Por Ritchie Pugliese
El episodio de la victoria de David sobre Goliat, en 1 Samuel 17, no sólo fue de vital importancia para el pueblo de Dios de aquella época, sino que también cobra vital importancia para nosotros hoy como pueblo de Dios.
A lo largo de nuestra vida, muchas veces tenemos que enfrentarnos a situaciones difíciles e imposibles de superar humanamente hablando. Ellas se levantan contra nosotros intentando no sólo afectarnos en la faz terrenal sino también en lo espiritual. Estas situaciones vienen con una sola misión: Eliminarnos de nuestra carrera espiritual a fin de que nos perdamos las bendiciones de Dios. La mayoría de los creyentes llamamos a esas situaciones “los gigantes de la vida”.
En este tiempo Dios nos está llamando a que dejemos de vivir abrumados por nuestros gigantes y decidamos vencerlos en el Nombre del Señor. Dios le está diciendo a usted en este tiempo: – Hijo/a mío/a: ¡Es tiempo ya de vencer a tus gigantes! -.
En el estudio de hoy veremos que estos “goliats” (que representan nuestros problemas, dificultades, situaciones difíciles e imposibles de la vida cotidiana) en realidad no merecen llamarse gigantes, pues la Palabra de Dios nos enseña que existe Uno sólo llamado el Poderoso Gigante, que está de nuestro lado. El pasaje de Jeremías 20:10-12 dice lo siguiente:
“Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañara, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de el nuestra venganza. Más Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezaran, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperaran; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos, porque a ti he encomendado mi causa.”
El Profeta Jeremías, tenía alrededor suyo a muchos “goliats” (enemigos), que querían levantarse como gigantes, pero en medio de semejante confusión, el profeta creyó y confesó con su boca que el Único digno de ser llamado Poderoso Gigante es el Señor.
Es muy probable que en este tiempo usted se vea rodeado de muchos “goliats”, y como David en la antigüedad, usted tendrá que hacer algo si quiere ver en su vida la manifestación del Poderoso Gigante, Jesucristo. En este tiempo difícil de su vida, el Señor quiere glorificarse en su vida y capacitarle para que usted derrote a sus enemigos.
En 1 Samuel 17 se relata el enfrentamiento entre David y Goliat. Vamos a extraer de éste pasaje lecciones prácticas para que nosotros hoy, en el Nombre del Señor, podamos vencer, como hizo David sobre Goliat.
CARACTERÍSTICAS DE GOLIAT
Cualquiera sea el “goliat” que estemos enfrentando (escasez, enfermedad, infelicidad matrimonial, falta de resultados etc.) siempre tendrá las mismas características. No se olvide que a lo largo de nuestro andar cristiano nos tendremos que enfrentar con diversos “goliats”. Por eso necesitamos saber cuáles son sus características:
1. Apareció en la escena para mostrar su dimensión grande (17:4)
“Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo…” (altura aproximada: 2,9 metros)
Goliat vino solo sin que nadie lo llamase. Así sucede en nuestras vidas: Los gigantes aparecen de repente y se presentan como superiores a nuestras posibilidades y a nuestro Dios.
2. Se paró frente a todo Israel (17:8)
“Y se paró (frente)…a los escuadrones de Israel”
Es decir, se paró o plantó firme como para estacionarse allí y quedarse a vivir para siempre. Así sucede en nuestras vidas: Ellos pretenden hacernos creer que nunca se retirarán.
3. Dijo palabras desafiantes (17:8-10)
“… y dio voces… diciéndoles… Hoy yo he desafiado al campamento de Israel…”
Así como sucedió en ese tiempo, hoy hacen lo mismo: Nos dicen: – Esta escasez nunca se va a ir de tu vida -, – Vas a morir de esta enfermedad -, – tu familia ya no tiene solución, etc. – Son palabras que, si las escuchamos y las aceptamos, apagan la fe y nos hacen caer en incredulidad, temor y desesperación.
Estas tres características intimidantes de Goliat originó dos cosas en el pueblo (17:11):
“Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.”
• Turbación, es decir, confusión; alteración, desorden;
• Gran miedo, es decir, pánico incontrolable.
El Espíritu Santo le está hablando a Usted, en este momento, para que conozca de antemano cuáles son las características del “Goliat” que viene a desafiar su vida, para que usted no se deje amedrentar ni asustar. Si caemos en turbación y gran miedo, hemos perdido la batalla.
Continuando con el relato de 1 Samuel 17, encontramos a tres personajes:
• Los hermanos de David (17:13), que eran varones de guerra;
• El Rey Saúl, el que presidía el ejército
• David, un muchacho servidor.
En todo el campamento, debido a la turbación y gran miedo, todos estaban huyendo con gran temor (17:24). El temor siempre nos paraliza y nos impide enfrentar a nuestro “goliat”. El enemigo sabe que si nosotros lo enfrentamos en el Nombre del Señor será destruido, por eso hace todo lo que está a su alcance para destruir nuestra fe y evitar que lo confrontemos con la autoridad de Dios.
OBSTÁCULOS QUE DEBEMOS SUPERAR ANTES DE VENCER A NUESTRO “GOLIAT”
Todos conocemos como termina el relato con la impactante victoria de David sobre Goliat, pero para que eso sucediera, él tuvo que enfrentar varios obstáculos y superarlos. Nosotros también hoy si queremos vencer a nuestro Goliat, tendremos que enfrentar primero los mismo obstáculos y superarlos. Ellos son:
1. El hermano Mayor (17:28)
“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor…”
David fue a llevarle alimentos a sus hermanos y ello se enojaron con él, lo menospreciaron y… ¡hasta le dijeron que era orgulloso y malo! El hermano mayor era un familiar directo. Aquí aprendemos que el primer obstáculo que tendremos que superar es la familia. Sean o no sean ellos creyentes, muchas veces la incomprensión familiar nos puede impedir ganar la batalla. Existen batallas que tenemos que ganarlas sin la ayuda de nadie.
2. El resto del pueblo (17:30)
“… y le dio el pueblo la misma respuesta”
Esto representa la mayoría. Lamentablemente debemos decir que existen muchos que a pesar de llamarse cristianos, viven una vida miserable y derrotada. Su pasividad y adormecimiento en las cosas espirituales les impide ser más que vencedores en Cristo. Usted tendrá que vencer este obstáculo si quiere ser el ganador de la batalla.
3. El Rey Saúl (17:33)
“Y dijo Saúl a David…”
Cuando David fue a verlo, este le dijo: – No podrás, eres un muchacho y él es un guerrero -. En otras palabras, lo que estaba haciendo era apagar su fe con palabras negativas. ¿Cómo pudo ser que estas palabras vinieran de un rey del pueblo de Dios? La respuesta es sencilla: Saúl seguía con la función de Rey pero había perdido la Unción de Rey por su desobediencia. Era un rey sin autoridad espiritual, lleno de cobardía. Siempre las autoridades de Dios llenas de la Unción del Espíritu Santo motivarán al pueblo con palabras de fe y autoridad. Nunca se ponga bajo la cobertura de una autoridad sin unción, pues sus palabras carentes de poder, le infundirán desanimo, cobardía y temor.
4. La armadura y las armas de guerra (17:38-39)
“Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza su casco de bronce, y le armo de coraza. Y ciño David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practique. Y David echo de si aquellas cosas”
El Rey Saúl le recomendó a David que se vistiera como todos los demás lo hacían. Le dio la armadura y armas de guerra que tradicionalmente utilizaban para guerrear. Si usted quiere ganar la batalla a su Goliat, tendrá que dejar lo tradicional, lo que se hace por costumbre para dejarse guiar por el Espíritu Santo.
La Biblia afirma que la guerra se hace con sabiduría. Cuando Israel fue a conquistar Jericó no tuvieron que luchar, como se hacía tradicionalmente, sino que Dios les dio una estrategia extraña de dar vueltas por varios días y al final dar un grito de victoria. En otra oportunidad, le dijo a Josafat que pusiera al frente de batallas a personas que alabaran a Dios. Para vencer debemos dejarnos guiar por el Espíritu Santo y alejarnos de lo tradicional. Dios no es tradicional sino sobrenatural en su manera de obrar. Su poder no cambia pero si sus estrategias.
LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS VENCEDORES
David fue utilizado por Dios para vencer a Goliat no por casualidad sino porque él tenía ciertas características, típicas de los vencedores. Si usted quiere ser anotado hoy en la lista celestial de los vencedores, preste mucha atención a lo que sigue:
1. Era el menor, el más insignificante de la familia (17:14)
“Y David era el menor…”
Nadie en su familia hubiera pensado que David seria el ungido de Jehová, pues lo consideraban poco o nada. Lo tenían olvidado allí con algunas ovejas bajo su cuidado. Quizás usted se considere que no vale nada y nadie lo tiene en cuenta. Es probable que su familia crea que Usted es un perdedor y no se acuerdan de Usted ni lo tienen en cuenta. Si usted cumple esta característica, ¡Va rumbo directo hacia la victoria!
2. Era servidor (17:17-22)
“Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo pronto al campamento a tus hermanos.”
David vivía seguro en Dios por eso tenía un corazón servidor. No buscaba la promoción humana ni hacia las cosas para figurar primero, pues sabía que el que se humilla ante Dios será exaltado tarde o temprano.
3. Amaba a Dios con todo su corazón (17:26)
“… ¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”
David creía y servía a un Dios vivo, al cual amaba. No tenía una relación religiosa, fría, aburrida sino vital y activa con el Señor. Era un enamorado de Dios. Nosotros, ¿Seguimos a Dios por religión o por relación?
4. No toleró la provocación o burla del enemigo (17:26)
“… ¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”
Por las venas espirituales de David corría el poder del Espíritu Santo, por eso ante la provocación del enemigo no podía permanecer callado, sentado, viendo como Goliat salía con la suya. Esa provocación le provocó un impulso de fe para moverse e ir a triunfar.
Un creyente que está vivo espiritualmente se levantará como lo hizo David.
5. Su corazón nunca desmayó (17:32)
“Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo ira y peleará contra este filisteo.”
David aprendió a vivir una vida estable, por fe y no por sentimientos. David aprendió que el secreto de la vida exitosa espiritual radica en la estabilidad. David nunca se dejaba intimidar por el enemigo. Había aprendido a controlar sus miedos y tensiones. El andar de los vencedores siempre es un andar por fe y obediencia, independientemente del sentimiento y razonamiento.
6. Había ganado batallas previas antes de pelear con Goliat (17:34-36)
“David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.”
Nadie puede pelear con un Goliat desafiante y vencerlo sin primero haber ganado batallas previas. Para tener autoridad y ganar grandes batallas tenemos primero que aprender a ser fieles y ganar las batallas menores. El león y el oso representan victorias previas.
El pasaje dice que David vencía a estos animales tomándoles de la quijada. La quijada es la mandíbula, donde se encuentra la boca. Esto nos enseña que David aprendió a dominar la boca de sus enemigos. Para nosotros hoy son aquellos que nos difaman, calumnian, desacreditan y dicen toda cosa mentirosa en contra nuestra. Para vencer a nuestro Goliat tenemos primero que aprender a tomar a nuestros enemigos en la quijada.
CÓMO ENFRENTAR Y VENCER A NUESTRO “GOLIAT”
En el relato bíblico hay una secuencia de hechos que nos darán luz a nosotros para poder vencer a nuestro Goliat, así como David lo hizo con el suyo:
1. DAVID SE EQUIPÓ (17:40)
“Y tomo su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las uso en el saco pastoril, en el zurrón que traía,”
El equipamiento del creyente es espiritual y es necesario ser enseñado a colocarse correctamente la vestimenta del Espíritu. Salir desnudo espiritualmente a batallar significa perder de antemano.
2. DAVID ALISTÓ SU ARMA (17:40)
“… y tomo su honda en su mano,…”
No sólo es cuestión de vestirse sino de tomar también las armas espirituales, las cuales son poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas de diablo.
3. DAVID SALIÓ DECIDIDO A ENFRENTAR A GOLIAT (17:40)
“… y se fue hacia el filisteo.”
Para poder vencer no podemos retroceder ni por un solo instante. Las batallas espirituales en Dios siempre se ganan yendo hacia delante creyendo que Dios hará lo imposible.
GOLIAT HIZO VARIAS COSAS, en respuesta a todo lo que hizo David, PARA INTIMIDARLO (17:41-43):
• Se acercó a David
• Miró a David
• Menospreció a David
• Maldijo a David y a su Dios
• Amenazó a David
Tenemos que saber que Goliat es rebelde y no va rendirse fácilmente ni bien lo enfrentemos. Esta clase de batalla es una carrera de perseverancia con fe. Note que él se acercó y le “clavó” la mirada a David. ¿Puede usted imaginar una mirada así, tan penetrante? ¡Esta misma mirada es la que en este tiempo le está haciendo a usted “su” Goliat! Es una mirada que amenaza y le dice: – Te voy a vencer -. Luego Goliat empezó a dar palabras de menosprecio.
Siempre los “goliats” vienen con palabras negativas, hirientes, para quebrar nuestra fe. Ellos nos dicen que no podremos vencerlos, que nos costará muy caro el haberlos enfrentado, etc. Luego atacará más profundamente maldiciendo y amenazando. El enemigo siempre suelta, por así decirlo, un espíritu de intimidación que puede congelar e intimidar al creyente más fogoso sino esta previamente preparado para enfrentar dicho embate. Es un espíritu amenazador que promete eliminarnos. Lamentablemente muchos aquí se dan media vuelta y se dedican a hacer otra cosa viviendo derrotados…
¿QUÉ HIZO DAVID?
¡Preste mucha atención a lo que viene, pues es lo que usted tiene que hacer si quiere vencer al “goliat” de su vida!:
4. DAVID NO ENTRÓ EN DETALLES NI SE ASUSTÓ (17:45-47)
“Entonces dijo David al filisteo: Tu vienes a Mi con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado…”
David tenía puesta la mirada en el Señor y ninguna palabra destructora le afecto, sino que se levantó en el Nombre del Señor.
5. DAVID PERMANECIÓ CREYENDO
“Jehová te entregara hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.”
Este es un momento especial en la batalla, que usted necesita saber. Note que Goliat ni se movió de su posición desafiante. Aquí aprendemos algo importante: El enemigo nunca cede en primera instancia, sino que intenta desafiarnos sin moverse. Si nosotros permanecemos en nuestra posición de fe, creyendo, el en un instante comenzara a retroceder. ¡El que más permanece en su posición, vencerá!
6. DAVID CORRIÓ SIN DEMORAS A ENFRENTARLO (17:48)
“David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.”
No se dejó intimidad por nada, solo una cosa David tenía en mente: Vencer de una vez por todas a Goliat.
7. DAVID LANZÓ SU ATAQUE MORTAL (17:49)
“Y metiendo David su mano en la bolsa, tomo de allí una piedra, y la tiro con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.”
David lanzó con su honda una piedra que dio en el lugar preciso. No fue el tamaño de la piedra sino la Unción que llevaba la piedra. Cristo es la Roca firme para el creyente fiel y en el Nombre de Jesucristo, la Roca, lanzamos el ataque para destruir al enemigo. ¡No es nuestro nombre sino Aquél (Cristo) que tiene un Nombre por sobre todo Nombre!
8. DAVID LE CORTÓ LA CABEZA (17:51)
“Entonces corrió David, y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él, y sacándola de su vaina, lo acabo de matar, y le cortó con ella la cabeza.
David sabía que a este problema había que cortarlo de raíz, para que no volviera a crecer por eso cortó la cabeza de Goliat. Nosotros también debemos levantarnos en el Nombre del Señor y con la Espada del Espíritu, la Palabra de Dios, debemos hacer una confesión de fe diciendo: – Goliat de escasez, infelicidad familiar, enfermedad, esterilidad, temor, etc., nunca más te levantaras para volver a desafiarme. ¡Queda sepultado para siempre en el Nombre del Señor Jesucristo!
9. DAVID Y EL RESTO DEL PUEBLO PERSIGUIERON A LOS SEGUIDORES DE GOLIAT (17:52)
“Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecron. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecron.”
Tenemos que saber que junto con Goliat vienen los compañeros de Goliat. Ellos también deben ser destruidos en el Nombre del Señor. Quizás con su Goliat de problemas financieros vinieron los amigos de Goliat, llamados endeudamiento, quiebra, etc. ¡Eliminémoslos a todos de una buena vez en el Nombre del Señor!
10. DAVID Y EL RESTO DEL PUEBLO SAQUEARON EL CAMPAMENTO ENEMIGO (17:53)
“Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento.”
¿Qué había en ese campamento escondido? Todo lo que se habían robado. Cuando Goliat fue destruido todo fue restituido al pueblo de Dios. Esto se llama en la Biblia restitución, es decir que el enemigo tendrá que devolver todo lo que nos robó por años.
¿Puede creer que todo esto también sucederá en su vida cuando usted se levante con la autoridad de Cristo y elimine a “su” Goliat definitivamente?
¡Hoy es el tiempo de la victoria! ¡No te quedes pasivo! ¡En el Nombre del Señor comienza a moverte con fe, teniendo en cuenta los puntos que hemos aprendido de la experiencia de David! ¡Ya verás como en tu vida no quedará vivo ningún Goliat, porque la victoria final es de nuestro Dios, el Poderoso Gigante!