Recopilado y ampliado por Ritchie Pugliese
Hebreos 4:1 y 9-11 dice lo siguiente:
“Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. (v. 1)… Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.”
Además, Mateo 11:28 dice:“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”
Vivimos en un mundo con gente cansada
Se dice que vivimos en un mundo de gente cansada, y agotada, donde las presiones diarias sumada a la vertiginosidad de los tiempos, produce cada vez más personas víctimas del estrés. En inglés existe la palabra “burn out” para explicar esta problemática, la cual da la idea que la persona “está fundida, consumida o agotada”.
Como Dios sabía que en esta tierra deberíamos enfrentarnos a diario a diferentes clases de luchas, por ejemplo: problemas, pruebas, dificultades, ataques del enemigo, sumado al ajetreo de las actividades diarias, y que todo eso produciría en su pueblo un desgaste y cansancio espiritual, emocional y físico, el estipuló el principio del descanso y reposo para los suyos.
Dios quiere que sepamos que existe un descanso y reposo que no se puede encontrar en ningún otro lado sino solo en él.
En la Palabra de Dios existe una diferencia entre “descanso” y “reposo”, y es indispensable que lo sepamos para poder disfrutarlo en nuestras vidas.
Antes de ver a cada uno en detalle, debemos entender que el plan de Dios para nuestro descanso y reposo es un oasis para nuestro camino y misión en la vida.
El principio del descanso en las Sagradas Escrituras
Es interesante notar que cuando Dios finalizó su creación, estableció el principio del descanso. Luego de seis días donde Dios “trabajó”, en el séptimo hubo reposo. Esto no fue estipulado porque Dios estuviera cansado, sino para establecer un principio saludable, renovador para la humanidad. En Génesis 2:2 leemos: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.” En la NVI se lee: “Al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había emprendido.”
El descanso que el ser humano necesita es doble: Abarca el área física-mental y la espiritual.
El descanso físico-mental
A esta clase de descanso se lo denomina en las Sagradas Escrituras como “descanso sabático”. En su esencia es un lapso de tiempo cuando uno cesa totalmente de hacer las actividades regulares de la vida diaria. Al hacerlo el físico, la mente y las emociones se relajan y recobran fuerzas. Es un tiempo para alejarse de las presiones y responsabilidades de la vida para disfrutar de la bondad del descanso de Dios.
El propósito del Señor, al proveernos de su descanso físico-mental, es restaurarnos para recobrar nuevas fuerzas y seguir adelante con las responsabilidades y lo que él nos ha encomendado hacer en la vida. El ejemplo del arquero con su arco y flecha nos grafica esto. Se dice que para conservar la capacidad de lanzamiento de su arco, el arquero necesitaba no utilizarlo por un periodo de tiempo con el propósito de dejarlo “descansar”. Eso ayudaba a que el arco recobrara su capacidad de fuerza y estiramiento. Así sucede con nuestro “arco” (cuerpo y alma), los cuales necesitan reposar.
Este descanso es por un lado nocturno y diario (se sugiere descansar 8 horas por la noche) para separar un día de otro, y también semanal. Un día de descanso a la semana fue el plan divino original como ya lo hemos visto. Trabajar seis días y descansar uno totalmente. Tan importante era para Dios este principio que lo registró en los 10 mandamientos (Éxodo 20). No guardarlo era considerado para Dios una violación a sus leyes.
El problema fue que el principio del descanso sabático fue pervertido de su concepto original. Con el paso del tiempo los religiosos judíos lo transformaron en un rito religioso, desfigurado de su concepto inicial. Para el judío religioso el día de descanso o reposo es el sábado, comenzando viernes por la noche. Durante todo ese tiempo no se puede hacer nada, excepto ir a la sinagoga caminando y vestido de negro. Los religiosos lo han transformado en algo frio, legalista cuando en realidad era una recomendación saludable dada por Dios para el beneficio de los suyos.
La esencia del día “sabático” es; “Si Dios creo el universo en seis días, él es lo suficientemente poderoso para cuidar de mis responsabilidades por un día mientras yo disfruto la bendición del descanso”. La esencia del día “sabático” nunca fue un rito obligatorio sino simplemente tomar un día a la semana para descansar plácidamente.
Las bendiciones que trae el descanso son, entre otras:
1. Refrigerio físico
2. Sanidad y restauración física
3. Renovación mental y de la creatividad
4. Revelación de Dios, inclusive durante el sueño
Es importante aclarar que tomar el descanso sabático semanal no es una obligación como los religiosos lo han presentado. Eso si, si uno no lo toma se pierde una bendición.
El descanso espiritual
Existe otro descanso necesario y es el espiritual. Este consta de dos ramificaciones. La primera, y principal, es el descanso que le sucede al ser humano cuando este recibe a Cristo en su corazón como su salvador personal. En ese momento el ser humano deja a los pies de Cristo la culpa o carga del pecado que lo degradaba y destruía; deja el reino agotador y atormentador de las tinieblas y es trasladado al reino de Dios, donde existe el verdadero descanso espiritual. El ser humano entra en una posición de “descanso” por su armonía con el Creador. Se conoce a ese estado espiritual de descanso como “paz en nuestro ser interior”.
En Romanos 5:1 leemos: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;” Cuando nos alineamos espiritualmente con Dios, a través de la obra de Jesucristo en la cruz, nuestra alma encuentra descanso para gozarlo cada día y posteriormente para toda la eternidad. Mateo 11:28 dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”
La segunda ramificación del descanso se la denomina “reposo”. El reposo es la otra forma de descanso que Dios ha preparado para nosotros. Se refiere más a un lugar de descanso que a un tiempo de descanso. El reposo implica poseer y disfrutar victoriosamente la tierra de promesas que Dios nos ha dado. Esta clase de descanso, si bien es espiritual, viene con una incidencia en el ámbito natural.
El lugar de reposo puede incluir, por ejemplo: vivir en un lugar físico, ocupar algún lugar de servicio y avance en el ministerio, tener victoria sobre la enfermedad y la escasez, ver a nuestros hijos en el camino del Señor, bien casados y realizados en la vida, etc. El reposo tiene que ver con el cumplimiento de nuestro destino en la tierra.
Todos tenemos un destino dado por Dios, un propósito en la vida. Cuando alcanzamos eso y lo sostenemos sin que el enemigo pueda arrebatarlo, hemos alcanzado reposo. Reposamos desde una posición de victoria. Cualquiera sea tu llamado y destino, el reposo viene cuando cumples y disfrutas tu destino. Cuando los enemigos son derrotados uno habita seguro en la tierra de promesas que Dios nos ha dado. Cuando tomamos dominio sobre las cosas que Dios nos ha prometido, disfrutamos de un tiempo del reposo.
Encontramos varios ejemplos bíblicos sobre esta clase de descanso o reposo:
Josué (Josué 21:44) tuvo “reposo alrededor”
Salomón (1 Reyes 5:4) El experimentó “paz por todas partes”
David (1 Crónicas 22:18) El también experimentó “paz por todas partes”
Es importante diferenciar que en el descanso “sabático” simplemente descansamos y reposamos de nuestras actividades, pero para experimentar reposo debemos previamente batallar aún en medio de los embates del enemigo, y trabajar espiritualmente para poseer esa posición de victoria. Uno puede realmente experimentar reposo cuando nuestros enemigos han sido subyugados y derrotados.
Una cosa importante para decir es que es posible tener descanso “sabático” pero no tener reposo de nuestros enemigos.
¿Cómo se puede perder o directamente no experimentar el reposo sobre nuestros enemigos? Existen varias causas, entre ellas:
a. Incredulidad
b. Rehusarnos a pelear la buena batalla de la fe
c. Desobediencia e idolatría
d. Por estar bajo una maldición según Deuteronomio 28:65
La interrelación entre el descanso sabático y el reposo fue establecido en la creación. En Génesis 1:27-31 vemos a Dios crear al ser humano a su imagen y semejanza, bendiciéndolo y encomendándoles que gozara de la creación, se multiplicara y tomara dominio o autoridad sobre la tierra.
En Génesis 2:1-3 Dios establece el principio del descanso sabático: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. 2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”
La raíz de la palabra “reposó” significa “desistir o dejar de trabajar”. Note que estos versículos inmediatamente siguen a la creación del ser humano y su asignación de ejercer dominio (“sojuzgad y señoread”, Génesis 1:28).
Más adelante, en Génesis 2:15, se dice que Dios ubicó al hombre en el Edén: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” La palabra “puso” significa literalmente “descansado”. Aquí la palabra hebrea es diferente y es utilizada para definir esta clase de descanso. La palabra es “nooak” la cual significa “habitar seguro y en paz”.
Adán debía cultivar la tierra para que se multiplicara. Había trabajo para hacer en el Edén antes que la tierra fuera maldecida. Adán y Eva tuvieron que trabajar para poder entrar en el reposo. A partir del Edén ellos debían incrementarse y tomar dominio para expandir su lugar de descanso hasta tomar toda la tierra.
Adán y Eva tuvieron que “guardar” el Edén, es decir, guardarlo y protegerlo ya que había un enemigo dando vueltas por allí llamada la serpiente antigua. Parte de tomar dominio para ellos y asegurar su herencia para la próxima generación incluía la responsabilidad y esfuerzo de dominar y echar fuera al enemigo. El problema fue que el hombre se puso de acuerdo con el enemigo y perdió el lugar de reposo espiritual que Dios le había dado.
En el Nuevo Testamento encontramos que Hebreos 4 es la contraparte de Génesis 1 y 2. Allí aparecen dos palabras griegas para describir las dos clases de descanso. En los vv. 1-3 el autor utiliza la palabra “katapausis”, la cual significa “lugar de habitación o una morada”. Esto es tener reposo, pero en el v. 9 la palabra “sabbistosmos” es utilizada, la cual se refiere al descanso sabático.
Necesitamos esforzarnos para alcanzar dominio y tener reposo sobre nuestros enemigos, pero mientras estamos en el proceso de lucha hacia la victoria podemos practicar el descanso sabático para recuperar fuerzas físicas y mentales. ¡Los necesitamos a los dos!
Los conceptos básicos de esta enseñanza bíblica fueron tomados del libro “A time to Advance”, capítulo 3, págs. 50-63, publicado en 2011 por Glory of Zion International Inc. Denton, Texas.