista que reina en nuestra sociedad sobre la “liberación femenina; los movimientos feministas y cualquier otra forma de rebelión contra el liderazgo masculino en el hogar, la iglesia y la sociedad.
7. Ser una mujer ejemplar en palabras y acciones, de buen testimonio para con otras mujeres en la casa del Señor. Cuidarse del espíritu “masculino” así como el hombre debe hacerlo del espíritu “femenino”. Muchas mujeres tienen actitudes “de macho” lo cual no permite el fluir de su femineidad dada por Dios.
Interpretación de los escritos del apóstol Pablo sobre la mujer
Existen dos pasajes principales que se utilizan para desacreditar el ministerio de la mujer en la Iglesia: 1 Timoteo 2:11-12 y 1 Corintios 14:34-35.
Se hace necesario analizar brevemente estos pasajes a la luz del contexto de la Palabra de Dios.
1. 1 Timoteo 2:11-12
“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.”
Este pasaje no debe ser tomado sin analizar su contexto.
a. Silencio (vv.11 y 12)
La palabra griega para silencio es “Hesuchia”, la cual significa “quietud, tranquilidad”. Da la idea de algo apacible.
El pasaje no se refiere al absoluto silencio utilizado en Hechos 21:40 y 1 Corintios 14:28 y Apocalipsis 8:1. La palabra griega utilizada en esos pasajes es “Sige” que si significa “silencio total”.
Timoteo, como compañero de Pablo e hijo en la fe, conocía a las mujeres que viajaban con él. El conocía todo lo que Pablo decía sobre la mujer profetizando, orando así que el entendía perfectamente que no estaba Pablo hablando de silencio absoluto.
Para ser sinceros ninguna iglesia hoy practica esto literalmente, de otra manera ninguna mujer pudiera cantar, alabar, orar, ni pudiera enseñar en la escuela dominical, etc.
Lo que Pablo enfatiza es que la mujer debe aprender en quietud, con una actitud pacífica, tranquila. No se refiere a falta de comunicación sino a una actitud con un espíritu de quietud, que no trae discordia, peleas ni divisiones. Esa debía ser la actitud de la mujer en la iglesia.
b. Sujeción (v.11)
La palabra griega es “Hupotasso” (hupo = debajo y tasso = ordenar, arreglar.
El contexto del pasaje se refiere a la relación matrimonial (Colosenses 3:8; Tito 2:5). Significa que la mujer tiene que aprender en quietud y con actitud sumisa, dando preferencia o cediendo su derecho especialmente a su esposo.
c. “el hombre” (v.12)
La Palabra griega es “aner” y se refiere a “un hombre”. En las Epístolas Paulinas esta palabra se utiliza 59 veces, 34 de las cuales la versión inglesa King James la traduce como “esposo”. De las palabras restantes (25), 18 son casos donde se refiere expresamente al esposo.
Esto significa entonces, que la mujer no debe usurpar la autoridad del hombre/varón, su esposo.
El contexto de los vv.13-15 habla de Adán y Eva, el primer esposo y la primera esposa y enfatiza como ella usurpo la autoridad de Adán en la caída.
d. “ejercer dominio” (v.12)
La palabra griega “Authenteo” solo se utiliza una vez y significa “tomar algo por la fuerza y sin derecho”. También significa “usurpar la autoridad de otro”. El sentir griego es el de la persona que actúa basada en su propio derecho o autoridad, y lo hace por sí mismo”
Por cierto, utilizar esta “autoridad” en realidad no es la genuina autoridad aprobada por Dios.
El consejo viene debió a que en los templos paganos, las mujeres algunas veces conducían la ceremonia religiosa adorando y enseñando a la gente.
Efeso tenía el templo de la diosa Diana, y Timoteo estaba en Efeso cuando recibió este consejo. La idea es eliminar todo “autoritarismo” y que la mujer se ubique bajo la autoridad del varón. Las mujeres piadosas no tenían que ser como las paganas.
En la Biblia hay ejemplos de “usurpadoras” de autoridad, como la reina Atalia (2 Reyes 11); la Jezabel de la Iglesia de Tiatira (Apocalipsis 2:20).
Pablo se estaba refiriendo a que la mujer no debía nunca usurpar la autoridad del varón.
2. 1 Corintios 14:34-35
“vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.”
Para entender el contexto del pasaje debemos ver como vienen desarrollándose los capítulos anteriores. En cap.7 se habla del matrimonio; en el cap.8 se trata el problema de las comidas ofrecidas a los ídolos, en el cap.9 se trata sobre el sostenimiento del ministerio; en cap.10 se trata del tema de las mismas tentaciones que todos tenemos; el cap. 11 se refiere al orden en la mesa del Señor. Los capítulos 12-14 tratan sobre los dones del Espíritu Santo y en la parte final del 14 se trata sobre el problema de las mujeres problemáticas durante las reuniones, que les preguntaban todo el tiempo a sus maridos en vez de prestar atención calladas.
a. “vuestras mujeres callen en las congregaciones”
Comparado con el v.35 se está refiriendo a las esposas, las cuales tendrían que preguntarle a sus esposos en la casa. No está hablando a las mujeres en general pues la mujer podía orar y profetizar.
b. “callen en las congregaciones”
Ya hemos hablado acerca de la palabra “silencio”. Si en la iglesia se hablaba en lenguas y no había intérprete, debían permanecer en silencio (1 Corintios 14:28) Si los profetas tenían algo para compartir mientras hablaba uno, los demás guardaban silencio (1 Corintios 14:30). Si una mujer le quería preguntar algo a su esposo debía hacerlo en la casa no en medio de la reunión.
c. “porque no les es permitido hablar”… “porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.”
Los griegos utilizaban diferentes palabras para expresar “hablar”:
“Legein” = dar un discurso ordenado
“Eipien” = hablar una conversación común
“Lalein”= parloteo, murmullo,
Aquí en el pasaje, la palabra utilizada es “lalein”.
Lo que Pablo está diciendo es que debido al desorden que había en las reuniones, les decía que las mujeres tenían que estar con una actitud apacible, quietas, sin parlotear todo el tiempo, porque eso molestaba a los oyentes y al predicador.
d. “Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos”
Por supuesto se refería a los esposos creyentes.
Por todo lo visto, entonces decir que la mujer debe estar totalmente callada en la iglesia, es una falta de interpretación de la Palabra de Dios.
Palabras finales
¡Qué maravilloso es el plan de Dios para la mujer revelado en la Biblia!
Realmente la única manera de que la mujer sepa quién es, lo que puede hacer, cuál es su destino es cuando descubre los principios de Dios, el Creador, revelados en las Sagradas Escrituras. Por eso, apliquemos estos principios para nuestras vidas y promovamos estos conceptos para que toda mujer sea realmente todo lo maravilloso que Dios ha diseñado para ellas.