PORQUÉ LOS HOMBRES Y MUJERES DE NEGOCIOS NECESITAN UN MENTOR ESPIRITUAL

Por Ritchie Pugliese

En Deuteronomio 33:18-19 leemos: “A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; Y tú, Isacar, en tus tiendas. Llamarán a los pueblos a su monte; Allí sacrificarán sacrificios de justicia, Por lo cual chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros escondidos de la arena.”

¿Sabía usted que Zabulón era el emprendedor que representaba el comercio y los negocios entre los doce hijos de Jacob?

Moisés bendijo a Zabulón al decirle que estaba diseñado para liderar a los hijos de Israel en las áreas de negocios y comercio, y que necesitaría saber cómo romper su zona actual de conformidad o alcance.

La expresión dicha a Zabulón “cuando salieres” significaba escaparse de la manera convencional de pensamiento y de la manera común de hacer las cosas.

¿Qué podemos aprender aquí? Que cómo hombres de negocios debemos estar siempre preparados para el cambio.

La palabra “mares” es una metáfora para definir “viajes y comercio”.

La frase “de la arena” se refiere a hacer enormes riquezas con productos hechos con arena. Esto fue dicho para mostrar que la riqueza no descansa solamente en el oro sino también en la arena, provista por Dios para que fuera utilizada por la creatividad humana.

En 1962 una compañía llamada Intel produjo incalculable riqueza con productos, llamados chips, hechos de arena e hicieron que uno de los lugares más ricos del planeta fuera apodado “Silicon Valley” (Valle de Silicón) donde la arena de ese lugar está mayormente compuesta de silicona.

La sociedad espiritual entre Zabulón e Isacar en el día de hoy

Volviendo a Zabulón, levantado por Dios para ser la tribu que hacía negocios, Dios le puso a su lado a Isacar. Zabulón sostenía financieramente a Isacar y a la vez Isacar le daba el marco espiritual para que los esfuerzos de Zabulón no fracasaran. Isacar proveía lo estable (Lo espiritual, los valores o principios dados por Dios) y Zabulón se ocupaba de lo cambiante (los negocios y el comercio)

Aquí se establece lo que yo llamo el “principio Zabulón-Isacar“. Es una fusión de lo comercial, empresarial con lo espiritual. Zabulón tenía gracia, capacidad, el don de hacer negocios y riquezas e Isacar tenía la gracia, el don de orientar espiritualmente, por su conocimiento de Dios y Su Palabra. Zabulón sin Isacar podría tranquilamente seguir haciendo negocios, pero la relación espiritual con Isacar le daría el gozo de desarrollar negocios bendecidos, lo cual se diferencia de hacer un negocio sin la bendición de Dios. Isacar tenía la unción para impartirla sobre Zabulón para que hiciera negocios bendecidos y Zabulón tenía la gracia de hacer y concretar negocios bendecidos.

Todo hombre o mujer de negocios que desee ser utilizado por Dios con la Unción de riqueza, para realizar excelentes y bendecidos negocios y ser un colaborador-financiador directo de la obra de Dios y la gran cosecha de almas, necesita a su lado un “Isacar”.

La pregunta que surge aquí es: ¿Dónde se puede encontrar a un genuino Isacar?

Generalmente se piensa que el pastor de la iglesia donde el hombre o mujer de negocios se congrega, debe ser el “Isacar” espiritual, pero no siempre es así, debido a que lamentablemente no todos los pastores tienen la gracia para ministrar especialmente a los creyentes involucrados en el mundo de los negocios. Si esta es su realidad, le animo a no preocuparse pues Dios que sabe y conoce todas las cosas, seguramente tiene para usted un específico “Isacar” espiritual.

A continuación le compartiré algunos puntos importantes para tener en cuenta, a fin de discernir en el Señor y encontrar a su Isacar:

1. El “Isacar” tiene que ser un ministerio accesible, donde usted no solo pueda recibir instrucción a la distancia (asistiendo a seminarios, leyendo libros, etc) sino poder desarrollar una relación personal con el.

Menciono esto porque hoy en día, existen muchos ministerios que ofrecen “cobertura, paternidad”, pero lo único que hacen es sumarlo a usted a una larga lista pero nunca el hombre o mujer de negocios tiene la oportunidad de hablar directamente ni personalmente con el mentor. Todo está basado en una “relación a la distancia”.

Algunas preguntas para formularse serían: ¿Tengo acceso directo a este ministerio? ¿Tengo posibilidad de llamarlo a su teléfono celular particular? ¿Existe la posibilidad de desarrollar una relación de hermandad y amistad cercana en Cristo?

Yo le sugiero que todo ministerio que le ofrezca un “servicio distante” y que solo pretenda de usted apoyo financiero, tiene que ser para usted una SEÑAL SEGURA DE QUE ESTA PERSONA NO ES SU ISACAR. ¡Cuidado!

2. El “Isacar” no solo tiene que ser un maestro que enseñe sabiduría y misterios espirituales, debe ser además un impartidor de las verdades de Dios.

Esto significa que un Isacar es una persona a la cual usted la va conociendo más allá de su “rol ministerial” y puede tener acceso a conocer su persona, hablar con él y desarrollar una amistad con él. La impartición viene entre otras cosas con el compartir, invertir tiempo con el Isacar. Un genuino Isacar siempre será una persona que se mostrará tal como es, una persona como cualquier otra persona, pero que tiene la unción o la gracia dada por Dios para impartir lo que Dios le ha dado, SIEMPRE EN UN MARCO DE HUMILDAD, SANTIDAD E INTEGRIDAD. La soberbia y altivez no son características de un buen Isacar.

3. Usted, como hombre o mujer de negocios, debe sentir en su espíritu una afinidad espiritual con el Isacar escogido.

No basta con valorar sus consejos y enseñanzas, es necesario también estimarlo como persona, valorar su Amistad y hermandad en Cristo.

4. La relación con el Isacar no tiene tiempo definido.

Si uno busca un Isacar por unos meses, un año, en realidad lo que el hombre o mujer de negocios está buscando es que le den un servicio en vez de fomentar una relación a largo tiempo. Las relaciones que valen son las que superan la barrera del tiempo. Si no puede vislumbrar una relación fraternal a largo tiempo con el “Isacar” elegido, haga un alto, busque a Dios para que él le conduzca al “Isacar” correcto.

Este es un tema delicado para tratar, pero lo que le he compartido puede ayudarle, si usted desea encontrar “su” Isacar. Lo que si le aseguro es que cuando lo encuentre, su vida empresarial no será la misma. Usted ya no estará solo. Tendrá a su lado un referente, una autoridad espiritual, que le guiará por los senderos de la productividad y le ayudará a alcanzar el propósito que Dios tiene con su vida empresarial y comercial.

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